4. Volumen central dedicado al Jurásico. En
este espacio veremos,
En la sala del primer piso:
huellas de un saurópodo,
la clasificación de lo dinosaurios,
el cráneo del Gigantosaurio de Argentina,
el Diplococus,
el Dramaeosaurus y las adaptaciones de los
terópodos;
En la planta baja:
el Camarasaurus,
los ictiosaurios.
5. Sala dedicada al Jurásico (201-145
m.a.). Es la época de los grandes
dinosaurios: los saurópodos
aumentaron su tamaño (Diplodocus,
Brachiosaurus). Lo mismo hicieron los
depredadores.
A la izquierda la huella (icnita) de un
saurópodo que ha pasado por un
terreno “blando”, la extremidad anterior
(1) y la posterior con sus cuatro dedos
(2).
7. Cráneo de Gigantosaurio, Giganotosaurus carolinii, (del griego gigas/γίγας “gigante”,
notos/νότος “sur” y –saurus/–σαύρος “lagarto”) y “carolinii” procede de Rubén Carolinii
que en 1993 descubrió los restos en la Patagonia Argentina. Vivió en el Cretácico Supe-
rior, en el intervalo comprendido entre los 99,6 -97 m.a. Es el mayor carnívoro conocido.
8. Diplodocus (“doble viga”), el nombre deriva
del griego διπλόος (diploos) «doble» y δοκός
(dokos) «viga», en referencia a la forma de
los huesos a lo largo de la parte inferior de la
cola. El nombre vulgar es diplodoco.
Son dinosaurios saurópodos diplócidos.
Vivieron a finales del Jurásico Superior, hace
aproximadamente entre 155,7 y 150,8 m. a.
en lo que hoy es el oeste de Norteamérica.
9. Diplodocus.
Cuadrúpedos de gran
tamaño; cuello largo y cola
en forma de látigo.
Dimensiones (no hay
acuerdo total), se estiman
en torno a 30 m de largo y
25 a 30 toneladas de peso.
Patas muy robustas y
musculosas; las anteriores
más cortas; los huesos de
la mano en la misma
vertical que el resto de
huesos de la extremidad.
Una uña (1) en un dedo
(se desconoce su función).
10. Diplodocus. Cráneo pequeño en proporción al tamaño del cuerpo. Con varias
fenestras. Dientes inclinados hacia adelante y dispuestos sólo en la parte anterior de las
mandíbulas.
11. Diplodocus. 15 vértebras cervicales por lo que no puede elevar mucho la cabeza. 80
vértebras caudales; en la parte central de la cola, las vértebras forman una doble viga
ventral, quizás para proteger los vasos sanguíneos.
12. Diplodocus. Representación del corazón.
En cuanto al corazón hay polémica, según
unos tuvieron un corazón que superaba la
tonelada pero sería muy lento en sus
latidos; según otros, dispondría de varios
corazones dispuestos estratégicamente
por el cuerpo. Hoy en día todo son
conjeturas.
13. Dromaeosaurus. (Del griego: dromeus (δρομευς) que significa "corredor" y sauros
(σαυρος) "lagarto“, “reptil corredor”. Son dinosaurios terópodos dromeosáuridos.
Vivieron en el Cretácico Superior, hace aproximadamente 76,5-74,8 m.a. en
Norteamérica. Réplica del original.
14. Los terópodos caminaban sobre las puntas
de los dedos (marcha digitígrada) de esta
forma aumenta la longitud de la extremidad
y por lo tanto de la zancada y de la
velocidad.
Para mover con mayor eficacia las
extremidades la musculatura de las
mismas estaba muy desarrollada.
15. Con los ojos al frente, los campos visuales se superponen y les permitía la visión
estereoscópica.
16. Los terópodos para poder ingerir fragmentos
grandes de presas disponen de la cinesis,
ciertos huesos del cráneo se pueden mover
respecto de otros aumentando la apertura de
las mandíbulas. A esto hay que sumar la fuerte
musculatura que cierra las mandíbulas.
La región cervical de la columna vertebral
de los terópodos tiene forma de “S”, lo
que les permite tener la cabeza erguida y
poder mirar por encima de los obstáculos.
17. La porción media y final de la cola es rígida
lo que le sirve para compensar el peso del
cuello y como timón durante la marcha.
Uno de los dedos de las extremidades poste-
riores tiene una uña mucho más desarrollada,
la cual nunca apoya en el suelo para evitar el
desgaste y la utiliza para atacar a las presas.
18. Camarasaurus ("lagarto de cámaras”). El nombre deriva del griego: καμαρα/kamara que
significa "cámara” y σαυρος/sauros que significa "lagarto“, hace referencia a los huecos en
las vértebras. Hay reconocidas cuatro especies pertenecientes a este género.
19. Camarasaurus. Dinosaurios saurópodos de finales del Jurásico Superior, hace
aproximadamente 155 y 144 millones de años, en lo que hoy es Norteamérica.
20. Camarasaurus. Representación gráfica de varios ejemplares. Eran dinosaurios cuadrú-
pedos herbívoros gigantes. El más común, Camarasaurus lentus, alcanzaba los 15 m
de longitud y los mayores, Camarasaurus supremus, 23 m y un peso de 47 toneladas.
Panel expuesto en
el museo MUJA
21. El cráneo de Camarasaurus era robusto, de forma cuadrada, con el hocico embotado y
tenía muchas fenestras. Los dientes con forma de cincel eran largos de 19 cm y
dispuestos uniformemente a lo largo de la quijada.
22. Arriba, Stenopterygius,
ictiosaurio. Jurásico
Inferior. Holzmaden,
Alemania Pudo alcanzar
los 4 m de longitud.
A la izda, Ictiosaurios.
Eran reptiles del
Mesozoico adaptados a
la vida marina, su
aspecto era semejante
al de los delfines o
atunes actuales.
Panel expuesto en el
museo MUJA
25. Dacentrurus, dinosaurio estegosáurido. Vivió en el Jurásico Superior hace aproximada-
mente 157-152 m.a. en Europa. Herbívoro cuadrúpedo provisto de placas y púas, final
de la cola armado. Podía medir 7-8 m de largo y pesar 5 toneladas.
26. Stegosaurus. Herbívoro con cuatro púas en el extremo de la cola y grandes placas en
la espalda dispuestas en dos filas y alternas. Jurásico Superior. De 6 a 9 m de largo y 2
toneladas de peso.
27. Stegosaurus. Detalle de la cola con cuatro púas de 60 cm en el extremo. Las placas de
la espalda están provistas de flujo sanguíneo y su color puede variar, servían para
intercambiar calor ya que no masticaban y lo que comían fermentaba en el interior
generando mucho calor.
28. Brachiosaurus. Se trata de
uno de los dinosaurios más
grande y pesado. Su aspecto
recuerda al de las jirafas con
un cuello y extremidades
anteriores muy largas (el
húmero era el hueso más
largo). Vivió en el Jurásico en
Norteamérica, Europa y Asia.
Llegaba a medir 25 m y a
pesar 14 toneladas.
29. Diplodocus. Cuello y cola muy largos y cuatro patas robustas. Finales de Jurásico.
Cabeza muy pequeña en proporción al tamaño del cuerpo. Herbívoro.
30. Allosaurus, dinosaurio terópodo (carnívoro) allosáurido. Jurásico Superior. Cabeza
grande con cuello corto, cola larga y extremidades anteriores reducidas
31. Camptosaurus. Dinosaurio ornitópodo camptosáurido (herbívoro). Jurásico Superior.
Relativamente corpulento y robustas extremidades posteriores con cuatro dedos.
32.
33. Desde la playa, avanzando por este sendero que discurre entre eucaliptos, se accede al
lugar donde se encuentran las huellas de pisadas (icnitas) de dinosaurios.
34. Imagen del panel que se encuentra en el lugar. En la superficie del estrato de caliza hay
dos flechas que señalan la presencia de dos rastros de pisadas fósiles (icnitas) de
dinosaurios y el sentido de la marcha.
35. Estas icnitas pertenecen a dinosaurios del tipo saurópodos (herbívoros de cuello y cola
largos), al menos corresponden a dos ejemplares de distinto tamaño, las señaladas con
la flecha negra a un animal pequeño (1,8 m de altura hasta la cadera) y las otras a uno
grande (5 a 6 m de altura hasta la cadera).
36. Huella de la mano (1) y del pie (2) del dinosaurio pequeño. La icnita correspondiente a
la mano es más pequeña y con forma de media luna. La del pie es más redondeada y
profunda.
38. Icnita correspondiente al pie del dinosaurio grande. Estas icnitas de los pies tienen un
diámetro de 1,25 m y son las mayores a nivel mundial del período Jurásico.
39. Estas huellas se originaron al caminar los dinosaurios, hace unos 154 m.a., por una
laguna costera con fangos carbonatados en el fondo que posteriormente originaron
rocas calizas y margas con abundantes fósiles de bivalvos y gasterópodos.
40. Al pisar sobre material blando el pie se hundió y antes de que fuera borrada la pisada
por la erosión se rellenó y cubrió por otro material que la protegió y permitió su
conservación.
41. Artilugio para explicar la formación de una
huella en la roca.
Supongamos un animal, por ejemplo un
dinosaurio que ha pisado y dejado su im-
pronta en un sustrato blando (1), con el pa-
so del tiempo es enterrada bajo nuevas ca-
pas (2) de sedimentos, fosilizando y dando
lugar a lo que se conoce como “icnitas”.
Para que una huella fosilice se requiere:
a) el sustrato pisado tiene que ser apropia-
do, las arcillas con grado intermedio de
consolidación y alta plasticidad son ideales
para tal fin;
b) la pisada no debe ser destruida por la
erosión;
c) el hueco dejado por la pisada se rellene
con material distinto al del sustrato donde
se ha formado.
Las icnitas pueden ser: moldes o huellas
verdaderas, depresiones en el techo (1)
del estrato; réplicas o contramoldes en el
muro (2) del estrato superior y
normalmente son rellenos de areniscas;
subhuellas cuando la impronta afecta a
los estratos ubicados debajo del pisado.