Millaray es una niña de 8 años que muestra un comportamiento inquieto y provocador en el salón de clases. Su profesora nota que sus padres no están muy involucrados en su educación. La hipótesis es que sus problemas de conducta se deben a falta de afecto familiar y comunicación con sus padres. Se proponen soluciones como que el profesor intervenga con actividades, citar a los padres para que se involucren más, y tratamiento psicológico.