La Paz de Westfalia marcó el fin de la hegemonía española en Europa y su reconocimiento de la independencia de los Países Bajos del Norte. También supuso la pérdida de la influencia española a favor de Francia y el triunfo del principio de paz religiosa sobre la idea de monarquía cristiana. Finalmente, la guerra de los Treinta Años llevó a la economía española a la bancarrota y creó un clima de protesta social en España.