Este documento explora la naturaleza divina del alma y la conciencia. Argumenta que cada alma es una expresión individual del Yo universal, o Ser de Dios. Explica que nuestra conciencia personal no es separada de Dios, sino una vibración distinta a través de la cual el Yo se contempla a sí mismo. Finalmente, insta al lector a renunciar a la falsa creencia de ser un ser humano limitado y aceptar su verdadera naturaleza como Espíritu puro.