El documento discute la importancia de enseñar la ética médica desde el inicio de la formación universitaria. Señala que el Juramento Hipocrático establece los principios éticos de la profesión médica como buscar el bien del paciente y evitar el daño. Sin embargo, la ética no se enseña lo suficiente en la universidad a pesar de ser indispensable para guiar la práctica médica de manera moral. Por ello, es responsabilidad de las instituciones educativas asegurar que los estudiantes aprendan sobre dilemas é
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Ética médica: su construcción desde la universidad
1. ¿Dónde se comienza la construcción de la ética médica?
“(…) Y cada vez que entre en una casa, no lo haré sino para bien de los enfermos,
absteniéndome de mala acción o corrupción voluntaria.”
Juramento Hipocrático. Fragmento
Todos sabemos que la ética es el conjunto de normas que nos marcan lo que es
correcto y lo que no, además, gracias a ella es posible lograr una convivencia con
nuestros semejantes. Desde chicos escuchamos esta palabra ligada a la moral; nos
enseñan que debemos de seguirla y apropiarnos de los valores universales que
alberga, pero pocas veces nos dicen que va más allá de la vida cotidiana, y que es
indispensable una vez que comenzamos a laborar, pues su fin es puramente la
mejora continua de la sociedad.
Debido a su amplio objetivo, es necesario dividir a la ética en distintas ramas,
Es indispensable que en la Universidad se le dé la importancia que merece
la bioética, y no cuando el alumno ha egresado; pues entonces será ya demasiado
tarde.
Lo descrito anteriormente es la ética profesional, dos palabras que definen el
todo del actuar de quien comienza a desempeñarse en el campo laboral. El
individuo, sin importar si es maestro, abogado, contador o cualquier otro, debe guiar
su vida de acuerdo a este término. Más aún cuando se habla de un médico, este
debe tener, desde su formación académica, bien definido el camino por el cual
ha de transitar, para no perjudicar a sus semejantes.
El Consejo General de Colegios Oficiales Médicos (2011) señala que los
principios vitales de la tarea médica se traducen en: una relación asistencial de
confianza plena, la mejora continua y la autorregulación; esto con el fin de mejorar
la relación médico paciente. Además, dentro de su proceder, ha de buscar siempre
el bien del enfermo, como se menciona en el juramento hipocrático, base
fundamental de esta profesión, y evitar a toda costa los actos de inmoralidad.
2. Por su parte la ética profesional, de acuerdo a José Gaton (2007), busca “la
aplicación de las normas morales, fundadas en la honradez, la cortesía y el honor”,
dicho esto, podemos observar que ambos, práctica médica y ética profesional,
deben ir de la mano para una buena ejecución de dicha labor.
Sin embargo, no se puede comenzar a actuar “éticamente” si no se nos ha
enseñado cuál es la senda que hemos de recorrer, es ahí donde entra el papel de
las Instituciones educativas, mayormente el de la Universidad, lugar en que se
obtienen los conocimientos de los que posteriormente haremos uso, por lo que es
la escuela quien prepara la conciencia del individuo hasta la conquista de un título,
“mediante el cual se reconoce a éste, como factor fortalecedor de la sociedad, que
se ha preparado para servirla y servirse, tanto con fines económicos como
intelectuales, técnicos y científicos” (José Gaton, 2007, p. 80).
Por tanto, es imprescindible la función de la academia en el desarrollo moral
del médico, pues aquí se dictan las instrucciones que ha de seguir. En ocasiones,
los docentes recitan las palabras: “el pensar que los maestros son los encargados
de educar a los alumnos es uno de los mayores errores, la educación debe venir de
la casa”. Nuestro país tiene un gran problema debido a ello, porque si bien es cierto
que es el hogar donde deben darse los principios de comportamiento, también la
escuela tiene un rol muy importante, y muchas veces los responsables de crear los
programas de estudio dejan muy de lado este aspecto, se olvidan de fomentar en el
futuro profesional de la salud una conducta que vaya de acuerdo a los principios
deontológicos, y ponen especial cuidado en las experiencias como anatomía,
fisiología, inmunología, etc. Esto, en ninguna manera, quiere decir que no deba
prestarse atención a ellas, sino que por el contrario, estas experiencias necesitan
de un enfoque más ético, debe de reconocerse el hecho de la inclusión de la bioética
como materia de iniciación a la disciplina, a pesar de ello los créditos obtenidos en
ella son sólo tres, una cantidad muy baja si la comparamos con los 12 que se le dan
a la anatomía, por ejemplo.
Como mencionan Kraus y Cabral (1999) Albert Einstein solía decir que “el
progreso ético es la única cura para el daño producido por el progreso científico”,
3. esto no significa que se ha de regresar a la tecnología de antaño, más bien se refiere
a que es necesario llevarla aunada a un actuar completamente moral, recordando
que “el médico de aldea hablaba de la vida y curaba un poco, aunque oía todo
cuanto el enfermo le decía. La sociedad lo echa de menos y anhela recuperarlo, por
supuesto, sin olvidar los avances científicos de la medicina” (Kraus y Cabral, 1999,
p. 40).
Por todo lo anterior, se deduce indispensable, que desde que formamos parte
de la universidad, se nos adoctrine en la construcción de la ética profesional, ya que
no es sólo en el hogar donde se aprender valores, y los que en él se podrían cultivar
son insuficientes para un profesional, pues las familias no suelen tocar temas como
la Eutanasia, el aborto, las investigaciones con el genoma humano. Si no se
profundiza en estos temas. Y una vez que se encuentra en el campo laboral será
demasiado tarde para comenzar esta construcción.
¿Cómo podríamos esperar que el médico se desempeñe como debe si no
sabe siquiera a qué dilemas se enfrentará? Es casi imposible andar a ciegas en un
camino desconocido, es entonces la escuela quien proporciona la lámpara del
conocimiento deontológico y el mapa de la ciencia y tecnología, para que el alumno,
aunque aún no tenga la experiencia de haber recorrido esa vereda, pueda evitar, en
la mayor cantidad posible, cualquier obstáculo que se le presente y llegar a la meta
indiscutible de saberse útil para la sociedad.
4. REFERENCIAS
Consejo General de Colegios Oficiales Médicos. (2011). Código de Deontología
Médica. Madrid, España.
Gaton, J. A. (2007). Ética profesional. Santo Domingo, República Dominicana: La
Filantrópica .
Kraus, A., & Cabral, A. R. (1999). La bioética. D.F., México : Tercer Milenio.