2. 14 septiembre 2015
ECONOMÍA
¿Cuánto vale
mi empresa?
En economía, el valor
refiere a una magni-
tud, muy comúnmente
monetaria, con la cual
se miden los distintos
bienes económicos, de
acuerdo con su utilidad.
POR: ING. FERNANDO ROMERO
Docente del área de Finanzas y Contabilidad de IDEPRO
fernando.romero@idepro.edu.ec
“S
upe que lo sencillo
no es lo necio, que no
hay que confundir va-
lor y precio”. Así reza
una estrofa de una canción de Joan
Manuel Serrat. Y fue con esta misma
idea con la que Gabriel Gasave inició
su conferencia “Lo que se ve y lo que
no se ve en la economía”. Y mientras
él desarrollaba su charla, yo no dejaba
de pensar en esa primera idea que los
consultores especializados en valora-
ción de empresas tenemos muy claro,
pero que otros consultores contables y
financieros no tanto.
¿Qué es en sí el valor? El valor se
puede definir como una cualidad que
confiere a las cosas, una estimación, ya
sea positiva o negativa. En economía,
el valor refiere a una magnitud, muy
comúnmente monetaria, con la cual se
miden los distintos bienes económi-
cos, de acuerdo con su utilidad. Pero
tal utilidad es determinada por quien
usa o deja de usar ese bien. Así, un
hombre sediento en el desierto esta-
ría dispuesto a deshacerse de un lin-
gote de oro a cambio de un vaso con
agua, mientras que habrá otro hombre
dispuesto a entregar un vaso con agua
a cambio de un lingote de oro. Cada
uno valora más lo que desea recibir
que lo que entrega.
En este sentido, la respuesta a la
pregunta del título de este artículo,
apunta más a un valor de intercambio,
que a un valor en base a la utilidad o
provecho que se puede obtener me-
diante el uso de este bien, en este
caso, una empresa. Sin embargo, el
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provecho de este bien llamado empresa tiene que ana-
lizarse desde la óptica de quien vende la empresa (para
quien vale más el dinero a recibir que la empresa en
sí) así como de quien la compra
(para quien vale más la empresa
que el dinero a pagar). Así, po-
dríamos tener, para una misma
empresa, valorada bajo la misma
técnica y con los mismos datos,
dos valoraciones distintas, lo que
generaría un rango de valores.
En efecto, cuando se valo-
ra una empresa, se genera jus-
tamente un rango de valores,
donde se tiene un valor mínimo
y un valor máximo. Pero aquí entra en juego otro as-
pecto fundamental del valor: la razonabilidad. Para el
comprador, es totalmente irrazonable pagar el valor
máximo del rango, mientras que para el vendedor, es
totalmente irrazonable aceptar el valor mínimo de ese
rango. Por eso, se debe buscar como valor de inter-
cambio, el valor que sea el más razonable para ambas
partes. Tal valor razonable se conoce como Precio.
De acuerdo a las NIIF, se define el Valor Razonable
como el precio que se recibiría por vender un activo
o que se pagaría por transferir un pasivo en una tran-
sacción ordenada entre participantes de mercado en
la fecha de la medición. Por ende, el precio es siempre
el valor más razonable, por cuanto una parte está dis-
puesta a entregarlo, mientras que la otra está dispuesta
a recibirlo. Así, el ejercicio de la valoración de empresas
consiste en encontrar un rango razonable de valores de
entre los cuales, vendedor y comprador se pondrán de
acuerdo y escogerán uno de tales valores, como el pre-
cio de intercambio.
En la práctica, he encontrado que la forma más co-
mún de generar un rango de valores, es la de utilizar
diferentes métodos de valoración de empresa. Hacer
esto es un error y voy a explicarles por qué. Para em-
presas no cotizadas en Bolsa de Valores, la metodolo-
gía más utilizada es la de Descuento de Flujos de Caja
(DFC), para lo cual se proyecta un flujo de efectivo y
se lo descuenta a una tasa de costo de capital, la cual
representa el rendimiento mínimo exigido a la empresa
en función de los riesgos que ésta asume. Otra meto-
dología utilizada es la de Creación de Valor (CV), por
la cual a las utilidades proyectadas, se resta el costo
monetario de las fuentes de financiamiento, es decir el
costo de la deuda (gastos financieros) más el costo del
patrimonio (que no es lo mismo que los dividendos),
y si al final de esta resta sigue existiendo una utilidad,
entonces la empresa sí crea valor.
Pues bien, para aplicar la metodología de DFC, se
debe considerar que existe tres flujos de efectivo, cada
uno con su propia tasa de costo de capital, y cada tasa
puede ser calculada de forma diferente, lo cual da como
resultado seis métodos de DFC, más un método adicio-
nal que evalúa dos flujos de efectivo
bajo una misma tasa. Para aplicar la
metodología de CV, existe cinco for-
mas de establecer la creación de va-
lor y cada una tiene de entre dos a
tres formas de cálculo, dando un total
de trece métodos de CV. En total, se-
rían nada menos que 20 métodos de
valoración, los cuales todos deben
obtener exactamente el mismo valor
de la empresa, usando los costos de
capital apropiados. Esta afirmación la
hago en base de mi propia tesis de postgrado donde
utilicé los 20 métodos y obtuve exactamente el mismo
resultado.
Dicho esto, no se debería utilizar diferentes méto-
dos de valoración para generar los rangos de valora-
ción, pues todos los métodos deben dar el mismo re-
sultado, y si no es así, es porque algo estamos haciendo
mal en el cálculo. En los próximos artículos espero pro-
fundizar más sobre este tema.
¿Qué es en sí el valor?
El valor se puede definir
como una cualidad que
confiere a las cosas, una
estimación, ya sea positi-
va o negativa.
Fernando Romero M.
Consultor Financiero
Profesor de Finanzas
Autor de Textos
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Consultor especializado en
Diagnóstico Financiero,
Evaluación de Proyectos,
Valoración de Empresas,
Valoración de Inversiones
Estructuraciones Financieras,
Elaboración de Planes de Negocios.
Catedrático de Postgrado y Educación
Continua en Finanzas Corporativas y
Contabilidad Avanzada