Asistimos hoy a un fuerte movimiento por los derechos de las mujeres liderado por mujeres jóvenes. Lamentablemente, para ser escuchado a veces es necesario recurrir a manifestaciones que son percibidas por algunos como extremas. Pero no debemos olvidar que más extremas son las desigualdades y la vulneración de derechos que existen.
1. EN BÚSQUEDA DE LA IGUALDAD
Por Neva Milicic, psicóloga, Escuela para padres, El Mercurio
Asistimos hoy a un fuerte movimiento por los derechos de las mujeres liderado
por mujeres jóvenes. Lamentablemente, para ser escuchado a veces es
necesario recurrir a manifestaciones que son percibidas por algunos como
extremas. Pero no debemos olvidar que más extremas son las desigualdades y
la vulneración de derechos que existen.
En una columna reciente de Paula Escobar, titulada "Carta para Elisa", la
periodista y directora de Comunidad Mujer realiza una profunda reflexión sobre
el tema de los derechos de las mujeres y la importancia de la lucha por superar
las inequidades. Ella destaca y valora la fuerza que ha tomado el tema en la
agenda nacional, para lograr un cambio cultural que apunte a una mayor
equidad de género y a disminuir el maltrato y la violencia de género. A pesar de
que en el discurso se resalta cada día más la importancia de la igualdad, se
mantiene en la cultura un marcado sexismo y un régimen patriarcal. Por
ejemplo, el lenguaje sigue en muchas ocasiones yendo en desmedro de la imagen
femenina. Decir "Este gallo es capo" es completamente diferente que decir "Es
una gallina"; decir que una mujer es una zorra es un insulto, decir que un hombre
es un zorro puede implicar que es astuto. La educación no es la única responsable
de formar una concepción más igualitaria de hombres y mujeres. Los niños y niñas
están permanentemente expuestos a imágenes que afectan la construcción la
identidad masculina y femenina, naturalizan las diferencias y van formando de
manera no consciente el imaginario de lo femenino y lo masculino. Cuán difícil
es sustraerse a la influencia de la propaganda, que continúa mostrando a las
mujeres y a los hombres en roles estereotipados e hipersexualizados. La
publicidad mantiene imágenes y textos con un marcado contenido sexista que
restringe los roles femeninos y masculinos. En los niños, la socialización a través
de videos juegos también muestra roles muy desiguales e injustos para ambos
géneros, con imágenes de alto contenido sexual y con mujeres dominadas por los
hombres. Niños y niñas deben tener libertad y amplitud de opciones para
definirse. Es necesario que los hombres tengan derecho a la ternura sin ser
censurados por ello, y que las mujeres puedan elegir jugar al fútbol sin ser
tildadas de poco femeninas.