Elsa López, una mujer de 53 años, y su familia se vieron obligados a abandonar su hogar en Mapiripan, Meta, Colombia en 2004 debido a amenazas de los guerrilleros de las FARC. La familia tuvo que dejar atrás su supermercado y comunidad, estableciéndose en Cali donde enfrentaron dificultades económicas y sociales. El desplazamiento forzado tuvo un fuerte impacto psicológico y la ruptura de lazos familiares y culturales.