El documento describe cómo Isaac Newton observó la caída de una manzana de un árbol en 1666 y cómo esto lo llevó a preguntarse por qué la Luna no cae hacia la Tierra de la misma manera, dado que ambos objetos están sujetos a la gravedad. Newton razonó que aunque la Luna está atraída por la gravedad de la Tierra, su velocidad de movimiento a través del espacio contrarresta la atracción, evitando que caiga.