El Sumo Sacerdote tenía la posición más sagrada en la Escritura y era responsable de supervisar el servicio del Templo y actuar como líder espiritual del pueblo. Su papel más importante era entrar al Lugar Santísimo en Yom Kipur para realizar ofrendas de expiación. El cargo del Sumo Sacerdote se extendió desde Aharón hasta la destrucción del Segundo Templo y vino con estrictas restricciones debido a su alta santidad.