El documento describe diferentes formas constructivas y edificios de la arquitectura paleocristiana, incluyendo sarcófagos, santuarios, basílicas, edificios de planta central como baptisterios y mausoleos, e iglesias de cúpula como Santa Sofía y Sant Blorenc. Aborda el desarrollo de la arquitectura cristiana en el Imperio Bizantino bajo Justiniano y ejemplos notables como la Basílica de San Pedro y Santa Sabina en Roma.