1. 4. DESARROLLO DE LA ESCOLÁSTICA
4.1. Siglo XII, siglo de renovación
4.2. Las Escuelas
4.3. Pedro Abelardo y el problema
de los Universales
4.4. Géneros literarios:
Las Sentencias y las Sumas.
3. EN LO SOCIAL SE PASA DE:
1. Régimen feudal a las
monarquías.
2. Del predominio del campo, el
castillo feudal y las Abadías al
florecimiento de las ciudades, la
industria y el comercio.
3. De la nobleza y los plebeyos, a la
clase social de los burgueses
con los banqueros y mercaderes;
surgen los Parlamentos, para
defender los derechos del pueblo
frente a la monarquía.
4. En España continúa la lucha de los cristianos contra los
moros; las Cruzadas (siglo XI a XIII) amplían el horizonte
geográfico y social de Occidente al ponerlo en contacto
con la cultura de Bizancio y los pueblos sirio, árabe y
judío.
4. EN LA VIDA INTELECTUAL
1.Surgen nuevas Escuelas,
predominan las escuelas
catedralicias de las ciudades
sobre las monacales del campo.
2.El fenómeno de la concentración
de las escuelas, sobre todo en
París, prepara la fundación de
las Universidades en el siglo XIII.
3.El saber es esencialmente
eclesiástico, pero utiliza las
artes liberales como auxiliares
para el estudio de la Sagrada
Escritura.
4.Aparece las primeras escuelas
para mercaderes y con ellas se
inicia el fenómeno de laicización
de la educación.
Universidad de Oxford
fundada en el s. XII por
Enrique II
5. 5.Se va desarrollando la “ratio”
frente a la “auctoritas” y van
apareciendo nuevas formas
literarias como las Sentencias y
las Sumas.
6.El contacto con el mundo
musulmán, poseedor de las obras
científicas y filosóficas griegas,
lleva a la labor de traducciones en
España e Italia.
7.Crece el prestigio de algunas
Escuelas como las de Chartres,
San Víctor y Claraval.
8.Efervescencia y calor de
controversias y disputas
teológicas (entre las escuelas).
9.Aparecen “heterodoxos” como
los “panteístas” y los
“dualistas”.Corán del s. XII
6. EN EL ARTE:
• Esplendor del estilo románico y de transición al gótico
en Arquitectura (en este siglo se construyen algunas
importantes Catedrales, como la de Chartres).
• Se consolidan las lenguas romances y aparecen las
primeras obras literarias (como la Canción de Rolando).
• Se retorna el interés por la lengua latina y por la
antigüedad grecorromana.
Catedral de Chartres
7. En Política: continúan los
enfrentamientos de los señores
feudales con la monarquía; de los
Emperadores y Reyes con los
Papas y Obispos.
Religiosamente:
el XII es un siglo de
despertar evangélico en el
que se advierte en la Iglesia
la necesidad de una reforma.
9. 4.2. LAS ESCUELAS
En la últimas década del s. X, el benedictino San Roberto
de Molesmes, llevó a cabo una reforma con la que se
buscaba volver a los orígenes de la vida benedictina, ésta
pedía la observación de la austeridad y la dedicación al
trabajo manual, especialmente a las labores agrícolas. Su
reforma es una reacción contra el esplendor de Cluny y
contra la idea de que la riqueza de las Iglesias es un medio
para elevarse a Dios.
Para vivir este espíritu de austeridad,
San Roberto fundó un monasterio en
medio de los bosques llamados del
Cistercium, en 1098. De ahí que el
nombre de Císter que recibió esta nueva
rama monástica. Su principal promotor:
San Bernardo (Los Monjes Blancos).
10. ESCUELA DE CLARAVAL:
EL MISTICISMO
La Escuela Cisterciense o de Claraval se
caracteriza por sus temas de teología
mística: Dios y el alma, las virtudes, y
sobre todo la caridad, la moral. Fue
fundada por San Bernardo de Claraval
(1090-1153).
Bernardo nació en el castillo de Fontaines, cerca de
Dijon, en la Borgoña francesa, de estirpe noble. Ingresó en
1111 en la austera abadía cisterciense de Citeaux, de
reciente fundación, cuando apenas tenía 20 años. A los 25,
en 1115, ya era Abad fundador de Clairvaux o Claraval, por
encargo del Abad Esteban Harding. Fue ordenado
sacerdote. Animó el florecimiento de Claraval y llevó a su
apogeo a la Orden del Cister. Fue autor de innumerables
obras espirituales como Sermones Marianos, Comentario
al Cantar de los Cantares.
11. Durante el siglo XII, los cistercienses son la
orden con más influencia dentro de la
Iglesia. Durante el siglo XIII tuvieron un
período de decadencia, etapa que fue
seguida por un resurgimiento, al nacer
grupos nuevos de cistercienses reformados.
Dentro de éstos, el más destacable es el que
surgió en La Trappe (trapenses).
Su fama de santo, taumaturgo y consejero lo condujo a
tener un rol muy importante en la vida pública de su siglo,
fue mediador en la disputa entre cistercienses y
cluniacenses; frente al “racionalismo” de Abelardo y
Gilberto Porretano; y en el cisma del Antipapa Anacleto.
Fue predicador, en Vézelay, en 1146, de la segunda
Cruzada. Fue acusador intransigente de la herejía. Fue
llamado Doctor Melifluo, destilador de miel, por sus
elevaciones místicas y por su caridad. Es considerado
uno de los fundadores de la mística medieval.
12. No desprecia el valor del saber
profano pero frente a él tiene una
actitud de sospecha. Afirma: “Mi
filosofía consiste en conocer a
Jesús crucificado”. Las ideas
filosóficas de interés se reducen al
campo de la moral. Sus tres grados
de verdad son: reconocer la propia
miseria (humildad); la miseria del
prójimo (compasión); purificar el
corazón (contemplación). Para
llegar a Dios se debe pasar de la
consideración a la contemplación,
después al éxtasis, luego a la visión
beatífica.
Pertenecen a la Escuela de
Claraval Guillermo de Saint Thierry
(+1148) e Isaac Stella (+1169).
“¿Qué me importa
la filosofía?
Mis maestros son
los apóstoles
y ellos no me
han enseñado
a leer a Platón
ni a desentrañar
las sutilezas
de Aristóteles,
sino que me han
enseñado a vivir”
(Sermo in festivitate
apostolorum Petri
et Pauli, 3)
13. LA ESCUELA DE SAN VICTOR
Otro centro místico muy importante fue la escuela de san
Víctor, fundada por Guillermo de Champeaux. Al abandonar,
en 1108, su cátedra en la escuela catedralicia de París (por
una disputa con Pedro Abelardo), se retiró a la abadía de
San Víctor, monasterio de canónigos regulares de san
Agustín. Allí, ante la petición de sus antiguos alumnos,
reanuda sus lecciones y así nace la escuela. Esta escuela
alcanzará gran fama, hasta que sea opacada por la
Universidad de París.
La ocupación fundamental de los monjes
victorinos era el estudio, que compartían
con las prácticas religiosas y los trabajos
manuales. Sus estudios consistía en las
artes liberales (trivium y quadrivium), luego
estudiaban la filosofía (Platón, san Agustín,
Pseudo-Dionisio y Escoto Eriúgena) y la
cumbre del estudio era la Teología.
14. Su plan de enseñanza era el mismo que los que ya se habían
iniciado en otras escuelas. Se basaba en la lectio, que
consistía en la lectura de un texto clásico, explicando el
sentido frase por frase; la disputatio, que era un intercambio
de opiniones entre el maestro y los alumnos; y la summa,
que estribaba en una exposición ordenada y sistemática de
toda la materia de la ciencia que se explicaba. Sus
representantes más importantes son Hugo de San Víctor
(1096-1141) y Ricardo de San Víctor (+1173). Se formó en
esta escuela Pedro Lombardo (1100-11160).
Hugo de San Víctor, fue a París a los 18
años. Estuvo al frente de la Escuela desde
1133 hasta su muerte. Presenta una gran
síntesis del saber medieval que culmina en
la especulación mística. En ella estima y
asume la dialéctica y el saber profano. Cada
“ciencia” es un escalón para ascender a
Dios.
15. Bajo la influencia de los escritos de
san Agustín, Hugo dividió en tres fases
la vida contemplativa: la primera,
cogitatio: se descubre a Dios en la
naturaleza; la segunda, meditatio: se
encuentra a Dios en uno mismo, y en
tercer lugar, contemplatio: se ve a Dios
cara a cara. Propuso también una
clasificación del conocimiento,
estructurándolo en ciencias teóricas
(teología, matemáticas, física, música),
ciencias prácticas (ética), ciencias
mecánicas (artes mecánicas) y
ciencias del discurso (retórica y
dialéctica). Entre sus obras más
importantes se cuentan Didascalion,
un compendio de conocimiento, y
Summa Sententiarum, un manual de
filosofía y teología. Su teoría del
conocimiento es aristotélica.
Hugo experimenta la lectura
como una actividad motriz
corporal. Lectura intensiva:
con movimientos corporales:
avanzar a grandes pasos de
línea a línea, o aletear
mientras se examina la
página.
16. El principio de la disciplina es la humildad [...] y a través de la humildad
el lector aprende tres lecciones especialmente importantes: la primera, que
no debe despreciar ningún conocimiento o escrito, cualquiera que sea. La
segunda, que no se avergonzará de aprender de ningún hombre. La
tercera, que cuando él mismo haya alcanzado el conocimiento, no mirará a
nadie por encima del hombro. Una vida tranquila es igualmente
importante para la disciplina, tanto cuando la tranquilidad es interior,
de modo tal que la mente no se distraiga con deseos ilícitos, como cuando
es exterior, de modo tal que disponga del tiempo libre y la oportunidad
para estudios loables y útiles.
Para la disciplina es especialmente importante saber prescindir de las
cosas superfluas. Como dice el dicho, una barriga prominente no puede
parir una inteligencia fina. Por último, el mundo entero debe convertirse
en territorio extranjero para aquellos que quieran leer con perfección.
Dice el Poeta: "No sé debido a a qué dulzura el suelo natal atrae al
hombre; y no puede aceptar que deba olvidarlo". El filósofo debe
aprender, paso a paso, a abandonarlo. (Hugo de San Víctor, Didascalion)
17. LA ESCUELA DE CHARTRES es fundada en el 990
por Fulberto (+1028), después Obispo de Chartres. Sin
embargo, inicia su época de esplendor con Bernardo de
Chartres, que le dio las características generales que la
distinguieron de las otras escuelas.
Su primera peculiaridad fue el interés por el
quadrivium. La escuela de Chartres trasmite
la tradición científica centrada
principalmente en las Matemáticas y la
Astronomía, aunque sin descuidar la
Medicina y la Ciencia de la naturaleza.
La segunda peculiaridad es su humanismo
literario. Cultivó el trivium revalorizando la
retórica y la dialéctica.
El tercer rasgo es que el cientificismo y el
humanismo se conjugan con el platonismo.
Asumió la doctrina ejemplarista para
solucionar el problema de los universales.
Gramática
(Catedral de
Chartres)
18. Bernardo de Chartres es el autor de un
tratado de lógica, De expositione
Porphyrii, que se ha perdido. Según las
referencias de Juan de Salisbury, en su
Metalogicon, parece haber defendido
un realismo ejemplarista. Las ideas
universales tienen realidad verdadera,
eterna y, por tanto, preexisten como
ideas ejemplares de las cosas
sensibles. La creación consiste en la
unión de las “formas nativas”, creadas
por Dios como imágenes o copias de
las ideas ejemplares con la materia,
que no es una verdadera realidad.
Desde esta explicación neoplatónica,
que recuerda a la de Escoto Eriúgena,
establece una solución realista al
problema de los universales.
Somos como enanos a los
hombros de gigantes.
Podemos ver más, y más
lejos que ellos, no por
alguna distinción física
nuestra, sino porque somos
levantados por su gran
altura (Bernardo de
Chartres)
19. 4.3. PEDRO ABELARDO Y EL PROBLEMA DE LOS
UNIVERSALES
En el siglo XII fueron maestros en la Escuela de Chartres,
además de Bernardo, su hermano Teodoríco (+1155), San
Ivo de Chartres (+1117), Gilbert de la Porrée, Guillermo de
Conches (+1145), Juan de Salisbury (1110-1180), los
panteístas Amalrico de Bene y David de Dinant, entre otros.
Pedro Abelardo y Eloísa
Pedro Abelardo (1079-1142) nace en Le
Pallet, en Bretaña, de familia noble a la que
abandono siendo muy joven para dedicarse
al estudio. Fue discípulo de Roscelino y de
Guillermo de Champeaux. Abrió un par de
escuelas y fue el maestro más afamado de
su tiempo. Se le recuerda por tener un
carácter altanero, orgulloso y apasionado;
más propio de un caballero feudal que de
un pensador; y por su romance con Eloísa.
20. La aportación más destacada de Abelardo es su solución al
problema de los universales, en la que anticipa lo que se
conocerá como “realismo moderado” y que se desarrollará
en el siglo XIII. Nos dice que los universales no son cosas,
porque todo lo real es individual y el universal es lo
opuesto a lo individual (contra el antirealismo de Guillermo
de Champeaux). Tampoco los universales pueden ser
meras voces “flatus vocis”, porque los sonidos son
sensibles y singulares, no son cosas (contra el
nominalismo de Roscelino).
Lo universal no está en la
realidad, sino en el
significado. El universal es
una palabra significativa,
“sermo”, pero también es
una representación de la
realidad, aunque confusa.
21. “La diferencia que hay entre los conceptos de los
universales y los de los singulares es que el concepto
que corresponde al nombre universal concibe una
imagen común y confusa de muchos, mientras que el
que es originario del vocablo singular contiene la
forma propia y como singular de uno solo, esto es,
limitado a una sola persona. Así, cuando oigo
“hombre”, surge un a modo de algo en la mente que
guarda con cada hombre tal relación, que es común a
todos y no es propio de ninguno. En cambio, cuando
oigo “Sócrates” surge en la mente la forma propia de
un solo hombre, se notifica y determina una
realidad; en cambio, por el vocablo “hombre”, cuya
inteligencia se apoya en la forma común de todos, la
22. Abelardo considera, apartándose del realismo moderado,
que los significados universales de las palabras son
confusos y, por ello, los caracteriza como opiniones. Las
significaciones universales se obtienen por abstracción,
que consiste únicamente en atender a lo que muchos
individuos tienen en común. Considera así por separado lo
que en la realidad está unido. Por esta insuficiente
fundamentación de la abstracción, Abelardo no da razón
de lo inteligible.
Las fuentes filosóficas de Abelardo eran
muy pocas. De ahí que no pudiera
sobrepasar los límites del arte dialéctico.
Además continuó, como los dialécticos del
siglo XI, aplicando la dialéctica al misterio
revelado, pues no disponía de otras
herramientas (muchas de sus obras fueron
condenadas por heréticas). Una de sus
obras más famosas fue Sic et non, que
ayudó a definir el método escolástico.
23. 4.4. LOS GENEROS LITERARIOS: las Sentencias y las Sumas
En el s. XII, la Teología progresó por:
- El cultivo de las artes liberales (dialéctica)
- El desarrollo de la mística
- La evolución de la metodología de la enseñanza en
las escuelas.
- Los géneros literarios de las publicaciones.
Con los nuevos recursos pedagógicos se logra dar una
mayor sistematicidad a los argumentos de autoridad,
además de que favorece la toma de conciencia de su
pluralidad y relatividad.
La Lectio es el fruto de la aplicación de las “autoridades” de
los Santos Padres y la dialéctica a la Sagrada Escritura. Es
la lectura del texto Sagrado con comentarios sobre su
sentido literal y sus sentidos espirituales –alegórico, moral,
analógico o místico-. La necesidad de coleccionar estos
textos dio origen a las Sentencias.
24. La lección dio lugar a la glosa, al comentario, a la
cuestión, a la disputación y al artículo. La glosa, glossa,
era una lectura que atendía a la letra, al sentido y a la
sentencia, o sentido profundo (littera, sensus, sententia).
El comentario, commentum, era más amplio y se centraba
en el sentido y la sentencia. La cuestión, questio, eran
preguntas y respuestas que surgían ante el texto
comentado. La disputación, disputatio, era un género en el
que sobre un tema se aducían argumentos en pro y en
contra, se respondían a ellos y, finalmente, se daba una
respuesta definitiva. El artículo, articulus, sintetizaba
todos estos procedimientos en cuatro pasos:
a) Se proponía la cuestión en forma de
duda o perplejidad, dubitatio.
b) Se agudizaba la duda proponiendo
razones a favor y en contra.
c) Se presentaba la respuesta del
maestro.
d) Se resolvían las objeciones contrarias.
25. La abundancia de las escuelas en el s. XII, al cantidad de
textos que se manejaban y la dificultad de conseguirlos,
hizo aparecer selecciones ordenadas de pasajes de los
Santos Padres, e incluso, sistematizados sus mismos
contenidos, estos fueron denominados Sentencias.
Después, conforme se fue valorando la argumentación
racional, se fueron exponiendo los temas conforme a
esquemas sistemáticos y racionales, y se dio lugar al
género de las Sumas, que eran los compendios de los
contenidos esenciales de una ciencia. Estas Sumas
culminarán en las grandes construcciones especulativas del
siglo XIII.
Aunque fueron muy numerosas las Sentencias
y las Sumas (más de 1,200 entre el s. XII y XIII);
una de las más famosas es el Libri quattoru
Sententiarum de Pedro Lombardo (1100-1160).
Fue utilizado como libro de texto en la
Universidad de París y en muchas otras. Esta
obra fue comentada por san Alberto Magno,
San Buenaventura y Santo Tomás.