La crisis económica de 1929 empeoró la recesión de posguerra en Europa y facilitó el ascenso de regímenes fascistas en Italia y Alemania. El Tratado de Versalles hizo tomar conciencia de la humillación en Alemania y el programa de Hitler de reunificar a los pueblos de lengua alemana fue bien recibido. Italia también estaba insatisfecha con los resultados de la paz. El imperialismo japonés inició una política expansionista en China para salir de la crisis económica y se alió con las potencias fascistas contra la URSS