La apiterapia utiliza productos de la colmena como la miel, el polen, el propóleo y la jalea real para tratar diferentes condiciones de salud. El documento enfatiza la importancia de la calidad de estos productos apícolas, señalando que la adulteración, los contaminantes y una mala conservación pueden dar lugar a reacciones alérgicas y afectar la eficacia del tratamiento.