2. 9.1 LA ANTIGUA ÉTICA OCULTABA ERRORES Nuestro camino discurre casi siempre a través del error; y sin verdad no puede darse ningún error (y sin error no hay falibilidad). La antigua ética estaba fundada sobre la idea del saber personal y del saber seguro y, por tanto, sobre la idea de autoridad; mientras que la nueva ética está fundada sobre la idea del saber objetivo y del saber inseguro. De este modo se modifica la mentalidad subyacente que está a la base y, con ello, también el papel de las ideas de verdad, de racionalidad y de honradez y responsabilidad intelectual.
3. El viejo ideal era poseer la verdad y la seguridad, y asegurar, en lo posible, la verdad a través de una argumentación lógica. El viejo imperativo para los intelectuales es: ¡sé una autoridad!, ¡conoce todo en tu campo! Cuando eres reconocido como autoridad, entonces tu autoridad es definida por tus colegas, y naturalmente tú debes defender la autoridad de tus colegas. La vieja ética prohíbe cometer errores. En modo alguno es permitido un error. De ahí que no se puedan cometer errores.
4. No se necesita resaltar que esta vieja ética profesional es intolerante. Era también siempre intelectualmente desleal: conduce al encubrimiento del error en favor de la autoridad, especialmente en la medicina.
5. 9.2 LA NUEVA ÉTICA PROFESIONAL EXAMINA LOS ERRORES COMETIDOS Nuestro saber conjetural objetivo va siempre más lejos del que una persona puede dominar. Por eso no hay ninguna autoridad. Esto rige también dentro de las especialidades. Es imposible evitar todo error o incluso tan sólo todo error en sí evitable. Los errores son continuamente cometidos por todos los científicos. La vieja idea de que se puede evitar los errores, y de que por eso se esta obligado a evitarlos, debe ser revisada: ella misma es errónea.
6. Naturalmente sigue siendo tarea nuestra evitar errores en lo posible. Pero precisamente, para evitarlos, debemos ante todo tener bien claro cuán difícil es evitarlos y que nadie lo consigue completamente. Tampoco lo consiguen los científicos creadores, los cuales se dejan llevar de su intuición: la intuición también nos puede conducir al error. La nueva ética profesional examina los errores cometidos y se funda a partir de los siguientes principios:
7. 1.- Debemos, por tanto, modificar nuestra posición ante nuestros errores. Es aquí donde debe comenzar nuestra reforma ético-práctica. Pues la vieja posición ético-profesional lleva a encubrir nuestros errores, a ocultarlos y, así, a olvidarlos tan rápidamente como sea posible. El nuevo principio fundamental es que nosotros, para aprender a evitar en lo posible errores, debemos precisamente aprender de nuestros errores, encubrir errores es, por tanto, el mayor pecado intelectual.
8. 2.- Debemos, por eso, esperar siempre ansiosamente nuestros errores. Si los encontramos debemos grabarlos en la memoria: analizarlos por todos lados para llegar a su causa.
9. 3.- Debemos aprender de nuestros errores, por eso debemos también aprender a aceptar agradecidos el que otros nos hagan conscientes de ellos. Si hacemos conscientes a los otros de sus errores, entonces debemos acordarnos siempre de que nosotros mismos hemos cometido, como ellos, errores parecidos. Y debemos acordarnos de que los más grandes científicos han cometido errores.
10. 4.- Debemos tener bien claro que necesitamos a otras personas para el descubrimiento y corrección de errores (y ellas a nosotros); especialmente personas que han crecido con otras ideas en otra atmósfera. También esto conduce a la tolerancia.
11. 9.3 ASUME UNA ACTITUD CRITICA Y AUTOCRÍTICA, FRANCA Y HONESTA, NECESITA DE OTRO PARA CORREGIR Y DESCUBRIR LOS ERRORES Y UTILIZA UNA CRITICA IMPERSONAL Y BENÉVOLA Debemos aprender que la autocrítica es la mejor crítica; pero que la crítica por medio de otros es una necesidad. Es casi tan buena como la autocrítica. La crítica racional debe ser siempre específica: debe ofrecer fundamentos específicos de por qué parecen falsas afirmaciones específicas, hipótesis específicas o argumentos específicos no válidos. Debe ser guiada por la idea de acercarse en lo posible a la verdad objetiva. Debe, en este sentido, ser impersonal. Para llegar a poner en practica los siguientes valores que establecen parámetros para una mejor desempeño en la practica profesional.
12. Honestidad - Aprender a conocer sus debilidades y limitaciones y dedicarse a tratar de superarlas, solicitando el consejo de sus compañeros de mayor experiencia.
13. Integridad - Defender sus creencias y valores, rechazando la hipocresía y la inescrupulosidad y no adoptar ni defender la filosofía de que el fin justifica los medios, echando a un lado sus principios.
14. Compromiso - Mantener sus promesas y cumplir con sus obligaciones y no justificar un incumplimiento o rehuir una responsabilidad. Lealtad - Actuar honesta y sinceramente al ofrecer su apoyo, especialmente en la adversidad y rechazar las influencias indebidas y conflictos de interés.
15. Ecuanimidad - Ser imparcial, justo y ofrecer trato igual a losdemás. Mantener su mente abierta, aceptar cambios y admitir sus errores cuando entiende que se ha equivocado.
16. Dedicación - Estar dispuesto a entregarse sin condición al cumplimiento del deber para con los demás con atención, cortesía y servicio.
17. Respeto - Demostrar respeto a la dignidad humana, la intimidad y el derecho a la libre determinación.
19. Excelencia - Ser diligentes, emprendedores y estar bien preparado para ejercer su labor con responsabilidad y eficacia.
20. Ejemplo - Ser modelo de honestidad y moral ética al asumir responsabilidades y al defender la verdad ante todo. Conducta intachable - La confianza de otros descansan en el ejemplo de conducta moral y ética irreprochable.
21. La ética debe convertirse en un proceso planificado, con plena conciencia de lo que se quiere lograr en la transformación de nuestras vidas. Debemos desarrollar al máximo el juicio práctico y profesional para activar el pensamiento ético, reconocer qué es lo correcto de lo incorrecto y contar con el compromiso personal para mantener el honor y el deber.