La jornada ordinaria máxima legal es de 45 horas semanales distribuidas en cinco o seis días, con un máximo de 10 horas diarias. La jornada extraordinaria excede la jornada ordinaria semanal. Las horas extraordinarias requieren un pacto escrito temporal y tienen un recargo de pago del 50%. El empleador controla la asistencia a través de métodos como relojes o libros de registro.