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¿Funciona el mercado en los productos agrícolas
1. ¿FUNCIONA EL MERCADO EN LOS PRODUCTOS
AGRÍCOLAS?
Los mercados son lugares donde se concentran, por un lado, vendedores
que ofrecen sus mercancías a cambio de dinero y, por otro, compradores
que aportan su dinero para conseguir esas mercancías. Existe, por tanto,
una oferta y una demanda. Lo que se paga es el precio.
Como no sólo se intercambian mercancías, existen diversos tipos de
mercados. Las Bolsas donde secompran y venden acciones son mercados.
Las plazas públicas de los pueblos, donde se contratan jornales para
trabajar en el campo, también son mercados, como también lo son las
ferias locales.
En esa intensa actividad se escalonan mercados parciales y sucesivos por
los que van pasando las mercancías en circuitos más o menos
complicados. El agricultor, por ejemplo, vende al tratante o al almacenista
y éstos al mayorista, que vende al minorista o al tendero.
Así funciona nuestra economía de mercado poniendo toda clase de
productos al alcance de quienes los necesitan. Presta servicios
indispensables, pues nadie produce para sí mismo cuanto necesita; cada
cual se especializa en alguna actividad y vende su producto en el mercado
obteniendo dinero para pagar, a su vez, la compra de los demás bienes
producidos por otros.
Lo que el público no especializado entiende por mercado es la ley de la
oferta y la demanda que diariamente escuchamos en cualquier ámbito de
nuestra vida privada, con amigos, compañeros de trabajo, etc.
La ley de oferta y la ley de demanda es un modelo básico de formación de
precios bajo unas condiciones muy restrictivas, conocida como
competencia perfecta.
Estas leyes establecen que en un mercado libre, la cantidad de productos
ofrecidos por los productores y la cantidad de productos demandados por
2. los consumidores dependen del precio de mercado del producto. La ley de
la oferta indica que, cuanto más alto sea el precio del producto, más
unidades se ofrecerán a la venta. Por el contrario, la ley de la demanda
indica que, cuanto más alto sea el precio, menos demandarán los
consumidores. Por tanto, la oferta y la demanda hacen variar el precio del
producto.
Bajo condiciones de competencia perfecta ninguna empresa tiene poder
suficiente para influir o manipular los precios.
De ese modo, en el mercado perfecto, dada la competencia sin
perturbaciones ni obstáculos, el hecho de que cada sujeto actúe
egoístamente en busca de su máximo provecho conduce paradójicamente
a un resultado final de precios y mercancías que es el más ventajoso para
todos.
Quienes idealizan el mercado formulan la tajante conclusión de que toda
intervención o injerencia de cualquier autoridad o poder en el juego libre
del mercado resultará siempre perjudicial.
Veamos qué papel juega el agricultor en todo esto y si es verdad que
existe una ley de oferta y demanda que regula sus precios y que ofrece
ventajas para todos los que confluyen en eso que hemos llamado
Mercado.
Cuando un agricultor acude al mercado para recuperar su inversión con la
venta de sus productos, no lo hace en igualdad de condiciones sino que en
el otro lado se encuentra el gran capital, que aparte de poseer bancos y
multinacionales de cualquier tipo contralan también toda la cadena
productiva del sector primario, desde la venta de semillas, en su mayoría
transgénicas, los herbicidas selectivos que controlan las malas hierbas en
los cultivos y la compra de los productos finales de la agricultura, es decir,
los cereales, son estas empresas las que deciden el precio de los
productos agrícolas en los mercados internacionales.
Ante esta situación al pequeño propietario de parcelas agrícolas solo le
queda aceptar las condiciones que los grandes almacenistas y grandes
3. productores imponen. Condiciones que en la mayoría de los casos no
permiten cubrir los costes de producción.
Se puede concluir que desgraciadamente, la perfección de ese mercado
teórico nunca se cumple. En el mundo real nos enfrentamos siempre con
un mercado imperfecto en mayor o menor grado.
Por tanto bajo mi punto de vista está más que justificada una intervención
o control por parte de las autoridades públicas, contraria al libre juego del
mercado que solo beneficia a unos cuantos actores de todo este
entramado económico.
Algunas ideas de cómo intervenir en este mercado buscando el mayor
beneficio para los agricultores:
Una Política Agraria Común que deje de subvencionar las grandes
explotaciones y las grandes corporaciones transnacionales de la
agroindustria.
Y controlar de forma especial los canales de distribución y
comercialización para evitar oligopolios (pocas empresas que contralan el
mercado) que arruinen a los agricultores y que especulan con los
productos alimenticios.
Manuel Macarro Ballesteros
Economista