3. BIBLIOGRAFÍA
Manual ENARM DE Ginecología y obstetricia, edición 2022. Páginas 24-25 tema 3
Williams obstetricia; 25 edición .Cap 44.páginas 844 a 862.
Obstetricia y ginecología. Rigol Stalina Santiesteban parte II, 2014. Cápitulo 33.Páginas 383-
388.
4. RESTRICCIÓN DEL CRECIMIENTO INTRAUTERINO (RCIU)
Se denomina restricción del crecimiento intrauterino al fallo del feto en alcanzar su potencial
intrínseco de crecimiento. El crecimiento fetal normal depende del potencial de crecimiento
predeterminado genéticamente y modulado por factores:
Fetales
Placentarios
Maternos
Externos
5. Se puede hablar de dos tipos distintos de RCIU:
- Pequeño para edad gestacional anómalo (antiguamente CIR tipo I, simétrico o precoz) con
reducción de peso y talla que afecta por igual a todos los órganos. Está relacionado con aneuploidías,
síndromes genéticos, infecciones (TORCH) y fármacos.
- RCIU propiamente dicho (antiguamente CIR tipo II, asimétrico o tardío). El más frecuente. Existe
afectación predominante de la biometría abdominal y habitualmente secundario a una insuficiencia
uteroplacentaria.
6. Factores de riesgo
Los principales factores de riesgo son:
- Edad materna >40 años.
- IMC materno <19.
- Hábitos tóxicos (tabaco, drogas).
- Antecedentes de RCIU
- Trastornos hipertensivos en la gestación o previos a ella (factor de riesgo más importante).
Fisiopatología
En las gestaciones de fetos con CIR II se ha objetivado un deterioro placentario que conlleva una
disminución del flujo de sangre que llega al feto. Esto condiciona una redistribución del flujo sanguíneo
fetal para preservar las estructuras más nobles (miocardio, cerebro y suprarrenales) mediante una
vasodilatación selectiva de dichos territorios y una vasoconstricción de los no vitales (territorio esplácnico,
musculoesquelético y tejido adiposo).
Predicción
El aumento de resistencias en las arterias uterinas y la existencia de una escotadura (Notch) en la onda
Doppler de dichas
arterias a partir de la semana 24 predicen un riesgo aumentado de desarrollo de CIR o de preeclampsia en
ese embarazo.
8. Una vez que se ha hecho el diagnóstico, se debe evaluar su grado de bienestar fetal
mediante la fluxometría Doppler.
El CIR II presentará una curva de crecimiento aplanada y suele acompañarse de
alteraciones en la fluxometría Doppler de acuerdo a una secuencia típica de cambios
hemodinámicos que consta de las siguientes fases:
1. Etapa silente. El estudio Doppler es normal.
2. Aumento de las resistencias en la arteria umbilical como consecuencia de la afectación
placentaria
3. Mecanismos de defensa con redistribución circulatoria detectable: vasodilatación de la
arteria cerebral media (flujo diastólico aumentado), para preservar oxigenado el
parénquima cerebral.
4. Afectación placentaria y fetal severa. Disminución o incluso desaparición del flujo
diastólico de la arteria umbilical.
5. Descompensación de los mecanismos de defensa. Es característico en esta fase el flujo
ausente en el ductus venoso, que es un signo ominoso de sufrimiento fetal.
9.
10. Tratamiento
Prematuridad (<37 semanas)
Siempre que el Doppler de la arteria umbilical muestre un flujo diastólico conservado, el parto debe
diferirse.
Si el flujo diastólico de la arteria umbilical desaparece o se vuelve reverso (signos de gravedad), la
actitud depende de la edad gestacional:
Feto a término( mayor o igual 37 semanas)
Si el Doppler de la arteria umbilical muestra una onda diastólica conservada y el líquido amniótico
es normal, el parto puede diferirse hasta que el test de Bishop sea adecuado para la inducción del
parto, sin superar las 40 semanas.
Si el líquido amniótico está disminuido o la onda diastólica de la arteria umbilical está alterada,
debe terminarse la gestación.
Vía del parto
La decisión acerca de la vía del parto se basa en la patología gestacional, condición fetal y estado
del cuello. La actitud respecto al CIR se resume en la siguiente tabla:
12. Pronóstico fetal
Los CIR presentan mayores tasas de mortalidad, asfixia al
nacimiento, hipotermia, hipoglucemia, aspiración de meconio
y secuelas neurológicas. Además están expuestos en la época
adulta a enfermedades como hipertensión, ateromatosis o
intolerancia a la glucosa.