2. 1. La situación actual y la conciencia de pecado.
2. El Misterio del pecado en el misterio de Cristo.
3. El pecado como acción humana.
4. El pecado como acción humana perversa.
5. El Pecado como situación o estado del pecador.
3. No se duda de que el pecado existe, porque
existen los pecadores.
Si bien no ha desaparecido la conciencia de
pecado, si se ha debilitado y transformado.
Entre otras razones: el subjetivismo, el
relativismo, el secularismo, el hedonismo, la
consideración de que todo lo que procede de
la naturaleza es bueno.
Desde las ciencias humanas son diversas las
concepciones que han pretendido explicar las
deformaciones en que puede sustentarse una
conciencia de pecado o culpabilidad:
4. Considerar el pecado como neurosis,
enfermedad, grosería, deformación.
Las ciencias humanas lo interpretan como un
desajuste social, psíquico, funcional o
grupal, tratando de buscar un remedio
sociológico, psicológico, médico o
pedagógico.
5. VALORACIÓN.
Hay dosis de razón, pero no explican de modo
adecuado la verdad y las dimensiones de
pecado, que se desprenden de su
consideración antropológica y psicológica pero
sobretodo de su consideración ética y religiosa
a partir de las fuentes de la revelación y el
magisterio.
6. Dimensión ética del pecado: consiste en el
contravalor o desorden que el hombre, con
su conducta, ha aceptado o inducido en la
vida personal y social.
Dimensión religiosa: es la referencia a Dios
que para un cristiano tiene el pecado. A la
luz de la fe el pecado aparece como una
ruptura de la relación con Dios y la
comunidad de los creyentes.
7. CONCLUSIÓN
La perdida de sentido del pecado es, por lo
tanto, una forma o un fruto de la negación de
Dios: no solo de la atea, sino además de la
secularista. Si el pecado consiste en
interrumpir la relación filial con Dios para vivir
la propia existencia fuera de la obediencia a
Él, entonces pecar no es solamente negar a
Dios: es también vivir como si Él no existiera,
es borrarlo de la propia existencia diaria.
8. Moral de pecado. Moral negativa.
Manuales para confesores.
señalar los límites entre pecado
y no-pecado
Una moral del mínimo esfuerzo
requerido para no quedar
excluido del cielo.
una «moral del acto
humano».
considerado en sí mismo.
Sin ningún vinculo con lo
social o la historia.
Una «moral de la ley»
Legalismo.
Tradicional
Una moral positiva, como
una moral del amor. lo
empuje a la superación
continua y al dominio de sí,
al servicio de Dios y de los
demás
Una «moral de la persona»
Su corresponsabilidad ante
la sociedad y ante la historia
Una moral creadora:
Una moral que estimule, por
consiguiente, la capacidad
del hombre para crear
nuevos valores y nuevas
formas de ser hombre.
Renovada
CONTENIDO
9. Partimos del carácter mistérico del pecado para
hablar de él.
No se podrá hablar del pecado sino en relación con el
misterio de la relación del hombre con Dios en
Jesucristo.
El misterio de Cristo se presenta en relación con Dios
y los demás hombres.
El pecado aparece como una situación de toda la
humanidad que se opone a los designios de Dios,
como una actitud del hombre que rechaza la llamada
divina y el diálogo con los demás, encerrándose
dentro de sí mismo y desconfiando de Dios y de los
demás, y que se empeña en construirse por sí solo,
obstaculizando entonces el verdadero crecimiento de
sí mismo y del reino de Dios.
10. DIOS
• Porque Jesucristo es Dios que muere por el pecado de
los hombres.
DEMÁS
• porque Jesucristo que muere por el pecado es hermano
de todos los hombres
• porque al rechazar a Cristo con el pecado se rechaza la
alianza a la que han sido llamados todos los hombres
SÍ MISMO
• porque Jesucristo es la palabra de Dios que nos pone
en la existencia y nos invita a la construcción de
nosotros mismos en una comunión de vida cada vez
más perfecta con él y con los hermanos.
En la muerte de Cristo el pecado aparece al mismo tiempo como
negación dé Dios, negación de los demás y negación de sí mismo.
11. Muerte
En la muerte de Cristo el pecado aparece además como «poder personificado»,
como oposición radical de toda la humanidad al plan divino, causada por el
«príncipe de este mundo». La muerte de Cristo nos revela finalmente nuestro
pecado como acción y actitud libre y responsable de cada hombre, ya que Cristo
muere por nuestros pecados, por cada uno de nosotros.
Resurrección
Pero el «no» del hombre ha quedado superado por el «sí» definitivo de Dios
en la resurrección de Cristo. En ella Jesucristo ha vencido definitivamente
a los poderes adversos, al príncipe de mundo, ha liberado definitivamente
al hombre de la esclavitud del pecado que existe en el mundo.
Conclusión
El pecado es un momento negativo que hay que superar mediante la
inserción libre y voluntaria, por la fe y los sacramentos, en el misterio
pascual de Cristo. De este modo, la negatividad queda asumida y englobada
en la positividad más poderosa de la fidelidad compasiva de Dios.
CONTENIDO
12. El pecado es una acción humana. Pero no existe
una acción en sí. Existe la persona que actúa.
Una acción humana es el modo de existir, en un
momento determinado, de una persona que ha
hecho una opción.
Mediante su acción libre, la persona intenta
hacerse lo que todavía no es, procura
proyectarse hacia su deber ser.
Esto nos permite ver la estructura del pecado.
13. La intención, la opción o proyecto
fundamental
• Con sus acciones libres la persona desea
desarrollarse y construirse en una o en otra
dirección, según éste o aquel proyecto
fundamental de vida.
Cada acción humana está incluida en
la historia de la persona
• Por eso no puede «cosificarse» el pecado,
considerándolo fuera del devenir vital en que
está inserto.
14. DEFINICIÓN: Un proyecto existencial, un proyecto
fundamental de vida.
Se da esta opción cuando una persona, con todas sus
dimensiones, se proyecta en una determinada situación
futura que construir partiendo de la situación presente,
para realizar unos determinados Valores que la persona
descubre en sí misma, en el mundo o en la revelación.
En el comportamiento moral de una persona se dan varios
de estos proyectos existenciales. Pero uno de ellos es el
principal o fundamental, una orientación profunda de vida,
un valor o unos valores fundamentales, un ideal de vida,
un fin último que la persona desea realizar y al que
subordina todos los demás valores y los demás proyectos
existenciales.
15. Todo hombre Vive según este proyecto existencial fundamental
aunque:
1. Para la mayor parte de los hombres este proyecto existencial
fundamental es vago e impreciso; se va aclarando en cada
decisión moral auténtica y con frecuencia sólo aparece con
claridad a posteriori
2. Aun cuando este proyecto existencial sea conocido con
claridad, sigue estando siempre abierto e indeterminado, ya
que abraza a toda la vida; en cada elección verdadera ese
proyecto tiene que ser precisado y ratificado, pero también
puede ser cambiado.
Conclusión:
Esta consideración de la opción moral fundamental tiene la ventaja
de subrayar con claridad el papel activo que representa el hombre
en la construcción de su propio ser, pero al mismo tiempo tiene la
desventaja de aparecer como una realidad casi exclusivamente
interna. Por eso hay que completar la descripción de la opción
moral fundamental considerándola como un estilo de vida.
16. Como espíritu-en-el-mundo, el hombre que
actúa deja su huella en él; pero también el
mundo, la situación concreta, deja su huella en
el hombre. De este modo se ve cómo la misma
opción fundamental de la persona esta en
relación activa y pasiva con el mundo entendido
como situación social, cultural, económica y
política, la cual, en virtud de la corporeidad
esencial del hombre, es una dimensión de su
existencia. Por consiguiente, el estilo de vida
revela la opción moral fundamental de la
persona, tanto en su interioridad como en su
carácter concreto exterior.
CONTENIDO
17. El pecado es una acción mala del hombre. el
pecado es la persona humana que se hace existir
libremente a sí misma de una forma mala.
¿En qué consiste la malicia de esta toma de
posición suya?
Ya se dio la primera respuesta a esta cuestión
cuando se consideró el misterio del pecado
dentro del misterio de Cristo redentor, que nos
revela la verdadera esencia del pecado como
negación o repulsa de Dios, negación de los
demás, negación de la auténtica construcción de
sí mismo.
19. El cristiano está llamado a guardar la relación de
amistad con el Padre, a mantener fielmente el «sí»
que un día dio por el bautismo, a cumplir la voluntad
de Dios...
El pecado (grave o mortal), por tanto, es algo que va
contra Dios; es una negación de su amor, un reto a la
amistad y salvación que él nos ofrece, un «no» de
infidelidad a la alianza, una oposición a su voluntad y
sus planes, una pretensión de vivir sin él, o incluso
contra él; en definitiva, constituye una ofensa a Dios,
en cuanto que es una desobediencia a su voluntad y
un rechazo de su inmenso amor.
RELIGIOSA
20. Por eso, lo más misterioso del pecado consiste en que
es una acción humana que, en último término, se
opone a Dios.
El hombre, por el pecado, como un gesto de
rivalidad, rechaza el amor de Dios, o trata de
construir su yo y el mundo 'al margen de Dios', como
si no existiera. El pecado actual quizá no es vivir
contra Dios, sino de espaldas a Él, en desobediencia,
de hecho, a la voluntad de Dios y faltando al amor y
la reverencia que le son debidos.
RELIGIOSA
21. Cuando el hombre, por el pecado, se erige en
realidad plenamente autónoma y autosuficiente,
en criterio y medida de todo, por sí y ante sí,
trastorna y desordena hasta lo más íntimo de su
ser, y lejos de realizarse y alcanzar su auténtica
personalidad, su libertad y su real señorío, se
autodestruye y deshumaniza, ya que el hombre
sólo es hombre cuando vive en Dios y por El.
PERSONAL
22. El pecado no sólo daña a quien lo comete,
sino también a los otros, a los que está
unido con una misteriosa y a la vez real
solidaridad.
«Lo que hicisteis a los demás, a Mí me lo
hicisteis...». Nuestro pecado no es una
realidad puramente privada o individual:
repercute, afecta, lesiona las relaciones
con los demás.
DEMÁS:
SOCIAL ECLESIAL
23. SOCIAL
En virtud de un arcano y benigno misterio de la voluntad divina,
reina entre los hombres una tal solidaridad sobrenatural que el
pecado de uno daña a los otros, repercute en los demás hombres,
y no sólo en aquellos a los que directamente podamos perjudicar
por algún pecado que les ha afectado personalmente.
Cuando una colectividad colabora, participa o mantiene unas
estructuras o situaciones de pecado, bien sea sociales, políticas o
económicas, culturales... puede decirse que la dimensión social
del pecado repercute e influye en la dimensión personal.
SOCIAL ECLESIAL
24. ECLESIAL
El cristiano vive en comunidad o en comunión con los demás creyentes.
No sólo es con los demás, sino que también es-con-los-demás-en-
cristiano. Como miembro de esta comunidad de fe y amor, a la que se
incorporó por el bautismo, tiene un deber de dar testimonio, de
permanecer y participar en la santidad del Cuerpo, de colaborar a su
edificación en el mundo... Su pecado tiene, por tanto, una dimensión y
repercusión eclesial: pecando, el cristiano ofende inseparablemente a
Dios y a la Iglesia, porque afecta a la comunidad eclesial, perturba y
lesiona sus relaciones con ella. Su pecado, que es rechazo de Dios, es al
mismo tiempo una herida para la Iglesia.
Pecando, el cristiano falta a la misión recibida en el bautismo, no da
testimonio de su fe, no ayuda a los demás y, en una palabra, «oscurece el
rostro de la Iglesia ante los hombres».
SOCIAL ECLESIAL
25. El hombre vive en el mundo y
está relacionado con la
creación de un modo
connatural y permanente.
Por el pecado del primer
hombre, su relación con la
realidad creada quedó
perturbada; el ser humano,
llamado a vivir en armonía e
incluso a participar en la obra
de la creación, sufre la
tentación de usar mal de las
cosas creadas, de abusar de
diversos modos de ellas.
Por eso san Pablo nos recuerda
que el Padre, por Cristo, ha
reconciliado consigo todas las
criaturas, las del cielo y las de
la tierra (Col 1, 20), y por
tanto, que la obra de
reconciliación de la Iglesia
debe alcanzar también a la
creación: tiene una dimensión
cósmica.
COSMICA
26. 1. Definición de pecado. Acto o deseo contrario a
la ley eterna. Hiere la naturaleza del hombre y
atenta contra la solidaridad humana.
2. La Diversidad de pecados. 1853.
3. La gravedad del pecado: Mortal y Venial
4. La Proliferación del pecado. Cadena. Vicios.
Cooperadores, estructuras de pecado.
MORTAL VENIAL
Materia Grave Leve / grave
Advertencia Plena No plena
consentimiento deliberado No perfecto