La NICSP 21 establece los procedimientos para determinar si un activo no generador de efectivo ha sufrido deterioro y reconocer las correspondientes pérdidas. Se aplica a activos como edificios u otros bienes que no generan ingresos por sí mismos. La norma indica que se debe evaluar si existe algún indicio de deterioro, como cambios tecnológicos o en el uso del activo, y estimar el valor recuperable del activo para reconocer la pérdida si este es menor que el valor en libros.