El documento describe el sacramento del Orden desde tres perspectivas:
1) Explica que el sacramento del Orden tiene tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado.
2) Detalla los roles de los obispos y presbíteros, señalando que los obispos son sucesores de los apóstoles y guían toda la Iglesia, mientras que los presbíteros están ordenados para administrar los sacramentos.
3) Resalta la importancia del vínculo entre los fieles y sus ob
2. CRESPI, Giuseppe Maria
Ordenación
1712
Gemäldegalerie, Dresde
El sacramento del
Orden
28.
3. Compendio del Catecismo
322. ¿Qué es el sacramento
del Orden?
1536
El sacramento del Orden es
aquel mediante el cual, la
misión confiada por Cristo a
sus Apóstoles, sigue siendo
ejercida en la Iglesia hasta el
fin de los tiempos.
4. Introducción
Para las necesidades sociales
de la Iglesia y de la comunidad
civil, Jesucristo instituyó el
Orden sacerdotal y el
Matrimonio, ordenados a la
salvación de los demás; por
eso se les conoce como
sacramentos al servicio de la
comunidad. Comencemos por
el sacramento del Orden.
VÁCSLAV BROZIK, Wenceslas (1851-1901)
Un obispo
Colección privada
5. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN
248. ¿Cómo se llaman los sacramentos al servicio de la
comunidad?
Quien está bautizado y confirmado puede
además recibir en la Iglesia una misión
particular mediante dos
S
ME T S específicos y ser por
ello tomado por Dios a su servicio; se trata
del orden sacerdotal y del matrimonio.
[1533-1535]
Ambos S
ME T S tienen algo en
común, están ordenados a otras personas. Nadie
se ordena para uno mismo y tampoco nadie
contrae matrimonio sólo para sí mismo. El
sacramento del Orden y el sacramento del
Matrimonio deben construir el pueblo de Dios, es
5
decir, son un canal por medio del cual Dios hace
llegar su amor al mundo. II (166-278), III (279-468), IV (469-
I (1-165),
7. 1. Todos los cristianos participan, de distinta manera,
del sacerdocio de Cristo
El Señor quiso comunicar a la
Iglesia una participación de su
sacerdocio, que se alcanza
mediante el sacramento del Orden.
Esta participación singular se
conoce como sacerdocio
ministerial, que capacita para
actuar en la persona de Cristo,
Cabeza de la Iglesia: los obispos y
presbíteros.
Pero hay que decir que la Iglesia
entera, fundada por Cristo, es un
pueblo sacerdotal, de modo que
-por el bautismo- todos los fieles
participan del sacerdocio de Cristo.
Esta otra participación se llama
sacerdocio común de los fieles.
EL GRECO
Cristo
1590-1595
National Gallery, Praga
8. 2. El sacerdocio común y el ministerial son
esencialmente diversos
El sacerdocio ministerial
difiere esencialmente, y no
solo en grado, del
sacerdocio común de los
fieles, porque confiere un
poder sagrado para el
servicio de sus hermanos.
Los que han recibido el
sacramento del Orden son
ministros de Cristo,
instrumentos de los que se
sirve para continuar en el
mundo su obra de salvación.
Y la llevan a cabo por medio RUBENS, Peter Paul
de la enseñanza, el culto Abraham y Melquisedec
1615-18
divino y el gobierno pastoral. Musée des Beaux-Arts, Caen, Francia
9. 3. La institución del sacramento del Orden
Cristo escogió a sus Apóstoles, y
en la última Cena instituyó el
sacerdocio de la Nueva Alianza. A
los Apóstoles y a sus sucesores en
el sacerdocio les mandó que
renovasen en la Misa el sacrificio
de la cruz; y con estas palabras:
"Haced esto en memoria mía"
(Lucas 22,19), los instituyó
sacerdotes del Nuevo Testamento.
El día de la Resurrección les
confirió también el poder de
perdonar o retener los pecados.
Como los Apóstoles sabían que el
sacerdocio debía continuar en la
Iglesia cuando ellos murieran,
después de evangelizar una
ciudad y antes de dejarla,
POUSSIN, Nicolas imponían las manos a otros
El sacramento del Orden
1636-40
comunicándoles el sacerdocio (cfr.
Colección del Duque de Rutland, Castillo Belvoir 2 Timoteo 1,6; Hechos 14,23).
10. 4. Los tres grados del sacramento del Orden
El sacramento del Orden consta de
tres grados subordinados uno a
otro.
El episcopado y el presbiterado
son formas de participación
ministerial en el sacerdocio de
Cristo;
el diaconado, en cambio, está
destinado a ayudarles y servirles.
Por eso, el término sacerdote
designa a los obispos y
presbíteros, pero no a los
diáconos. Sin embargo, los tres
grados son conferidos por el
sacramento del Orden.
Normalmente cuando se habla de
sacerdotes se entiende que se CARPACCIO, Vittore
habla de los presbíteros. San Esteban es consagrado diácono
1511
Staatliche Museen, Berlin
11. 5. El sacerdote es un hombre consagrado a Dios para
siempre
En virtud del sacramento del
Orden el sacerdote es ministro de
Cristo, mediador entre Dios y los
hombres para dar culto a Dios
-adoración, acción de gracias,
satisfacción e impetración- y para
comunicar la gracia a los hombres.
Las personas que reciben este
sacramento reciben un carácter
indeleble y son sacerdotes para
siempre. Junto con el carácter
recibe otras gracias en la
consagración sacerdotal para
asemejarse con Cristo, de manera
que todo sacerdote puede decirse
que es otro Cristo.
Este sacramento sólo pueden
recibirlo los varones bautizados
que reúnan las debidas
DA FOSSANO, Ambrogio condiciones.
Ordenación de San Agustín
Galleria Sabauda, Turin, Italia
12. 6. Ministerio de los sacerdotes
Las manifestaciones
principales del ministerio de los
sacerdotes son:
Predicar la Palabra de Dios.
Administrar los sacramentos y
especialmente celebrar la
Santa Misa.
Guiar al pueblo cristiano hacia
la santidad.
Dirigir al Señor la oración
oficial de la Iglesia.
CHEVILLIARD, V.
El cumpleaños del cura
Josef Mensing Gallery, Hamm-Rhynern, Alemania
13. 7. La misión espiritual del sacerdote
La misión del sacerdote en el
mundo es fundamentalmente
espiritual: conducir los hombres a
Dios, educándolos en la fe y
dándoles la gracia de Cristo
contenida en los sacramentos.
El sacerdote es servidor de toda la
comunidad cristiana y elemento de
unidad. Es lógico que se le
distinga, incluso en su porte
externo, como ordena la Iglesia, y
que tenga el día completamente
lleno con su actividad sacerdotal,
sin tiempo para dedicarse a otras
cosas, y mucho menos
interfiriendo en las tareas propias
de los fieles laicos.
BENLLIURE Y GIL, José)
Sacerdote revestido
1876
Museo de Bellas Artes de Valencia en su Historia, Valencia
14. 8. Deberes de los fieles para con los sacerdotes
Siendo tan grande la dignidad del
sacerdote y tan esencial su función
en la Iglesia, es lógico que los
padres dejen a sus hijos en plena
libertad para seguir la vocación, si
Dios les llamase al sacerdocio.
Los fieles deben rezar para que
Dios se digne conceder a su
Iglesia buenos pastores y ministros
celosos.
Deben profesar un gran respeto,
veneración y amor a los
sacerdotes, considerándolos como
lo que son: ministros de Cristo,
padres y pastores de las almas.
Por eso deben ayudarles también
con generosidad en sus BAGNOLD BURGESS, John
necesidades materiales. El sacerdote preferido
1880
Colección privada
15. Un propósito para avanzar
Pedir que haya muchos
sacerdotes santos, y recibir
con alegría la vocación al
sacerdocio, si Dios llama.
Tratar con cariño y respeto a
todos los sacerdotes conocidos
de la parroquia, colegio...
16. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
249. ¿Qué sucede en el sacramento del Orden?
Quien es ordenado recibe un don del Espíritu
Santo que le confiere un poder sagrado y
que le es otorgado por Cristo por medio del
s. [1538]
Ser P T Í E o sacerdote no supone
ES
únicamente asumir una función o un cargo.
Mediante el Orden, el sacerdote recibe como don
una fuerza particular y una misión en favor de
sus hermanos en la fe. 150,215,228,236
16
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
17. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
250.¿Cómo entiende la Iglesia el sacramento del Orden?
Los sacerdotes de la Antigua Alianza consideraban su
tarea la mediación entre lo celestial y lo terreno,
entre Dios y su pueblo. Puesto que Cristo es el único
«mediador entre Dios y los hombres» (1 Tim 2,5), es él
quien ha cumplido y finalizado ese sacerdocio.
Después de Cristo sólo puede existir un sacerdocio
ordenado en Cristo, en el sacrificio de Cristo en la
Cruz y a través de la vocación de Cristo y la misión
apostólica. [1539-1553, 1592]
El sacerdote católico que administra los sacramentos, no actúa
por su propio poder o en virtud de su perfección moral (de la
que desgraciadamente carece a menudo), sino «in persona
Christi». El sacramento del Orden le confiere el poder
transformador, sanador y salvífica de Cristo. Dado que un
sacerdote no tiene nada por sí mismo, es ante todo un
servidor. De aquí que un signo para reconocer a un auténtico
sacerdote sea el asombro humilde ante su propia vocación.
215 17
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
18. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
251. ¿Cuántos grados tiene el sacramento del Orden?
El sacramento del Orden tiene tres grados:
OBISPO (episcopado), PRESBÍTERO
(presbiterado), DIÁCONO (Diaconado).
[1554, 1593]. 140
18
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
19. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
252. ¿Qué sucede en la ordenación episcopal?
En la ordenación episcopal se confiere a un
PRESBÍTERO la plenitud del Sacramento del
Orden. Es ordenado como sucesor de los
APÓSTOLES y entra en el Colegio episcopal.
Juntamente con los demás OBISPOS y con el
PAPA es desde entonces responsable de toda la
Iglesia. La Iglesia le encomienda especialmente
las funciones de enseñar, santificar y gobernar.
[1555-1559]
El ministerio episcopal es el verdadero ministerio
pastoral en la Iglesia, puesto que se remonta a los
testigos primitivos de Jesús, los APÓSTOLES, y
continúa el ministerio pastoral de los apóstoles
instituido por Cristo. También el PAPA es un
OBISPO, pero el primero entre ellos y la cabeza del
Colegio episcopal. 92,137 19
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
20. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
253. ¿Qué importancia tiene el obispo para un
católico?
Un católico se siente vinculado a su OBISPO;
el obispo es también para él vicario de
Cristo. Además el obispo, que juntamente
con los PRESBÍTEROS y los DIÁCONOS,
sus colaboradores ordenados, ejerce el
ministerio pastoral, es vicariamente el
principio visible y el fundamento de la
Iglesia local (diócesis). [1560-1561]
20
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
21. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
254. ¿Qué sucede en la ordenación presbiteral?
En la ordenación presbiteral el OBISPO invoca el
poder de Dios sobre el candidato al Orden. Ese
poder marca a esta persona con un sello
indeleble que nunca le abandonará. Como
colaborador de su obispo, el PRESBÍTERO
anuncia la Palabra de Dios, administra los
SACRAMENTOS y ante todo celebra la sagrada
EUCARISTÍA. [1562-1568]
En el transcurso de la Santa Misa, la ordenación
sacerdotal comienza con la llamada de los candidatos
por su nombre. Después de la homilía del obispo, el
futuro sacerdote promete obediencia al obispo y a sus
sucesores. la ordenación propiamente dicha se realiza
mediante la imposición de las manos del obispo y la 21
oración propia. 215, 236, 259
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
22. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
255. ¿Qué sucede en la ordenación diaconal?
En la ordenación diaconal el candidato recibe el encargo de un
servicio propio dentro del orden. Porque representa a Cristo
como el que no ha venido a «ser servido sino a servir y a dar su
vida en rescate por muchos» (Mt 20,28). En la liturgia de
ordenación se dice: «En el servicio de la Palabra, del altar y de
la caridad, el DIÁCONO está disponible para todos». [1569-
1571]
El prototipo del DIÁCONO es el mártir san Esteban. Cuando los
APÓSTOLES, en la comunidad primitiva de Jerusalén, se vieron
desbordados por la abundancia de tareas caritativas, buscaron a siete
hombres «para servir las mesas», que fueron ordenados por ellos.
Esteban, el primero en ser nombrado, actuó «lleno de gracia y poder» a
favor de la nueva fe, así como de pobres de la comunidad. Después de
que durante siglos el diácono haya sido sólo un grado del Orden en el
camino al presbiterado, hoy es nuevamente una vocación independiente
para célibes y para casados. Por un lado era preciso destacar con ello de
nuevo el carácter de servicio de la Iglesia, por otro se quería, como en la
Iglesia primitiva, poner junto a los PRESBÍTEROS un estado que
asuma determinados encargos pastorales y sociales de la Iglesia.
También la ordenación diaconal marca al ordenado para toda la vida y
de modo irrevocable. 140
22
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
23. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
256. ¿Quién puede recibir el sacramento del Orden?
Puede ser ordenado válidamente como
DIÁCONO, PRESBÍTERO y OBISPO el
varón bautizado, católico, que es llamado a
este ministerio por la Iglesia. [1577-1578]
23
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
24. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
257.¿Es un desprecio a las mujeres el hecho de que sólo los varones puedan recibir el
sacramento del Orden?
La decisión de que sólo los varones puedan recibir el orden sagrado no es
ningún desprecio a la mujer. Ante Dios, varón y mujer tienen la misma
dignidad, pero diferentes tareas y CARISMAS. Para la Iglesia es
vinculante el hecho de que Jesús, al instituir el sacerdocio en la Última
Cena, eligiera exclusivamente a varones. El papa beato Juan Pablo II
declaró en el año 1994 que «la Iglesia no tiene en modo alguno la
facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este
dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la
Iglesia».
Como ningún otro hombre de la Antigüedad, Jesús revalorizó provocativamente a las
mujeres, les concedió su amistad y las tomó bajo su protección. Había mujeres
entre sus seguidores y Jesús valoraba mucho su fe. Al fin y al cabo la primera
testigo de la Resurrección es una mujer. Por ello María Magdalena es
denominada «apóstol de los APÓSTOLES». Sin embargo, el sacerdocio ordenado
y el ministerio pastoral siempre se ha conferido a sólo a varones. En el sacerdote
varón la comunidad ha de encontrar representado a Jesucristo. El sacerdocio es
un servicio particular que se vale del hombre también en su rol sexual de varón y
padre. Pero no es ninguna forma de superioridad masculina sobre las mujeres.
Las mujeres tienen una función en la Iglesia, como vemos en María, que no es
menos central que la de los hombres, pero es una función femenina. Eva fue
madre de todos los que viven (Gén 3,20). Como «madres de los que viven» las
mujeres tienen dones y capacidades singulares. Sin su modo de enseñanza, de
anuncio, de caridad, de espiritualidad y de cuidado de las almas, la Iglesia
estaría «hemipléjica». Allí donde los varones utilizan su ministerio sacerdotal 24
como instrumento de poder o no dejan entrar en juego a las mujeres con sus
carismas específicos, faltan contra el amor de Cristo y contra el Espíritu Santo.
64 I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
25. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
258.¿Por qué la Iglesia exige a los presbíteros y obispos una vida
célibe?
Jesús vivió célibe y con ello quiso expresar su amor
indiviso a Dios Padre. Asumir la forma de vida de
Jesús y vivir en castidad «por el reino de los cielos»
(Mt 19,12) es desde tiempos de Jesús un signo del
amor, de la entrega plena al Señor y de la total
disponibilidad para el servicio. La Iglesia católica
latina exige esta forma de vida a sus OBISPOS y
PRESBÍTEROS, las Iglesias católicas orientales
únicamente a sus obispos. [1579-1580, 1599]
El celibato, en palabras del papa Benedicto XVI, no puede
significar «quedarse privados de amor, sino que debe
significar dejarse tomar por la pasión por Dios». Un
SACERDOTE debe, como célibe, ser fecundo
representando la paternidad de Dios y de Jesús. Además
añade el Papa: «Cristo necesita sacerdotes que sean
maduros y varoniles, capaces de ejercer una verdadera
paternidad espiritual». 25
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
26. CAPÍTULO TERCERO: LOS SACRAMENTOS AL
SERVICIO DE LA COMUNIDAD Y DE LA MISIÓN.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
¿En qué se diferencia el sacerdocio común de los fieles del
259.
sacerdocio ordenado?
Por el Bautismo Cristo nos ha convertido en un reino de
«sacerdotes para Dios, su Padre» (Ap 1,6). Por el
sacerdocio común, todo cristiano está llamado a actuar
en el mundo en nombre de Dios y a transmitirle su
bendición y su gracia. Sin embargo, en el Cenáculo y en
el envío de los APÓSTOLES, Cristo ha dotado a algunos
con un poder sagrado para el servicio de los creyentes;
estos sacerdotes ordenados representan a Cristo como
pastores de su pueblo y cabeza de su Cuerpo, la Iglesia.
[1546-1553, 1592]
La misma palabra «sacerdote» usada para expresar dos realidades
relacionadas, pero con una diferencia «esencial y no sólo en
grado» (Concilio Vaticano II, LG), lleva a menudo a confusión.
Por un lado tenemos que darnos cuenta con gozo de que todos
los bautizados somos sacerdotes, porque vivimos en Cristo y
participamos de todo lo que él es y hace. ¿Por qué entonces no
pedimos constantemente BENDICIONES para este mundo?
Por otra parte tenemos que descubrir de nuevo el don de Dios a 26
su Iglesia, que son los sacerdotes ordenados, que representan
entre nosotros al mismo Señor. 138
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
27. ORDEN, 1
EL SACERDOCIO CRISTIANO, 1
Jesucristo es el “único
mediador entre Dios y
los hombres” (1 Tim 2, 5).
= único sacerdote de la
Nueva Ley, que nos ha redi-
mido mediante su sacrificio.
El sacrificio de la cruz se hace presente en el sacrificio euca-
rístico: el único sacerdocio se hace presente por el sacerdocio
ministerial = sólo Cristo es el verdadero sacerdote; los
demás son ministros suyos.
28. ORDEN, 2
EL SACERDOCIO CRISTIANO, 2
Dos modos de participar en el único sacerdocio de Cristo:
- sacerdocio común a todos los fieles;
- sacerdocio específico de los ministros ordenados.
El común se realiza en el desarrollo de la gracia bautismal.
El ministerial es transmitido mediante un sacramento
propio, el sacramento del orden.
Lumen gentium 10: “Aunque su diferencia es esencial y no
sólo en grado, están ordenados el uno al otro”.
29. ORDEN, 3
EL SACERDOCIO CRISTIANO, 3
Igualdad fundamental de todos los fieles cristianos: todos
están radicalmente capacitados para colaborar a la santifi-
cación de los miembros de la Iglesia, que es su misión.
= reciben esta capacitación por medio del bautismo.
PERO, hay funciones sacerdotales que requieren una
ulterior capacitación radical, distinta de las de los demás
fieles no ya en grado sino en esencia y otorgada por el
carácter propio que confiere el sacramento del orden.
Estas funciones están dirigidas primariamente a la euca-
ristía y, en relación con ella, al perdón de los pecados y
a los demás sacramentos. Estas funciones comprenden
también predicar con autoridad la palabra de Dios y dirigir
a los fieles en las cosas que se refieren al reino de los cielos.
30. ORDEN, 4
SACERDOCIO MINISTERIAL
A través del ministro ordenado, Cristo
se hace presente en su Iglesia como
cabeza de su cuerpo, pastor de su
rebaño, sumo sacerdote del sacrificio
redentor, maestro de la verdad.
=
“Es lo que la Iglesia expresa al decir que el
sacerdote, en virtud del sacramento del orden,
actúa ‘in persona Christi Capitis’” (CCE 1548).
Capitis’ 1548
31. ORDEN, 5
NATURALEZA DE ESTE SACRAMENTO
CCE 1536: “El orden es el sacramento gracias
1536
al cual la misión confiada por Cristo a sus
apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia
hasta el fin de los tiempos”.
Comprende tres grados: episcopado, presbiterado
y diaconado. La ordenación no es una delegación
o elección o designación por la comunidad.
= “confiere un poder sagrado que sólo puede venir
de Cristo a través de su Iglesia” (CCE 1538).
1538
32. ORDEN, 6
LOS OBISPOS
Lumen gentium 20: “a través de una sucesión que se remonta
hasta el principio, son los transmisores de la semilla apostólica”.
Su potestad no excede a la de los presbíteros en lo referente
a la consagración de la eucaristía, pero sí para otros sacra-
mentos, la enseñanza y el gobierno de los fieles:
Les pertenece: 1) conferir el orden, 2) ordinariamente
administrar la confirmación y bendecir los óleos, 3) gobernar
sus diócesis con potestad ordinaria bajo la autoridad del Papa,
4) conferir a los presbíteros cualquier potestad de regir,
5) tener “colegialmente con todos sus hermanos en el episco-
pado la solicitud de todas las Iglesias” (CCE 1560).
1560
33. ORDEN, 7
LOS PRESBITEROS
Son los colaboradores del orden episcopal. “En virtud del sacramento
del orden, quedan consagrados como verdaderos sacerdotes de la
Nueva Alianza” (Lumen gentium 28).
28
Sólo pueden ejercer su ministerio en dependencia del obispo
y en comunión con él. “Forman un único presbiterio especial-
mente en la diócesis a cuyo servicio se dedican bajo la direc-
ción de su obispo” (Presbyterorum ordinis 8).8
Su potestad se extiende a 1) consagrar el cuerpo y la sangre
del Señor, 2) perdonar los pecados, 3) apacentar sus súbditos
con las obras y con la doctrina, 4) administrar los sacramentos
que no requieren el orden episcopal.
34. ORDEN, 8
LOS DIACONOS
“En el grado inferior de la jerarquía están los diáconos, a los que se
les imponen las manos para realizar un servicio y no para ejercer un
sacerdocio” (Lumen gentium 29). 29
Su potestad consiste en 1) asistir al obispo y al presbítero en
las funciones litúrgicas, sobre todo en la celebración de la
eucaristía, 2) administrar el bautismo solemne, 3) asistir al
matrimonio cuando les sea debidamente delegado, 4) procla-
mar el evangelio y predicar, 5) presidir las exequias, etc..
35. ORDEN, 9
CELEBRACION DE ESTE SACRAMENTO
Ordenación = consagración (participación en el sacerdocio sacro de
Cristo como cabeza de su cuerpo, que es la Iglesia).
Signo visible de esta consagración:
la imposición de manos del obispo, con
la oración consecratoria = lo esencial.
1. Obispo y presbítero: unción con el
santo crisma.
2. Entrega de los instrumentos:
- obispo = evangelios, anillo, mitra y
báculo;
- presbítero = patena y cáliz;
- diácono = evangelios.
36. ORDEN, 10
MINISTRO
Sólo el obispo puede ordenar válidamente.
Si ordena de diácono a un laico, ha de incardinarlo a su
diócesis o ha de recibir dimisorias del ordinario que lo
va a incardinar.
Si ordena sacerdote a un diácono, ha de tener jurisdicción
sobre él o ser requerido para que lo ordene por quien la
tiene.
Si ordena obispo a un sacerdote, debe asociar al rito al
menos a otros dos obispos y le tiene que constar el manda-
to pontificio de hacerlo.
37. ORDEN, 11
SUJETO, 1
⊕ Nadie tiene derecho a recibir el sacramento del orden: es una
llamada de Dios. Quien cree tener esta llamada debe someter
su deseo a la autoridad de la Iglesia.
⊕ Para la validez: tener intención de recibirlo.
Para la licitud: estar confirmado y en gracia de Dios.
38. ORDEN, 12
SUJETO, 2
Por voluntad divina, sólo el varón bautizado recibe
válidamente la sagrada ordenación.
Cristo sólo eligió a los apóstoles entre sus discípulos
varones.
De hecho, ni los apóstoles, ni sus sucesores administraron
nunca el orden sagrado a las mujeres.
Cabe pensar que con esta decisión Cristo quiso recalcar
que el sacerdote celebra la misa in persona Christi y que,
por el simbolismo sacramental, conviene que haya una
semejanza natural entre él y Cristo, que fue y permanece
varón.
La Santísima Virgen María.
39. ORDEN, 13
SUJETO, 3
CCE 1579: “Todos los ministros ordenados en la Iglesia
1579
latina, excepto los diáconos permanentes, son ordinariamente
elegidos entre hombres creyentes que viven como célibes y
que tienen la voluntad de guardar el celibato por el Reino de
los cielos”.
La Iglesia reserva el sacerdocio a los que han recibido el don
del celibato, gratuitamente concedido por Dios y libremente
ejercido por el que lo recibe.
Implica: 1) mayor entrega a Cristo, 2) mayor entrega a la
Iglesia y a todas las almas, 3) testimonio escatológico.
40. ORDEN, 14
EFECTOS
A Él carácter: consiste en una especial configuración del ordenado
con Cristo en cuanto cabeza del Cuerpo Místico y le faculta
para participar de un modo especial en su sacerdocio.
Por el carácter, el sacerdote se convierte en:
- ministro autorizado de la palabra de Dios (función
de enseñar);
- ministro de los sacramentos y, en especial, de la
eucaristía (función de santificar);
- ministro del pueblo de Dios: entra a formar parte de
la jerarquía (función de regir).
B La gracia: aumentada para que el ordenado pueda ser un ministro
idóneo de Cristo: gracia del Espíritu Santo “de ser configurado
con Cristo Sacerdote, Maestro y Pastor” (CCE 1585).
1585
41. ORDEN, 15
OBLIGACIONES DE LOS CLÉRIGOS (CIC)
A. Especial obediencia al papa y al propio obispo;
B. Disponibilidad para desempeñar los cargos
que se les confieran;
C. Santidad de vida (incluye el oficio divino);
D. Continuación de sus estudios;
E. Uso del traje eclesiástico (CIC 284);
284
F. Abstenerse de algunos tipos de trabajo y
ocupaciones que les están prohibido (CIC 285-
286).
286
42. 2. SACERDOCIO MINISTERIAL
= participación especial del sacerdocio de Cristo que confiere
“la sagrada potestad del Orden para ofrecer el sacrificio y per-
donar los pecados, y desempeñar públicamente en nombre de
Cristo el oficio sacerdotal a favor de los hombres” (Presbyte-
rorum ordinis 2).2
Sacerdocio común y ministerial “son diferentes esencialmente,
y no sólo en grado” (Lumen gentium 10).
10
El sacramento del Orden imprime un carácter que capacita para
obrar “en la persona de Cristo”: en plena identificación sacra-
mental con El. El sacerdote ministerial no es más cristiano que
los demás fieles, pero es más sacerdote y de un modo distinto.
43. EL SACRAMENTO DEL ORDEN DA UNA MISIÓN ESPECIAL
El sacramento del
Orden no confiere
sólo funciones san- Este sacramento
tificadoras, sino se confiere en tres
también los oficios grados claramente
de enseñar y de regir escalonados y subor-
al Pueblo de Dios, y dinados:
que junto con el de - episcopado
santificar constituye - presbiterado
la “sacra potestas” - diaconado.
de los ministros
sagrados.
44. A. La Iglesia está gobernada por el Papa y los obispos
El Papa y los obispos
constituyen la Jerarquía, que
gobierna el pueblo de Dios
-asistida por los presbíteros
y diáconos-, a la que hemos
de amar y obedecer.
La misión que ha recibido
consiste en
enseñar la doctrina de
Jesucristo;
santificar mediante la
administración de los
GHIRLANDAIO, Domenico
Vocación de los apóstoles
sacramentos;
1481 gobernar, dictando leyes
Fresco
Cappella Sistina, Vaticano
que obligan en conciencia,
juzgando y castigando, si
fuera preciso.
45. ORIGEN DE LA JERARQUIA
Del Evangelio se deduce:
1. Cristo da una misión a todos los apóstoles (principalmente tres
funciones: enseñar, santificar, regir).
2. Cristo otorga sus poderes a los Doce para llevar a cabo su misión.
3. Cristo pone a Pedro al frente de toda la Iglesia, como Pastor uni-
versal de su rebaño, como vicario suyo en la tierra.
Cristo declara que ejercerá siempre su papel de Cabeza de
la Iglesia, invisiblemente a través del Espíritu Santo, y
visiblemente por medio de los Doce, presididos por Pedro.
46. EL PAPA
El Obispo de Roma es el sucesor directo de San Pedro, y ostenta por
eso mismo la autoridad suprema sobre toda la Iglesia.
Es el Vicario de Cristo en la
tierra, la Cabeza del Colegio
Episcopal y el Pastor univer-
sal.
San Ambrosio, Comentarios al salmo 21:
“donde está Pedro, allí está la Iglesia”.
47. En su persona se expresa la Unidad de la
Iglesia. Sólo a él los obispos dan cuenta
de su ministerio episcopal. Y lo hacen por
grupos cada cinco años en la llamada
visita “ad limina apostolorum” (a la morada
de los apóstoles). El Papa es el sucesor
directo del Apóstol Pedro. Los Obispos
son sucesores directos de los Apóstoles.
“Mi nombre es Pedro” dijo Pablo VI ante la
ONU
48. VICARIO DE CRISTO
CIC 331: El Romano Pontífice “goza, en virtud de su cargo, de
331
potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal
en la Iglesia, y que puede siempre ejercer libremente”.
=> potestad del Papa:
- ordinaria: recibida directamente de Cristo, en virtud de su oficio,
- suprema: está por encima de cualquier otra potestad humana en la
Iglesia,
- plena: comprende la totalidad de los poderes de Cristo,
- inmediata: puede ejercerla directamente siempre, sin intermediario,
- universal: se extiende sobre todos los pastores y fieles, materias,
organismos y circunscripciones de la Iglesia,
- libre: puede ejercerla a su arbitrio, tanto en el tiempo como en el
modo, sin controles ni cortapisas.
49. ¿INFALIBLE?
Además -por voluntad divina- el Papa es infalible y no
puede equivocarse cuando define doctrinas de fe y de
moral, como maestro supremo de toda la Iglesia
El Papa es infalible en lo doctrinal sólo y únicamente
cuando se cumplen estas cuatro condiciones:
1) Cuando habla como Papa, es decir, como Pastor y
Doctor de la Iglesia
2) No basta lo anterior. Tiene que ser enseñando a toda
la Iglesia universal
50. 3) Tampoco basta con esto. Tiene que se haciendo uso de
toda su autoridad
4) E incluso todo lo anterior tampoco basta. Tiene que ser en
sentencia última e irrevocable en materia de fe o de
costumbres
Por lo tanto, el Papa puede equivocarse cuando habla de
política, de medicina, de física, de economía, de historia, etc.
En todo menos en asuntos religiosos. Pero incluso también
puede errar en asuntos religiosos, si habla de ellos en
charlas de sobremesa, o en un paseo con amigos, o
discutiendo privadamente de religión. E incluso cuando habla
como Fulano de Tal y expone sus propias teorías personales,
aunque fuera en un libro de venta pública puede
equivocarse.
51. Infalibilidad
La infalibilidad significa imposibilidad de fallo, error o
engaño. Es una prerrogativa concedida por Dios a la Iglesia
por la que ésta no puede equivocarse en la custodia y expo-
sición de la doctrina revelada.
La infalibilidad deriva directa y claramente de la intención
de Jesucristo de conferir su propia autoridad a las enseñan-
zas de los Apóstoles y de sus sucesores, así como de la asis-
tencia constante del Espíritu Santo a la Iglesia.
52. La historia nos demuestra que hemos tenido Papas
moralmente reprobables e incluso simpatizantes de
gravísimos errores, pero nunca la Iglesia ha enseñado
como tal una herejía, un error o una inmoralidad. El
Espíritu Santo ha velado, vela y velará siempre por este
faro maravilloso que ilumina a los hombres en su caminar
por la tierra.
tierra
53. ¿Por qué va de blanco?
Por un Papa que era dominico, Inocencio V (1276)
En todo lo demás va igual que un Obispo
54. OBISPOS
Obispo: del griego “episcopos” = inspector
Son, por institución divina, sucesores de los apóstoles como pastores
de la Iglesia: ya visto en Lumen gentium 20.
20
Cada obispo es depositario de
los poderes apostólicos desde
el mismo momento de su con-
sagración episcopal, por la
transmisión que de uno a otro
opera el sacramento del Orden:
ininterrumpida secuencia his-
tórica denominada “sucesión
apostólica”.
55. SUCESORES DE LOS APÓSTOLES
1 En cuanto sucesor de los apóstoles, todo obispo es la Cabeza
visible y el representante personal de Cristo en la Iglesia par-
ticular que le ha sido canónicamente confiada.
2 Sobre esta específica porción del
Pueblo de Dios ejerce una potestad
propia, ordinaria e inmediata, en
orden a llevar a cabo su misión de
enseñar, santificar y regir.
3 Corresponde al Romano Pontífice
proceder libremente al nombramien-
to de los obispos, sea para una sede
o para una misión canónica determi-
nadas.
57. Cardenal: Es la más alta dignidad después del Pontífice Romano.
Tiene dos funciones fundamentales: Auxiliar y asesorar al Papa en el
gobierno de toda la Iglesia. Cuando la Santa Sede está vacante,
gobernar colectivamente la Iglesia Universal hasta la designación del
nuevo Papa. La elección y nombramiento de los Cardenales
compete exclusivamente al Papa, quien los elige entre los miembros
destacados del Episcopado de las diversas naciones y entre los
eclesiásticos más distinguidos por su ciencia y sus servicios en la
Curia Romana. Su número es variable, al arbitrio también del Sumo
Pontífice hasta un máximo de 120. Actualmente son obispos, aunque
en el momento de la elección pueden ser sólo sacerdotes. Los
cardenales son consultados también por el Papa en la causa de los
santos. Los cardenales tienen la misión de elegir, entre ellos, al
Papa, en una reunión llamada Cónclave (con clave o con llave; se
encierran a deliberar y votar). El Papa puede llamar a una reunión
del colegio de cardenales, denominada "Consistorio". Un Cardenal
en una diócesis no tiene autoridad jerárquica por ser tal, sino en
cuanto Obispo de esa diócesis. Es un título, no un cargo. Un
Cardenal no es el “Jefe de la Iglesia en EEUU u otro país”.
58. Atributos de los obispos
- Báculo: Bastón o “cayado” utilizado como apoyo. Lo usaban los
pastores en el cuidado del rebaño. Ahora, símbolo del ministerio
pastoral de los obispos
- Mitra: Ornamento propio del obispo en celebraciones solemnes.
Es una especie de gorro o sombrero alto, terminado en punta con
dos bandas o tiras de tela que cuelgan por detrás.
- Pectoral: La Cruz que los obispos occidentales llevan colgada
sobre el pecho, o el medallón que llevan en forma similar los
orientales.
- Solideo: literalmente significa Sólo a Dios. Pequeña pieza de
género que usan los obispos y el Papa sobre la cabeza, en su parte
posterior. Los obispos, color violeta; los cardenales, rojo y el Papa,
blanco.
60. ¿B. PRESBÍTERO?
“Presbítero”: significa “anciano”. Los presbíteros poseen el segun-
do grado del Orden. Coinciden con los obispos en el honor del
sacerdocio ministerial, pero dependen de ellos en el ejercicio de
sus potestades. Suelen ser también sus colaboradores y consejeros en
multitud de tareas.
Presbyterorum ordinis 2: “El ministerio de los presbíteros,
2
por estar unido al Orden episcopal, participa de la autoridad
con que Cristo mismo edifica, santifica y gobierna su Cuerpo”.
61. LOS CURAS
Los presbíteros son los
ministros de Cristo que, bajo la
autoridad del obispo,
cooperan con él en la
predicación del Evangelio,
en la santificación de los fieles
y en la dirección del pueblo
cristiano,
sobre todo mediante los
sacramentos de la penitencia y
de la Eucaristía.
62. Curas, párrocos, capellanes….¿Qué lío?
Sacerdote: Sacerdote es un sentido propio todo cristiano (sacerdocio común de los fieles), como
participante del ser de Cristo. Normalmente el término se emplea para designar a quien ha recibido el
sacramento del Orden Sacerdotal, o sea, el Ministerio ordenado. El sacerdote colabora con el obispo en
su acción pastoral, en la enseñanza, la predicación del Evangelio y la celebración de los sacramentos.
También se les llama “presbíteros”, “curas” y “clérigos.” Y en su conjunto conforman el “clero” de una
diócesis. Hay sacerdotes "diocesanos", que dependen directamente del obispo. Y hay sacerdotes
"religiosos", que pertenecen a órdenes religiosas o congregaciones y viven en comunidad con otros
religiosos. Dependen de su propio Superior o Provincial.
Presbítero: Literalmente significa anciano. De hecho, es sinónimo de Sacerdote. Están unidos a los
obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo dependen de ellos en el ejercicio de sus funciones
pastorales. Son llamados a ser cooperadores diligentes de los obispos, forman en torno a su obispo el
Presbiterio que asume con él la responsabilidad de la Iglesia particular. Reciben del obispo el cuidado
de una comunidad parroquial o de una función eclesial determinada.
Párroco: Presbítero que, en nombre del obispo, se hace cargo de la parroquia asignada.
Cura: Sacerdote encargado de una Parroquia. Cura es casi lo mismo que párroco. De por sí significa
“cuidado”. En este caso, cuidado de almas.
Monseñor: Es un título que otorga la Santa Sede a algunas personas ya sea por su cargo o por los
servicios relevantes que ejercen en la Iglesia. Todos los obispos reciben el trato de monseñor. Pero
también se les dice monseñor -aunque no tengan formalmente ese título- a sacerdotes que ejercen una
responsabilidad pastoral o cargo importante:.
Capellán: Sacerdote designado para atender un templo, un convento o un establecimiento como un
hospital, un regimiento, un colegio.
Canónigo: Título honorífico de algunos presbíteros que atienden el servicio religioso en una catedral.
Ellos conforman el Cabildo.
Prelado: Pastor a cargo de una Prelatura. Estrictamente, Prelado no es sinónimo de Obispo.
63. C.DIÁCONO
Diácono: Ministro eclesiástico que forma parte del
clero, junto al obispo y al sacerdote. Puede impartir la
bendición, presidir una celebración del matrimonio,
bautizar, predicar, celebrar exequias y liturgias de la
Palabra. Su función principal es el servicio a los pobres
y a la comunidad. "Un diácono no es sacerdote. No
puede presidir una misa o Eucaristía ni confesar" Hay
Diáconos en tránsito al sacerdocio, que son los
seminaristas en la etapa final de sus estudios para ser
sacerdotes o presbíteros. Y hay Diáconos
permanentes, que son ciudadanos, generalmente
hombres casados, que han recibido la sagrada orden
del Diaconado. Un diácono permanente "no llegará al
sacerdocio" y cumple las mismas funciones del diácono
en tránsito al sacerdocio.
LLEVAN ESTOLA CRUZADA O DALMÁTICA
64. ¿DIÁCONOS CASADOS?
Los diáconos (“servidores”), aunque reciben
el tercer grado del Orden sagrado, no poseen
el sacerdocio ministerial.
Su función = ser ayudantes ordenados de los
obispos y presbíteros en la liturgia, en la pala-
bra y en las obras de caridad.
El Concilio Vaticano II decidió rescatar la fi-
gura del diácono permanente, ya presente en
el primitivo cristianismo.
65. MISION DE CADA UNO
Obispos: 1. consagrar el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Misa
2. conferir el sacramento del Orden y de la Confirmación
3. regular en su diócesis la disciplina sacramental, que
incluye la concesión a los presbíteros de facultades para
confesar.
Presbíteros: 1. Santa Misa
2. administración del Bautismo, Penitencia y Unción de
enfermos, asistencia y bendición Matrimonio
3. dispensar algunos sacramentales.
Diáconos: 1. administrar el Bautismo
2. reservar y distribuir la Eucaristía
3. asistir y bendecir el Matrimonio
4. presidir el rito de los funerales y de la sepultura.
Notas del editor
El Bautismo, Confirmación y Eucaristía son los sacramentos de iniciación cristiana, que ponen los fundamentos de la vocación común de los cristianos: vocación a la santidad y a la evangelización del mundo. Estos sacramentos, junto con la Penitencia y la Unción de enfermos, proporcionan a cada fiel las gracias necesarias para vivir cristianamente y alcanzar el cielo. Para las necesidades sociales de la Iglesia y de la comunidad civil, Jesucristo instituyó el Orden sacerdotal y el Matrimonio, ordenados a la salvación de los demás; por eso se les conoce como sacramentos al servicio de la comunidad . Comencemos por el sacramento del Orden.
Jesucristo -verdadero y supremo sacerdote de la Nueva Alianza- nos reconcilió con Dios por medio del sacrificio de la cruz, siendo sacerdote y víctima. Pero, habiendo de continuar el sacrificio, el Señor quiso comunicar a la Iglesia una participación de su sacerdocio, que se alcanza mediante el sacramento del Orden. Esta participación singular se conoce como sacerdocio ministerial , que capacita para actuar en la persona de Cristo, Cabeza de la Iglesia: los obispos y presbíteros. Pero hay que decir que la Iglesia entera, fundada por Cristo, es un pueblo sacerdotal, de modo que -por el bautismo- todos los fieles participan del sacerdocio de Cristo. Esta otra participación se llama sacerdocio común de los fieles .
El sacerdocio ministerial difiere esencialmente, y no solo en grado, del sacerdocio común de los fieles, porque confiere un poder sagrado para el servicio de sus hermanos. Los que han recibido el sacramento del Orden son ministros de Cristo , instrumentos de los que se sirve para continuar en el mundo su obra de salvación. Y la llevan a cabo por medio de la enseñanza, el culto divino y el gobierno pastoral.
Cristo escogió a sus Apóstoles, y en la última Cena instituyó el sacerdocio de la Nueva Alianza. A los Apóstoles y a sus sucesores en el sacerdocio les mandó que renovasen en la Misa el sacrificio de la cruz; y con estas palabras: "Haced esto en memoria mía" (Lucas 22,19), los instituyó sacerdotes del Nuevo Testamento. El día de la Resurrección les confirió también el poder de perdonar o retener los pecados, otorgándoles el poder que Él tenía. Como los Apóstoles sabían que el sacerdocio debía continuar en la Iglesia cuando ellos murieran, después de evangelizar una ciudad y antes de dejarla, imponían las manos a otros comunicándoles el sacerdocio (cfr. 2 Timoteo 1,6; Hechos 14,23).
El sacramento del Orden consta de tres grados subordinados uno a otro. El episcopado y el presbiterado son diversas formas de participación ministerial en el sacerdocio de Cristo; el diaconado , en cambio, está destinado a ayudarles y servirles. Por eso, el término sacerdote designa a los obispos y presbíteros, pero no a los diáconos. Sin embargo, los tres grados son conferidos por el sacramento del Orden. Normalmente cuando se habla de sacerdotes se entiende que se habla de los presbíteros, y en los números que siguen nos referiremos a ellos, aunque hay cosas que pueden aplicarse también a los obispos y diáconos.
En virtud del sacramento del Orden el sacerdote es ministro de Cristo, mediador entre Dios y los hombres para dar culto a Dios -adoración, acción de gracias, satisfacción e impetración- y para comunicar la gracia a los hombres. Los poderes que se le otorgan, que no tienen ni siquiera los Ángeles, no son pasajeros sino permanentes. Las personas que reciben este sacramento reciben un carácter indeleble y son sacerdotes para siempre. El carácter distingue al ordenado de los demás fieles: participa del sacerdocio de Cristo de un modo esencialmente distinto. Junto con el carácter recibe otras gracias en la consagración sacerdotal para asemejarse con Cristo, de manera que todo sacerdote puede decirse que es otro Cristo . Este sacramento sólo pueden recibirlo los varones bautizados que reúnan las debidas condiciones.
Hemos visto que el sacerdocio da potestad para ejercer el sagrado ministerio, que mira al culto de Dios y a la salud de las almas. Las manifestaciones principales del ministerio de los sacerdotes son: a) Predicar la Palabra de Dios . El sacerdote ejerce este ministerio cuando predica la homilía dentro de la Santa Misa, al dar catequesis, y en múltiples ocasiones: meditaciones, retiros, cursos de retiro, charlas de formación doctrinal religiosa, etc. b) Administrar los sacramentos y especialmente celebrar la Santa Misa . Desde que el cristiano nace hasta que muere, está junto a él el sacerdote ayudándole con los sacramentos. Pero el ministerio principal de los sacerdotes es celebrar el santo sacrificio de la Misa. c) Guiar al pueblo cristiano hacia la santidad . Los sacerdotes tienen la misión y el deber de apacentar como buenos pastores la grey que les ha sido confiada por el obispo: con oración y mortificación, ayudándoles en sus necesidades, acompañándoles en momentos difíciles, y con la insustituible tarea de la dirección espiritual, para que los hombres quiten los obstáculos que impiden recibir la gracia de Dios. d) Dirigir al Señor la oración oficial de la Iglesia , con el rezo de la Liturgia de las Horas. Si todos los hombres deben rezar para honrar a Dios y pedirle por tantas necesidades, con mayor motivo debe hacerlo el sacerdote. Palpa como ninguna otra persona las miserias y necesidades verdaderas de los hombres. Por eso, la Iglesia ha mandado que los sacerdotes recen diariamente el Oficio Divino. Es un clamor que sube continuamente de la tierra al cielo, de tal modo que se puede decir que durante las veinticuatro horas del día la Iglesia está rezando oficialmente por medio de sus ministros.
De todo lo que hemos visto se deduce que la misión del sacerdote en el mundo es fundamentalmente espiritual: conducir los hombres a Dios, educándolos en la fe y dándoles la gracia de Cristo contenida en los sacramentos. El sacerdote es servidor de toda la comunidad cristiana y elemento de unidad. Es lógico que se le distinga, incluso en su porte externo, como ordena la Iglesia, y que tenga el día completamente lleno con su actividad sacerdotal, sin tiempo para dedicarse a otras cosas, y mucho menos interfiriendo en las tareas propias de los fieles laicos.
Siendo tan grande la dignidad del sacerdote y tan esencial su función en la Iglesia, es lógico que los padres dejen a sus hijos en plena libertad para seguir la vocación, si Dios les llamase al sacerdocio. Los fieles deben rezar para que Dios se digne conceder a su Iglesia buenos pastores y ministros celosos. Deben profesar un gran respeto, veneración y amor a los sacerdotes, considerándolos como lo que son: ministros de Cristo, padres y pastores de las almas. Por eso deben ayudarles también con generosidad en sus necesidades materiales.
Pedro con los Apóstoles gobernaron la Iglesia y transmitieron sus poderes a los sucesores. El Papa y los obispos constituyen la Jerarquía, que gobierna el pueblo de Dios -asistida por los presbíteros y diáconos-, a la que hemos de amar y obedecer. La misión que ha recibido consiste en enseñar la doctrina de Jesucristo, predicando el Evangelio; santificar mediante la administración de los sacramentos, medios de la gracia; gobernar , dictando leyes que obligan en conciencia, juzgando y castigando, si fuera preciso.
Los presbíteros o sacerdotes de segundo orden son los ministros de Cristo que, bajo la autoridad del obispo, cooperan con él en la predicación del Evangelio, en la santificación de los fieles y en la dirección del pueblo cristiano en orden a la salvación, sobre todo mediante los sacramentos de la penitencia y de la Eucaristía. Los diáconos han recibido el grado inferior del sacramento del Orden, pero no son sacerdotes ni pueden ejercer las funciones específicamente sacerdotales; se ordenan para el servicio del pueblo de Dios en unión con el obispo y su presbiterio, en el ministerio de la liturgia, de la predicación y de la caridad.