Cristóbal Ruiz era el jefe de una banda de bandidos en Málaga durante el reinado de Carlos III. Robaban a los ricos e influyentes de la Serranía de Ronda y daban parte del botín a los pobres. Juan Zamarrilla, como se le conocía, se escondió de los arcabuceros bajo el manto de la Virgen de la Amargura en una ermita. Después de presenciar un milagro, se convirtió en un monje, pero murió a manos de otro bandido frente a la ermita.

1. LA LEYENDA DE JUAN
ZAMARRILLA
que, durante el reinado de Carlos III, existía un grupo
de bandoleros en Málaga que robaba a los personajes más ilustres y poderosos de
la Serranía de Ronda. Su jefe era Cristóbal Ruiz, nacido en la localidad de Igualeja
al que todos conocían como Juan Zamarilla.
Este personaje no era un delincuente común. Sus fechorías acuciaban a las
personas más ricas e influyentes de los alrededores. Zamarrilla les robaba sus
pertenencias para luego, darlas en parte a los vecinos más desamparados. Sus
hazañas se hicieron tan populares que, rápidamente, al piadoso bandolero se le
unieron otros. Así se creó una banda que pronto formaría parte de la historia de
aquellas sierras.
Tan audaces, rápidos y avispados llegaron a ser sus fechorías o hazañas que
no tardaron en hacerse eco por las inmediaciones. Las autoridades, acobardadas
por este grupo de ladrones, comenzaron a organizarse para acorralarlos y darles
muerte. Un día tras otro, la presión de los arcabuceros fue acabando con los
hombres de Juan Zamarilla: los de mejor suerte fueron presos; a los de peor, se les
dio muerte. Poco a poco, el líder de los bandidos fue quedándose solo.
Zamarilla se dio cuenta que debía volver a esconderse en la sierra para evitar
ser apresado y muerto como había ocurrido con sus hombres más fieles... Cae la
tarde y la luz cada vez se va haciendo más débil. Allá, por el camino de Antequera,
un grupo de arcabuceros sigue muy de cerca la huida de Juan Zamarilla. El
bandolero lo sabe y siente que la muerte le sigue de cerca; si no encuentra
rápidamente un lugar donde esconderse, la noche que se acerca, será la más larga
de su vida. En su frenética huída encuentra, fuera del camino, una pequeña ermita
abierta, donde entra para buscar cobijo. Los soldados del Rey, que ven como se
interna en el lugar sagrado, lo rodean para así evitar la huida del bandolero.
Mientras, en su interior, Zamarilla busca desesperadamente algún rincón para poder
ocultarse. De pronto, su mirada se entrecruza con la de la imagen de la virgen de la
Amargura que le invita a acercarse. El manto de la Virgen parece abrirse para que él
encuentre cobijo... Y cuando los pasos de los arcabuceros se oían casi en la entrada
de la ermita, Juan Zamarilla desaparece bajo el manto de la Virgen. Tras minutos de
intensa búsqueda y destrozando todo lo que había a sus pasos, los hombres del Rey
maldicen a Zamarilla: ¡ha vuelto a escapar! Desconcertados se alejan con sus

2. caballos para seguir la búsqueda del hombre proscrito.
Anochece en la sierra y Zamarrilla decide salir de su manto protector.
Infinitamente agradecido, se postra ante la virgen de la Amargura y comienza a orar,
implorando el perdón y dando las gracias por haberle salvado la vida. Más calmado,
Juan busca una ofrenda para la Virgen y así demostrar su agradecimiento. Metiendo
la mano en su zurrón, encuentra una rosa blanca que había arrancado de un seto
del camino. Coge la rosa y su propio puñal y la clava a la altura del corazón de la
imagen. Muy agotado y con el miedo todavía en el cuerpo, el bandolero se arrodilla
ante la imagen para seguir rezando. El milagro comienza a obrarse: del pecho de la
Virgen, comienza a brotar pequeñas gotas rojas que van tiñendo los pétalos de la
rosa blanca. Cuando Zamarrilla abre sus ojos, atónico observa cómo la rosa blanca
se ha tornado roja. Ha sido testigo de un milagro. Los pecados de Juan Zamarrilla
habían provocado que la Virgen llorara sangre por la inmensa pena que sentía y
tiñera con sus lágrimas la bella flor blanca.
Ante este prodigio, el bandolero decide cambiar de vida y retirarse a un
monasterio de Antequera. Una vez al año, Juan acostumbraba ir a la ermita para
llevar a su Virgen una rosa roja y rezar ante ella.
Un día, al atardecer, cuando estaba llegando a la ermita, le salió al paso un
bandido dispuesto a robarle todas sus pertenencias. Zamarrilla, aunque anciano,
aún mantenía ese espíritu luchador y ese brío que le habían caracterizado de
joven... Supo defenderse y lo hizo con tanta hombría que el bandolero asustado, le
clavó un puñal, hiriéndole de muerte. Mal herido, sangrando abundantemente y muy
aturdido, Zamarrilla sacó de su zurrón la rosa roja y se dirigió hacia la ermita. Allí, sin
fuerzas y con un hilo de aliento, depositó su rosa roja junto a la imagen de la Virgen.
Por segunda vez, comenzó a producirse de nuevo un milagro. La flor roja empezó a
perder su intenso color para resplandecer con un blanco purificador. De esta manera
Juan Zamarrilla quedó en paz consigo y ante el Cielo. Su protectora, la virgen de la
Amargura acababa de perdonarle sus pecados. Zamarrilla se dejó abandonar a los
brazos de la muerte y sin vida cayó ante la Virgen. Juan, de nuevo, volvió a ser
Cristóbal Ruiz pero tras de sí dejó una leyenda que fue testigo de dos milagros.
Hoy las noches antes de la romería de la virgen de la Amargura se oye a lo
lejos el relinche de caballo del gran bandolero de Igualeja.
A. RESPONDE A LAS SIGUIENTES CUESTIONES:
1. ¿Quién era Cristóbal Ruiz?
2. ¿A quién robaban los bandoleros?
3. ¿Qué hacían con el motín?
4. ¿Donde se escondió Zamarrilla para ocultarse de los arcabuceros?

3. 5. ¿Qué clavó Zamarrilla a la Virgen en el corazón?
6. ¿En qué se convirtió el bandolero después de su experiencia con la virgen?
7. ¿Cómo murió Juan Zamarrilla?
B. DICTADO:
Zamarrilla era un bandido de Igualeja cuyas fechorías tenían lugar en la
Serranía de Ronda. Fue famoso por sus asaltos al frente de una partida de más de
cincuenta hombres y también por sus gustos caros y sus repartos del botín entre los
pobres. Poco a poco fue creciendo la admiración entre la gente de los campos al
mismo también que también lo hacía el radio de acción de su partida de bandidos.
Hacia 1880, según la leyenda, la banda de Zamarrilla quedó mermada por los
embates de la ley y apenas sobrevivió él sólo.
C. COLOREA Y COMENTA QUE REPRESENTA LA ROSA ROJA EN LA
LEYENDA.

4. D. BUSCA Y COLOREA EL CAMINO DE NUESTRO BANDOLERO
EMPEZANDO POR EL 10 Y ACABADO POR EL 400, CONTANDO EN DIEZ
EN DIEZ PARA QUE LLEGUE A LA ERMITA.
320 330 59 304 65 219 380
301 310 340 55 4 370 390
300 361 391 350 360 38 400
285 290 16 35 3 375 160 150 101 345
280 210 200 190 180 170 315 93 140 130
270 220 23 295 26 205 90 100 110 120
260 230 37 192 215 203 80 179 175 178
250 240 83 45 50 70 158 35 163 165
245 246 2 40 65 60 69 56 155 169
35 30 75 93 95 99 145
30 20 86 105 126 135 196
10 12 15 112 115 118 125

5. FOTOS: