Se trata de un romance entre dos jóvenes italianos, pero algo en el pasado va estropear el presente de estos muchachos... pero el amor lo puede, siempre lo puede...
1. CAPITULO 1
Lara Bianchi cansada tras un largo viaje en avión, se siente muy feliz por
llegar al fin a su tierra natal, Siena, Italia. Después de morir su madre,
Calynda Lo Russo por un terrible accidente automovilístico, Lara trató de
escapar de esa hermosa ciudad llena de recuerdos. En ese entonces, Lara
se sumió en una inmensa depresión de la cual no podía salir, así que su
padre, Alonzo Bianchi estuvo de acuerdo con la decisión de su hija, y la
subió en un avión a New York para culminar sus estudios y familiarizarse
con el idioma, o al menos eso quiso creer para no extrañarla tanto.
Al pisar aquel suelo se le vino a la mente muchos recuerdos que tenía
sucumbidos en un lugar muy lejano de su mente. Tomó el autobús hasta
Piazza Gramsci y se encontró a su padre un poco desprolijo, lo cual se
entendía por ser un hombre adulto y viudo, pero feliz por su llegada.
Alonzo condujo hasta una casa de proporciones medianas y muy bien
cuidada, con una luz especial, aquella casa había presenciado toda su
niñez y su adolescencia, era una casa llena de recuerdos y por eso ella la
amaba tanto.
Al entrar soltó un comentario por encima del hombro a su padre
- Cuidas bien la casa papá.
- Que te voy a decir- sonrió – hago lo que puedo.
- Si lo sé… Por eso estoy aquí, para echarte una mano.
Lara desde que se fue, visitaba a su padre cuando podía y tenía libre, pero
ese verano era diferente, se graduó de médico anestesista y se volvía para
siempre, para ejercer su cargo en su ciudad, así iba a poder ayudar a su
padre definitivamente, el solo pensarlo la hizo sonreír, hacía mucho
tiempo que no sonreía, pero el volver definitivamente le cambió sus
expectativas.
Ya era la hora de comer, Lara abrió la puerta del refrigerador y no había
nada prácticamente que fuera comestible o de su agrado
- Voy al super papá, haber si mi estadía aquí hace cambiar tu forma
de alimentarte.
2. - Qué hay de malo en las papas conservadas y las hamburguesas
congeladas?- replicó fingiendo enfado- no vuelvas tarde.
- A sus órdenes mi general- dio media vuelta y tomó el coche de su
padre y se propuso arrancar.
Al llegar al centro comercial, se quedó por unos segundos apreciando el
panorama, se dirigía a uno de los supermercados pero por un momento
sintió un golpe que la hizo caer, era una persona que se había estrechado
contra ella, este la ayudó a levantarse seguido de un
- Disculpe señorita, no la vi venir.
Ella se levantó desorientada, y cundo por fin pudo clavar los ojos en esa
persona se llevó una gran sorpresa, era un hombre de unos 30 años, alto,
atlético, buen mozo, con unos ojos negros que la deslumbraron, su piel
era morena clara, como bronceada, parecía salido de una revista.
- Oh no, lo siento yo por no prestar atención- se sonrojó
- De todas formas me siento culpable, así que la invitó a un café para
disculparme mejor- y le hizo un guiño, ella se sonrojó de tal forma
que parecía que se prendía fuego.
En ese instante pensó lo pedante que parecía, sabía que era hermoso y
descubrió los pensamientos de Lara hacia él, la chica era una joven
hermosa, no resultaba raro que él se interesara en ella, era delgada y
un poco más baja que él, su cutis parecía la nieve y sus ojos las
profundas aguas del océano, su cabello era muy largo y rubio, parecía
de seda.
- Te resulta este truco?- le sonrió burlona luego de recuperarse de la
vergüenza.
- No, solo con chicas rubias y de ojos azules que tropiezo por la calle.
- Ah sí? Pues hoy no es tu día de suerte- El soltó una breve carcajada
que la dejo perpleja, era perfecta y tan blanca su sonrisa que por un
momento parecía irreal.
- Me llamo Derek- le tendió la mano
- Y yo Lara- lo saludó- Lara Bianchi, un gusto señor conquistador- él
volvió a sonreír.
3. -
Conozco a tu padre, es muy amigo del mío, bueno lo era…
Que sucedió?- dijo interesada.
Falleció
Oh, lo lamento, yo… - él la interrumpió.
No te preocupes- le habló un tanto serio- aunque nuestra charla sea
muy interesante se me hace tarde, salúdame a tu padre- Ella le
responde con una sonrisa.
- Lo haré. Le preció raro su reacción pero en ese momento no le dio
importancia.
Luego de culminar sus compras emprendió el regreso a casa.
Cuando ya estuvo allí le comentó a su padre con el peculiar personaje que
se encontró, su padre se echó a reír por la descripción de su hija de Derek,
y le comentó que ya se conocían, lo había visto una o dos veces cuando su
mejor amigo solía visitarlos, aunque este no solía llevarlo seguidamente,
así que era probable que ninguno de los dos se acordara, eran muy
pequeños.
Ya preparado el almuerzo Lara llama a su padre que estaba macaneando
el auto afuera
- Vamos pará, hace mucho palor y el pollo con patatas que te hice
está muy delicioso para que pueda esperar.
- Enseguida voy.
Mientras almorzaban conversaron de todos los temas que pudieron
abordar en ese lapso de tiempo, riendo a carcajadas y otras veces
llorando, pero ambos felices por volver a estar allí sentados, comiendo
juntos.
Ya hacia la tardecita, Alonzo y su hija se sentaron en el fondo de su casa
bajo un hermoso sauce que refrescaba un poco tras un verano de calor.
Aún Lara siente la risa de su madre acariciando el ambiente y dándole
tranquilidad, y el olor a sus tartas de los domingos por la tarde que se
extendía por cada rincón de la cocina, el recuerdo de su madre sacudió a
4. la chica, pero supo que delante de su padre no podía llorar, él ya la había
visto sufrir demasiado y sabia que no soportaría verla como la vio en ese
entonces, no lo soportaría…
CAPITULO 2
Al día siguiente Lara se levantó muy temprano y se tomó un sano
desayuno de café cortado y tostadas con mermelada, aún su padre no se
había despertado así que aprovechó para dar un lindo paseo por el barrio,
se recogió el pelo y salió al exterior, vestía una calza negra muy ajustada
que le daban por la rodilla, una remera fresca y clara y unos zapatos
blancos marca all star que le sentaban con la vestimenta tipo sport que
llevaba esa mañana. Eran las 6 de la mañana y de pronto ve de lejos un
muchacho algo bronceado de proporciones macizas que corre rumbo a
ella, la sorpresa que se llevo fue muy grande al ver a Derek algo sudado
con short deportivo y una remera que le dejaba ver sus fuertes y
atractivos brazos, sin dudas era muy lindo aquel hombre, y así que lo
reconoció se puso tensa, él enseguida se dio cuenta que era Lara y se
detuvo junto a ella.
-
Que pollito madrugador, Corres?
No te cansas de hacerte el tonto?
Por qué lo dices mi reina?- bromeó
Porque no tienes ninguna posibilidad de ligar conmigo y sigues de
alguna manera, humillándote ante mi- Él soltó una carcajada muy
divertida y de pronto se acercó.
- Que te hace pensar que yo quiero ligar contigo?- dijo en un susurro
acercándose al oído de Lara.
Ella dio media vuelta enfadada, decidida a volver a su casa. El mal humor
que le provocaba ese hombre era sorprendente, ella no era de sacarse
fácilmente, pero Derek, sin apenas conocerlo la sacaba de sus casillas y
por momentos le daban ganas de sacudirle. Mientras caminaba sintió
como se acercaba y con una mano él la sujetó de los hombros para que no
escapara, y en cuanto la tuvo de frente le habló.
5. - No te enojes Lara- dijo sincero- a veces mi sentido del humor no resulta
agradable para algunas personas, lo siento- a ella le pareció sincero así
que se tranquilizó y le respondió tímidamente.
- Está… bien que seas así, quizás… quizás- decía temblorosa- yo no capte el
buen humor debido a que yo no lo tengo..
- ¿Por qué Lara? ¿Por qué no te diviertes a veces?
- No soy feliz como para andar bromeando todo el tiempo Derek.
- Qué dices? Una joven como tú no es feliz?
- No después de lo que he pasado, la vida no me ha tratado muy bien.
- No es culpa de la vida ni de las personas, es cuestión de lo que nos toca.
Él hablaba como si supiera a lo que ella se refería, y era obvio ya que era
del barrio evidentemente y conocía a su familia.
- Lo sé- quería decirle tantas cosas, pero solo le salió un lo sé. NO, ella no
lo sabía, estaba tan enojada con todos por la injusta muerte de su madre,
que se cerró al hecho de pensar en la mala suerte de esta, por ser tan
injusto el hecho de ir por el sendero donde se iba a encontrar con ese
maldito conductor borracho que le quitó la vida en un abrir y cerrar de
ojos.
- Por qué no tomamos un café- ella le fulminó con la mirada, así que él
aclaró- en una buena Lara, sin intenciones secundarias más que beber
café. A pesar de que ella había desayunado decidió aceptar.
Tras tanta conversación de la ciudad y del camino que ambos habían
elegido, a ella le empezó a caer un poco mejor, el se había recibido de
contador y trabajaba en el banco Monte dei Paschi di Siena, así que
charlaron un buen rato de cómo eran sus trabajos y si disfrutaban en
realizarlo.
- Así que si me haces sufrir me puedes anestesiar un poco- le dijo
después de decirle en lo que se había formado- aclaro que es
broma, no soporto mas de esas miradas fulminantes tuyas- y se
echaron a reír.
6. Después él la acompañó hasta su casa y la beso cariñosamente en la
mejilla, en ese instante un cosquilleo recorrió su espalda, pero se contuvo,
no quería que él se diera cuenta lo mucho que le gustaba, sabia poco de él
pero le gustó desde el momento en que tropezó con él en el centro. Al
entrar en casa observo la maliciosa mirada que su padre le lanzo mezclada
con un poco de picardía y ella lanzó una mirada mucho más maliciosa, la
cual hizo guardar a su padre todos los comentarios.
Por la noche Lara se acostó temprano, ya que se pasaría por el hospital
para empezar su jornada como trabajadora, tenía una operación muy
importante que duraría 8 horas, así que debía descansar, el traslado de
New York era reciente pero estaba ansiosa de trabajar, amaba su trabajo y
el hecho de proporcionarles calma a los pacientes la complacía, salvar
vidas le apasionaba.
CAPITULO 3
Lara conducía por la avenida Mario Bracci rumbo a el Hospital Regional de
Siena, esa mañana realizaría un trabajo muy complicado, a pesar de que
ella se dedicaba a la parte de anestesiar al paciente para que luego el
doctor procediera a la operación, ella también era responsable del mismo,
ya que su trabajo era una parte esencial de la operación, por lo tanto
debía tener mucho cuidado y ser lo más responsable posible con todos sus
movimientos. Pero Lara era muy inteligente y sorprendentemente
brillante en su trabajo, lo hacía tan bien que antes de someter al paciente
a la anestesia los tranquilizaba, les proporcionaba seguridad, y ese talento
no lo tienen todos los médicos, ese día era muy especial porque el
paciente era un niño de tan solo 5 años, pero pudo realizar perfectamente
su trabajo y la operación salió exitosa, el chico se recuperaría pronto. Tras
esa victoria los médicos salieron al restorán más cercano para celebrar y
Lara pronto pudo regresar a casa.
Mientras se acercaba a su casa, Lara puso música en el coche y cantaba
alegremente cuando de pronto lo vio, vio a ese interesante pero arrogante
7. hombre que la estremecía con solo mirarla, aparcó en el garaje y le saludo
con la mano mientras apagaba el motor. Se sumió en la casa decidida a no
verlo en todo el día, no quería volver a pelear con él, y parecía que no
podía evitar enfadarse con él. Pero sus planes no funcionaron ya que al
cabo de tan solo unos minutos el estaba tocando el timbre, Alonzo abrió la
puerta y llamó a la chica, pronto ella estaba reuniéndose con él.
- Te vi y me dieron ganas de invitarte a salir, estás hermosa.
- Por dios Derek, acabo de llegar a trabajar.
- Por eso mismo, debes relajarte, vamos?- Ella asintió con la cabeza
decidida a no discutirle y se subió a la camioneta de él. Derek se
detuvo frente a una casa un poco vieja pero atractiva
- Dónde estamos?
- En mi casa, entremos- Ella se estremeció, después de todo no lo
conocía y no sabía cuáles serían sus intenciones, así que se quedó
por un momento inmóvil
- Lara, vamos, no pienso someterte a nada que no quieras, no soy un
violador de mujeres indefensas.
- No… yo..- se bajó suavemente y entraron en la casa.
Ésta era muy acogedora, con sillones aparentemente cómodos de un color
marrón claro, sobre una alfombra haciendo juego, no parecía una casa de
un hombre soltero, estaba muy limpia y arreglada. Él la invitó a sentarse
- Deseas tomar algo hermosa?
- Agua fresca- titubeó- no me digas hermosa
- Te duele la verdad no?- sonrió- Tanto te molesta que un hombre te
deseé?
- De que hablas?- le respondió un tanto confundida. Él se acerco de
pronto y se sentó junto a ella.
- Me gustas Lara- Y la beso suavemente en la mejilla, ese beso la hizo
estremecerse, el se dio cuenta que la chica le respondía y comenzó
por acariciar si espalda con las manos y rozar muy dulcemente sus
labios con los de ella, Lara no entendía lo que estaba pasando, pero
le encantaba, definitivamente sentía cosas por Derek y se dejó
llevar, el tomó confianza y le desabrochó un botón de su camisa,
8. -
-
pero ella no soportó, se puso tan tensa que apoyó sus manos contra
el pecho de él y tiró, tiró tan fuerte que lo desconcertó
Lo siento no puedo hacer esto, está mal
Lo que está mal? Que yo te guste? No hay nada malo en desear a un
hombre Lara
No te conozco, ni siquiera se tu apellido
Soy Derek Espósito, tengo 30 años, soy contador y trabajo en el
banco de aquí cerca, soy soltero, mi padre murió y mi madre nos
abandonó por otro hombre cuando tan solo tenía 12 años, no tengo
hermanos, creo… y no sé que más decirte, feliz?- Lara se sintió
desubicada, lo que le contó le pareció triste y no tenía derecho a
saberlo de esa forma.
Lo.. lo siento- dijo avergonzada.
No te comprendo a veces nena.
Me voy- dijo enseguida y se levantó, él la tomó del brazo y la sinchó
hacia abajo junto a él y la besó apasionadamente.
Como quieras-dijo sin más
Derek la llevó hasta su casa y la dejó atónita, no hablaron en todo el corto
camino y ella se sintió incomoda, quería pedirle disculpas, pero tenía
miedo que él le lanzara una mirada de enojo, no lo soportaría. Lo que
pasaron en aquella casa le hizo ver claramente a Lara que lo amaba, no
importaba que lo conociera o no, ella lo amaba, y eso la sacaba, nunca
creyó en el amor a primera vista y por eso se descontroló. Ella se decidió
hablar, el chico reconoció su intención y habló primero.
- Me gustas, pero estas muy loca- bromeó y ella rió- te presioné y lo
siento, te voy a esperar el tiempo que quieras, y mientras tanto te
voy a demostrar que no soy el hombre cruel que crees- Ella no creía
eso pero lo dejó terminar sin interrumpir- Te paso a recoger
mañana hermosa, te llevo al trabajo y te voy a buscar después, y…
vemos que hacemos después.
Ella lo beso en la boca y se bajo rápidamente del auto y se metió en la casa
muy feliz. Ahí estaba su padre esperándola en el vestíbulo, la asustó pero
se tranquilizó cuando divisó que era él
9. - No puedes andar con Derek- habló- vas a sufrir
- Que dices papá? Me gusta, no me hagas esto, nunca pude tener un
novio o algo así porque siempre lo arruinabas, entiende.. no soy una
niña
- Es tu novio?
- No lo sé papá… bueno si, y que hay de malo en eso. Es bueno
conmigo por ahora, sabes que soy muy fuerte, sabré alejarme si
noto algo extraño- El padre la abrazó fuertemente
- No quiero que te hagan daño, has sufrido bastante ya.
- No lo harán- le tranquilizó y subió a su cuarto a tomarse una ducha
fresca.
CAPITULO 4