Este documento presenta un resumen trimestral sobre la expresión literaria de sentimientos a través de la historia. Brevemente describe el amor petrarquista, el Romanticismo, el Simbolismo, el Modernismo, las vanguardias, el Existencialismo y el teatro. Explica que el objetivo es estudiar cómo la literatura ha servido para expresar la interioridad humana y las percepciones del mundo a través de diferentes movimientos literarios representativos.
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Today is Pentecost. Who is it that is here in front of you? (Wang Omma.) Jesus Christ and the substantial Holy Spirit, the only Begotten Daughter, Wang Omma, are both here. I am here because of Jesus's hope. Having no recourse but to go to the cross, he promised to return. Christianity began with the apostles, with their resurrection through the Holy Spirit at Pentecost.
Hoy es Pentecostés. ¿Quién es el que está aquí frente a vosotros? (Wang Omma.) Jesucristo y el Espíritu Santo sustancial, la única Hija Unigénita, Wang Omma, están ambos aquí. Estoy aquí por la esperanza de Jesús. No teniendo más remedio que ir a la cruz, prometió regresar. El cristianismo comenzó con los apóstoles, con su resurrección por medio del Espíritu Santo en Pentecostés.
True Mother's Speech at THE PENTECOST SERVICE..pdf
2 trimlituniv
1. Literatura Universal: ¿qué opinas de la expresión de sentimientos a través de la literatura?
Segundo trimestre
Volumen 1, nº 2
Puntos de interés es-pecial:
• La literatura sirve para
expresar el interior del ser
humano y su percepción
de lo que le rodea.
• Esa expresión busca nuevas
formas como cauce; así,
por ejemplo, la prosa poé-tica
del siglo XX.
• Desde el Romanticismo, la
libertad ha guiado la expre-sión
literaria.
Contenido:
El amor petrarquista 2-3
El Romanticismo 4-11
Simbolismo y parnasia-nismo
12-
13
Bohemia y Modernismo 14
Las vanguardias 15-
17
El existencialismo 18
El teatro 19
Este trimestre está
orientado a la expresión
del interior del ser
humano a través de la
literatura. Obviamente,
los momentos en que
esto se ha dado son mu-chos
más que los que
aquí se estudian, que son
sólo los más representa-tivos.
El amor petrar-quista,
por ejemplo, mar-có
la poesía amorosa del
Renacimiento y el Barro-co,
aunque estaba basa-do
en una serie de con-venciones
que muchas
veces disfrazaban el sen-timiento.
La primacía de
este se da especialmente
en el Romanticismo, y
por ello se le dedica bue-na
parte del trimestre.
En esta época, el escritor
defiende ante todo su
libertad creadora y cree
que la literatura le per-mitirá
expresar su ver-dadero
Yo, o, al menos,
buscar la comu-nión
con la Natu-raleza
y con el
Todo. Dentro del
Romanticismo,
con todo, hay que
distinguir entre
diversas tenden-cias
que depen-den
además del
país en que nos
encontremos, si
bien se trató de
un movimiento
fundamentalmente eu-ropeo.
La crisis de fin de
siglo y la renovación en
la literatura no se cen-tran
sólo en Europa sino
que también tienen co-mo
foco expansivo His-panoamérica,
sobre todo
en el caso del Modernis-mo,
así como en las van-guardias.
A pesar de
ello, y por centrarnos en
literaturas no hispanas,
se repasa someramente
la presencia de movi-mientos
renovadores en
Europa, sobre todo en la
primera mitad del siglo.
El existencialismo es el
resultado de la crisis de
la Guerra Mundial, y el
absurdo de la vida se
reflejará no sólo en poe-sía
sino también en pro-sa
y teatro. Para finali-zar,
dos ejemplos de pro-sa
poética de tipo orien-tal
y de gran influjo en
todo el mundo.
Presentación
IES Ramón y Cajal. 2006-2007
Al acabar el trimestre sabrás...
• Los rasgos princi-pales
de los dife-rentes
movimien-tos.
• Los nombres de
los principales
autores y obras
que los represen-tan.
• Comentar textos
de las épocas y
tendencias princi-pales.
• Relacionar los mo-vimientos
litera-rios
con los mo-mentos
de la his-toria
del pensa-miento
y el hom-bre,
sobre todo en
el siglo XX.
• Relacionar la lite-ratura
y otras for-mas
de arte que
parten de las mis-mas
ideas básicas.
Prosa poética “oriental” 20-
21
2. PÁGINA 2 SEGUNDO TRIMESTRE VOLUMEN 1, Nº 2
El amor petrarquista
Tetrarca, 1304-1374
eta laureado en Roma. Su mayor
trabajo está inspirado por un
amor de juventud, Laura, que ha
quedado sin
identificar pero
ha sido inmor-talizado
por sus
poemas, mucho
después de su
muerte. Aunque
la pasion parece
surgir de un
sentimiento verdadero, no se
plantea la convivencia ni el matri-monio
en esa relación. Imitó con-scientemente
a los
clásicos. Los poemas
líricos dedicados a
Laura se recogen en el
Cancionero, basado en
literature popular.
Hizo famoso el soneto
en Europa.
Aunque podemos considerar que lo
que se entiende por “amor román-tico”
comienza con los trovadores
de los siglos XIII-XIV (el amor cor-tés,
que veneraba a la dama como
la representación terrena de la
belleza espiritual), fue
Petrarca quien desarro-lló
los tópicos amorosos
en una serie de poe-mas:
la belleza deslum-brante
de la dama, la
pureza angelical, la
angustia del rechazo
frente al deseo de pose-sión…
Petrarca intro-duje
el catálogo de per-fecciones
físicas y me-táforas
que ven los
ojos como ventanas del
Se puede decir que la literatura
humanística comienza con Pet-rarca,
que nació en Arezzo y se crió
en el sur de Francia, ya que sus
padres fueron exiliados por el
mismo decreto florentino que ex-pulsó
a Dante. Pasó su juventud
en Avignón, donde volvió tras edu-carse
en Bolonia, para trabajar de
oficinista a la muerte de su padre.
Su poesía erudita en latín lo hizo
famoso y en 1341 fue coronado po-
alma, etc., rasgos que han perdu-rado
durante trescientos años de
poesía renacentista. El influjo de
Petrarca fue inmediato y arrolla-dor:
todas las grandes figuras de la
literatura europea desarrollaron y
extendieron su legado:
Chaucer, Ariosto, Tasso,
Ronsard, Gracilazo, Góngo-ra,
Camoes, Shakespeare…
Posteriormente, autores del
XVIII, XX y XX, como Pope,
Byron, Rossetti o incluso
Ezra Pound han continuado
la tradición, que aún sigue
viva, sobre todo en la litera-tura
popular.
propio poeta, hacia un
atractivo joven cuya belleza
y virtud admira, y hacia
una oscura y misteriosa
dama de la que el poeta
está encaprichado. El joven
se siente irresistiblemente
atraído por la dama, con lo
cual se cierra un triángulo,
descrito por el poeta con
La publicación de dos poemas
eróticos según la moda de la
época, Venus y Adonis (1593)
y La violación de Lucrecia
(1594), y sus Sonetos (1609) le
dieron la reputación de bri-llante
poeta renacentista. Los
Sonetos describen la devoción
de un personaje que a menu-do
ha sido identificado con el
una apasionada intensidad que, no
obstante, no llega a alcanzar los
extremos de sus tragedias, sino
que tiende al refinamiento en el
análisis de los sentimientos de los
personajes. Fue principalmente su
actividad como dramaturgo lo que
le dio fama en la época. Otros poe-tas
renacentistas ingleses: Ed-mund
Spenser y Philip Sidney.
Petrarca
Shakespeare y la lírica inglesa
Shakespeare
Si no recuerdas la más ligera
locura en la que el amor te
hizo caer, es que no has
amado
Un ejemplo de belleza renacen-tista:
“El nacimiento de Venus”,
de Sandro Boticelli
3. VOLUMEN 1, Nº 2 SEGUNDO TRIMESTRE PÁGINA 3
SONETO A LAURA
Paz no encuentro ni puedo hacer la guerra,
y ardo y soy hielo; y temo y todo aplazo;
y vuelo sobre el cielo y yazgo en tierra;
y nada aprieto y todo el mundo abrazo.
Quien me tiene en prisión, ni abre ni cierra,
ni me retiene ni me suelta el lazo;
y no me mata Amor ni me deshierra,
ni me quiere ni quita mi embarazo.
Veo sin ojos y sin lengua grito;
y pido ayuda y parecer anhelo;
a otros amo y por mí me siento odiado.
Llorando grito y el dolor transito;
muerte y vida me dan igual desvelo;
por vos estoy, Señora, en este estado.
" Cuando trémula avives el fuego que destella,
hilando y devanando cabe el hogar sentada,
al modular mis versos dirás maravillada:
--Ronsard cantó mis años, yo era joven y bella.
Velando tu fatiga, te hablará la doncella,
viendo cómo se enturbia de sueño tu mirada:
-El amó tu belleza, y en su canción alada
puso tu nombre y puso toda su gloria en ello.
The little Love-God lying once asleep
Laid by his side his heart-inflaming brand,
Whilst many Nymphs that vow'd chaste life to keep,
Came tripping by, but in her maiden hand,
The fairest votary took ip that fire,
Which many Legions of true hearts had warm'd,
And so the General of hot desire,
Was sleeping by a Virgin hand disarm'd.
This brand she quenched in a cool Well by,
Which from Love's fire took heat perpetual,
Growing a bath and healthful remedy,
For men diseas'd: but I my Mistress' thrall,
Came there for cure and this by that I prove,
Love's fire heats water, water cools not love.
Shakespeare,
Sonnet 154.
Yo dormiré en el césped, fantasma vagaroso,
y los mirtos oscuros me darán reposo;
tú, blancos los cabellos, en tu sillón rendida,
Lamentarás llorando mi amor y tu desvío...
No espero a la tarde, que fuera desvarío:
Coge desde temprano las rosas de la vida. "
Fragmento de Sonetos a Elena.
Textos
Ronsard (1524-1585): un ejemplo en Francia.
Una imagen del poeta
Estaba un bello día, dormido el Niño-Amor
A su lado está el fuego que incendia corazones.
Mientras que varias Ninfas con voto de pureza,
pasaron por allí. La mano virginal
de la más bella virgen, tomó la dulce llama,
que a legiones de almas había calentado,
y así, el suave jastial del ardiente deseo,
fue tomado del sueño por la casta doncella.
Luego apagó la antorcha, en una fuente fría,
que del fuego de Amor, tomó calor perpetuo,
convertida en un baño que alivia a los enfermos.
Esclavo de mi amada, llegué para curarme,
y aprendí sólo esto: que el fuego del Amor,
aunque calienta el agua, no enfría el corazón.
Shakespeare,
soneto 154
Ilustración para los Sonetos
All the world´s
a stage. And
all the men
and women
merely
players.
Shakespeare
4. PÁGINA 4 SEGUNDO TRIMESTRE VOLUMEN 1, Nº 2
Es difícil definir qué es el Roman-ticismo.
Su carácter revoluciona-rio
es incuestionable. Supone una
ruptura con una tradición, con un
orden anterior y con una jerarquía
de valores culturales y sociales, en
nombre de una libertad auténtica.
Se proyecta en todas las artes y
constituye la esencia de la moder-nidad.
Aunque la unani-midad
del movimien-to
romántico reside
en una manera de
sentir y de concebir al
hombre, la naturaleza
y la vida, cada país
produce un movi-miento
romántico
particular, distinto;
incluso cada romanti-cismo
Representación alegórica de la
libertad
nacional desarrolla distin-tas
tendencias. En Francia o en
España se suelen distinguir un
romanticismo de apariencia católi-ca
y nacional de otro más liberal y
materialista. En Alemania o In-glaterra
se diferencia un primer
romanticismo de un segundo mo-vimiento,
más maduro y menos
teórico.
El Romanticismo significó un
cambio de gusto de la
época y de las teorías
estéticas de la creación.
Lo moderno frente a lo
neoclásico, simbolizado
en lo francés y en la imi-tación
de los modelos
antiguos. Lessing ataca
el teatro francés clasi-cista,
propone imitar a
Shakespeare y crear un
drama nacional. Herder
defiende la existencia de un espí-ritu
nacional ligado al idioma cuyo
desarrollo es la historia de cada
país; la manifestación de ese espí-ritu
en las creaciones del pueblo y
en los grandes poetas, sobre todo
en la Edad Media cristiana. Afir-ma
el nacionalismo y el populismo
que Schiller practicaría en su tea-tro.
En Inglaterra revive el interés
por la mitología y tradiciones me-dievales
escandinavas o celtas
(Ossian) y se cultiva un nuevo sen-timiento
ante la Naturaleza
(Wordsworth y Coleridge). Goethe,
en Werther, dibuja el "mal del si-glo",
y en su Fausto, busca un sue-ño
imposible de inmortalidad. F.
Schlegel, contra la necesidad de-fendida
por los neoclásicos de ajus-tar
la creación a unas reglas o le-yes,
sostiene que la poesía crea sus
propias normas pues es engendra-da
por la fuerza original invisible
de la Humanidad.
racional. El romántico, además de
su rebeldía co-ntra
el orden
del mundo here-dado,
se opone a
la separación
entre razón y
s e n t i m i e n t o ,
entre lo real y lo
irreal. Para el
romántico la
Naturaleza no es un objeto, un
todo mecánico como quería Descar-tes,
sino un todo orgánico, vivo. El
yo romántico rechaza formar parte
de la Naturaleza como una pieza
más de su engranaje, y, por
el contrario, hace constar su
individualidad, su capaci-dad
creadora y transforma-dora
que extrae de sí mis-mo,
de su interior, y plantea
una relación con la Natura-leza
como una comunicación
del Uno al Todo. El conflicto
del hombre romántico, el
La Ilustración, heredera del Rena-cimiento,
significó una reordena-ción
del mundo y un impulso al
progreso de las ciencias, todo ello
necesario para acabar con los pre-juicios
y la superstición. La Ilus-tración
cumplió su misión: afirmar
al hombre, concediéndole el poder
de conquistar la Naturaleza y do-minarla
en un sueño de progreso
hacia la felicidad. Pero los pensa-dores
ilustrados imponen límites al
conocimiento: ante la imposibili-dad
de conocer la cosa en sí, sólo se
interesan por el conocimiento de
los fenómenos, de la realidad sen-sible,
considerando que
aquello que nuestros senti-dos
no pueden concebir no
tiene ninguna utilidad. El
romántico, sin embargo, en-tiende
que en el interior del
hombre actúan distintas
fuerzas, y que la esencia de
lo humano rebasa la esfera
de lo inconsciente y de lo
"mal del siglo", su crisis religiosa y
existencial es conse-cuencia
de su propia
singularidad y de la
imposibilidad de fun-dir
su Yo con la alteri-dad,
con el Todo; de,
siendo finito, desear
unirse y transformar-se
en infinito.
El romántico hereda del ilustra-do
el tedio de la civilización, que
produce seres artificiales e insensi-bles;
hereda la admiración hacia el
primitivismo del buen salvaje, es-tropeado,
según Rousseau, por la
cultura y la civilización. Al román-tico
le asusta el futuro que la cien-cia
y el progreso anuncian, y qui-siera
volver a la plena integración
con la Naturaleza, al árbol de la
vida, que existió en el Paraíso an-tes
de que se interpusiera el árbol
de la ciencia.
El Romanticismo
Ilustración frente a Romanticismo
Descartes
"imagínate lo finito bajo la
forma de lo infinito y pensarás
al hombre" (F. Schlegel).
5. VOLUMEN 1, Nº 2 SEGUNDO TRIMESTRE PÁGINA 5
Temas del Romanticismo.
Egocentrismo: El alma romántica
no es dada desde fuera al indivi-duo,
sino que éste la crea cuando
tiene conciencia de sus sentimien-tos.
Convierte al
individuo en sin-gular
y universal,
de modo que el
Universo sólo es
posible concebirlo
partiendo del
conocimiento de
sí mismo, pues el
hombre es la ima-gen
del Macrocos-mos.
Libertad: El reino
de la libertad
absoluta es el
ideal romántico,
el principio de
toda ética romántica: libertad for-mal
“Don Juan” es una de las figuras que simboliza
el espíritu romántico.
en el arte, entendida como
necesidad del individuo para ex-plorarse
y explorar el mundo exte-rior.
El romántico se concibe como
un ser libre, el cual se manifiesta
como un querer ser y un buscador
de la verdad. La libertad, como el
infinito, es más una aspiración
que una realidad.
El amor y la muerte: El
romántico asocia amor y
muerte, como ocurre en el
Werther de Goethe. El
amor atrae al romántico
como vía de conocimiento,
como sentimiento puro, fe
en la vida y cima del arte y
la belleza. Pero el amor
acrecienta su sed de infini-to.
En el objeto del amor
proyecta una dimensión
más de esta fusión del Uno
y el Todo, que es su princi-pal
no alcanzará la
armonía en el
amor. En el amor romántico hay
una aceptación de la autodestruc-ción.
En el amor se encarna toda
la rebeldía romántica: "Todas las
pasiones terminan en tragedia,
todo lo que es limitado termina
La literatura romántica.
objetivo. Pero
muriendo, toda poesía tiene algo
de trágico" (Novalis). En la muer-te,
el alma romántica encuentra la
liberación de la finitud.
La religión: Lo que hay de esen-cialmente
nuevo en la religión de
los románticos, sobre todo en Ale-mania,
es el sentimiento interior.
Para todos los románticos no existe
Dios fuera del mundo y del hom-bre,
y debemos actuar motivados
por el entusiasmo y el amor
("sintiéndose lleno de Dios", F.
Schlegel.
Nacionalismo: La reivindicación
del espíritu nacional (Volkgeist), la
manifestación de ese espíritu en
las creaciones del pueblo y en los
grandes poetas y la oposición al
clasicismo francés favoreció el cul-tivo
de literaturas nacionales mo-dernas
o románticas.
El Romanticismo en literatura significa libertad, en la elección de la forma y en la elección del
contenido. Se trata de una literatura revolucionaria por cuanto supone la liquidación de la nor-ma
clásica y la enemiga de los neoclasicistas. En Francia se dio la más cruenta batalla entre
“El sueño de la razón”,
de Goya
clásicos y románticos.
Si bien la poesía vio la aparición de nuevas formas como el lied alemán, la balada o el poema dramático, es en
el teatro donde se producen los mayores cambios respecto a la normativa neoclasicista. El drama nuevo exige
una libertad que sólo se había alcanzado en la obra de Shakespeare, y en casi todos los países europeos es pro-ducto
entre otros factores de un desarrollo del espíritu nacional y nacionalista que propugna la necesidad de
suprimir la influencia extranjera y la importación del programa clásico procedente de Francia, y de crear una
literatura nacional. De ahí que los temas históricos y nacionales desempeñen en este nuevo drama un papel de
suma importancia, en la medida que se reivindica la propia identidad. Frente a las unidades que los clásicos
defendían como necesarias para componer un drama, los románticos consideran que cada tema impone reglas
particulares. Es decir que la forma debe ser orgánica y no mecánica. Los temas los prefieren históricos y que
expresen los derechos de los oprimidos. Shakespeare, Lope de Vega, Calderón o Schiller pasan a ser los modelos
invocados.
La nueva novela se convierte en un medio de describir sensaciones y pasiones, y se crea la novela histórica,
cuyo maestro fue Walter Scott. El protagonista frecuentemente es el doble del autor, el cual penetra en su inter-ior
y describe sus sentimientos, al igual que recrea lo maravilloso, lo exótico o la aventura. Werther, de Goethe,
fue para los románticos el modelo bajo la forma una novela-diario que penetra en la interioridad del personaje,
comunica sus sentimientos, y los hace universales.
6. PÁGINA 6 SEGUNDO TRIMESTRE VOLUMEN 1, Nº 2
El Yo Romántico
La rebelión romántica es un tipo
de Yo prometeico; la energía irre-frenable
del deseo del rebelde,
que reclama libertad y poder,
hace estallar todo tipo de barre-ras,
políticas, estéticas, físicas y
morales. Lord Byron,
que fusiona vida y
literatura, resume la
coincidencia de lo eró-tico
y lo político del
prometeísmo románti-co.
El mito prometeico
también arroja aspec-tos
negativos: el Ti-tán,
Lucifer, por su
rebeldía son condena-dos
al castigo y al do-lor
eternos.
Mientras el Yo prometeico se
centra en el deseo en relación a
su objeto, el Yo solitario está
construido en el espacio vacío
inevitable que hay entre ambos.
En la poesía inglesa, la aliena-ción
del sujeto soli-tario
suele presen-tarse
en relación a
la naturaleza, pero
en el continente eu-ropeo
el mundo del
que está alienado
tiende a ser el mun-do
social e histórico.
Los románticos con-ceptuaron
el Yo co-mo
un desdobla-miento
rousse-niano
en un Yo social y un Yo
profundo. La individualidad, y
especialmente el Yo no social
más profundo -las "cavernas del
espíritu de Shelley- es el punto
de partida inevitable para una
literatura romántica. Gran parte
de la literatura romántica adopta
la forma de un diálogo íntimo, de
comunicación con la capacidad
inventiva del espíritu. Por tanto,
el Yo poético que puede trascen-der
las fronteras de lo subjetivo y
lo objetivo mediante su actividad
creativa está construido como
diálogo de dos entidades: la men-te
consciente y las fuerzas in-conscientes
de la fantasía.
El bandolero representa los ideales románticos
de libertad, individualismo y exotismo.
timientos y de la pasión. Tradicio-nalmente
la valoración de lo irra-cional
y sentimental se otorga al
siglo XIX, pero
la centuria ante-rior
también
asumirá la im-portancia
de
estas zonas de
la psique huma-na,
como se
aprecia en la
importancia que
el siglo XVIII da a la sublimidad.
Para los clasicistas la belleza de-pende
de las cualidades materia-les
de los objetos (unidad, varie-dad,
regularidad, orden, propor-ción,
etc.) más que de la sensación
que producen éstos en
quien los contempla. La
belleza, en consecuencia,
ha de proporcionar un esta-do
de placer sereno, fruto
del orden y la proporción,
como ocurre con el arte
griego. Pero junto a la be-lleza
clásica y serena, los
Entre 1770 y 1800 "Europa se
acostó absolutista y neoclásica y se
levantó demócrata y romántica".
Gracias a la revolución industrial
inglesa (1760-1840), que desarrolla
una clase burguesa y sienta las
bases del liberalismo; gracias a la
revolución francesa (1789), que
proclama los principios de libertad,
igualdad y fraternidad; gracias
igualmente a la revolución ameri-cana
con su Declaración de Inde-pendencia
(1776), que hace de los
derechos del hombre su centro y
establece la república como forma
de gobierno y al pueblo como fuen-te
exclusiva del poder; gracias a
todos estos hechos la Libertad re-emplaza
a la tiranía, el poder abso-luto
se ve limitado y la demo-cracia
se erige en ideal de go-bierno.
Pero el siglo XVIII no
es sólo despotismo ilustrado,
racionalismo y neoclasicismo.
Conviven con estas tendencias
dominantes las corrientes de-ístas
y místicas, y se reivindi-ca
también el valor de los sen-neoclásicos
también disfrutaron de
la sublimidad, de las emociones
fuertes en el arte, de la Naturaleza
majestuosa y sublime,
de los motivos fúne-bres,
macabros o so-b
r e n a t u r a l e s .
La revalorización de
nuestros sentidos que
llevaron a cabo los
pensadores ilustrados
haciendo depender de
ellos la certidumbre o
incertidumbre de aquello que se
quiere conocer presupone de algu-na
manera la subjetividad radical
que defienden los románticos. Pero
estos últimos rechazaron las limi-taciones
que apresaban la activi-dad
del conocimiento guiado única-mente
por la Razón y la experien-cia,
basándose en la unidad del
hombre, en el hombre como una
totalidad, imagen del Universo.
Diderot y Rousseau rehabilitan la
sensibilidad, la pasión y el amor
por la naturaleza. El Romanticis-mo
hará de ellos el centro de la
existencia humana.
Los precedentes del Romanticismo
Kant
La noche es sublime, el día es
bello
Kant
7. VOLUMEN 1, Nº 2 SEGUNDO TRIMESTRE PÁGINA 7
Se puede decir que Goethe está a
caballo entre dos épocas, ya que
vive entre 1749 y 1832. Sus prime-ras
obras están vinculadas al mo-vimiento
prerromántico Sturm
und Drang (tempestad y empuje).
Su libro juvenil Las tribulaciones
del joven Werther es una novela
epistolar que narra una historia de
amor no correspondido que termi-na
con el suicidio del protagonista.
Tuvo un éxito extraordinario en
Europa. Su obra más famosa es el
poema dramático de tema filosófico
Fausto. En la primera generación
romántica, destacan Novalis, von
Kleist y Hölderlin, este último fa-moso
por su novela epistolar Hipa-rión.
En su obra destaca la presen-cia
de elementos clásicos. En una
segunda generación de escritores,
se potencia la recuperación de la
literatura oral (Grima) y el género
del cuento, en el que destaca
E.T.A. Hoffmann (Cascanueces y el
rey de los ratones, por ejemplo).
Heine fue famoso sobre todo por su
Libro de canciones, es sobre todo
un gran prosista; entre sus traba-jos
hay que señalar las crónicas
periodísticas de tema sociopolítico
con las que se ganaba la vida.
sando los dos, pone su mano enci-ma
cementerio (…) ¡Pero tú brillas
todavía, sol del cielo! ¡Tú verdeas
aún, sagrada tierra! Todavía van
los ríos a dar en la mar y los árbo-les
umbrosos sombrean al medio-día.
El placentero canto de
la primavera acuna mis mor-tales
pensamientos. La ple-nitud
del mundo infinita-mente
vivo nutre y sacia con
embriaguez mi indigente
ser. ¡Feliz naturaleza! No sé
lo que me pasa cuando alzo
los ojos ante tu belleza,
pero en las lágrimas que
lloro ante ti, la bienama-
No tengo nada de lo que pueda
decir: esto es mío.
Lejos y muertos están mis seres
queridos, y ya no hay voz alguna
que me hable de ellos. Mi
negocio aquí en la tierra ha
terminado. Emprendí la
tarea pleno de voluntad, me
desangré en ella, y no he
enriquecido el mundo en un
solo céntimo.
Desconocido y solitario
vuelvo a mi patria y vago
por ella como por un vasto
da de las bienamadas, hay toda la
alegría del cielo. Todo mi ser calla y
escucha cuando las dulces ondas del
aire juegan en torno a mi pecho.
Perdido en el inmenso azul, levanto
a menudo los ojos al éter y los incli-no
hacia el sagrado mar, y es como
si un espíritu familiar me abriera
los brazos, como si se disolviera el
dolor de la sociedad en la vida de la
divinidad. Ser uno con todo, esa es
la vida de la divinidad, ese es el cielo
del hombre. Ser uno con todo lo vi-viente,
volver, en un feliz olvido de
sí mismo, al todo de la Naturaleza,
esta es la cima de los pensamientos.
Romanticismo alemán
Textos: Hiperión.
Hölderlin
de la mía, y en la animación
del diálogo se me acerca más, has-ta
el punto de sentir yo el divino
aliento de su boca en mis labios…,
creo rodar por tierra cual herido
del rayo (…) Ella es para mí sagra-da.
Todo deseo calla en su presen-cia.
No sé jamás lo que me pasa
cuando estoy a su lado: es algo así
como si el alma me palpitase en
todos mis nervios… Tiene una me-lodía
que toca en le clave con todo
el poder de un ángel, tan sencilla y
tan ideal. Es su canción favorita, y
a mí se me quitan toda pena, toda
confusión y mal humor en cuanto
percibo su primera nota.
¡Oh, y cómo me corre la sangre por
todas mis venas cundo impensada-mente
rozan mis dedos los suyos o
nuestros pies se encuentran por
debajo de la mesa! Me aparto como
el fuego, y un secreto poder me
obliga a acercarme de nuevo. ¡Y
qué vértigo el que me marea todos
mis sentidos! ¡Oh… y su inocencia,
su alma despreocupada, no siente
cuánto me hacen sufrir sus peque-ñas
confianzas! Cuando, conver-
Fausto
El cuento “Cascanueces” es
famoso por el ballet del mismo
nombre de Tchaikovski.
Textos: Las tribulaciones del joven Werther.
8. PÁGINA 8 SEGUNDO TRIMESTRE VOLUMEN 1, Nº 2
Romanticismo francés
Versión infantil del personaje de
Víctor Hugo
so hasta el pecho. Tenía una combi
-nación de muslos y de piernas tan
extravagante que sólo se toca-ban
en las rodillas y, además, mirándo-las
de frente, parecían dos hojas de
hoz que se juntaran en los mangos;
unos pies enormes y unas manos
monstruosas y, por si no bastaran
todas esas deformidades, tenía
también un aspecto de vigor y de
agilidad casi terribles; era, en fin,
algo así como una excepción a la
regla ge-neral, que supone que,
canto la belleza como la fuerza,
deben ser el resultado de la armo-nía.
Ése era el papa de los locos
que acababan de elegir; algo así
como un gigante roto y mal recom-puesto.
En Francia, de gran tradición cla-sicista,
el Romanticismo aparece
tardíamente, y ofrece desde el
principio una tendencia liberal
(basada en la rebeldía) y otra con-servadora
(centrada en las tradi-ciones
y el pasado nacional). Se
manifiesta poco en
poesía y la gran figu-ra
es Víctor Hugo
(1802-1885), que evo-lucionó
en su larga
vida y prolífica obra
(cultivó todos los gé-neros)
desde el con-servadurismo
al pro-gresismo.
Se le consi-dera
el introductor de
la nueva estética ro-mántica,
sobre todo
La aclamación fue unánime.
Todo el mundo se dirigió hacia la
capilla y sacaron en triunfo al
bienaventurado papa de los locos y
fue entonces cuando la sorpresa y
la admiración llegaron al colmo, al
ver que la mueca no era tal; era su
propio rostro. Más bien toda su
persona era una pura mueca. Una
enorme cabeza erizada de pelos
rojizos y una gran joroba entre los
hom-bros que se proyectaba inclu-
para el drama, como demuestra su
prefacio a la obra Cromwell. Con
ella y Hernán rompe la normativa
de la tragedia clásica francesa. En
sus primeros libros de poesía, co-mo
Baladas o Las hojas de otoño,
se expresa con gran pureza for-mal,
y en obras posterioes
adquirió mayor gravedad y
profundidad (Los castigos,
Las contemplaciones). En sus
novelas, de tema histórico,
planteaba temas de carácter
humano y social. Destaca
Nuestra señora de París, am-bientada
en la Edad Media, y
Los Miserables, que recrea
episodios revolucionarios de
1832 en París.
Otros autores son: Prosper Meri-mée,
que se inspira en España pa-ra
escribir relatos como Carmen, y
que cultivó sobre todo la novela
histórica; Théophile Gautier, que
es uno de los cultivadores del cuen-to
fantástico en el Romanticismo,
en su caso tratado con gran esteti-cismo.
Defiende el arte por el arte,
con un fin puramente estético, idea
que estará en vigor en los poetas
franceses del último tercio de siglo,
sobre todo en los parnasianistas.
Como periodista, escribió ensayos
y crónicas de viajes, una de ellas
sobre España. Gérard de Nerval es
un autor cuya obra, vida y suicidio
anticipan la poesía maldita poste-rior.
Con lo onírico preludia el su-rrealismo.
en otras publicaciones, y cada ca-pítulo
termina en suspense
para suscitar la curiosidad
del lector. Su principal au-tor
es Alexandre Dumas
(1802-1870), con obras co-mo
Los tres mosqueteros o
El conde de Montecristo.
Julio Verne (1828-1905)
escribió novelas de aventu-
En esta época surge una novela
popular llamada “folletín”;
constituye un subgénero ca-racterizado
por la simplicidad
psicológica y el argumento
dramático y sentimental, con
recurrencia a temas amoro-sos,
pero también al misterio
y lo escabroso. Se publica por
partes y capítulos, a menudo
ras y de anticipación científica, por
lo que es considerado uno de los
padres de la literatura de ciencia
ficción. En sus novelas describe
máquinas e ingenios que se han
hecho realidad (submarino, cohete
espacial…). Destacan Veinte mil
leguas de viaje submarino, Viaje al
centro de la Tierra, La vuelta al
mundo en ochenta días...
Víctor Hugo: Nuestra Señora de París.
El folletín y la novela de aventuras.
Versión infantil
de Los tres mos-queteros
Esta obra es famosa por haber
sido llevada repetidas veces al
cine, incluso en versión infantil.
9. VOLUMEN 1, Nº 2 SEGUNDO TRIMESTRE PÁGINA 9
Romanticismo inglés
Los escritores ingleses de princi-pios
del XX manifiestan la rebel-día
propia del Romanticismo de
dos maneras: a través del rechazo
a la burguesía
industrial (huida
al pasado, exotis-mo)
y a través de
un lenguaje libre
e irracional, regi-do
sólo por el sen-timiento.
Arranca
con las Baladas
líricas de Words-worth
(1770-
1850) y Coleridge
(1772-1834). El
máximo esplen-dor
del Romanti-cismo
inglés se
alcanza con Lord Byron, Shelley y
Kyats, conocidos como “poetas
satánicos”. Sus propias vidas, con
muertes prematuras, son ejemplo
de Romanticismo (busca
información sobre ellas). De
Byron (1788-1824) desta-can
I had a dream, which was not all a dream. Tuve un sueño, que no era del todo un sueño.
The bright sun was extinguish'd, and the stars El brillante sol se apagaba, y los astros
Did wander darkling in the eternal space, Vagaban apagándose por el espacio eterno,
Rayless, and pathless, and the icy earth Sin rayos, sin rutas, y la helada tierra
Swung blind and blackening in the moonless air; Oscilaba ciega y oscureciéndose en el aire sin luna;
Morn came, and went - and came, and brought no day, La mañana llegó, y se fue, y llegó, y no trajo consigo el día,
And men forgot their passions in the dread Y los hombres olvidaron sus pasiones ante el terror
Of this desolation; and all hearts De esta desolación; y todos los corazones
Were chill'd into a selfish prayer for light: Se congelaron en una plegaria egoísta por luz
Byron: “Darkness”.
This living hand, now warm and capable
Of earnest grasping, would, if it were cold
And in the icy silence of the tomb,
So haunt thy days and chill thy dreaming nights
That thou wouldst wish thine own heart dry of blood
So in my veins red life might stream again,
And thou be conscience-calmed—see here it is—
I hold it towards you.
Keats, “This living hand”
Las peregrinaciones de
Childe Harold, El corsario
y Don Juan, narraciones en
verso. Shelley (1792-1822)
fue amigo y compañero de
viaje de Byron. Escribió
extensas obras entre dra-máticas
y poéticas, como
Prometeo liberado, en la
que expresa su fe en la
Humanidad, y La reina
Mab. Kyats
(1795-1821) escri-bió
largos poemas narrativos, como
Endimión, homenaje a la cultura
griega, pero su fama se debe a sus
poemas breves, donde, con imáge-nes
sugestivas en busca de la belle-za,
reflexiona sobre la condición
humana, el tiempo y el arte, dando
rienda suelta a sus sentimientos.
En paralelo a la poesía, se cultiva
la novela histórica, uno de los gé-neros
románticos preferidos, por su
atracción hacia los tiempos pasa-dos
y el deseo de evasión. Destaca
en este campo el escocés Walter
Scout (1771-1832), cuyas novelas,
ambientadas en la Edad Media,
tienen un tono rebelde y naciona-lista.
Las más famosas son Ivan-hoe,
La flecha negra o Quintin
Durward.
Textos:
Retrato de Lord Byron, máximo representante.
Solo, solo, totalmente solo,
solo en la ancha inmensidad del mar;
y Cristo no tuvo piedad
de mi alma en agonía.
¡Tantos hombres tan hermosos,
y todos ellos muertos yacían!
Y miles de cosas repugnantes
seguían vivas, como yo.
Miré hacia el mar putrefacto,
y en seguida aparté los ojos;
miré hacia la cubierta fantasma,
y allí yacían los hombres muertos.
Miré al cielo, e intenté rezar;
pero en cuanto había terminado una oración,
un maligno susurro me alcanzaba y me volvía
el corazón tan seco como el polvo.
Coleridge: “Balada del viejo marinero”
10. PÁGINA 10 SEGUNDO TRIMESTRE VOLUMEN 1, Nº 2
Frankenstein o El moderno Prometeo
Mary Shelley nació en 1797 y mu-rió
en 1851. Los hechos más im-portantes
de su vida, los que más
interés revisten, son los siguien-tes:
era hija de dos pensadores
progresistas, William Godwin y
Mary Wollstonecraft, quienes es-tablecieron
las bases
esenciales de su tena-cidad
intelectual y
avanzada educación.
Fue compañera y,
luego, segunda esposa
del poeta Percy
Bysshe Shelley, unión
que duró 8 años, has-ta
la muerte de éste
en 1822. Fruto de
esta convivencia fue-ron
varios embarazos,
el vívido recuerdo de
una apasionante juventud, y un
único hijo, un varón. Escribió no-velas
y relatos, dos de ellos extra-ordinarios:
Frankenstein, la céle-bre
obra de ciencia ficción, y la
novela futurista The last man (El
último hombre). Fue, además,
editora de las obras de Shelley y
contribuyó enormemente, tanto a
la comprensión de sus textos como
a la historia de la critica biográfi-co-
literaria, de la que fue pionera.
Sobre cómo surgió Frankenstein,
afirma:
"En el verano de 1816 visitamos
Suiza y nos convertimos en veci-nos
de Lord Byron. "Cada uno
de nosotros escribirá una his-toria
de fantasmas", dijo Lord
Byron, y su propuesta fue
aceptada. Éramos cuatro. (...)
Yo me urgí a mí misma a pen-sar
una historia, una historia
que pudiese rivalizar con las
que nos habían arrastrado a
aquella empresa. Una historia
que hablase de los mis-teriosos
temores de la
naturaleza y que des-pertase
el más intenso
de los terrores, una historia que
creara en el lector miedo a mirar a
su alrededor, que helase la sangre
y acelerase los latidos del corazón.
Si no conseguía todas esas cosas
mi historia de fantasmas demos-traría
ser indigna de ese nombre.
Pensé y reflexioné, en vano. (...)
La invención, debe admitirse
humildemente, no consiste en
crear desde el vació, sino desde el
caos (...). Muchas y largas fueron
las conversaciones entre Lord By-ron
y Shelley, a las que yo asistía
como una devota pero, casi siem-pre,
silenciosa oyente. Durante
una de esas conversaciones, se dis-cutieron
varias doctrinas filosófi-cas
y, entre ellas, las referidas a la
naturaleza del principio de la vida,
y también la posibilidad de que
dicho principio llegara a ser algún
día descubierto y divulgado.
Hablaron de los experimentos del
doctor Darwin (...). Cuando apoyé
la cabeza sobre la almohada no
pude dormir, tampoco podría ase-gurar
que estuviese pensando. Mi
imaginación, sin yo requerirlo, me
poseyó y me guió (...). La idea
había tomado posesión de mi men-te
de tal manera que el miedo reco-rría
todo mi cuerpo como un esca-lofrío
y traté de cambiar las fan-tasmales
imágenes de mi fantasía
por la realidad que me circundaba.
(...) Al día siguiente anuncié que
había pensado una historia."
Un Prometeo transformado en Lucifer
Jugando a ser Dios había creado a
Lucifer. Había dado a luz a un ser
sin belleza, más bien era la anti-belleza,
de tal modo que “no había
mortal capaz de soportar el horror
de aquel semblante (…). Los sue-ños
que habían sido mi alimento y
mi plácido descanso durante tanto
tiempo, se habían convertido aho-ra
en un infierno para mí.” Al
ver su obra, Víctor transmuta
su entusiasmo inicial en des-dicha
y pánico ante lo creado,
buscando refugio y consuelo
en sus seres queridos. Los
sentimientos que el moderno
Prometeo había puesto entre
paréntesis mientras reali-zaba
su labor científica, y
que ahora desea rescatar
El Dr. Frankenstein puede ser
considerado como un prototipo del
hombre moderno en quien el im-pulso
prometeico que constituye
su ser ha puesto las bases para
dar a luz una nueva “creatura”
influido por las teorías del Dr.
Darwin y por fisiólogos de la época
(“el suceso en el que se basa este
relato no es considerado im-posible
por el Dr. Darwin y
algunos tratadistas alemanes
de fisiología”). De este modo,
el Dr. Quería regalar a la
humanidad la inmortalidad,
“podría renovar la vida allí
donde la muerte había some-tido
al cuerpo aparentemente
a la corrupción” Pero Víctor
había creado un “monstruo”.
del olvido de antaño, son sin em-bargo
atacados por la propia crea-tura
a la que él dio vida, “casi como
si fuera mi propio vampiro, mi pro-pio
espíritu de la tumba, obligado
a destruir cuanto me era querido.”
La vida que el había hecho nacer
cubría de muerte el mundo, su
mundo: Justina fue condenada a
muerte acusada del asesinato del
niño William, condena que recibía
la autorización de la justicia
humana; así no se podría objetar
arbitrariedad divina a la senten-cia.
Víctor no podía evitar sentirse
culpable: “yo, no por el acto sino
por el efecto, era el verdadero
homicida” Busca refugio en la na-turaleza,
pero allí también está la
creación.
Mary Shelley
Prometeo, según
Rubens
11. VOLUMEN 1, Nº 2 SEGUNDO TRIMESTRE PÁGINA 11
Texto
(Casi) últimas palabras: "Fear not
that I shall be the instrument of
future mischief. My work is nearly
complete. Neither yours nor man's
death is needed to consummate
the series of my being,
and accomplish that
which must be done;
requires my own. Do
not think that I shall
be slow to perform
this sacrifice. I shall
quit your vessel on
the ice-raft which
brought me hither,
and shall seek the
most northern ex-tremity
of the globe; I
shall collect funeral
pile, and consume to
ashes this miserable frame, that
its remains may afford no light to
any curious and unhallowed
wretch, who would create such
another as I have been. I shall die.
I shall no longer feel ago-nies
which now consume
me, or be the prey of feel-ings
unsatisfied, yet un-quenched.
He is dead
who called me into being;
and when I shall be no
more, the very remem-brance
of us both will
speedily vanish. I shall
no longer see the sun or
stars, or feel the winds
play on my cheeks.
Light, feeling, and
sense, will away; and in
this condition must I find my hap-piness.
Some years ago, when the
images which this world affords
first opened upon me, when I felt
the cheering warmth of summer,
and heard the rustling of the and
the chirping of the birds, and these
were all to me, I should have wept
to die; now it is my only consola-tion.
Polluted by crimes, and torn
by the bitterest remorse, where
can I find rest but in death?
"Farewell! I leave you, and in you
the last of human kind whom
these eyes will ever behold. Fare-well,
Frankenstein! If thou wert
yet alive, and yet cherished a de-sire
of revenge against me, it
would be better satiated in my life
than in my destruction”.
Una de las muchas versiones al
cine que se han hecho de esta
historia.
Pervivencia del mito.
bajo, todo mi esfuerzo, no es más
que un intento por burlar el gran
sacrilegio de la creación…
Le vi tomar una jeringuilla y lle-narla
con un líquido esmeralda
que guardaba en un frasco. Nues-tros
ojos se encontraron brevemen-te
y entonces Mijail hundió la agu-ja
en el cráneo del cadáver. Vació
el contenido. La retiró y permane-ció
inmóvil un instante, observan-do
el cuerpo inerte. Segundos más
tardes sentí que se me helaba la
sangre. Las pestañas de uno de los
párpados estaban temblando. Es-cuché
el sonido de los engranajes
de las articulaciones de madera y
metal. Los dedos aletearon. Súbi-tamente,
el cuerpo de la mujer se
irguió con una sacudida violenta.
Un alarido animal inundó la sala,
ensordecedor. Hilos de espuma
blanca ascendían de los labios ne-gros,
tumefactos. La mujer se des-prendió
de los cables que perfora-ban
su piel y cayó al suelo como un
títere roto. Aullaba como un lobo
herido. Alzó la cara y clavó sus ojos
en mí. Fui incapaz de apartar la
vista del horror que leí en ellos. Su
mirada desprendía una fuerza ani-mal
escalofriante. Quería vi-vir”
(221-222)
“Shelley sostuvo mi mirada sin
pestañear. Sospeché que había
reconocido mi desesperación y los
recuerdos que le traía le asusta-ban.
Me sorprendió a mí mismo
comprobar que, si de mí hubiese
dependido, en aquel mismo instan-te
hubiese tomado el mismo cami-no
de Kolvenik. Nunca más volve-ría
a juzgarle.
-El territorio de los seres humanos
es la vida –dijo el doctor-. La muer-te
no nos pertene-ce”
(281).
Ruiz Zafón, Carlos:
Marina. Barcelo-na,
Edebé, 1999.
“Cuando Mijail encendió las luces
de la sala, desperté de mi sueño de
aquellas semanas. Estaba en el
infierno.
Los tanques de formol contenían
cadáveres que giraban en un ma-cabro
ballet. Sobre una mesa metá-lica
yacía el cuerpo desnudo de una
mujer diseccionada desde el vien-tre
a la garganta. Los brazos esta-ban
extendidos en cruz y advertí
que las articulaciones de sus bra-zos
y sus manos eran piezas de
madera y metal. Unos tubos des-cendían
por su garganta y cables
de bronce se hundían en las extre-midades
y en las caderas. La piel
era traslúcida, azulada como la de
un pez. Observé a Mijail, sin habla
mientras él se acercaba al cuerpo y
lo contemplaba con tristeza.
-Esto es lo que hace la naturaleza
con sus hijos. No hay mal en el
corazón de los hombres, sino una
simple lucha por sobrevivir a lo
inevitable. No hay más demonio
que la madre naturaleza… Mi tra-
Cartel de la versión de
Kenneth Branagh