1. La ética no es un elemento que pueda limitarse a un saber o a una acción
específica, debe ser una constante en el quehacer cotidiano de la humanidad, es
ella la que nos guía en los principios y valores que aplicamos a todas nuestra
obras, con la libertad pero con el respeto del derecho ajeno.
Con la aparición de las TICs, hoy más que nunca, gozamos de informaciones
dispuestas para nuestra consulta, para facilitarnos las obligaciones académicas,
laborales y del hogar, es una paleta abierta de conocimientos a la cual accedemos
con mucha facilidad. Pero la desenvoltura con la cual se nos es permitida, puede
generar apropiación indebida de producciones intelectuales, puesto que no se
emplean las normas mínimas de citación de autores; el desaforado “copy paste”,
que no da espacio a la reflexión y en últimas es para muchos una tabla de
salvación a la hora de salir con “vida” de alguna circunstancia preferiblemente
académica o laboral conlleva a una serie de situaciones de dos condiciones con
implicaciones éticas y legales: en lo ético, la falsedad consigo mismo por el
método empleado para conseguir el objetivo, el desconocimiento de la obra y de
su autor, por un afán de conseguir un estatus artificial, porque no está cimentado
en el verdadero conocimiento y en lo legal las acciones jurídicas que podrían
conllevar, sí se es descubierto por el autor, puesto que en muchos casos se goza
de la osadía para llevar a estadios elevados los documentos plagiados.
Las licencias creative commos, son una herramienta legal, que no busca un
reconocimiento económico, si no, el reconocimiento intelectual del autor,
convirtiéndose en una valiosa alternativa de crecimiento de los seres humanos,
para el intercambio libre del conocimiento.