Debido a la depreciación de la plata como patrón monetario del Perú y el exceso de producción en Estados Unidos, se buscó un sistema monetario más fuerte. Esto llevó al establecimiento del patrón de oro en 1897 y los billetes fiscales en 1914. También se dio el desplazamiento del capital británico por el estadounidense en minería, agricultura y petróleo entre fines del siglo XIX y principios del XX.