Boccaccio fue un pintor del primer Renacimiento italiano que trabajó principalmente en Génova, Milán y Ferrara entre 1493 y 1500. Más tarde se trasladó a Cremona, donde pintó un ciclo de frescos en la catedral representando Escenas de la Vida de la Virgen. Se destacó por la riqueza de sus drapeados, la variedad de colores y la gracia de sus figuras.