4. Manual de terapia de juego
Kevin J. O’Connor, PhD, ABPP, RPT-S
Charles E. Schaefer, PhD, RPT-S
Lisa D. Braverman, PhD
Traducción:
Mtro. Jesús Cisneros Herrera
Universidad Nacional Autónoma de México
Revisión técnica:
Dra. Nancy Constantina Mazón Parra
Doctora en Psicología educativa
Universidad Nacional Autónoma de México
Editora responsable:
Lic. Georgina Moreno Zarco
Editorial El Manual Moderno
4
ERRNVPHGLFRVRUJ
6. Traducción de: Handbook of play therapy –- Second edition. Incluye índice
ISBN: 978-607-448-625-4 (versión electrónica)
1. Terapia de juego. 2. Psicoterapia infantil. 3. Terapia recreativa. I. O’Connor, Kevin J. II. Schaefer,
Charles E. III. Braverman, Lisa D. IV. Cisneros Herrera, Jesús, traductor.
618.92891653scdd21 Biblioteca Nacional de México
Director editorial y de producción:
Dr. José Luis Morales Saavedra
Editora de desarrollo:
Tania Flor García San Juan
Diseño de portada:
LCS. Adriana Durán Arce
6
7. Agradezco a los niños, familias, estudiantes y profesionales que han
contribuido al entendimiento del valor del juego y al crecimiento del campo de
la terapia de juego.
7
9. Contenido
Prefacio
Acerca de los autores
Colaboradores
PARTE 1. INTRODUCCIÓN
Capítulo 1. Introducción al campo de la terapia de juego
John W. Seymour
Desafíos para la psicoterapia y la terapia de juego
Surgimiento del campo de la terapia de juego
Avance hacia el futuro de la práctica e investigación en la terapia de juego
Referencias
Capìtulo 2. Historia de la terapia de juego
Jane L. Johnson
Historia preliminar: el camino a la terapia de juego
Expansión de los modelos de terapia de juego
Conclusión
Referencias
Capítulo 3. Poderes terapéuticos del juego
Athena A. Drewes y Charles E. Schafer
Factores terapéuticos
Antecedentes históricos
Poderes terapéuticos del juego
Modelos transteóricos de la terapia de juego
Principales poderes terapéuticos del juego
Perspectivas futuras
Conclusión
Referencias
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10. PARTE 2. TEORÍAS ESENCIALES
Capítulo 4. Terapia de juego psicoanalítica y jungiana
Audrey f. Punnett
Teoría
Investigación
Procedimiento/técnica
Comentarios finales sobre el caso
Conclusión
Referencias
Capítulo 5. Terapia de juego centrada en el niño
Geri Glover y Garry L. Landreth
Teoría
Procedimiento
Investigación
Conclusión
Referencias
Capítulo 6. Terapia de juego cognitivo-conductual
Susan M. Knell
Teoría
Procedimiento y técnica
Investigación
Conclusión
Apéndice: materiales de juego
Referencias
Capítulo 7. Terapia filial
Risë VanFleet y Glade L. Topham
Teoría
Sustento empírico de la Terapia filial
Procedimiento
Ejemplo de caso
Referencias
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11. Capítulo 8. Theraplay®: Creación de relaciones de apego seguras y felices
Phyllis B. Booth y Marlo L.-R. Winstead
Teoría
Procedimientos y técnicas
Resultados de la investigación sobre Theraplay
Conclusión
Referencias
Capítulo 9. Terapia de juego ecosistémica
Kevin J. O’Connor
Teoría
Procedimiento
Características del cliente, indicaciones y contraindicaciones
Procesos y etapas del tratamiento
Ejemplo de un caso complicado
Investigación
Conclusión
Referencias
Capítulo 10. Terapia de juego prescriptiva
Charles E. Schaefer y Athena A. Drewes
Principios básicos
Prácticas medulares
Conclusión
Referencias
PARTE 3. TÉCNICAS ESENCIALES
Capítulo 11. Terapia de juego con arena/arenero
Linda E. Homeyer
Teoría
Procedimiento
Logística
11
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12. Etapas y estrategias del tratamiento
Consideraciones neurobiológicas
Investigación
Referencias
Capítulo 12. Metáforas e historias en la terapia de juego
Pat Pernicano
Introducción
Teoría
Investigación
Procedimiento/técnica
Conclusión
Referencias
Capítulo 13. Artes expresivas en la terapia de juego
Julia Gentleman Byers
Teoría
Investigación
Técnica
Conclusión
Referencias
Capítulo 14. El drama en la terapia de juego
Steve Harvey
Justificación teórica
Procedimiento y técnicas
Etapas del tratamiento
Actividades de evaluación
Requisitos y características del terapeuta
Características del cliente
Disposición del cuarto de juego
Evaluación previa a la intervención
Investigación
Conclusión
Referencias
Capítulo 15. Juegos mesa en la terapia de juego
12
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13. Jessica Stone
Investigación
Teoría
Procedimiento/técnica
Áreas de evaluaciónen la TJJT
Conclusión
Hoja de trabajo de la TJJT
Referencias
PARTE 4. APLICACIONES EN POBLACIONES
ESPECIALES
Capítulo 16. Terapia de juego a lo largo del ciclo vital: niños, adolescentes y
adultos
Heidi Gerard Kaduson
Por qué la terapia de juego es adecuada
Teorías más adecuadas para trabajar con distintos grupos de edades
Conclusión
Referencias
Capítulo 17. Terapia de la interacción padres-hijos con niños con trastornos
de conducta disruptiva
Lauren Borduin Quetsch, Nancy Wallace, Meredith Norman, Ria Travers y
Cheryl McNeil
Fundamentos teóricos
Modelo para brindar servicios
Componentes de la TIPH
Implementación exitosa de la TIPH
Fundamentos empíricos
Conclusión
Referencias
Capítulo 18. DIR®/FloortimeTM: Enfoque de desarrollo/relacional de la
terapia de juego para el tratamiento de niños con retrasos en el
desarrollo, incluyendo el trastorno del espectro autista (TEA) y las
13
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14. dificultades del procesamiento sensorial
Esther B. Hess
Población a la que se dirige
Por qué el juego es adecuado
Teorías idóneas para trabajar con esta población
Modelo Floortime
Técnicas/estrategias específicas para el trastorno del espectro autista
Evidencias del enfoque DIR/Floortime
Discusión: integración y aplicación de DIR/Floortime
Referencias
Capítulo 19. Terapia de juego con niños con problemas de apego
Sarah C. Patton y Helen E. Benedict
Definición de la población
Consideraciones especiales
Fundamentos teóricos
Por qué es adecuada la terapia de juego
Estrategias terapéuticas
Evidencia empírica
Conclusión
Referencias
Capítulo 20. Terapia de juego con niños con discapacidad
Karla D. Carmichael
Definir la población
Modalidades de la terapia de juego
Modificaciones al procedimiento
Investigación/evidencia base
Conclusión
Referencias
Capítulo 21. Terapia de juego con sobrevivientes de trauma interpersonal:
superar el abuso y el crimen
Charles Edwin Myers
Definición de la población
Teorías más aptas para trabajar con esta población
14
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15. Modificaciones al procedimiento
Técnicas y estrategias específicas para esta población
Investigación/evidencia
Conclusión
Referencias
Capítulo 22. Terapia de juego con niños que experimentan enfermedad
médica y trauma
Laura Nabors y Jessica Kichler
Población
Características y necesidades especiales
Por qué la terapia de juego es apropiada
Teorías más apropiadas para trabajar con esta población
Modificaciones al procedimiento
Técnicas y estrategias específicas para esta población
Investigación empírica
Directrices para la investigación futura
Conclusión
Referencias
Capítulo 23. Terapia de juego e intervención en crisis con niños víctimas de
desastres
Jennifer N. Baggerly
Población
Por qué la terapia de juego es adecuada
Teorías de la terapia de juego
Técnicas y estrategias específicas para esta población
Investigación/evidencias
Conclusión
Referencias
PARTE 5. TERAPIA DE JUEGO EN ESCENARIOS NO
TRADICIONALES
Capítulo 24. Terapia de juego en escenarios médicos
Kristin S. Bemis
15
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16. Definición del escenario
Población
Orientaciones teóricas más adecuadas para el escenario médico
Modificaciones al procedimiento
Técnicas y estrategias en escenarios médicos
Investigación e intervenciones sobre tratamientos con sustento empírico en
escenarios médicos
Conclusión
Referencias
Capítulo 25. Terapia de juego en escuelas
Kristi L. Perryman
¿Por qué usar la terapia de juego en las escuelas?
Obstáculos potenciales para implementar la terapia de juego en escuelas
Modificaciones al procedimiento
Técnicas y estrategias para usar la terapia de juego en las escuelas
Investigación/evidencias
Conclusión
Referencias
Capítulo 26. Terapia de juego y el sistema legal
Daniel S. Sweeney
Competencia y consentimiento: superposición entre la ética y la ley
Registro de la información
Abuso infantil y denuncia
¿Ser terapeuta o investigador?
Qué hacer con las citaciones
Testificar en el tribunal
Asuntos relacionados con la custodia del niño
Ser un abogado defensor
Modelo de toma de decisiones éticas y legales
Conclusión
Referencias
PARTE 6. ASPECTOS PROFESIONALES
16
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17. Capítulo 27. Ética en terapia de juego
Cynthia A. Reynolds
Diferencias entre ley y ética
Consideraciones legales
Dicotomías éticas
Modelos de toma de decisiones éticas
Disposición y aptitud personal ética
Terminología común de la ética en el trabajo con niños
Buscar asesoría
Ofrecer asesoría
Integrar la ética en la práctica cotidiana
Referencias
Capítulo 28. Establecimiento de límites en terapia de juego
Allan M. Gonsher
Delimitaciones
Establecimiento de límites y delimitaciones con niños
El cuarto de juego
Estrategias para establecer límites
Establecimiento de límites en terapia de juego
Conclusión
Referencias
Capítulo 29. Supervisión en terapia de juego
Jodi Ann Mullen
Introducción a la supervisión
Fundamentos de la supervisión
¿Cómo se lleva a cabo la supervisión?
Revisión clínica
Formatos de supervisión
¿Quiénes deben participar en la supervisión en terapia de juego?
¿Cómo aprenden los supervisores a supervisar?
Supervisión de la supervisión
Supervisión lúdica
Conclusión
Referencias
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18. PARTE 7. TEMAS CONTEMPORÁNEOS
Capítulo 30. Investigación en terapia de juego: temas para el progreso en el
siglo XXI
Janine Shelby, Ruth Ellingsen y Charles E. Schaefer
Investigación y preguntas sobre la eficacia de la terapia de juego: una amplia
red
Estado de la investigación sobre la terapia de juego: ¿en la mirada del
espectador?
¿Hay evidencias que sustenten el uso de la terapia de juego?
¿Dónde se encuentra la terapia de juego y cómo puede seguir avanzando?
Conclusión
Referencias
Capítulo 31. Terapia de juego y neurociencia: el terapeuta con dominio de la
neurobiología
Edward F. Hudspeth y Kimberly Matthews
Neurociencia de crecimiento y desarrollo óptimos
Comprender el proceso interpersonal mediante la neurociencia
La influencia de la neurociencia en los poderes terapéuticos del juego
Futuro de los principios de la neurociencia en la práctica de la terapia de juego
Influencias actuales de la neurociencia en los modelos terapéuticos y
diagnósticos
Aplicación de la investigación neurobiológica en la práctica de la terapia de
juego
Conclusión
Referencias
Capítulo 32. Temas de cultura y diversidad en terapia de juego
Eliana Gil y Lexie Pfeifer
Sensibilidad cultural en los escenarios clínicos: un campo de estudio en
evolución
Historia del interés en temas culturales en la práctica clínica
Temas culturales en terapia de juego
Trabajar con niños y sus cuidadores: un contexto sistémico cultural
Establecer un consultorio incluyente en términos culturales
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19. Cuando los niños presentan actitudes racistas o prejuiciales
El futuro de la terapia de juego competente a nivel cultural
Conclusión
Referencias
Capítulo 33. Tecnología en la terapia de juego
Kevin B. Hull
Consideraciones clínicas
Usos y beneficios de la tecnología en el cuarto de juego
Futuro de la terapia de juego y la tecnología: implicaciones para la investigación
Conclusión
Referencias
PARTE 8. INVESTIGACIÓN
Capítulo 34. Métodos apropiados para el estudio de la terapia de juego
Dee C. Ray y Hayley L. Stulmaker
Requisitos del investigador en terapia de juego
Base de evidencias del tratamiento en salud mental
Diseños de investigación cuantitativa
Diseños de investigación cualitativa
Implicaciones para el clínico y el investigador tradicional
Conclusión
Referencias
Capítulo 35. Sustento empírico de la terapia de juego: fortalezas y
limitaciones
Sue C. Bratton
Panorama histórico
Estatus actual de la investigación en terapia de juego
Resumen de las fortalezas y limitaciones
Conclusión
Referencias
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22. Prefacio
El Manual de terapia de juego, publicado en 1983, ha sido considerado como el
principal punto de referencia por clínicos, maestros y estudiantes relacionados con el
estudio y la práctica de la terapia de juego. El Manual de terapia de juego, vol. 2:
avances e innovaciones, publicado en 1994, constituyó una notable ampliación del
primer volumen. Después de poco más de dos décadas, el Manual de terapia de juego,
2a ed., presenta una revisión importante de aquellos dos hitos de la literatura. Incluye
una cobertura exhaustiva de los avances teóricos, técnicos, metodológicos y de
investigación en el campo de la terapia de juego, siempre en crecimiento.
Con el fin de estar a la altura de los estándares establecidos por los dos primeros
volúmenes, hicimos tres cosas. Primero, invitamos otra vez a las máximas autoridades en
los diversos aspectos de la terapia de juego para que escribieran capítulos originales sobre
los desarrollos alcanzados en el campo desde 1994. Segundo, incluimos material que
presenta enfoques interdisciplinarios, teorías eclécticas, y tiene amplio alcance. Por
último, intentamos reflejar la creciente tendencia a implementar tratamientos con sustento
empírico incorporando las nuevas evidencias que apoyan las intervenciones basadas en el
juego siempre y donde fue posible.
El Manual de terapia de juego, 2a ed., comienza presentando un panorama y la
historia del campo de la terapia de juego, así como una discusión de los poderes
generales del juego. En la segunda sección, aparecen los principales enfoques teóricos de
la terapia de juego, como la psicoanalítica, centrada en el cliente, cognitivo-conductual y
filial. También se habla de los enfoques de Theraplay, ecosistémico y prescriptivo. La
tercera sección está integrada por capítulos sobre las técnicas esenciales de terapia de
juego. La cuarta sección aborda el uso de la terapia de juego con poblaciones cuyas
necesidades de servicios de salud mental, a veces, pasan desapercibidos. En la quinta
sección, se habla del uso de la terapia de juego en escenarios distintos de los tradicionales
para ofrecer servicios de salud mental, como los escenarios médicos, legales y
educativos. En la sexta sección, se tratan temas de ética en la práctica de la terapia de
juego, como el establecimiento de límites y la supervisión. La séptima sección incluye
capítulos sobre temas contemporáneos en el campo de la terapia de juego, como el uso
de tratamientos con sustento empírico, y la diversidad cultural, las neurociencias y la
tecnología en la práctica clínica. Al final, la última sección presenta capítulos sobre el
estado actual de la investigación en terapia de juego y sobre ideas para ampliar el
sustento científicos para esta importante modalidad terapéutica. Psiquiatras, psicólogos,
trabajadores sociales, enfermeras y consejeros de todos los niveles de entrenamiento y
experiencia encontrarán el Manual de terapia de juego, 2a ed., informativo, inspirador y
de gran utilidad clínica.
22
booksmedicos.org
25. Acerca de los autores
Kevin J. O’Connor, PHD, ABPP, RPT-S, es psicólogo clínico. Profesor Distinguido,
coordinador de Ecosystemic Clinical Child Emphasis y director de Ecosystemic Play
Therapy Center en la Alliant International University de Fresno, California. Es
cofundador y Director Emérito de la Association for Play Therapy. Es autor de
numerosos libros, como The Play Therapy Primer, Second Edition, coautor de Play
Therapy Treatment Planning and Interventions, Second Edition, y coeditor de Play
Therapy Theory and Practice, Second Edition. Imparte talleres con regularidad por
todo el territorio de EUA y en otros países, como Canadá, Israel, Italia, Japón, Corean,
Kuwait, Holanda, México, Portugal, Singapur y Sudáfrica. Por último, el Dr. O’Connor
es psicólogo certificado de niños y adolescentes, y miembro del consejo de la American
Psychological Association, además dedica parte de su tiempo al tratamiento de niños y
adolescentes.
Charles E. Schaefer, PhD, RPT-S, es Profesor Emérito de Psicología en la Fairleigh
Dickinson University de Teaneck, Nueva Jersey. Es cofundador y Director Emérito de
la Association for Play Therapy. Imparte con frecuencia conferencias nacionales e
internacionales sobre terapia de juego. El Dr. Schaefer es autor/coautor de más de 100
artículos de investigación y autor/editor de más de 60 libros profesionales, como
Foundations of Play Therapy, Second Edition; Short Term Play Therapy, Third
Edition; Play Therapy for Preschoolers; Play Diagnosis and Assessment; y The
Therapeutic Powers of Play, Second Edition. Se dedica a la práctica privada con niños
en Hackensack, Nueva Jersey.
Lisa D. Braverman, PhD, es psicóloga clínica especializada en las áreas de la oncología
pediátrica, abuso infantil y trauma. Trata a niños y sus familias, y es tutora ad litem de
ProKids en Cincinnati. Fue coeditora de la primera y segunda edición de Play Therapy
Theory and Practice.
25
booksmedicos.org
27. Colaboradores
Jennifer N. Baggerly, PhD, LPC-S, RPT
-S
University of North Texas at
Dallas Dallas, Texas.
Kristin S. Bemis, MEd, LPC, RPT
Therapy Dallas
Dallas, Texas
Helen E. Benedict, PhD, RPT
-S
Baylor University
Waco, Texas
Phyllis B. Booth, MA, LCPC, LMFT, RPT
-S
The Theraplay Institute
Evanston, Illinois
Sue C. Bratton, PhD, LPC-S, RPT
-S
University of North Texas
Denton, Texas
Julia Gentleman Byers, EdD, ATR-BC, LMHC
Lesley University
Cambridge, Massachusetts
Karla D. Carmichael, PhD, LPC, NCC, RPT
-S
Capella University
Minneapolis, Minnesota
Athena A. Drewes, PsyD, RPT
-S
Astor Services for Children and Families
Washingtonville, New Y
ork
Ruth Ellingsen, MA, C Phil
University of California at Los Angeles
Los Angeles, California
Eliana Gil, PhD, LMFT, ATR, RPT
-S
Gil Institute for Trauma Recovery and Education
Fairfax, Virginia
Geri Glover, PhD, RPT
-S
New Mexico Highlands University
Las V
egas, New Mexico
Allan M. Gonsher, LCSW, RPT
-S
Kids-Incorporated
27
booksmedicos.org
28. Overland Park, Kansas, and Omaha, Nebraska
Steve Harvey, PhD, BC-DMY, RPT
-S
Infant, Child, and Adolescent Mental Health Service, Taranaki District Health Board
New Plymouth, New Zealand
Esther B. Hess, PhD, RPT
-S
Center for the Developing Mind
Los Angeles, California
Linda E. Homeyer, PhD, LPC-S, RPT
-S
Texas State University
San Marcos, Texas
Edward F. Hudspeth, PhD, NCC, LPC, RPh, ACS, RPT
-S
Henderson State University
Arkadelphia, Arizona
Kevin B. Hull, PhD, LMHC
Hull and Associates, PA
Lakeland, Florida
Jane L. Johnson, LCSW, RPT
-S
The Play Therapist’sWorkshop
Fort Collins, Colorado
Heidi Gerard Kaduson, PhD, RPT
-S
The Play Therapy Training Institute, Inc.
Monroe Township, New Jersey
Jessica Kichler, PhD
Cincinnati Children’s Hospital Medical Center
Cincinnati, Ohio
Susan M. Knell, PhD
CaseWestern Reserve University
Cleveland, Ohio
Garry L. Landreth, EdD, RPT
-S
University of North Texas
Denton, Texas
Kimberly M. Matthews, MEd, NCC
The University of Mississippi
University Mississippi
Cheryl McNeil, PhD
West Virginia University
Morgantown,West Virginia
28
booksmedicos.org
29. Jodi Ann Mullen, PhD, LMHC, RPT
-S
State University of New Y
ork
Oswego, New Y
ork
Charles Edwin Myers, PhD, LCC, NCC, NCSC, ACS, RPT
-S
Northern Illinois University
DeKalb, Illinois
Laura Nabors, PhD
University of Cincinnati
Cincinnati, Ohio
Meredith Norman, MS
West Virginia University
Morgantown,West Virginia
Kevin J. O’Connor, PhD, ABPP, RPT
-S
California School of Professional Psychology at Alliant International University
Fresno, California
Sarah C. Patton, PsyD
North Florida/South Georgia V
eterans Health System
Gainesville, Florida
Pat Pernicano, PsyD
Spalding University
Louisville, Kentucky
Personal Counseling Service, Inc.
Clarksville, Indiana
Kristi L. Perryman, PhD, LPC, RPT
-S
University of Arkansas
Fayetteville, Arkansas
Lexie Pfeifer, PhD, LMFT
House of Hope
Salt Lake City, Utah
Audrey F. Punnett, PhD, JA, CST
-T, RPT
-S
Private Practice
Fresno, California
Lauren Borduin Quetsch, MS
West Virginia University
Morgantown,West Virginia
Dee C. Ray, PhD, RPT
-S
University of North Texas
29
booksmedicos.org
30. Denton, Texas
Cynthia A. Reynolds, PhD, LPCC-S, CSC, RPT
-S
University of Akron
Akron, Ohio
Charles E. Schaefer, PhD, RPT
-S
Farleigh Dickinson University
Teaneck, New Jersey
John W. Seymour, PhD, LMFT, RPT
-S
Minnesota State University
Mankato, Minnesota
Janine Shelby, PhD, RPT
-S
David Geffen School of Medicine, University of California at Los Angeles
Los Angeles, California
Division of Child and Adolescent Psychiatry, Harbor-UCLAMedical Center
Torrance, California
Jessica Stone, PhD, RPT
-S
Private Practice
Fruita, Colorado
Hayley L. Stulmaker, PhD, LPC, NCC, RPT
Sam Houston State University
Huntsville, Texas
Daniel S. Sweeney, PhD, LMFT, LPC, RPT
-S
George Fox University
Portland, Oregon
Glade L. T
opham, PhD, LMFT
Oklahoma State University
Stillwater, Oklahoma
Ria Travers, MS
West Virginia University
Morgantown,West Virginia
Risë VanFleet, PhD, CDBC, RPT
-S
Family Enhancement and Play Therapy Center and its Playful Pooch Program
International Institute for Animal Assisted Play Therapy
Boiling Springs, Pennsylvania
NancyWallace, MS
West Virginia University
Morgantown,West Virginia
30
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31. Marlo L. R.Winstead, MSW, LCSW, LSCSW, RPT
-S, Theraplay® Trainer and Supervisor
Enriching Families, LLC
Tallahassee, Florida
University of Kansas
Lawrence, Kansas
31
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35. Capitulo 1
Introducción al campo de la terapia de
juego
John W. Seymour
En la tradición occidental, el campo de la terapia de juego se inauguró cuando los
pioneros de la psicoterapia empezaron a aplicar y adaptar los nuevos métodos
psicoterapéuticos para adultos a las necesidades de la salud mental infantil. Desde el
principio, se reconoció que el juego es una manera natural en que el niño establece
relaciones, se comunica y resuelve problemas. Sigmund Freud vio en el juego la forma
infantil de la libre asociación y, por ello, pensó que podría ofrecer una ventana al
funcionamiento interno de la mente infantil (D’Angelo y Koocher, 2011; Ellenberger,
1981). Hermione Hug-Hellmuth (1921) publicó y presentó el primer artículo profesional
en el que se usó el término terapia de juego. Anna Freud (1936/1966) y Melanie Klein
(1932) se dedicaron a extender y aplicar el tratamiento psicoanalítico con niños, y cada
una escribió acerca del papel del juego en su trabajo clínico (Donaldson, 1996). El juego
en la terapia era considerado, en términos de desarrollo, apropiado para interactuar con
niños y esencial como parte del proceso psicoterapéutico (Carmichael, 2006; O’Connor,
2000). Sin embargo, al principio el juego no se consideraba una modalidad separada del
análisis, sino una extensión del proceso terapéutico. Como Donald Winnicott (1971)
describió:
La psicoterapia tiene lugar en la superposición de dos áreas de juego, la del
paciente y la del terapeuta, tiene que ver con dos personas jugando juntas. El
corolario de esto es que, cuando el juego no es posible, el trabajo del terapeuta
está dirigido a llevar al paciente de un estado de no ser capaz de jugar a un estado
de ser capaz de jugar. (p. 53)
Desde los inicios, diversos modelos clínicos de la psicoterapia de adultos (Conductual,
Centrado en el cliente, Cognitivo, Gestalt), aunque empezaron a desarrollarse sobre esta
base, desafiaron los supuestos de los primeros modelos analíticos (Prochaska y Norcross,
2010). Muchos de estos nuevos modelos fueron adaptados después para emplearse con
niños utilizando el juego como el medio para llamar su atención, evaluarlos, comunicarse
y tener un impacto positivo en ellos (Carmichael, 2006; Kottman, 2011; Landreth, 2012;
O’Connor, 2000).
A lo largo de su historia, la terapia de juego ha sido empleada por numerosas
profesiones de la salud mental infantil, cada una de las cuales la adaptó de acuerdo con el
35
booksmedicos.org
36. enfoque de su disciplina en evolución respondiendo a las necesidades de los niños en
distintos momentos históricos y creando aplicaciones para sus contextos. La terapia de
juego no se veía tanto como un campo profesional independiente del de la psicoterapia,
sino como una vía particular de extender la psicoterapia a los niños de un modo más
adecuado a su desarrollo emocional, cognitivo y relacional.
36
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37. DESAFÍOS PARA LA PSICOTERAPIA YLA TERAPIA DE
JUEGO
Los profesionales de la salud mental siguieron desarrollando varios modelos
psicoterapéuticos, y para la década de 1970 había casi 100 de ellos (Saltzman y
Norcross, 1990) que competían entre sí en términos de aplicabilidad, eficacia y primacía.
Los hallazgos de la investigación sobre la eficacia de la psicoterapia variaron
ampliamente, desde los que mostraban poco o ningún beneficio de cualquier tipo de
psicoterapia hasta los que mostraban beneficios sustanciales de muchos tipos de ella
(Prochaska y Norcross, 2010; Salzman y Norcross, 1990). Al mismo tiempo, la
investigación del desarrollo infantil había ido en aumento desde la década de 1950 y se
fue incorporando a la práctica de la psicoterapia infantil. Los modelos conductuales se
fueron empleando cada vez más. Estos hacían énfasis en un método más psicoeducativo
de la práctica clínica, restando importancia a los procesos relacionales y dinámicos que
habían caracterizado a la terapia de juego hasta ese momento. La proliferación de
modelos y sus postulados hicieron necesario llamar al diálogo entre investigadores y
clínicos, proponer la integración de modelos, rendir cuentas en relación con los resultados
terapéuticos y desarrollar adaptaciones a una psicoterapia prescriptiva con base en la
investigación (Duncan, Miller, Wampold y Hubble, 2010; Norcross, VandenBos y
Freedheim, 2011; Wampold, 2001).
De la década de 1960 a la de 1980 (en realidad, hasta el día de hoy), los profesionales
de la salud mental infantil de diversas disciplinas han seguido practicando la terapia de
juego en todas las modalidades psicoterapéuticas disponibles. La combinación de la
práctica interdisciplinaria y la diversidad de modelos terapéuticos han creado una rica
tradición de la terapia de juego. No obstante, estas mismas cualidades hicieron difícil que
este campo ofreciera una respuesta unificada a las tendencias rivales que cuestionaron el
empleo y la eficacia de la terapia de juego como modalidad de la psicoterapia infantil.
Louise Guerney y Charles Schaefer, defensores activos de la terapia de juego durante
este periodo, han reflexionado sobre los desafíos que ésta enfrenta (Association for Play
Therapy, 2010b, 2010d). Hubo pocos libros o artículos sobre la terapia de juego, por no
decir ninguno, que se publicaran, las oportunidades de entrenamiento eran muy limitadas
y no había un grupo profesional específicamente identificado que la promoviera. Era,
como Guerney la describió, “la era oscura de la terapia de juego” (Association for Play
Therapy, 2010b).
37
booksmedicos.org
38. SURGIMIENTO DEL CAMPO DE LA TERAPIA DE JUEGO
De aquellos desafíos vino la propuesta de Charles Schaefer de formar una organización
para revitalizar el campo de la terapia de juego. En 1982, reclutó a Kevin O’Connor, con
quien fundó y creó la Association for Play Therapy (Asociación pro Terapia de Juego),
que en sus inicios reunió un grupo de profesionales de la terapia de juego para
intercambiar información, establecer un plan de formación de terapeutas y crear redes de
colaboración de investigadores, educadores y clínicos (Association for Play Therapy,
2010d). O’Connor se hizo cargo de crear la primera revista de la asociación, y Schaefer
coordinó los primeros congresos nacionales. Además de Schaefer y O’Connor, entre los
directores originales se encontraron Louis Guerney, Eleanor Irwin, Ann Jernberg, Garry
Landreth, Henry Maier, Borislava Mandich y Eileen Nickerson (Association for Play
Therapy, 2014).
Dos años después, las oficinas de la asociación se trasladaron a California y se
instalaron en la Escuela de California de Psicología Profesional, donde O’Connor había
sido nombrado profesor. La asociación empezó a crecer, y con el tiempo cobró realidad
lo que sus fundadores habían imaginado.
Desarrollo de una organización profesional sólida
El primer grupo de la red de terapeutas, profesores e investigadores requería de la
fortaleza y los recursos de una organización más grande. Al ver la necesidad de incluir
una base más amplia de terapeutas de juego, el consejo de directores nombró a Lessie
Perry como presidenta de la primera campaña de afiliación en 1988 para dirigir esta
misión (Association for Play Therapy, 2010c). En 1991, la asociación creó una
organización hermana para recaudar fondos, la Foundation for Play Therapy, con el
objetivo de obtener fondos para la investigación y lanzar campañas para que el público
conociera la terapia de juego. En 1992, se aprobó la creación de dos sucursales estatales
en Oregon y Texas (Association for Play Therapy, 2014) con la idea de satisfacer las
necesidades de la red de colaboración y de la formación de terapeutas de juego a un nivel
más regional.
La asociación llevó a cabo su primer congreso anual en 1984, con la participación de
más de 50 profesionales de la salud mental comprometidos con el naciente campo de la
terapia de juego. Los tres primeros congresos se realizaron en Nueva York, y el cuarto
fue albergado por la Universidad del Norte de Texas en 1987, bajo la dirección de Garry
Landreth. Desde entonces, la sede del congreso ha rotado en las distintas áreas
geográficas de EUA y Canadá para aumentar el alcance de la organización y su misión.
En el décimo congreso, que tuvo lugar en Atlanta en 1993, hubo más de 1 100 asistentes,
mientras que el número total de afiliados ascendía a 3 000. El décimo congreso ofreció
un foro para que numerosos líderes de este campo expusieran su conocimiento sobre los
38
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39. desarrollos de la últimos 10 años y los desafíos que habrían de enfrentar (Berner, Duke,
Guillory y Oe, 1994). John Allan identificó las oportunidades de crecimiento para la
terapia de juego, entre las que se incluye la necesidad de supervisores calificados, la
creación de cuartos de juego bien equipados en escuelas, organismos y hospitales, mayor
colaboración con la terapia familiar, y mayor investigación. Kevin O’Connor amplió los
desafíos para la investigación al pedir que se identifiquen mejor los procesos básicos de la
terapia de juego y que se desarrolle un modelo teórico integral. Charles Schaefer pidió
que se investigue para identificar si hay tipos específicos de terapia de juego que
produzcan beneficios especiales en ciertos trastornos. Estos temas han dado forma a la
misión de la asociación desde entonces y están presentes en muchos de los programas e
iniciativas actuales.
En la misma época, Phillips y Landreth (1995, 1998) realizaron una amplia encuesta
entre profesionales de la salud mental que practican la terapia de juego, incluyendo
muchos miembros de la asociación y numerosos profesionales que se identificaron
mediante intereses en común y organizaciones relacionadas. Encontraron que el mayor
número de terapeutas de juego posee una orientación teórica ecléctica; en segundo lugar
se encuentran los adeptos a la terapia centrada en el cliente. La mayoría de los
encuestados había recibido su formación mediante la educación continua más que en
programas de posgrado. La mayoría dijo tener una formación mínima en el área del
desarrollo infantil, que en su mayor parte obtuvieron mediante la educación continua.
Phillips y Landreth sugirieron que las oportunidades de los programas de posgrado tanto
en terapia de juego, como en desarrollo infantil deberían extenderse para apoyar la
práctica y la investigación, necesarias para definir mejor el campo. También era necesario
ofrecer más oportunidades para que los nuevos terapeutas tengan acceso a supervisión y
apoyo para garantizar que se apeguen a los estándares más altos de la práctica clínica.
Kevin O’Connor continuó como director ejecutivo hasta 1998, llevando la asociación
de un grupo de trabajo en red, como fue en sus primeros días, a una organización
profesional multifacética. La asociación había crecido al punto de ser necesario un
ejecutivo profesional de tiempo completo, y en 1999 William Burns fue nombrado
director ejecutivo (que después se convirtió en presidente y director ejecutivo).
La asociación ha mantenido sus oficinas en el área de Fresno, California, durante toda
su historia; en la actualidad se encuentra cerca de Clovis. Tres de los primeros miembros
del equipo, Kathryn Lebby, Diane Leon y Carol Muñoz Guerrero, han sido parte de la
organización desde la década de 1990. La asociación ha transitado de un consejo de
directores designado a uno elegido por los afiliados, mientras que el presidente es elegido
por los propios miembros del consejo. Durante los primeros 20 años, la organización
avanzó en su propósito de cultivar un nuevo liderazgo, modificar la forma de gobierno y
crear una base financiera más estable para dar apoyo a la misión de la asociación, que se
encuentra en constante evolución.
Cuando la asociación se acercaba a su vigésimo aniversario, Ryan, Gomory y Lacasse
(2002) encuestaron a los afiliados, que en ese momento ascendían a más de 4 000. Con
base en los resultados de la encuesta, hubo un nuevo llamado para reforzar la calidad de
39
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40. la educación continua y fomentar el desarrollo de mayor entrenamiento teórico y práctico
en los programas de posgrado en el campo de la terapia de juego. Aunque los servicios
de terapia de juego se ofrecían a un rango más amplio de clientes, las terapeutas en su
mayoría eran mujeres anglo- o euroamericanas, es decir, de una población demográfica
más circunscrita que la de los clientes. Se recomendó que la asociación impulsara la tarea
de afiliar a profesionales de mayor diversidad racial para promover una formación que
considerara la diversidad cultural y para mejorar el acceso a los servicios de terapia de
juego.
Al reflexionar sobre sus años en la asociación, Burns (Association for Play Therapy,
2013), señaló dos logros de los que siente un orgullo especial. Uno de ellos fue la
inauguración de la Leadership Academy en 2005. En ella se empleó una plataforma de
aprendizaje en línea para entrenar dirigentes actuales y futuros de asociaciones en la
misión organizacional y el modelo de gobierno. Desde entonces, la academia ha graduado
generaciones cada año, de donde han egresado más de 200 dirigentes mejor preparados
para servir a su asociación en el campo de la terapia de juego. El otro logro fue la
transformación del boletín informativo en una revista trimestral a color, Play Therapy, en
2006. La nueva revista fue diseñada para resaltar las principales iniciativas de la
organización y presentar artículos sobre los temas y tendencias de interés actual en el
campo de la terapia de juego.
Al paso de los años se han generado otros cambios. El número de afiliados ha seguido
creciendo de aquellos 50 que comenzaron en 1982 a la cifra de 6 074 al momento de
escribir esta obra (K. Lebby, comunicación personal, 27 de julio, 2014). No sólo hay
más afiliados, sino que estos provienen de una extensión geográfica que, además de EUA
y toda Norteamérica, incluye más de 20 países de todo el mundo. William Burns se retiró
como presidente y director ejecutivo en marzo de 2014, mientras que Katheryn Lebby, la
primera empleada de la asociación, contratada originalmente en 1992, fue nombrada
presidente y directora ejecutiva.
Construcción de bases sólidas para la práctica e investigación en terapia de
juego
La atención de los primeros dirigentes y de los cada vez más numerosos miembros de la
asociación pasó de la organización y la creación de redes de colaboración al desarrollo del
campo de la terapia de juego por medio de una sólida base teórica, técnica y de
investigación. Hubo una renovación de la escritura profesional para estimular discusiones
sobre teoría, práctica e investigación. Se ampliaron y mejoraron las oportunidades de
estudiar en programas de posgrado y de entrenamiento y supervisión. Se puso en marcha
un proceso de acreditación de terapeutas y supervisores para contribuir a definir el área
de especialidad para otros profesionales de la salud mental y para el público general que
podía acceder a estos servicios. En 1985, en una revisión de la investigación disponible
40
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41. sobre terapia de juego, Roger Phillips señaló que “sorprendentemente se sabe poco de la
terapia de juego desde el punto de vista experimental” (p. 752). La mayor parte de lo que
se había escrito hasta entonces, provenía del trabajo clínico más que de la investigación.
Mucho de lo que se había publicado era de carácter anecdótico y se presentaba para
ilustrar un modelo específico de terapia, en vez de estudiar de manera rigurosa el impacto
del juego en los resultados terapéuticos. Para que la investigación avance, el juego y sus
componentes terapéuticos, así como la terapia de juego, tendrían que definirse en
términos operacionales para poder medir los resultados de manera empírica.
Definición de terapia de juego
Poco después de que el juego se incorporara en el trabajo clínico con niños, se
desarrollaron múltiples definiciones del juego, la psicoterapia y el juego en psicoterapia.
Muchas personas también reconocían que el juego, en sus diversas formas, era
beneficioso y podía usarse en la interacción con niños para promover su bienestar. ¿Pero
qué convirtió al juego en terapéutico? ¿Qué era la terapia de juego? Una de las primeras
iniciativas de la asociación fue elaborar una definición operacional compartida de la
terapia de juego que sirviera como punto de partida para desarrollar teorías integrales,
investigaciones rigurosas y esfuerzos unificados para promover este campo frente a otros
profesionales y al público general. Después de muchas revisiones y discusiones, el
consejo de directores adoptó esta definición en 1997:
La terapia de juego es el uso sistemático de un modelo teórico para establecer un proceso interpersonal en el
que un terapeuta entrenado usa las propiedades terapéuticas del juego para ayudar a sus clientes a prevenir o
resolver dificultades psicosociales y alcanzar un crecimiento y desarrollo óptimos. (Association for Play
Therapy, 1997)
Nuevas publicaciones sobre terapia de juego
A partir de la aparición del Manual de terapia de juego (Schaefer y O’Connor, 1983),
que incluyó contribuciones de varios de los primeros miembros de la asociación,
comenzó una nueva generación de publicaciones. Después, apareció un segundo
volumen del manual (O’Connot y Schaefer, 1994) con actualizaciones de las tendencias
recientes en el campo. Estos volúmenes son los predecesores de este libro. Los primeros
10 años de este nuevo énfasis en las publicaciones profesionales incluyeron libros de
autores como John Allan (1988), Eliana Gil (1991) y Garry Landreth (1991).
En respuesta a la necesidad de nuevas investigaciones, la Asociación pro Terapia de
Juego publicó por primera vez en 1992 el International Journal of Play Therapy, bajo la
dirección del entonces director ejecutivo Kevin O’Connor y la editora en jefe invitada
Cynthia K. Bromberg. Después del primer número, la revista se publicó semestralmente
y, a partir de 2009, cada tres meses. Ahora, la asociación contrata a la American
Psychological Association para la distribución de la revista, que incluye archivos
electrónicos de todos los números, disponibles para los investigadores de todo el mundo.
41
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42. Desarrollo de programas específicos para posgrado en terapia de juego
Garry Landreth estableció el Center for Play Therapy en 1980 en la Universidad del
Norte de Texas, en Denton, EUA. El centro se ha convertido en el programa de
formación en terapia de juego más grande del mundo; ofrece entrenamiento de posgrado
a nivel de maestría y doctorado, así como educación continua para profesionales y
funciona como un lugar de investigación y formación en terapia de juego. El centro
cuenta con una extensa biblioteca con materiales para la práctica y la investigación, y
financia un Instituto de Verano de Terapia de Juego y un Congreso de Otoño de Terapia
de Juego (Landreth, 2012). Cuando se creó el centro, había aproximadamente 40
universidades en EUA que ofrecían al menos un curso sobre terapia de juego. Para 2013,
177 universidades informaron que ofrecen cursos así como cada vez mayores
oportunidades de tener experiencias clínicas prácticas (Burns, 2014).
En 2009, la asociación adoptó los estándares de los Centros Aprobados de Educación
en Terapia de Juego para continuar impulsando la formación de clínicos e investigadores.
Tomando como modelo al Centro pro Terapia de Juego de la Universidad del Norte de
Texas, el propósito de estos estándares era impulsar la formación de clínicos e
investigadores altamente calificados que pudieran producir nuevas publicaciones,
arbitradas por pares, y generar investigaciones para el progreso de la terapia de juego
entre la comunidad profesional y el público general. En junio de 2009, el Centro pro
Terapia de Juego se convirtió en el primer centro aprobado, y al momento de escribir
esto, había 23 centros aprobados en EUA que apoyan la práctica, teoría e investigación
de la terapia de juego (K. Lebby, comunicación personal, 27 de julio, 2014).
Acreditación y estándares para la práctica
A principio de la década de 1990, Diane Frey (Association for Play Therapy, 2010a) y
otros dirigentes empezaron un proceso de acreditación de terapeutas de juego para
contribuir a identificar el conocimiento y habilidades esenciales que debía poseer
cualquier profesional de la salud mental de cualquier disciplina que practicara la terapia
de juego. Se consideró que este registro era una manera importante para impulsar
estándares altos en la formación y práctica de la terapia de juego para proteger a los
clientes y conscientizar a los profesionales y al público acerca de qué es la terapia de
juego. En 1993, se otorgaron las primeras acreditaciones como Terapeuta de Juego
Registrado (RTP, del inglés Registered Play Therapist) y el Supervisor-Terapeuta de
Juego Registrado (RPT-S, del inglés Registered Play Therapist-Supervisor), a finales de
2013 había 1 184 terapeutas y 1 785 supervisores-terapeutas reconocidos en todo el
mundo.
Para asegurar que los terapeutas de juego pudieran tener acceso a educación continua
de alta calidad, la asociación estableció estándares para los Proveedores Aprobados de
Educación Continua en Terapia de Juego (Association for Play Therapy, 2010a). Cada
año, estos proveedores ofrecen miles de horas de educación continua en todo EUA. En
42
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43. 2001, la asociación inauguró su primer programa de educación continua en línea para que
todo aquél que contara con internet pudiera continuar su formación. En 2008, el E-
Learning Center de la asociación comenzó sus labores, que consisten en ofrecer una
amplia variedad de educación continua para terapeutas de juego principiantes o
experimentados (Association for Play Therapy, 2014).
Los terapeutas de juego conforman un grupo multidisciplinario integrado por
psicólogos, consejeros, terapeutas familiares, trabajadores sociales, enfermeras clínicas
especializadas y otros profesionales. Cada una de estas disciplinas de la salud mental
tiene sus propios estándares de práctica, códigos éticos y regulaciones para otorgar
licencias. Para complementar estas directrices, regulaciones y códigos éticos, la
Asociación pro Terapia de Juego desarrolló directrices específicas para la práctica de la
terapia de juego, que se refieren a situaciones muy comunes en el trabajo clínico con
niños. Las Directrices de la Práctica V
oluntaria de la Terapia de Juego, elaboradas en
2003, se actualizaron en 2009 y 2012 y se convirtieron en las Mejores Prácticas de la
Terapia de Juego (Association for Play Therapy, 2012c). Además, “Paper on Touch:
Clinical, Professional, and Ethical Issues” (Association for Play Therapy, 2’12b) aborda
temas específicos del uso del contacto en la terapia de juego.
Establecimiento de una base de investigación
Los debates históricos sobre el valor de la psicoterapia tuvieron lugar, al principio, en el
interior de la comunidad de clínicos e investigadores en relación con la validez de los
modelos teóricos específicos. En la actualidad, los debates involucran a un público
interesado más amplio, como accionistas externos, encargados de las políticas públicas en
salud y usuarios, quienes hacen hincapié en los resultados con clientes y problemas
específicos. Desarrollada a partir de métodos de investigación empírica en el campo
médico (Norcross, Beutler y Levant, 2006), la investigación en terapia de juego ha
seguido la tendencia que lleva a la práctica basada en evidencias, y ha pasado de los
estudios que casi siempre comparaban la eficacia de distintos modelos de terapia de juego
a la investigación centrada en la relación terapéutica, la idoneidad de un método
terapéutico para cada cliente y la identificación de los mecanismos terapéuticos en
distintos modelos de terapia de juego (Drewes, 2011a, 2011b).
Baggerly y Bratton (2010) resumieron la evolución de los estudios controlados de los
resultados de la terapia de juego, desde que los primeros dirigentes de la asociación
empezaron a establecer un conjunto sustancial de investigaciones. Diversos metaanálisis
de las investigaciones han demostrado que la terapia de juego puede ser un eficaz
tratamiento para numerosos problemas (Bratton y Ray, 2000; Bratton, Ray, Rhine y
Jones, 2005; LeBlanc y Ritchie, 2001; Ray, Bratton, Rhine y Jones, 2001). La
Fundación pro Terapia de Juego, asociación hermana para recaudar fondos, ha
financiado foros de investigación durante varios años, y hace tiempo hizo donaciones
monetarias sustanciales para que se llevaran a cabo proyectos de investigación sobre
terapia de juego, los cuales auguraban que se cumplirían los estándares de la práctica
basada en evidencias. Los libros editados por Reddy, Files-Hall y Schaefer (2005) y por
43
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44. Drewes (2009) ofrecieron ejemplos de que los investigadores respondían al llamado de
crear una base de evidencias para la práctica de la terapia de juego.
44
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45. AVANCE HACIA EL FUTURO DE LA PRÁCTICA E
INVESTIGACIÓN EN LA TERAPIA DE JUEGO
Kazdin (2009) ha señalado que, aunque hay una gran riqueza en la literatura de
investigaciones sobre psicoterapia infantil, nuestra comprensión empírica del proceso y
sus resultados aún es muy limitada. En una entrevista de 2010, Charles Schaefer afirmó
que la investigación en terapia de juego se encuentra todavía “en su primera infancia”
(Association for Play Therapy, 2010d), e hizo un llamado para realizar estudios con
buenos diseños y controles, mejores que los actuales, para crear una base de evidencias
para otras formas de psicoterapia. Para contar con una práctica de la terapia de juego
basada en evidencias, se requiere mayor investigación rigurosa sobre la eficacia,
mecanismos y resultados terapéuticos. En su revisión de la literatura actual, D’Angelo y
Koocher (2011) señalaron que, en los últimos 10 años, ha habido un notable aumento de
publicaciones en este campo, así como un cambio de enfoques más específicos de una
teoría a “una versión más pragmática y ecléctica de la terapia de juego, a menudo
combinada con tratamientos más directivos” (p. 442).
En 2010, el International Journal of Play Therapy publicó una actualización del
estado de la investigación, que, sin duda, ha aumentado tanto en cantidad como en
calidad con respecto a la revisión de Phillips (1985) de hace 25 años (Baggerly y Bratton,
2010). Urquiza (2010) describió una división en el campo de la terapia de juego
concerniente a la investigación. Algunos impulsan los esfuerzos para demostrar de
manera empírica el valor de esta terapia para el campo general de la salud mental y para
quienes pagan por sus servicios y esperan resultados. Otros han hecho fuertes críticas al
uso del modelo médico de investigación y a la aplicabilidad de ellos en el campo de la
psicoterapia. Aunque estos grupos difieren en la metodología de investigación, ambos
comparten la meta de que los terapeutas tengan conocimientos suficientes y sean
conscientes de su labor y responsables de los resultados terapéuticos. Urquiza hizo varias
recomendaciones para impulsar el trabajo de investigación, tales como llevar a cabo
investigaciones más específicas que examinen los mejores tipos de intervención para
ciertos problemas, crear manuales de tratamiento que puedan ser replicados con
facilidad, y hacer mejores evaluaciones previas y posteriores a la intervención para tener
una idea más clara de las posibles relaciones entre los tratamientos y los resultados.
También resumió los pasos que la investigación empírica debería seguir para ir de esta
fase preliminar a las pruebas aleatorias controladas con resultados que demuestren la
validez empírica “confirmada” o la “probable eficacia” de los enfoques terapéuticos
tomando como referencia los estándares basados en evidencias.
En 2010, Phillips actualizó la revisión de la investigación en terapia de juego que había
realizado en 1987. Aunque reconoció el auge de la investigación y las publicaciones, llegó
a la conclusión de que “aún no existe un conjunto de evidencias científicas digno de
crédito en la mayor parte de la terapia de juego” (p. 13).
45
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46. Señaló que parte del problema tiene que ver con la incapacidad de los investigadores
para hacer definiciones operacionales del juego y de la terapia de juego, de tal modo que
pueda confirmarse de manera coherente que lo que se hace en las sesiones es terapia de
juego y que los resultados atribuidos a estas acciones son producto de lo que se
denomina terapia de juego. Abogó por que se lleven a cabo más investigaciones
centradas en “los mecanismos terapéuticos” (p. 22). En contraste con las conclusiones de
Phillips, Baggerly y Bratton (2010) revisaron las investigaciones recientes y llegaron a
anteriores conclusiones notablemente más positivas; afirman que los investigadores “han
hecho un progreso continuo en la realización de investigaciones con suficiente rigor para
consolidar la terapia de juego como un tratamiento basado en evidencias” (p. 36).
Investigación del juego y neurobiología interpersonal
D’Angelo y Koocher (2011) observaron que la investigación sobre el desarrollo infantil
tiene un impacto significativo en la investigación y práctica actuales de la terapia de
juego. Las primeras teorías psicoanalíticas de juego se enraizaban en la idea del siglo
XIX de que la imaginación era primordialmente la actividad interna de un individuo a
título propio. Sin embargo, la investigación reciente sobre el papel del juego natural ha
ampliado y cuestionado esas ideas. El juego natural, como se define en la actualidad, no
es cuestión sólo de imaginación personal y autoexpresión, sino también de conectar con
los otros y dar significado a las experiencias en el contexto social y cultural. El juego es
interactivo e impacta tanto el desarrollo como el ambiente del niño. Sutton-Smith (2008)
describió el juego natural como el primer intento del niño para regular sus respuestas ante
conflictos reales, y el juego sigue siendo el mayor intento para manejar los conflictos a lo
largo de la vida (Brown, 2009; Russ, 2004). Cuando se toma en cuenta el contexto del
desarrollo humano general, el juego es precursor de las capacidades para ser padres
empáticos, fomentar las amistades, tener relaciones íntimas con los compañeros y ejercer
ocupaciones adultas con entusiasmo (Slade y Wolf, 1994). Eberle (2014) lo formula del
siguiente modo: “El juego es un proceso antiguo, voluntario, ‘emergente’ motivado por
un placer que fortalece nuestros músculos, instruye nuestras habilidades sociales, templa
y profundiza nuestras emociones positivas y posibilita un estado de equilibro que nos
serena para jugar un poco más” (p. 231).
Schore (2012) y Siegel (2012) describen cómo los avances tecnológicos de la
imagenología nos han brindado nuevos medios de comprender la interacción cerebro-
cuerpo cuando los seres humanos interactúan entre sí y con su ambiente. Estos hallazgos
nos han dado nueva información acerca del papel del juego en el desarrollo infantil, han
moldeado nuestra comprensión de cómo el juego media la relación terapéutica y se
convierte en fuente de numerosos mecanismos terapéuticos subyacentes en el trabajo
entre terapeuta y cliente. Hace años, Bateson (1972) señaló que “la semejanza entre el
proceso terapéutico y el fenómeno del juego es, en verdad, profundo” (p. 191). Los
46
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47. futuros enfoques terapéuticos de la terapia de juego tendrán que incorporar estos
conocimientos del desarrollo del juego para conceptualizar la alianza terapéutica y
desarrollar nuevas intervenciones (Russ, 2004).
Con base en estos hallazgos, Perry y colaboradores (Barfield, Dobson, Gaskill y Perry,
2012; Perry, 2006; Perry y Hanbrick, 2008; Perry, Pollard, Blakley, Baker y Vigilante,
1995) desarrollaron un Modelo Neurosecuencial de la Terapéutica. Este modelo describe
un proceso progresivo de la intervención terapéutica (incluyendo las que emplean el
juego) organizadas en una secuencia que corresponda al orden del desarrollo cerebral.
Estas intervenciones varían desde las que buscan remediar la función del tallo cerebral
hasta las que buscan remediar las funciones superiores de la corteza frontal. Entonces,
las intervenciones terapéuticas iniciales deben dirigirse a la integración sensorial y la
autorregulación y, después, al trabajo afectivo, cognitivo y relacional más complejo.
Integración de la terapia de juego y propiedades terapéuticas del juego
De la misma manera que el vasto campo de la psicoterapia, el de la terapia de juego se ha
alejado de manera gradual de los tratamientos de modelo específico para adoptar
modelos más integrados y prescriptivos (Drewes, 2011a, 2011b; Drewes, Bratton y
Scheafer, 2011; Scheafer y Drewes, 2010, 2011, 2014). Estos modelos se centran más
en métodos multimodales para evaluar las necesidades del niño, ajustar la intervención a
éstas con base en la comprensión de los mecanismos terapéuticos comunes en la mayoría
de los modelos de terapia infantil y de los factores que establecen y mantienen la relación
terapéutica. O’Connor (1991) elaboró uno de los primeros modelos integrativos de la
terapia de juego, la Terapia de Juego Ecosistémica. Emplean-do un enfoque teórico
integrativo (Drewes, 2011a, 2011b), O’Connor combinó diversos elementos de las
terapias psicoanalítica, centrada en el niño, del desarrollo, cognitivo-conductual,
Theraplay®1 y Terapia de realidad (Glasser, 1975) para conformar un modelo de
evaluación y tratamiento mediante la terapia de juego (O’Connor, 1991, 2000, 2001,
2011; O’Connor y Ammen, 1997, 2013).
Schaefer ha propuesto enfoques integrativoshaciendo hincapié en los factores comunes
de la terapia de juego y los métodos prescriptivos, y adaptando las intervenciones a los
clientes y las condiciones específicos (Drewes, 2011a, 2011b). En The Therapeutic
Powers of Play (Las propiedades terapéuticas del juego), Schaefer (1993) identificó 14
mecanismos de cambio comunes a todos los modelos terapéuticos, y recientemente
extendió la lista a 20 en The Therapeutic Powers of Play: 20 Core Agents of Change.
Kazdin (2009), en una revisión de las investigaciones sobre procesos terapéuticos con
niños, observó que el foco de atención tiene que estar en los mecanismos del cambio,
para que un continuo esfuerzo para describir las propiedades terapéuticas del juego pueda
guiar los estudios focalizados en cómo y por qué estas propiedades funcionan. Schaefer
ve en esto una línea prometedora para la investigación futura de la terapia de juego
47
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48. (Association of Play Therapy, 2010d).
La investigación de modelos integrativos y factores en común en el campo de la
psicoterapia también ha reforzado la importancia de la relación terapéutica y la necesidad
de comprender mejor cómo ésta es terapéutica por sí misma (Duncan et al., 2010). El
juego se incorporó en un principio a la psicoterapia infantil como un medio para
desarrollar y mejorar la relación terapéutica (Carmichael, 2006; O’Connor, 2000). Ginott
(1959), Guerney (2001), Landreth (2012) y otros (Cochran, Nordling y Cochran, 2010;
Van Fleet, Sywulak, Sniscak y Guerney, 2010; Wilson y Ryan, 2006) han ampliado en
gran medida nuestra comprensión de la dinámica de la relación terapéutica en la terapia
de juego. Este acento sobre la relación terapéutica también ha recibido apoyo de la
investigación en neurobiología interpersonal. Schore (2012) sugirió que el trabajo de la
psicoterapia “no se define por lo que el terapeuta hace por el paciente, o por lo que le
dice (hemisferio cerebral izquierdo), sino que el mecanismo clave es cómo ser con el
paciente, sobre todo durante los momentos de tensión afectiva (hemisferio cerebral
derecho)” (p. 44)
Terapia de juego y poblaciones especiales
Los enfoques de la terapia de juego han comenzado a extenderse más allá de la dinámica
del individuo y del mundo de los niños pequeños. Los padres y otros miembros de la
familia empezaron a incluirse en las sesiones terapéuticas. Los aspectos no verbales y
experienciales de la terapia empezaron a incluirse en las aplicaciones terapéuticas con un
mayor rango de edades, que va de adolescentes a adultos.
Participación de los padres y la familia en la terapia de juego
Louise Guerney explicó que cuando ella y su esposo/coinvestigador Bernard Guerney
empezaron a incluir a los padres en la terapia de juego, “los padres no eran considerados
como agentes de cambio” (Association for Play Therapy, 2010b). En la actualidad,
Landreth se refiere a la Terapia filial creada por Guerney como “el desarrollo más
importante en terapia de juego de los últimos 50 años” (Association for Play Therapy,
2012a). Desde el punto de vista de Landreth, involucrar a los padres crea un “proceso
intergeneracional – un puente para tocar temas de nivel societal” que impacta en las vidas
de los niños de una manera que transciende el cuarto de juego. Los metaanálisis de los
resultados de la terapia de juego han encontrado que la participación de los padres es uno
de los factores clave del éxito terapéutico (Bratton et al., 2005; Le Blanc y Ritchie,
2001).
La terapia de juego en el ciclo vital
48
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49. Frey (Association for Play Therapy, 2010a), Landreth (Association for Play Therapy,
2012a) y Schaefer (Association for Play Therapy, 2010d) señalan que el futuro de la
terapia de juego está en incluir clientes de todas las edades. La investigación
contemporánea del juego natural hace hincapié en las funciones del juego a lo largo del
ciclo vital para mantener el equilibrio emocional y la conexión con los otros. Los
terapeutas de juego están encontrado nuevas maneras de aplicar las propiedades del
juego con adolescentes, adultos y adultos mayores.
Competencia en temas culturales en la terapia de juego
O’Connor (1991, 2000) y O’Connor y Ammen (1997, 2013) dedicaron capítulos enteros
de sus libros a la importancia de la diversidad en todos los aspectos de la práctica de la
terapia de juego. O’Connor también escribió un extenso artículo sobre este tema que se
publicó en la revista especializada Professional Psychology: Research and Practice
(2005). Gil y Drewes (2005) editaron el primer libro importante sobre la dimensión
cultural en la terapia de juego para estimular la discusión en torno a la cultura y la
diversidad en el cuarto de juego. Posteriormente, la Asociación pro Terapia de Juego
adoptó como política el reconocimiento, la incorporación y la preservación de la
diversidad en el juego y la terapia (Association for Play Therapy, 2014). En uno de los
congresos recientes de la asociación, el tema principal fue la diversidad, y muchas de las
sucursales de la asociación han tenido iniciativas semejantes. Ahora, todas las propuestas
de educación continua profesional aprobadas por la asociación deben incluir detalles de
cómo la diversidad impacta en el tópico de los cursos.
El futuro de la terapia de juego es ahora
La investigación reciente del juego natural y la neurobiología interpersonal han brindado
al campo de la terapia de juego una mirada fresca de cómo comprender la experiencia del
juego y de la terapia. Sin embargo, con esta nueva verdad continúa una vieja verdad: el
juego es parte integral de cómo nos conectamos con nuestras personas amadas y con
nosotros mismos. En el juego ensayamos para enfrentar los desafíos de la vida y nos
refrescamos después de afrontarlos. Las propiedades terapéuticas del juego son las
propiedades terapéuticas de la vida y la renovación.
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50. ■ REFERENCIAS
Allan, J. (1988). Inscapes of the child’s world. Dallas, TX: Spring.
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53. NOTA
1 Theraplay es la marca registrada del servicio de The Theraplay Institute, Evanston, IL.
53
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55. Capítulo 2
Historia de la terapia de juego
Jane L. Johnson
El juego es algo natural en los niños. A lo largo de la historia, se ha observado que los
niños juegan si el ambiente y la situación lo permiten. Conocer la historia de la terapia de
juego permite que tengamos una comprensión más profunda de las raíces teóricas de los
modelos y técnicas que empleamos, permite también ampliar nuestro panorama sobre la
totalidad del campo de la terapia de juego.
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56. HISTORIA PRELIMINAR: EL CAMINO A LA TERAPIA DE
JUEGO
Antes del siglo XX, los niños eran pertenencias, mano de obra, fuente de ingresos y un
medio para la supervivencia de la especie, o al menos del apellido de la familia. En el
siglo XVIII y a principios del XIX, el estatus socioeconómico con frecuencia determinaba
las actividades del niño durante el día: recibir la instrucción de un tutor o ir a la escuela,
trabajar en el campo o en una fábrica, ser aprendiz de algún oficio o sobrevivir en las
calles. Con la industrialización y el crecimiento de las comunidades asentadas en un lugar
fijo, la supervivencia de muchas familias estuvo asegurada. A finales del siglo XIX más
personas podían ocuparse por sí mismos de su calidad de vida y de las de otros en su
comunidad. La infancia empezó a verse como una etapa distinta de la vida.
Los movimientos sociales, reformas e iniciativas humanitarias sacaron a la luz las
necesidades conductuales y emocionales de los niños, y con ello la necesidad de servicios
de salud mental. En 1909, dos sucesos importantes contribuyeron de manera significativa
al desarrollo de la psicoterapia infantil y, por consecuencia, de la terapia de juego.
El National Committee for Mental Hygiene (NCMH, Comité Nacional para la Higiene
Mental) fue fundado gracias a la labor de Clifford Beers, quien convenció a Adolf Meyer,
psiquiatra destacado, y al psicólogo de Harvard, William James, además de otros
profesionales, de que era necesario prevenir la enfermedad mental y reformar el cuidado
de los dementes. La investigación que autorizó este comité se enfocó en comprender la
conducta y la personalidad del niño, en tanto que el tratamiento de la enfermedad mental
en adultos dependía de comprender los factores causales que se remontaban a la infancia
(Horn, 1989; Jones, 1999). El trabajo del NCMH llevó a desarrollar programas de
higiene mental en escuelas y al establecimiento de clínicas de orientación infantil.
En 1909, Stanley Hall, quien había inaugurado el movimiento de estudio del niño en la
década de 1890, invitó a Sigmund Freud y a Carl Gustav Jung a la Universidad de Clark
para impartir un ciclo de conferencias y recibir un título honorario (Jones, 1999; Peery,
2003). Freud presentó el caso del pequeño Hans, que había publicado recientemente,
mientras que Jung expuso el caso de Anna, una niña de 4 años de edad. Ambas
presentaciones se publicaron en inglés, y este hecho se considera como el punto de
partida de la psicoterapia infantil en EUA. Las teorías psicoanalíticas del desarrollo
infantil, los métodos de tratamiento y el juego predominaron en los primeros trabajos de
orientación.
Raíces teóricas y conceptuales: precursores de las teorías de la terapia de
juego
56
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57. Debido a que encontró que los síntomas y conflictos de sus pacientes adultos se
originaban sin excepción en la temprana infancia, Freud dirigió su atención a los niños.
Pasó muchas horas haciendo observación directa de los niños y encomendó a sus colegas
y seguidores a hacer lo mismo (Lebo, 1955). Freud observó que los niños creaban un
mundo propio en su juego, disponiendo las cosas a su conveniencia (Mannoni, 1970).
Para 1920, se había interesado en las tendencias infantiles a repetir en su juego
experiencias desagradables y abrumadoras. Por medio de la repetición, los niños
dominaban la experiencia para recobrar la sensación de control. El lugar central de la
infancia en las teorías psicoanalíticas abrió la puerta al análisis infantil, el cual, creía
Freud, confirmaría sus teorías (Mannoni, 1970). En vista de que la libre asociación y
hablar acerca del pasado no era atractivo para los niños, era claro que requerirían una
técnica más adecuada. Hermine von Hug-Hellmuth y Melanie Klein, seguidoras de
Freud, junto con su hija, Anna Freud, comprendieron que la inclinación del niño a jugar
era un componente indispensable del análisis infantil (Lebo, 1955).
En 1904, Freud fundó la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Alfred Adler fue su primer
presidente, pero después éste fundó la Sociedad de Psicología Individual con base en sus
propias teorías de la psicología individual. El modelo de Adler concede la misma
importancia a las conexiones sociales y comunitarias que a la experiencia interna. Adler
se centró en la dinámica familiar e influyó en el trabajo de sus seguidores Rudolf
Dreikurs y Don Dinkmeyer sobre los padres. Su contribución a la terapia de juego se
puede apreciar en la teoría adleriana de la terapia de Juego, formulada por Terry
Kottman (1995).
Carl Gustav Jung también fue presidente de la Sociedad Psicoanalítica, pero después
fue censurado por Freud cuando las ideas de Jung sobre los niños no concordaron con su
teoría de la sexualidad infantil. Uno de los primeros seguidores de Jung, Michael
Fordham, aplicó los principios de Jung en su trabajo con niños (Peery, 2003). Los
símbolos que aparecían en las expresiones del inconsciente individual y el colectivo,
incluyendo los arquetipos, habían cobrado vida en las observaciones de muchos
terapeutas de juego que tenían un arenero en sus consultorios. Aunque se considera que
Margaret Lowenfeld fue quien introdujo el arenero con miniaturas en el cuarto de juego,
ella no era propiamente seguidora de Jung. En realidad fue Dora Kalff quien combinó la
técnica de los mundos de Lowenfeld y los principios de Jung para desarrollar la terapia
de juego con arena (Turner, 2004).
Otto Rank, uno de los miembros más jóvenes de la Sociedad Psicoanalítica, siguió
trabajando con Freud hasta 1924. Su libro, The Trauma of Birth (El trauma del
nacimiento), discordaba de la teoría de Freud acerca del trauma temprano en la vida del
niño. Rank se centró en la relación emocional entre el terapeuta y el cliente en el “aquí y
ahora”, y consideró la individuación y la conexión como un proceso que dura toda la
vida. A diferencia de los psicoanalistas, él creía que la expresión emocional debía ser
parte de la terapia. Carl Rogers adoptó las ideas de Rank y reconoció su influencia en el
desarrollo de la terapia centrada en el cliente. Rank también influyó en otros teóricos,
como Frederick Allen y Clark Moustakas, quienes eran partidarios de la filosofía
57
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58. existencial y desarrollaron varian-tes de la terapia relacional (James, 1997).
Las raíces teóricas de la mayoría de los modelos actuales de terapia de juego pueden
encontrarse en el trabajo de Freud, Adler, Jung y Rank. Además de estudiar las
experiencias de la infancia como factor etiológico de las perturbaciones adultas, estos
teóricos centraron su atención en el análisis de niños y en temas del desarrollo infantil.
Para aplicar estos modelos es necesario desarrollar una relación terapéutica, traducir la
teoría al proceso de juego y operar dentro de los límites de la etapa de desarrollo del
niño. Los primeros analistas que intentaron emplear los métodos del psicoanálisis para
adultos encontraron que no podían hacer que el niño practicara la asociación o discurso
libre acerca de su pasado, aun cuando podían establecer una relación cálida con ellos
(Lebo, 1955). El juego es el elemento clave para adaptar las teorías sobre los adultos al
trabajo con niños (Freud, 1927/1974; Hug-Hellmuth, 1921; Klein, 1932).
Pioneros de la terapia de juego
Hermine Hug-Hellmuth fue la primera psicoanalista que desarrolló técnicas distintas para
el psicoanálisis infantil de los métodos para adultos (Geissmann y Geissmann, 1998).
Hug-Hellmuth hizo observaciones directas de niños, incluyendo su juego, y presentó su
primer artículo a la Sociedad Psicoanalítica en 1913. Después publicó una monografía en
la que integraba la teoría freudiana de la sexualidad infantil (Hug-Hellmuth, 1919).
Aunque se suele citar como el primer registro de la terapia de juego, en realidad sólo
describe sus observaciones de niños y sus conclusiones teóricas acerca de su juego
(Geissmann y Geissmann, 1998).
En un artículo posterior, “On the Technique of Child Analysis”, publicado en 1921,
Hug-Hellmuth describió cómo el juego se podía emplear para comprender mejor los
síntomas del niño y establecer una relación, se dio cuenta del carácter simbólico del
juego, lo que permite al niño comunicarse sin palabras (Geissmann y Geissman, 1998).
Aunque Hug-Hellmuth no inventó la terapia de juego, su trabajo sin duda representa el
prototipo que guió a Melanie Klein y Anna Freud para desarrollar sus modelos de terapia
de juego.
La obra de Melanie Klein sobre psicoanálisis de niños estuvo inspirada, al principio, en
los escritos de Freud y, después, en su analista, Sandor Ferenczi (Grosskurth, 1986). A
diferencia de otros analistas, Klein pensaba que los niños pequeños tenían la capacidad
de introspección. En su modelo, que llamó técnica de juego psicoanalítico o análisis
del juego, es esencial la interpretación del juego y el significado simbólico de los juguetes
(Klein, 1955). Los juguetes que encontró más adecuados para el análisis eran pequeños,
sencillos y no mecánicos, pues permitían que el niño proyectara sus propios sentidos en
ellos. Ella trabajaba en sesiones de 50 minutos exactos, a una razón de cinco sesiones por
semana (Geissmann y Geissmann, 1998). Empezaba a hacer interpretaciones desde la
primera sesión y observaba que los niños respondían con expresiones de alivio, las cuales
58
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59. indicaban una reducción de la ansiedad de ese momento. En ocasiones, los niños que
habían mejorado al principio empezaban a tener más actuaciones conforme el análisis
continuaba y elaboraban conflictos más difíciles. Cuando compartía sus interpretaciones
con los niños, Klein usaba expresiones o símbolos de los propios niños en el contexto de
lo que jugaban. Pensaba que el juego proporciona un desahogo en la medida en que en él
se expresen deseos y sentimientos inaceptables.
Klein se sentía cómoda analizando tanto la transferencia positiva como la negativa.
Permitía que los niños le asignaran el papel de niño y la castigaran mientras ellos asumían
el papel de figura de autoridad. Para mantener su integridad, ella ponía límites a la
agresión, pero aceptaba los impulsos agresivos e interpretaba la motivación subyacente
en la transferencia negativa. Explorar tan profundamente el inconsciente del niño, dado
que el superyó aún no estaba desarrollado por completo, causaba cierta preocupación.
Basada en sus observaciones con niños muy pequeños y bebés, Klein argumentaba que
el superyó surgía desde mucho antes de lo que se pensaba (Geissmann y Geissmann,
1998). Desde muy temprano, el bebé introyecta un objeto bueno y un objeto malo. En
este último se proyecta un superyó intimidante y severo, que con frecuencia se observa
en el juego agresivo y punitivo de los niños pequeños. Klein contó con el apoyo de sus
alumnos y seguidores en Inglaterra, entre los que se encontraba Donald Winnicott, quien
se unió a la escuela de las relaciones objetales, punto intermedio entre las teorías de
Freud y Klein (Mitchell y Black, 1995).
La técnica de Klein apareció en The Psychoanalysis of Children (El psicoanálisis de
niños) (Klein, 1932). Aunque la escuela kleiniana no es de gran relevancia en la terapia
de juego actual, Melanie Klein hizo contribuciones muy importantes para comprender el
juego como un lenguaje simbólico del niño y para elegir los juguetes y materiales de
trabajo.
Anna Freud fue la tercera pionera cuyo trabajo llevó al desarrollo de la terapia de
juego. Mientras Melanie Klein determinó que el juego infantil podía emplearse como
equivalente de la libre asociación, Anna Freud argumentaba que el método pierde su
eficacia cuando se hacen demasiadas modificaciones a la teoría subyacente (Freud,
1965). Al igual que con adultos, la meta con niños es liberar material inconsciente y
ayudarlos a hacer conscientes sus luchas internas. Freud empleó el juego para establecer
el rapport con los niños, pero hacía interpretaciones con muy poca frecuencia. El gran
desafío técnico del análisis infantil era la incapacidad o renuencia de los niños para
producir asociaciones verbales libres para acceder al inconsciente (Freud, 1965).
Después de la fase introductoria en que se construye la relación y se motiva al niño a
participar en etapas más verbales, Freud comenzaba el análisis de los sueños y los sueños
diurnos. Por último, llevaba al niño a la libre asociación impulsándolo a crear imágenes
en su fantasía y describírselas (Freud, 1965). En años posteriores, hizo más breve la
primera fase del análisis, en la que buscaba asegurar la participación del niño y, en
cambio, se centró más en la transferencia positiva. También cambió su posición respecto
de que el psicoanálisis no podía ayudar a los niños pequeños debido a que el superyó aún
no se había desarrollado por completo (Geissmann y Geissmann, 1998). Aunque
59
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60. utilizaba poco el juego, la explicación de Anna Freud acerca de las dificultades técnicas
del análisis de niños es instructiva para todos los terapeutas de juego. Ella tuvo muchos
seguidores, sobre todo en EUA; entre ellos se encontraba Margaret Mahler, mejor
conocida por su trabajo sobre el proceso de separación-individuación del niño
(Geissmann y Geissmann, 1998).
La cuarta pionera de la terapia de juego fue Margaret Lowenfeld, quien comenzó su
carrera en la pediatría antes de dedicarse a la práctica privada y establecer una clínica en
Londres (Urwin y Hood-Williams, 1988). Sus influencias en relación con la importancia
del juego fueron Piaget, los educadores progresistas Froebel y Montessori, y los teóricos
del desarrollo infantil. Cuando inauguró su clínica en 1928, Lowenfeld se inspiró en el
libro de H. G. Wells Floor Games, en el que el autor describe sus juegos con sus dos
hijos, en los que creaban diferentes escenas con miniaturas y otros materiales pequeños
en el piso de su sala de estar; comenzó a reunir pequeños juguetes y materiales de juego
para sus sesiones con niños y los guardaba en lo que llegó a conocerse como la “caja
mágica” (Turner, 2004).
Después de instalarse en una clínica más grande, agregó a sus materiales dos
contenedores, uno con agua y otro con arena, y contó con un armario más grande para
guardar sus miniaturas. Los niños pronto tomaban miniaturas del armario y las colocaban
en el arenero, y llamaban “mundos” a sus construcciones. Este ambiente creado por los
niños se denominó “la técnica de los mundos” (Thompson, 1990). Cuando los niños
llegaban a la clínica, se les decía que podían jugar con cualquier material del consultorio
y que lo que decidieran decir o jugar no se les comunicaría a sus padres. Lowenfeld
pensaba que los niños encontrarían la manera de dar sentido a su mundo y experiencias
personales proporcionándoles los juguetes y materiales adecuados. El papel del
profesional era observar y seguir el juego del niño, incluyendo la creación de mundos, sin
entrometerse, dar instrucciones ni hacer interpretaciones (Urwin y Hood-Williams, 1988).
En esta técnica era más importante el proceso cognitivo del niño que la relación con él.
Aunque la técnica de los mundos es central en su trabajo y su uso se generalizó,
Lowenfeld también publicó investigaciones que contribuyeron al estudio del desarrollo y
el juego infantil. La clínica creció y cambió su nombre a Institute of Child Psychology,
donde se ofrecen oportunidades de aprendizaje para muchos estudiantes, una de ellos fue
Dora Kalff (Turner, 2004).
La terapia de juego llega a EUA
En la década de 1920, el conductismo, cuyo objetivo central era la disciplina y el
entrenamiento de hábitos, se encontró que era útil si se empleaba con familias en crisis
(Horn, 1989). El enfoque psicodinámico y su interés en los factores emocionales
subyacentes como causantes de los problemas infantiles fueron reemplazados por el
enfoque conductual, que es más rígido. El desafío para desarrollar métodos eficaces de
60
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61. psicoterapia infantil traducía el conocimiento teórico en técnicas prácticas, adecuadas
para los niños.
El interés de la higiene mental infantil impulsó a la Fundación de la Comunidad
Británica de Naciones a financiar la creación de clínicas de apoyo a los niños. En 1927,
el Institute of Child Guidance recibió fondos para brindar entrenamiento y servicios a las
familias. Para mejorar la calidad del tratamiento clínico y las habilidades de los
terapeutas, la misión del instituto incluyó investigar y dar servicios de consultoría a la red
de clínicas de orientación infantil (Horn, 1989). David Levy (1933), el director de
investigaciones, llevó a cabo una serie de estudios durante los seis años que trabajó en el
instituto. Uno de sus proyectos de investigación empleó una situación estandarizada de
juego para medir la expresión de sentimientos hostiles relacionados a la rivalidad entre
hermanos. Este experimento incluyó una situación prescrita de juego en la que se
utilizaban figuras de los miembros de una familia. Durante la sesión, el terapeuta
impulsaba al niño a completar el escenario con dos hermanos y la madre, y con
frecuencia se incluía el juego espontáneo para trabajar los sentimientos del niño. Levy
(1933) afirmó que estas situaciones de juego iniciadas por el terapeuta podían usarse
como herramienta terapéutica en una amplia gama de problemas.
Levy siguió usando esta técnica de juego, a la que después se denominó terapia de
liberación (Levy, 1938, 1939), propuso emplear estas técnicas con niños que
presentaban síntomas específicos después de una experiencia estresante o trauma. En
esencia, el terapeuta recrea la situación traumática, empieza a reproducir lo que ocurrió e
impulsa al niño a reconstruir el evento y revivir la experiencia emocional. De acuerdo con
Levy, una vez que se completa la liberación de las emociones, o abreacción, los
síntomas y las conductas problemáticas se disiparían con rapidez. Como una extensión
de la obra de Levy, Gove Hambridge (1955) desarrolló técnicas de liberación y rebautizó
este tratamiento como terapia de juego estructurado. Con el respaldo y la orientación
de Levy, Hambridge propuso indicaciones de cuándo y cómo utilizar las situaciones de
juego en procesos terapéuticos más largos. Hizo hincapié en establecer la relación con el
niño y, luego, centrarse en los problemas específicos por los cuales acudió a terapia.
En la década de 1930, muchos profesionales de la orientación infantil experimentaron
con técnicas de juego espontáneo y libre, y controlado y estandarizado (Newell, 1941).
Jacob Conn (1939, 1997) describió la entrevista con juego, técnica desarrollada para que
los niños se expresen utilizando juguetes de figuras de una familia. El terapeuta organiza
el juego para describir algún aspecto de la situación actual del niño. Por medio de esta
reconstrucción, se promueve que el niño proyecte pensamientos y sentimientos en los
juguetes. Conn asumía una actitud de aceptación, no crítica, para mitigar el miedo en el
niño a ser juzgado por liberar sus frustraciones. Los niños podían asumir la
responsabilidad que les correspondía en sus circunstancias y dejar de necesitar la
actuación de sus conflictos. Conn usó este tipo de entrevista como herramienta
diagnóstica y como parte de un tratamiento más extenso.
Joseph Solomon, un colega cercano de Conn, empleó las ideas de éste para desarrollar
un método de tratamiento al que llamó terapia de juego activo (Solomon, 1938). El
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62. adjetivo activo distingue este tipo de terapia de los enfoques pasivos donde el terapeuta
sigue al niño mediante técnicas de juego libre (Solomon, 1938). En este modelo, el
terapeuta asume un papel activo al utilizar los juguetes y materiales para representar en el
juego los problemas del niño. Valiéndose de preguntas y respuestas, el terapeuta propicia
que el niño diga y muestre lo que pasa y cómo se sienten los “muñecos” en una situación
muy parecida a la suya. El juego crea un vínculo que el niño puede reconocer entre los
síntomas, la conducta y los conflictos emocionales. En el contexto del juego, el terapeuta
puede hacer algunas sugerencias y el niño puede ver su situación desde una nueva
perspectiva.
Después, Solomon hizo mayor hincapié en las respuestas emocionales durante el juego
que en sus aspectos dramáticos (Solomon, 1948).
A diferencia del psicoanálisis, que requería ver al niño varias veces a la semana y por
periodos largos, la orientación infantil era un tratamiento directo, eficaz y de corto plazo.
Así como la terapia de liberación de Levy, la de juego activo surgió como respuesta a
esta necesidad (Solomon, 1938). Ninguna de estas técnicas pretendía trabajar con niños
que hubieran experimentado problemas por largo tiempo o graves conflictos padres-hijo
(Conn, 1939; Levy, 1938; Solomon, 1938).
Jessie Taft empezó a trabajar como terapeuta bajo la supervisión de Otto Rank y,
después, publicó un libro titulado The Dynamics of Play Therapy, donde plantea la
necesidad de establecer límites en la relación terapéutica. Ella brindó orientación a una
nueva profesión al discutir en qué consiste la conducta profesional en la práctica de la
terapia infantil. El análisis de casos demostró la calidad del aquí-y-ahora de la interacción,
de enfocarse en los pensamientos y sentimientos que surgían en el juego y el impacto del
tiempo como parte del proceso terapéutico. Los clientes se deben adaptar al tiempo de
cada sesión y al número de sesiones hasta el final de la terapia (Taft, 1933). En contraste
con otros tipos de terapia, ella explicó que la meta no es reformar al niño, sino hacer que
el crecimiento y el desarrollo sea posible. El papel pasivo del terapeuta es necesario para
permitir que el deseo del niño se asimile al yo.
Frederick Allen desarrolló la aplicación de las teorías de Otto Rank a la terapia con
niños (Allen, 1942). Como director del Philadelphia Child Guidance Center, promovió
un enfoque con base en la relación terapéutica centrado en el presente. Allen pensaba
que los niños podían usar la relación misma para comprenderse y elaborar sus luchas
internas. Basó su enfoque en dos principios, aceptar al niño tal como es y aceptar sus
propias limitaciones (Allen, 1934). Permitir que el niño sea él mismo, sin expectativas
específicas, lo alivia de la necesidad de defenderse y negarse a recibir ayuda. Allen no
creía tener el poder de curar a los niños, pues si así fuera, impediría que ellos asumieran
la responsabilidad de hacer cambios en sí mismos. Allen consideraba que los juguetes y
materiales eran herramientas para que los niños se relacionaran consigo mismos. Los
juguetes eran elegidos con base en su utilidad para que el niño expresara sus emociones y
se relacionara con el terapeuta (Allen, 1934). Allen también identificó un patrón de etapas
en el proceso terapéutico. Al principio, notó que los niños descubrían que el terapeuta no
trataba de cambiarlos, sino que le ofrecía una nueva clase de relación. Utilizando la
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