Cuando en el mercado hay competencia, las empresas no pueden imponerse e incrementar los precios a su antojo, pues si lo hacen corren el riesgo de no vender
1. Art.54-10
“Competencia en Vacaciones”
Por Xiomara de Ochoa
Cuando en el mercado hay competencia, las empresas no pueden imponerse e incrementar los precios
a su antojo, pues si lo hacen corren el riesgo de no vender
Todos quieren hacer su agosto en diciembre. La llegada de la navidad
implica para muchas empresas deshacerse del inventario acumulado
durante el año y por tanto se convierte en un buen momento para
terminarlo con números negros, no rojos. Sin embargo, esto debe
ponernos en alerta como consumidores para aprovechar la competencia
existente entre las empresas y a la vez denunciar a las que quieran “hacer
su agosto en diciembre” en detrimento de la economía del resto de la
población.
Las vacaciones de unos, significan más horas de trabajo para otros. El comercio, durante esta época compite con
mayor variedad de productos y servicios, horarios extendidos, empaques vistosos sin cobro adicional, compras
por Internet, entrega a domicilio, créditos especiales, regalos adicionales, entre otros.
La ventaja es que se compite con más calidad y variedad de productos, con más comodidad, cercanía,
presentación y muchos “plus” que ya se incluyen en el precio. Para los consumidores la existencia de
competencia nos otorga más poder ya que al elegir un producto premiamos las ventajas que nos ofrece respecto
de otro con similares características.
Cuando en el mercado hay competencia, las empresas no pueden imponerse e incrementar los precios a su antojo,
pues si lo hacen corren el riesgo de no vender; es decir, si una empresa sube sus precios, los compradores
cambiarán su preferencia y comprarán a la competencia, haciéndola perder ventas en dicho mercado.
Con el auge del mercadeo electrónico las opciones para comparar y decidir qué comprar se amplían. Dicha tarea
se vuelve más fácil, pues en menos tiempo se puede conocer y elegir el producto que más se adapte a las
necesidades y al presupuesto. Al comparar precios y otras características y eligiendo el mejor para nosotros,
estamos también educando a los agentes económicos, para que no establezcan precios a su antojo, sino siguiendo
las reglas del mercado.
Aunque siempre es necesario que como consumidores nos eduquemos para no comprar sólo por aprovechar las
ofertas, sino porque realmente el producto que pensamos adquirir cubrirá una necesidad inmediata o mediata;
pero sin descuidar nuestro presupuesto.
Licenciada en Comunicaciones y Periodismo y colaboradora de Contrapunto.
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