2. Había una vez un viejecito muy
simpático que conducía un pequeño
y pintoresco tren.
3. Su mayor ilusión era poder
realizar un viaje con su tren y
hacerle una visita a doña Luna.
4. He aquí que un día… y con gran asombro de
todo, el tren se elevó y empezó a volar ¡Directo
a la Luna!
El viejecito, veía las casitas muy pequeñas allá
a lo lejos.
5. No cabía en sí de gozo al poder
contemplar todas las maravillas del cielo.
Volaba y volaba. A su paso le saludaban
las estrellas.
6. De pronto, se encontró delante de su
amiga la Luna le pregunto:
-¿ Señora Luna, permites que mi tren
te recorra?
7. La Luna le dijo que sí y el viejecito
muy contento, invitó a dar un paseo
en su divertido tren a unos niños
8. Muy feliz, la Luna miraba como se
divertían tanto los niños como el
abuelito.
9. Y mucho hubieran disfruta del viaje si…
el abuelito no se hubiera despertado por
el sonido de la campana
¡Qué lastima que fuera un sueño!