2. La experiencia
Basándonos en Kant podemos decir que nuestro
conocimiento procede de la experiencia. Experiencia que
es elaboración.
3. Philia y logos
Entenderemos por philia la vinculación afectiva hacia el
prójimo.
Entenderemos por logos el complejo de fenómenos y
situaciones que unen a los hombres.
La unión de philia y logos supone la constitución del
universo significativo; supone un sistema de mediaciones
que elevan la individualidad hasta el punto de diluirla.
4. Hablemos...
La palabra necesita ser pronunciada para permitir la
intersubjetividad de los individuos.
La palabra no existe sino en el hombre que la pronuncia y
al pronunciarla, la semantiza.
La palabra necesita de un intérprete capaz de estimular
ese proceso de maduración en el que el logos ejerce su
función comunicativa.
Hablar no es sólo la relación fonética entre el emisor y el
receptor, es también contexto.
5. Lenguaje, tiempo y espacio
Las palabras nombran a aquello que está ausente, a lo
distante, a lo futuro.
El logos permite al hombre escapar de la inmediatez del
tiempo, usando el lenguaje para evocar lo ausente, lo soñado y
transmitirlo oralmente a través de los poemas y cantares.
El lenguaje inventa un nuevo espacio, un nuevo mundo sólo
visible a través de las palabras pero que exige del presente,
del presente de los oídos que escuchan esos cantares o
poemas.
Con la lectura convertimos el presente del lector en el pasado
de quién escribió.
6. El gran invento de la escritura
La memoria se desgasta y es la escritura la que
permitirá…
…vencer la limitación ante el presente…
…convirtiendo la voz en signo.
La escritura aparece como el reflejo del lenguaje oral y
permite superar la temporalidad inmediata de la voz.
7. El lector: la voz de la escritura
El lenguaje escrito habla pero no responde.
El diálogo se silenciará y pasará a ser un monólogo, pero...
Si tenemos en cuenta que:
“el pensamiento es un ‘diálogo’ del alma consigo
mismo” (Platón)
todo logos no tiene sentido si no se convierte en diálogo
entonces...
El verdadero contexto de la escritura será el lector que hará
posible la retransformación del monólogo en diálogo.
8. El lector: la voz de la escritura
El texto está en el lector. Es él quien capta, posee,
maneja y asimila la escritura ajena.
Tras los ojos del lector se construye el mundo de lo leído
La escritura sin lector es ‘cosa’, objeto inexpresivo,
realidad sin sustancia.
9. La hermenéutica
La hermenéutica es la búsqueda de respuestas al
silencio. El arte de entender, y el objeto de ese entender
es el discurso escrito.
10. La existencia social del lenguaje
Cada acto de lectura, de interpretación de lo que
pensaron otros hombres, es espejo también de lo que
pensamos nosotros. Y eso supone el carácter social de la
existencia. El lenguaje permite salir hacia el otro, hacia la
solidaridad de la inteligencia, hacia la comunidad del
entender y del proponer.
El proceso de comunicación surge de esos momentos
concretos en los que, dentro de un espacio cultural
común, cada hombre precisa establecer sus formas de
vinculación con el otro.
11. Cultura, pensamiento y lenguaje
La cultura es convertir en vida, en presente, la pérdida de
la temporalidad.
El pensar es una apropiación del lenguaje extraño que la
intuición y la reflexión asimilan.
La humanidad se sustenta en el hombre cuyo sustento
colectivo es el lenguaje.
12. ¿Qué es comprender?
El acto de comprensión es una estructura dinámica y el
motor de ese dinamismo está en el texto.
La identificación que supone el incorporar en el nuestro
otro lenguaje es el fundamento de la inteligencia textual.
13. Palabras y palabras
Hay palabras estériles. Aquellas que no hacen pensar,
que no inician el camino de la reflexión, que no mueven
sino que paralizan.
14. La escritura
El texto refleja el camino recorrido por el autor y los
senderos por donde el autor ha caminado.
El autor no es el destinatario de su propia obra.
Las obras no se escriben en un solo acto sino en actos
sucesivos sometidos a las mediaciones del tiempo.
El proceso de la creación literaria que conduce a la
escritura es un misterio.
15. El autor del texto
El autor no está en nuestra experiencia sino que es el
resultado de una suposición necesaria. De lo contrario
todo texto sería simple lenguaje.
La conversión de un lenguaje en texto es precisamente
su ‘ser obra’ de un autor.
Una vez acabado el escrito se independiza de su autor. El
autor apenas tiene sentido sin su obra, pero la obra sí
tiene sentido sin su autor.
La obra es el sentido de su autor.
16. El diálogo interior
A través del diálogo con nosotros mismos surge una
forma más estable que la letra: la escritura ‘interior’ que
es el resultado de un ejercicio continuo en el que lo que
llegamos a ser se forja desde el esfuerzo de cada
presente, que no se proyecta sobre lo ‘exterior’ sino sobre
lo ‘interior’.
Pensar no es leer letras y atarse a la arbitrariedad de lo
que, en cada caso, nos dicen, sino provocar un discurso
interior en el que se plasma la continuidad de la
conciencia como memoria.
Ningún texto empieza en sí mismo. El único lenguaje que
habla es el lenguaje interior.
17. El silencio de la escritura
Las obras pueden quedar dormidas en los estantes y su
lenguaje reposar eternamente en el silencio.
El silencio de la escritura requiere del intérprete para
convertirse en voz.
Si el lector convierte en sonido ese símbolo escrito,
supera ese silencio que rodea a lo escrito.
Sin la presencia del lector jamás el escrito saldría de su
silencio.