La cultura Diaguita se desarrolló en el Norte de Chile y se caracterizó por la agricultura a través de terrazas y la cerámica, especialmente los "jarros pato" decorados con motivos geométricos en colores como rojo, negro y blanco. La alfarería diaguita, notable por su variedad y elaboración, era usada para ceremonias y tareas cotidianas, y sus colores provenían de sustancias vegetales locales.