Natanael un discípulo sincero de Jesús y un estudioso de la biblia.

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Natanael: un
sincero estudioso de la Biblia.
DESCRIPCIÓN BREVE:
Nathanael, también llamado Bartolomé, fue uno
de los 12 Apóstoles de Jesús. La Biblia destaca
además que Natanael estaba leyendo
asiduamente sobre las profecías cristológicas en
las Escrituras, previo a su primer encuentro con
Jesús. La suma de todos los acontecimientos
vividos al lado de Jesús, fueron dejando huellas
en aquel corazón abierto a la verdad, de que
Cristo era el Mesías por ellos esperado.
PAULO ARIEU
www.elteologillo.com, 10 de Octubre del 2015.

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Imagen n 1
Nathanael, también llamado Bartolomé, fue uno de los 12 Apóstoles de Jesús. Su
nombre (en griego Βαρθολομαίος) proviene del arameo bar-Tôlmay ("hijo de Tôlmay" o
"hijo de Ptolomeo"). En el Evangelio de Juan, donde no aparece con el nombre de Bartolomé,
se le ha identificado con Natanael, que también es relacionado siempre con Felipe. Además
del libro del evangelio del apóstol Juan, Natanael es mencionado en los tres evangelios
sinópticos en compañía de su gran amigo Felipe (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14). Su
personalidad sincera y su fe sincera, lo llevaron a convertirse en un discípulo sincero del
Señor. También don Santiago de la Vorágine, nombre españolizado del beato Jacopo da
Varazze o Jacopo della Voragine (en latín Jacobus de Voragine), hagiógrafo dominico
italiano nos refiere otros datos importantes de su personalidad. Don Santiago fue obispo de
Génova entre 1292 y 1298. También escribió una crónica de la ciudad de Génova, y es
considerado como autor de La leyenda dorada, la más célebre recopilación de leyendas
piadosas en torno a la hagiografía y desde luego la más influyente en la iconografía pictórica
y escultórica de los mismos. De la Vorágine añade acerca de su figura que Natanael

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“se mantuvo ajeno al amor de las cosas en este mundo, vivió pendiente de los amores
celestiales y toda su vida permaneció apoyado en la gracia y auxilio divino, no
sosteniéndose en sus propios méritos sino sobre la ayuda de Dios” (Asensio, 2009-
2015). Estos atributos de su personalidad, junto a su ya citada sincera fe y a su
destacable y sincera búsqueda de los planes de Dios, son virtudes que se destacan
claramente en el libro del evangelio de Juan (Juan 1:45,47).
La Biblia destaca además que Natanael estaba leyendo asiduamente sobre las
profecías cristológicas en las Escrituras, previo a su encuentro con Jesús (ver Juan 1:43-51).
Me llama la atención y despierta mi admiración el hecho de que siendo Natanael
posiblemente un descendiente de familias griegas ¡estuviese investigando en las escrituras de
los judíos, que decían estas sobre la primera venida del Señor Jesús! Porque en cada día de
reposo (cada sábado) los judíos asistían a la sinagoga para escudriñar las Escrituras.
Fielmente leían los libros de la ley de Moisés, los profetas y los salmos, y al hacerlo
esperaban con este acto el recibir la vida eterna. Pero lamentablemente no buscaban a Cristo
con sinceridad. No buscaban la verdad. Y esto continua sucediendo incluso hasta en nuestros
días (ver 2 Corintios 3:15, 16). Pablo explica que los judíos ¡tenían un velo en sus mentes y
corazones que les impedía entender la verdad del Cristo que pronto vendría! ¿Por qué había
velo sobre su corazón? Porque al leer las Escrituras ya tenían sus propios pensamientos
acerca del Mesías. Esperaban otro rey como David que vendría para quitar el yugo de Roma
y para exaltar a Israel entre las naciones del mundo. Por eso, no entendían que el Mesías, el
Hijo de David, vendría para morir en una cruz romana para quitar los pecados del mundo, y a
consecuencia de esa idea preconcebida, ellos rechazaron a Jesús de Nazaret (ver Hechos
13:27). Pero Natanael era una persona completamente distinto de cómo eran los fariseos (ver
Juan 8:44). ¡Él era un investigador bíblico sincero! Jesús mismo lo reconoció como un
israelita sincero (Juan 1:47b).

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Con el transcurso del tiempo, Natanael, en su experiencia de discípulo del Señor
conocería bien el poder de la Palabra de Dios, de una manera tan vívida que no se lo debe
haber olvidado jamás: Junto a los otros once discípulos y siguiendo a Jesús, recorrió los
pueblos y las aldeas, predicando el evangelio a las personas. Dos veces fue enviado junto a
otro compañero a evangelizar los pueblos de Galilea, con el poder sobrenatural para arrojar
demonios y hacer milagros y sanidades tremendas. Pudo conocer al lado de Jesús lo que es
carecer de tiempo para comer y dormir. Pero a pesar de todas esas penalidades convivió
íntimamente con Jesús, fue testigo de sus obras, de su entrega incansable y muchas veces de
la importancia y el poder de Su Palabra. Tanto Felipe como Natanael quedaron
profundamente impresionados en su primer encuentro con Jesús de tal manera que el apóstol
Juan pudo luego recordar la expresión de los pensamientos y emociones de ellos de una
manera clara. No hay dudas: La suma de todos los acontecimientos vividos al lado de Jesús,
fueron dejando huellas en aquel corazón abierto a la verdad, y aun cuando seguramente pasó
por momentos de terribles dudas al ser testigo de la muerte del Maestro, su fe se mantuvo
firme. Y a causa de esta firmeza, el Sr. Jesús lo recompensó permitiéndole ser testigo de su
resurrección. Podemos citar una experiencia importante luego de la resurrección, cuando
Bartolomé estaba en el Cenáculo y a través de las puertas cerradas se les apareció Jesús a los
discípulos (ver Juan 21:2). Luego Jesús les dijo que la paz de Dios sea con ellos; que era el
mismo Jesús que anduvo con ellos predicando el evangelio del reino y que no tuvieran miedo.
Y que mirasen bien sus llagas (ver Lucas 24:35-48). Pero otra experiencia tremenda del
poder de la Palabra de Dios y los discípulos, la vemos finalizando ya el evangelio de Juan,
donde su autor nos narra que ellos le volvieron a ver una vez más después de su resurrección
y que incluso comieron con El. El apóstol Juan nos cuenta que después de una noche de pesca
infructuosa, Jesús se presenta en la ribera del mar de Tiberíades y les habla diciéndoles:
Muchachos, amigos míos, ¿tienen algo para comer? Ellos le respondieron que no tenían nada

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para comer. Entonces Él les dijo que echaran la red al costado, del lado derecho de la barca y
hallaréis. Ellos obedecieron lo que Jesús les dijo, echaron la red, y tuvieron una pesca
milagrosa. Tanta era la pesca milagrosa que ellos obtuvieron que no podían arrastrar la red
por la gran cantidad de peces que pescaron. Cuando regresaron a la playa, vieron brasas
puestas y un pescado asándose, y pan. Y Jesús les dijo que almorzaran con él. Jesús tomó el
pan, se los repartió y también les compartió un trozo de pescado que había puesto a asar (ver
Juan 21:1-14). Todos estos testimonios nos muestran el poder de la Palabra del Señor. El
mismo apóstol Juan escribió que el propósito de todos éstos relatos era para que “creáis que
Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”
(Juan 21:30-31).
Igual que el pasaje que el apóstol Juan cita en el versículo 47, aquí también se hace
referencia a la historia de Jacob, hijo de Isaac. El v. 47 tiene al pasaje del libro de Génesis
cap. 27 como trasfondo y el v. 51 está basado en el capítulo 28 de Génesis. Según narra este
capítulo (Génesis 28), Jacob soñó una noche cuando escapaba de su hermano Esaú, quien lo
perseguía por haberle engañado, con una escalera que tocaba el suelo y cuyo extremo
alcanzaba hasta el cielo. ¡Y sobre ella se veían ascender y descender los ángeles de Dios! En
relación con este sueño, el erudito holandés William Hendriksen (1900 -1982), un estudioso
del Nuevo Testamento y escritor de comentarios bíblicos, uno de los principales y más
respetados comentaristas del Nuevo Testamento graduado del Calvin College, del Calvin
Theological Seminary y con un Doctorado en Teología del Seminario Teológico de
Princenton (New Jersey, EE.UU), comenta que:
“Jacob oyó una voz que pronunció sobre él una bendición gloriosa. La escalera de
Jacob tiene su cumplimiento en Cristo” (Hendriksen, 1981, Página 107). Este es el
significado de las palabras del Señor a Natanael (v.51). Jesús es la escalera que Juan
cita. Y como también Hendriksen destaca: “Este aparece aquí como el eslabón entre el

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cielo y la tierra, el lazo de unión entre Dios y el hombre, Aquél que por medio de su
sacrificio reconcilia a Dios con el hombre. Los discípulos podrían verlo con el ojo de
la fe bajo aquella luz. Podrían ver a los ángeles de Dios ascender y descender sobre el
Hijo del hombre” (Hendriksen, 1981, Página 107). Esta es la explicación de la
escalera que Juan cita en labios de Jesús. Es muy probable que Jesús haya sabido que
estos eran los pasajes que habían impactado en la mente de Natanael. Jesús es sin
lugar a dudas, la escalera de Jacob y el camino al Padre (Juan 14:6). Y además, como
cita Hendriksen: “Jesús es no sólo el Hijo de Dios sino también el Hijo del Hombre; y
por ello la escalera entre Dios y el hombre”. Jesús habrá de utilizar “todos sus
atributos con el propósito de salvar a los elegidos de toda nación, para la gloria de
Dios” (Hendriksen, 1981, Página 108). Jesús no solo es el Hijo de Dios, el Hijo del
Hombre, sino también Dios hecho hombre (Juan 14:9; 1 Juan 4:9,16). Y todas
aquellas personas que escuchan las palabras del Señor Jesús, están escuchando la
Palabra del Padre (Juan 14:24).
En conclusión, Natanael no solo fue un discípulo sincero sino que desde antes del
primer momento de comenzar su vida de discípulo, ya estudiaba las Escrituras junto a su
amigo Felipe para poder conocer mejor acerca del pronto advenimiento de Jesús. Este aspecto
intelectual de Natanael nos habla muy bien de su persona y es un ejemplo digno de ser
imitado. Seguramente estaba leyendo el pasaje del libro de Daniel y Jesús le permitió ver
cumplirse todos esos tremendos conceptos en su Persona (ver Juan 1:51 RV 1960). Jesús no
solo es el Salvador de la Humanidad, el Hijo de Dios, sino también Dios hecho ser humano
(ver Juan 1:4).Y todas aquellas personas que escuchan las palabras del Señor Jesucristo, están
escuchando las Palabras de Dios. Por lo tanto, es necesario ser imitador de estos hombres que
supieron escudriñar las escrituras (Juan 5:39) y hacernos humildes como niños para que Dios
nos dé una mejor comprensión de las verdades del reino de los cielos (ver Mateo 18:2, 3).

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Yo no tengo dudas que el ejemplo de Natanael es de inspiración y edificación para la
vida de todo creyente sincero que escudriña las escrituras con honestidad para entender mejor
acerca de la primera venida de Cristo y también respecto de las señales del próximo retorno
de nuestro Señor Jesucristo. Y con estas instrucciones y el ejemplo de Natanael, Jesús nos
enseña acerca de la imperiosa necesidad de que humildemente nos sometamos a su voluntad
y no que escudriñemos las Escrituras para luego ir y justificarnos en un error nuestro como
hacían los fariseos. Seamos, pues, como los de Berea (Hechos 17:11) o los de Tesalónica (I
Tesalonicenses 5:21). De esta manera evitaremos adorar “al Cristo que me da la gana a mí”,
un Cristo deformado y vacío de toda enseñanza ortodoxa. Pero nosotros debemos ser sinceros
imitadores de todos aquellos Profetas de la Biblia que predicando acerca de la gracia
venidera, “estudiaron e investigaron acerca de esta salvación, y hablaron de lo que Dios
en su bondad iba a darles a ustedes.” (I Pedro 1:10 DHH). Jesús mismo nos motiva a
investigar y escudriñar con diligencia que nos dicen las Escrituras: "Ustedes examinan las
Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan
testimonio de Mí!” (Juan 5:39 LBA). ¡Si, las mismas escrituras que Natanael leía nos
hablan también a nosotros, como Dios le hablaba a él! Por esta razón seamos sinceros
estudiosos de la Escritura nosotros también, como lo era Natanael.
¡Dios lo bendiga mucho!

8. Título: Natanaelun sincero estudioso de la Biblia Pagina 7
Referencias Bibliográficas
Asensio, José Lamiel. Escultura y Arte en Campo Real (Madrid). San Bartolomé (2009-
2015).Recuperado de
http://esculturayarte.com/006301/San-Bartolome-en-Campo-
Real.html#.Vhe7QFRViko
Hendriksen, William. Comentario al Nuevo Testamento. El Evangelio según San Juan.
(1981). Libros
Desafío. Michigan. EE.UU.
Imagen n 1
Asensio, José Lamiel. Escultura y Arte en Campo Real (Madrid). San Bartolomé (2009-
2015).Recuperado de
http://esculturayarte.com/006301/San-Bartolome-en-Campo-
Real.html#.Vhe7QFRViko