2. Érase una vez un pulpo que se llamaba Pulpote.
Un día se encontró con un tiburón hambriento.
El tiburón preguntó: "¿De qué te ríes?" "Es que
estoy leyendo un libro divertidísimo" contestó
Pulpote. El tiburón volvió a preguntar: "¿Puedo
leerlo yo también?" Al tiburón, gracias al
cuento, se le olvidó que tenía hambre.
3. Al día siguiente era el cumpleaños de
Pulpote, que dijo:"Por fin hoy es mi cumple".
De repente sonó el timbre. Era el tiburón, que
dijo:" ¡Sorpresa! ¿Salimos?" Pulpote
respondió:"¡Sí!“. Entonces el tiburón y Pulpote
salieron, nadaron y se divirtieron. Cuando
terminaron estaban en un laberinto.
4. Entonces el tiburón fue por la izquierda y
Pulpote por la derecha. "¡Pulpote ha encontrado
la salida al bosque!" pensó el pulpo. "Pero, ¿y el
tiburón?" Pulpote no tuvo más remedio que
volver a por el tiburón. ¡Por fin lo encontró!
"¡Estás aquí! ¡Sálvame!" pidió el tiburón. Pulpote
dijo: " Sí, claro, ¿para qué crees que estoy
aquí?" "¡Mi héroe!" gritó el tiburón.