El documento habla sobre el abordaje farmacológico de los episodios de enfermedades mentales. Explica que el objetivo del tratamiento farmacológico es aliviar el sufrimiento del paciente, controlar cualquier situación potencialmente peligrosa, y posibilitar un tratamiento efectivo del trastorno subyacente. También menciona que no existe un único agente para controlar la agitación y que el fármaco adecuado se elegirá en cada caso individual dependiendo de los síntomas predominantes.