La Basílica de San Pedro se ubica en la colina del Vaticano en Roma, sobre la antigua tumba del apóstol Pedro. Ha tenido varias remodelaciones a lo largo de la historia, manteniendo siempre el altar sobre la tumba original. Actualmente tiene planta en forma de cruz latina y está construida principalmente en piedra travertina y mármol, con detalles decorativos en bronce, madera y mosaicos.