3. Es de gran importancia para
una sociedad, que dentro de
ella existan grupos de
personas, dispuestas a dar a
conocer diferentes
perspectivas de los temas, ya
sean políticos, económicos,
sociales o incluso de
farándula. Y de esta forma
reflejar lo que la mayoría de
personas piensan.
4. Opinión Pública surge
en (1750) en la obra de
Jean Jacques Rousseau
(Discurso sobre las artes
y las ciencias)
En la Antigüedad la
opinión pública se remitía
simplemente al diálogo
que establecían los
notables, es decir, sólo
aquellos que no dependían
económicamente de otros.
Durante el siglo XVIII
español, el concepto de
opinión pública
equivalía a “opinión de
la multitud”
Finalmente Los gobiernos y
empresas utilizan los
sondeos para conocer la
opinión pública sobre
cuestiones de interés como
los índices de desempleo,
mercado y de criminalidad
entre otros indicadores
sociales y económicos.
El liberalismo
moderado, sin
embargo, modifico el
concepto de opinión
pública relacionandola
a los "ciudadanos
instruidos"
5. Sir Robert Peel
Primer Ministro Inglés (1820), dijo que la
opinión pública “es un compuesto de
desequilibrios, debilidades, prejuicios,
sentimientos equivocados o acertados,
obstinación y párrafos diarios”. Es decir
que hace hincapié en el aspecto emocional
de la opinión, no en lo racional ni en el
aspecto público social de la opinión
pública.
6. Walter Lippman, en su libro Opinión Pública
(1922) cuestiona que sea posible una auténtica
democracia en la sociedad moderna. Esta crítica
se fundamenta en su noción de estereotipo, de la
cual es inventor: los esquemas de pensamiento
que sirven de base a los juicios individuales
convierten en ilusoria la democracia directa.
7. Pierre Martineau
En 1957, afirmó: “Las personas son dinámicas,
cambiantes, sugestionables, altamente no
racionales. Motivados más por la emoción, el hábito
y las causas inconscientes que por la razón”. Para
comprender las causas de un comportamiento hay
que conocer los ideales y las presiones de la
sociedad a la que pertenece el individuo.
8. Según el Diario «el Universal» en un articulo sobre
la opinión pública en Venezuela, expreso lo
siguiente:
El venezolano de este siglo XXI es un ciudadano
profundamente politizado. Es su marca más visible,
junto con una manera absolutamente informal de
comportarse.
Esto orienta a una práctica de argumentaciones donde
se intenta pasar toda conversación por el tamiz del
maniqueo y trillado oficialismo/oposición.
La reflexión cotidiana del venezolano, cargada de
informalidad, asume una postura individual, con una
carga de emotividad que impide visualizar los grises,
esos puntos neurálgicos de la problemática general y
sus particularidades que nos afecta a todos, seamos
rojos o azules.
Políticamente hablando, en la Venezuela actual nadie
es imparcial y menos en el ámbito de la opinión pública.
Mantenerse en silencio es poco menos que cobardía y
sumisión frente a la devastadora realidad, cargada de
violencia, sea intrafamiliar, laboral o del Estado.