El aprendizaje colaborativo se ha aplicado en las aulas desde la década de 1970, aunque la mayoría de los estudios teóricos sobre este tema datan de la década de 1980. Se define como un sistema de interacciones cuidadosamente diseñado para organizar la influencia mutua entre los miembros de un equipo y promover un proceso gradual de compromiso con el aprendizaje de los demás sin competencia. Incrementa el aprendizaje individual, la motivación, el compromiso con los demás y las relaciones interpersonales.