El documento describe dos tipos principales de inestabilidad genética que contribuyen al desarrollo del cáncer: la inestabilidad de microsatélites y la inestabilidad cromosómica. La inestabilidad de microsatélites se evalúa mediante PCR en sangre y tejido tumoral, mientras que la inestabilidad cromosómica incluye mutaciones numéricas como trisomías y mutaciones estructurales como deleciones. Estas inestabilidades se determinan mediante técnicas citogenéticas como el cariotipo