1. ENSAYO CRÍTICO SOBRE LAS IMPLICACIONES EDUCATIVAS QUE TIENE LA TEORÍA DE LA
INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL ÁMBITO MUSICAL
INTRODUCCION
En los últimos años, la educación emocional está ganando un mayor protagonismo en los
centros educativos. A parte de contribuir al desarrollo integral de la persona no sólo en lo cognitivo se
está poniendo énfasis en los valores, por eso es necesario enseñar a ser y a convivir.
En tiempos pasados, los valores se enseñaban en casa y en el colegio se aprendían
contenidos en cada materia, como escribir, leer, matemáticas, ciencias, geografía, música, etc.
En la sociedad actual, con los tiempos tan rápidos en los que vivimos, deja poco tiempo a la
familia para enseñar valores como el respeto, el saber escuchar, el pensar; instrumentos necesarios
para afrontar las situaciones diarias con solvencia y en buena convivencia con uno mismo y con la
sociedad que nos rodea.
En las familias tampoco se le ha dado mucha importancia a hablar de los sentimientos y las
emociones. Vivimos en una sociedad competitiva y lo único que ha importado durante mucho tiempo
ha sido en tener buenos estudios para conseguir el mejor trabajo, sin dar importancia a los
sentimientos, ni a las personas.
Por estos motivos, es importante trabajar con nuestros alumnos y con nosotros mismos la
Inteligencia Emocional desde los centros educativos. Para que nuestros alumnos sepan ser
ciudadanos felices que convivan en sociedad de la mejor manera posible. Para que consigan sus
metas, pero sin pisar a los demás.
QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Las emociones son, lo que mueve a las personas y al mundo a hacer cosas, tanto cosas
buenas como dar un abrazo, sonreír, ayudar y cosas malas como promover guerras. Las emociones
se mueven dentro de cada individuo y ellas nos llevan a tomar decisiones y a actuar.
Por ello es importante tener una buena educación en emociones saber cuáles son, cómo
actúan dentro de mí y qué debo hacer para llevar una vida más armoniosa conmigo mismo, cn los
que me rodean y con la sociedad. Las personas que tienen una buena inteligencia emocional viven
mejor porque se conocen mejor a sí mismos. Y como se conocen mejor a sí mismos saben gestionar
mejor las emociones y actuan concorde a esas emociones.
En resumen cuando hablamos de la Inteligencia Emocional decimos que una persona
emocionalmente inteligente, debe adquirir estas cinco habilidades:
1. Autoconciencia: tener conciencia de uno mismo, conocerse a uno mismo, a sus emociones
2. Autocontrol: aprender a controlar las propias emociones
3. Automotivación: tener capacidad de motivarse uno mismo
4. Empatía: ponerse en el lugar del otro y reconocer las emociones ajenas
5. Las habilidades sociales: aprender a ser parte de la sociedad, de un grupo, la convivencia
2. LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EDUCACIÓN
Según el informe Delors, elaborado por la Comisión Internacional sobre la Educación para el
siglo XXI, habla sobre la educación y el aprendizaje a lo largo de la vida. Que se basa en cuatro
pilares fundamentales: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser,
dando una gran importancia a “aprender a vivir juntos”, esto es a convivir unos con otros, en
sociedad.
Los centros educativos son reflejo de la sociedad. Es muy difícil cambiar una sociedad de
arriba a abajo, pero si lo hacemos al revés de abajo hacia arriba, esto es enseñando a los individuos
más jóvenes que participan en el sistema, cuando nuestros alumnos sean mayores, serán parte de
esa sociedad adulta que tendrán una mejor formación en emociones, y sabrán convivir mejor con sus
semejantes.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL ÁMBITO MUSICAL
Antes de nacer, cuando estamos en el vientre de nuestras madres, escuchamos, sentimos los
latidos de su corazón. Estamos conectados con ella, sentimos su ritmo, por eso se tranquilizan los
bebés cuando se les pone al lado del corazón de su madre, ¿es que reconocen el ritmo de sus
latidos?.
Desde que la humanidad existe, hay sonidos, hay música, hay ritmo. En la naturaleza misma
escuchamos el canto de los pájaros, el mundo se mueve con un constante ritmo.
Las personas hemos utilizado la música para comunicarnos, para celebrar. Todas las culturas
del mundo tienen algo en común, que es la música. Cada sociedad la suya, cada pueblo, cada
cultura, la propia. La música une a la gente, produce dentro de cada individuo emociones, nos puede
llegar a cambiar de estado ánimo. La música tiene mucho poder.
Por ello debemos aprovechar la asignatura de música en los centros educativos, ya que es
una asignatura que llega al alma de las personas. A todos les gusta, ya sea de un tipo de música u
otra.
Varios pedagogos afirman el poder de la educación musical en la formación del individuo:
Mediante la música trabajamos la inteligencia emocional, desarrollando la parte afectiva del
niño, para encauzar su sensibilidad y para desarrollar las capacidades sociales, contribuyendo a su
formación integral como persona y ayudando a nuestros alumnos en su aprendizaje para toda la
vida.
La educación musical es el mejor medio para desarrollar las facultades humanas, es un
medio para despertar en las personas el sentido de lo humano y su potencial psíquico, desarrollando
el autocontrol, la autoestima, las habilidades sociales, la perseverancia, la receptividad y la
imaginación creadora.
Con un aprendizaje activo de la música, practicando con los instrumentos, con la propia voz,
con el cuerpo, escuchando activamente, mejoramos la relación con nosotros mismos, con los demás
y con el entorno.
Todos los niños tienen aptitudes para aprender música. Viviendo en un buen ambiente
musical y con el apoyo familiar, se fortalecen los lazos afectivos entre familia e hijos.
La educación musical favorece al aprendizaje de otras materias del currículo. La disciplina
que conlleva el aprendizaje de tocar un instrumento, como la constancia de la practica, se trasvasa a
otras áreas. También se leen partituras, que ayuda a la lectura de los idiomas escritos con letras.
3. Desde la educación musical podemos trabajar con todas las inteligencias que un individuo
posee y para todas las habilidades que ha de adquirir. Cito las ocho Inteligencias (Howard Gardner) y
cómo en el aula de música podemos trabajar con y en ellas:
1. I. Lingüistico-Verbal: al trabajar con la letra de una canción, nos centramos en el mensaje que
nos quiere contar su autor. Trabajamos con un idioma, con sus letras.
2. I. Lógico-Matemática: con una partitura, medimos los tiempos de las notas, los silencios,
estamos haciendo matemática inconscientemente estamos contando, midiendo
3. I. Espacial: analizando una partitura podemos percibir la dirección que lleva la melodía, si hay
muchos instrumentos tocando podemos percibir que sonara más llena la canción
4. I. Corporal-Kinestésica: teniendo una buena postura corporal a la hora de tocar un
instrumento o a la hora de cantar. Cuando practicamos algún baile
5. I. Musical: cantando, reconociendo sonidos, tocando instrumentos
6. I. Interpersonal: cooperando a la hora de tocar, cantando y bailando en grupo, trabajamos la
empatía.
7. I. Intrapersonal: practicando en solitario, se aprende a conocerse a uno mismo, dándose
cuenta de sus puntos fuertes y los débiles
8. I. Naturalista: con las audiciones, aprendemos a distinguir lo que es el ruido, la contaminación
acústica,
Por todo esto y por más veo importantísimo el que la educación musical tenga un papel
primordial en nuestros colegios y que todos los niños tengan opción de tener una buena educación
musical.
IMPLICACIONES EDUCATIVAS DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL ÁMBITO MUSICAL
En la asignatura de música se trabajan el canto, la escucha, se tocan instrumentos, se
improvisa, se crea, se baila, individualmente y en grupo.
Al practicar individualmente, ayudamos a que cada uno se conozca mejor, ayudando a la
Inteligencia Intrapersonal y al hacerlo en grupo fomentamos la Inteligencia Interpersonal. Dos de las
inteligencias nombradas por Goleman.
Partiendo de que la Inteligencia Emocional trata de mejorar el Autoconocimiento, el
Autocontrol, la Automotivación, la Empatía y las Habilidades Sociales, veamos cómo podemos
implicarlo en el ámbito educativo musical:
AUTOCONOCIMIENTO Y MÚSICA
Cuanta más música escuchemos mejor. Más tendremos donde elegir, cuál es la que nos
gusta y cuál no. Aprenderemos a conocer nuestros gustos.
4. Qué música hace que nos sintamos bien, qué música nos atormenta, cuál nos pone más
nervioso, con cuál nos relajamos. Si identificamos el sentimiento que produce un tipo de música en
nosotros, y le ponemos nombre a este sentimiento, aprenderemos a conocernos mejor. Conoceremos
qué ha provocado esa música en nosotros con el simple hecho de escucharlo, cómo nos hemos
sentido.
Del mismo modo, cuando no nos sintamos bien, ya sea porque estemos tristes. Al conocer
cómo nos sentimos, podemos saber que si escuchamos una música alegre, se nos pasará esa
tristeza y nuestro estado de ánimo cambiará por el simple hecho de escuchar una música más
alegre.
Enseñando a los alumnos a identificar y a expresar sus emociones, podemos darles las
herramientas para que mejoren sus habilidades emocionales.
En nuestra sociedad no estamos acostumbrados a hablar de nuestras emociones, por eso se
nos hace difícil identificarlas y ponerles nombre. Desde el aula, debemos aprender a identificar y
ponerles nombre a todas las emociones, ampliar nuestro vocabulario emocional, para después
expresarlas ayudando al propio autoconocimiento.
Cuando se está aprendiendo a tocar un instrumento, es importante la práctica continuada
diaria. Con la práctica individual, el niño aprende cuáles son sus puntos fuertes y débiles, empieza a
conocerse. Si tiene apoyo familiar en casa y éstos ven que va mejorando y le apoyan, y el profesor de
música también ve su mejoría día a día, es necesario elogiarlo, así el alumno se da cuenta de que
con su propio esfuerzo consigue metas gratificantes, ayudando a una autoconciencia positiva.
Es importante que desde pequeños los niños vayan contentos a clase de música, se diviertan
aprendiendo. Si están contentos y se divierten aprenderán mejor, ya que con afectividad todo se
transmite y se aprende mejor, lo aprenden para toda la vida. Si hay emoción hay aprendizaje.
También es importante que prueben varios instrumentos musicales, que investiguen su
sonoridad, la manera de tocar. Así ellos elegirán con cuál se sienten mejor, cuál es el que más se
ajusta a su carácter y a su estado de ánimo.
El alumno debe aprender a autoanalizarse. Saber cómo se comporta en el estudio, en qué es
mejor, cuáles son sus puntos débiles. Aprender a organizarse, cuál es su forma de estudiar, pensar en
sus metas, objetivos a corto y largo plazo.
En definitiva una persona con un buen autoconocimiento es una persona que es consciente
de sus emociones y si nos conocemos a nosotros mismos es más fácil buscar alternativas que nos
ayuden a mejorar como personas y como músicos.
AUTOCONTROL Y MÚSICA
La respiración y la relajación son la base del autocontrol. Una respiración tranquila nos lleva a
estar relajados. Si estamos relajados estamos más receptivos, pensamos mejor, y actuamos de una
forma más adecuada. Por ejemplo en medio de una discusión es mejor respirar, relajarse y pensar
antes de que la conversación suba de tono. Así tendremos un mejor autocontrol, simplemente
5. controlando la respiración. Es importante aprender a autocontrolarse ante cualquier situación de la
vida. Y tomarse las cosas que nos suceden con calma.
Desde las clases de música podemos comenzar con ejercicios de respiración, sintiendo como
entra el aire en nosotros y sintiendo cómo se relajan los músculos y nuestro cuerpo. Con una buena
respiración también ayudamos a una mejor emisión de la voz a la hora de cantar, a cuidar las cuerdas
vocales.
Para un músico es muy importante el autocontrol, sobre todo cuando está en un escenario,
delante del público. Es el momento cumbre después del trabajo duro de todos los ensayos. Al final el
practicar y aprender a tocar un instrumento tiene un por qué y ese por qué es disfrutar tocando y que
la gente te escuche. Es el momento cumbre por el que el músico ha trabajado tan duro. Si no
tenemos un mínimo de aurtocontrol en nosotros mismos, podemos echar a perder todo el trabajo y
perjudicar nuestro autoestima.
Para ello es necesario trabajar las técnicas de autocontrol y no dejar que los pensamientos
negativos nos invadan. Un pensamiento negativo sobre lo que pueda ocurrir encima del escenario
puede llevar a que sintamos miedo, este miedo, puede llegar a que nos quedemos paralizados.
Desde la clase de música enseñaremos a nuestros alumnos a que venzan esos sentimientos
negativos y los cambien y se hablen a sí mismos con pensamientos positivos, así evitaremos la
ansiedad escénica, tan temida por los músicos.
Cuando los alumnos vengan a clase con la lección, y toquen para el profesor, les hablaremos
con calma, alabando sus puntos fuertes y explicándoles como mejorar sus puntos débiles. Ya que
todo se puede mejorar con una buena comunicación.
Un músico con un buen autocontrol, disfrutará mucho más a la hora de tocar o de interpretar
en público, hasta el punto de sintonizar con sus oyentes.
MUSICA Y AUTOMOTIVACIÓN
Sin motivación no hay acción.
El ser humano se mueve y actúa siempre por algún motivo, porque tiene un porqué. Si no
tiene un porqué en la vida, no se mueve, y deja que todo pase, sin tomar ninguna decisión y en vez
de ser un ser activo, se convierte en un ser pasivo.
Por ejemplo, si alguien estudia un curso de cocina es porque quiere aprender a cocinar, ese
es su porqué, su motivación. Por eso no le importa dejar de hacer otras cosas, como salir con los
amigos y prefiere ir al curso de cocina.
En clase de música podemos aprovecharnos de la misma forma. Si lo que pretendemos es
que nuestros alumnos aprendan a tocar la flauta, buscaremos alguna canción que les guste, que sea
conocida, de su época, que les motive. En vez de una canción que les sea aburrida, desconocida y
pasada de moda.
6. Si conseguimos un mínimo de motivación por parte de nuestro alumnado, ellos solos
trabajaran en casa, ya que la canción les gustará y practicarán más a menudo. Empezarán a
automotivarse.
Otro ejercicio que se les puede plantear, es que vayan apuntando el tiempo de estudio en su
agenda. Cuando lleven tiempo practicando la misma obra, observarán el tiempo de estudio realizado,
y seguramente, cuanto más tiempo practicado mejor será el resultado. Aprenderán a automotivarse,
dándose cuenta de que tocan mejor, cuando más han practicado.
EMPATÍA Y MÚSICA
Qué importante saber ponerse el el lugar del otro, imposible llevar sus mismos zapatos, pero
sí podemos aprender a acercarnos de corazón a sus pensamientos y sentimientos.
Conocer los sentimientos de los demás es muy importante para no hacer daño, saber
ponernos en la perspectiva del otro, intentar ver con los ojos del otro.
Esta habilidad la podemos empezar a trabajar desde nuestra asignatura muy fácilmente,
trabajando la escucha activa. El aprender a escuchar a los demás, sin ningún fin, simplemente por el
hecho de escuchar a la otra persona, podemos trabajarlo escuchando música. Aprendiendo a estar
en silencio, simplemente usando nuestros oídos.
Yo siempre les pregunto a mis alumnos, ¿sabéis por qué tenemos dos oídos y una sola
boca? Para escuchar el doble y hablar la mitad.
Estamos acostumbrados a hablar, hablar y hablar, a soltar todo lo nuestro y después si eso,
ya escucharemos, pero primero me escuchas a mi. Un poco egoísta, ¿verdad? Este tipo de personas
no son muy empáticas. Pero hay mucho de esto en nuestra sociedad. Así que manos a la obra y a
enseñar a escuchar.
Para ello, lo fundamental es que el profesor sea un buen oyente, que sepa escuchar a sus
alumnos, así, los alumnos aprenderán del ejemplo del profesor, serán mejores oyentes. Base
fundamental para empezar a empatizar con los demás.
Podemos hacer ejercicios de escucha activa en clase. Escuchar una obra en silencio, y que
cada uno escriba lo que está sintiendo, para después exponerlo delante de sus compañeros. Cuando
habla cada alumno, se estará en total silencio, escuchando sus sentimientos, quizá más de uno se ha
sentido de la misma manera. ¿Qué bonito no? Dos personas que han sentido lo mismo al escuchar
una misma obra. O algún otro ha sentido todo lo contrario. Es un bonito ejercicio para conocernos
más profundamente.
Con la Musicosophia, se trabaja muy bien la escucha activa y consciente. Es una manera
diferente de escuchar y sentir la música. Dependiendo de la edad del alumnado se escogen obras de
menor duración, en primaria obras de un minuto es mejor. Este método trata de que el oyente
escuche de una manera consciente la obra, sea participe de esa obra con su cuerpo y la sienta en su
interior con movimientos corporales. Mediante una escucha repetitiva y con diversos ejercicios
guiados, aprenden a escuchar.
7. HABILIDADES SOCIALES Y MÚSICA
Para todos nosotros es muy importante en la vida el sentir que pertenecemos a un grupo.
Que tenemos amigos con los que hacer planes, familia con la que compartir, tener un buen ambiente
en el trabajo. Esto es tener buenas relaciones con la gente que nos rodea. Y para que las relaciones
sean fructíferas, debemos de hacernos con una buena inteligencia Interpersonal, esto es de tener
buenas habilidades sociales.
Desde la música podemos trabajarlo fácilmente con agrupaciones musicales. A los alumnos
les encanta tocar en grupo, se sienten más arropados por sus compañeros, sienten que son parte de
un grupo, son un equipo.
Es muy bonito repartirles los instrumentos de pequeña percusión y ver cómo algunos toman
la voz de mando para dar las entradas, otros van marcando el pulso, y los demás los siguen, todos
concentrados, en estado “de flujo”, la mayoría con una sonrisa en la cara y alguno que otro con cara
de si me desconcentro me pierdo.
Es un buen ejercicio en pequeños grupos, unos con percusión de madera, otros metal, otros
membrana, otros tocan la flauta y otros cantan, pero en conjunto, todos tocan la misma canción, cada
uno aportando su granito de arena y formando un todo, sin que ninguno destaque más que el otro, y
escuchándose los unos a los otros. Haciendo música juntos.
Las clases de música en educación primaria nos dan opción a trabajar en grupo. La mayoría
de las actividades que se programan dentro del aula son en grupo, y el maestro también participa de
ese grupo. Sienten que el maestro es uno más de ellos a la hora de interpretar y a la hora de
participar en las diferentes actividades.
Pero también aprendemos a levantar la mano para exponer algo, a estar en silencio sin
cuchichear mientras otro expone sus dudas. En general en educación debemos fomentar el respeto a
los demás y que cada individuo somos diferentes y aprender a escuchar. Que no estamos solos, que
pertenecemos a un grupo, y que tenemos que aprender a ser tolerantes, ya que no todos pensamos
igual.
CONCLUSIÓN
Tenemos la mejor asignatura para trabajar la Inteligencia Emocional en el aula. Es la
asignatura con la que podemos llegar hasta los corazones de todos los niños, no tiene por qué ser
obligando a estudiar un instrumento, simplemente cantando, escuchando música y sintiéndola, nos
ganamos el afecto de los alumnos.
Una vez de que tengamos el afecto de una persona, el aprendizaje fluirá. El alumno que viene
contento aprenderá y sin darse cuenta.
La música está en todas partes, desde que nacemos hasta que nos morimos. Estamos
escuchando durante toda la vida, los oídos no se cierran nunca, “los oídos no tienen párpados”. Es
necesaria dotar de una buena educación musical a nuestros alumnos. Hacerles saber de la
8. importancia de ser críticos con lo que escuchan, ya que hasta para vendernos un producto utilizan la
música. ¿Quién no tiene en mente alguna canción pegadiza de un partido político, que se mete en
nuestra mente y no deja de martillearnos la cabeza para vendernos su producto? Por otro lado
también hay músicas que nos apaciguan, nos serenan, nos alegran. Importante enseñar a nuestros
alumnos a que sean críticos, ¿verdad?
Para que sean buenos ciudadanos utilizaremos nuestra asignatura, les enseñaremos a tener
autoconciencia de sus emociones, que conozcan sus sentimientos, que aprendan a expresarlos. Que
tengan autocontrol de sus emociones, y controlen sus actos. Que aprendan a automotivarse, que les
llevará muy lejos en la vida, porque pueden conseguir todo lo que se propongan. Que tengan empatía
con sus semejantes, que no están solos en la vida y hay que aprender a convivir. Que sepan tener
buenas habilidades sociales, que en la vida se trata de socializar y de compartir con los demás.
Si les ayudamos a mejorar en estos aspectos de la vida, tendremos individuos con un buen
autoestima, tendrán sensibilidad, serán capaces de escuchar, serán responsables y buenos
comunicadores, en definitiva ayudaremos al desarrollo integral de las capacidades humanas.