Este documento discute dos escenarios para determinar cuánto debería ganar un propietario de empresa. En el primer escenario, el propietario es un inversor profesional que tiene fondos diversificados en varias empresas de diferentes industrias en Ecuador. Para este escenario, el documento explica que la rentabilidad mínima debería ser igual al rendimiento libre de riesgo más un prima por el riesgo sistemático del sector, según el modelo CAPM. En una próxima entrega se analizará el segundo escenario donde el propiet
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Cuánto debería ganar un inversor profesional
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2. 18 junio 2016
ECONOMÍA
POR: ING. FERNANDO ROMERO, M.Sc
Docente del área de Finanzas y Contabilidad de IDEPRO
Esta es mi empresa.
¿Cuánto debería ganar?
Esta es una de las preguntas más comunes entre los propietarios y gerentes de
empresas, y cuya respuesta no es tan fácil de obtenerse, por cuanto depende de
ciertos factores especiales, razón por la cual voy a poner dos escenarios y en
función de cada uno daré una respuesta distinta.
E
l primer escenario es el si-
guiente: el propietario de la
empresa en análisis es un in-
versor profesional que tiene
sus fondos muy bien repartidos en va-
rias inversiones. Esto equivale a decir
que el propietario de esta empresa
también es propietario de otras em-
presas dentro del país (limitante del
escenario) pertenecientes a varios
sectores o industrias las cuales tienen
ciclos económicos iguales o distin-
tos entre sí. ¿Cuánto debería ganar
este inversor?
Uno de los principios fundamen-
tales de las Finanzas es la teoría del
Trade-Off o en otras palabras, el in-
tercambio entre riesgo y rentabilidad.
Este principio dice que, a mayor ren-
tabilidad deseada, mayor es el riesgo
que se debe asumir. Esto es aplicable
a los dos escenarios que voy a analizar.
Lo cierto es que toda persona tiene
cierto grado de aversión al riesgo, lo
cual influye financieramente en que,
ante dos alternativas de inversión de
igual rentabilidad, se escogerá la alter-
nativa de menor riesgo.
Así que para que este inversor pue-
da determinar cuánto debería ganar,
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primero debería estimar los riesgos
a los que deberá enfrentarse en el
negocio. De acuerdo al riesgo estima-
do, se debe establecer una rentabili-
dad mínima esperada que compense
tales riesgos asumidos. Y en cuestión
de riesgos, es importante aplicar otro
principio de Finanzas que básicamen-
te dice que: no debemos poner todos
los huevos en la misma canasta. Y no
debemos poner todas las canastas en
la misma mesa. Y no debemos poner
todas las mesas en la misma casa. Por
eso los inversores profesionales no
solo invierten en una sola empresa,
de una sola industria y de un solo país.
Los inversores diversifican su inversión
buscando varias empresas de varios
sectores y/o de varios países para así
administrar sus riesgos, disminuyen-
do su riesgo total lo máximo posible.
De ahí el planteamiento de mi primer
escenario.
No obstante lo anterior, el riesgo
se puede reducir, mas no eliminar del
todo. En toda inversión existen dos
tipos de riesgos: aquel que se puede
eliminar diversificando las inversio-
nes, y aquel que no se puede eliminar
haciendo esto. El inversor de nues-
tro escenario en análisis ha invertido
apropiadamente en varias empresas
de varios sectores o industrias, pero
únicamente en Ecuador (varios hue-
vos, varias canastas, misma mesa). Así
que su riesgo total se reduce hasta un
punto en el cual el riesgo es igual para
todas las empresas de todos los secto-
res, como por ejemplo los riesgos prove-
nientes de los cambios en política eco-
nómica o tributaria del gobierno central.
Aquel riesgo que se puede eliminar
por la diversificación de inversiones, se
llama riesgo diversificable, mientras
que aquel riesgo que es igual para
todas las inversiones se llama riesgo
sistemático. El riesgo que realmente
importa al momento de definir la ren-
tabilidad de un negocio es el riesgo
sistemático. Este riesgo es el que afec-
ta a la economía de todo un país o re-
gión, el cual normalmente es medido
por el índice EMBI (Emerging Market
Bond Index) o índice de Riesgo País,
que a mediados de abril rondaba los
1100 puntos (11%) para Ecuador. Sin
embargo, todo inversionista afecto al
riesgo sistemático, no se lleva la totali-
dad de este riesgo.
Siguiendo con el escenario pro-
puesto, supongamos que el Ecuador
tiene 8 sectores económicos claramen-
te identificados, y que la aportación de
cada sector al PIB es exactamente la
misma. Entonces el riesgo sistemático
correspondiente a cada sector será de
1/8 del Riesgo País, o expresado como
índice, el 0,125 del EMBI. Ese índice
es lo que se conoce como coeficiente
beta e indica la proporción de riesgo
sistemático que se lleva cada inversión
por pertenecer a un sector o industria
específico.
Conociendo esto entonces, ¿cuál
debería ser la rentabilidad mínima a
esperar de una inversión en función de
los riesgos asumidos, bajo el primer
escenario propuesto? Para calcular
esto se debe poner primero un punto
de partida, el cual debería ser la ren-
tabilidad de una inversión la cual no
tenga (en teoría) ningún tipo de ries-
go. A esta rentabilidad ‘libre de riesgo’
se le debería sumar una prima porcen-
tual por el riesgo asumido. Esa prima
sería igual al riesgo sistemático de un
sector económico en particular, es de-
cir el Riesgo País multiplicado por el
coeficiente beta perteneciente a este
sector o industria.
Este cálculo de la rentabilidad míni-
ma a exigir por un inversor profesional,
se conoce como Modelo de Fijación de
Precios de Activos de Capital o CAPM
(Capital Assets Pricing Model). El mo-
delo CAPM permite calcular cuánto es
la rentabilidad mínima que debería ga-
nar y exigir un inversor en función de
los riesgos asumidos en un negocio en
particular, pero siempre y cuando este
inversor maneje apropiadamente su
diversificación de inversiones.
Conocer esta rentabilidad mínima a
exigirse es muy importante por cuanto
la función financiera tiene como princi-
pal objetivo la maximización del valor
de la empresa. Esto no ocurre cuando
los ingresos son mayores a los gastos
o las ganancias a las pérdidas, sino
cuando la rentabilidad del negocio re-
cupera la inversión y supera el riesgo
asumido, o que es lo mismo, supera la
rentabilidad mínima exigida calculada
por el CAPM, lo cual tanto en Evalua-
ción de Proyectos como en Valoración
de Empresas, ocurre cuando el VAN es
mayor a cero, puesto que esto indica
que el inversor recupera su inversión,
gana lo mínimo que debía ganar y
además gana un valor adicional, el cual
al día de hoy es el valor del VAN.
El otro escenario en análisis es el
siguiente: el inversor es propietario de
una única empresa. En una próxima
entrega analizaré este escenario.
Fuentes:
• López Dumrauf, Guillermo, 2013, “Finanzas Corporativas. Un enfoque Latinoamericano”, tercera edición, Grupo Editor Alfaomega,
Buenos Aires, Argentina.
• Bravo Orellana, Sergio, 2008, “Teoría Financiera y Costo de Capital”, primera edición, ediciones Universidad ESAN, Lima, Perú.