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particular de Dios creó el sol y la luna,
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Gianfranco Ckiarotti
A. H. Cottrel
Sidney R. Badley
Lucía Bonadeo
Norberto Rey
Isaac Lubchansky
José Manuel Olavarría
Julio Moreno
Walter Rugler
Nikolai Basov
3
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Revista mensual
de ciencia y tecnología
Sólo el reconocimiento extranjero
Educación nacional: problemas reales, soluciones
teóricas
Los caballeros de pelo largo
La ciencia de los materiales
La importancia de tener defectos
La generación de nuevos materiales
La nueva revolución de los plásticos
Técnica del fresco toscano
Aprendizaje visceral: ¿Una facultad humana
desaprovechada?
Respuesta a Metegol N9
2
Psiquiatría en Lanús: un ejemplo de aplicación
social
S i m u l a c i ó n d e e n z i m a s
H u m o r n u e v o
La i n v e s t i g a c i ó n agropecuaria
L e l o i r : C r o n o l o g í a de un Premio Nobel
N o v e d a d e s d e C i e n c i a y Tecnología
1. Cirugía a baja temperatura
2. Novedades en la lucha antiviral
3. Un poquito de estaño hace bien
4. Motores eléctricos, nueva tecnología
5. Cómo las neuronas reparten moléculas por sus
terminales
6. La acción antiviral de la rifampicina
7. Cómo nace una galaxia
8. Plásticos inorgánicos
9. Químicos: mucha investigación, poco trabajo
10. Un dogma cuestionado
La d i s t a n c i a d e la Tierra a la Luna
C o m e n t a r i o s d e l i b r o s
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Sólo el reconocimiento extranjero
La Argentina ganó su tercer Premio Nobel. La reitera-
ción en la gran prensa de esta frase o de su contexto,
parece expresar la idea del premio a una competencia
y de una continuidad nacional en la búsqueda de ese
objetivo.
Ni lo uno ni lo otro. El Premio Nobel no alienta
una competencia deportiva porque los objetivos de un
investigador científico son, en la mayoría de los casos,
más trascendentes que la fama, el dinero y aun la gra-
tificación personal que su distinción impone. Y el or-
gullo de que tal distinción haya recaído sobre un argen-
tino debe interpretarse más bien como lo que algunos
compatriotas pueden hacer a pesar de las condiciones
impuestas por la falta de una política científica coheren-
te, a pesar de la falta de medios, de la situción de las
universidades e institutos de investigación, del continuo
drenaje intelectual hacia el exterior. Podríamos enorgu-
llecemos con sentido nacional de haber alcanzado dis-
tinciones a cuyo nivel llegamos a través de una conti-
nuidad en la tarea y de una integración de esa tarea
en el quehacer nacional.
Pero no es este el caso. El Premio Nobel debe servir
aquí para destacar, para tomar conciencia otra vez, en
qué medida es desprotegida y solitaria la tarea de in-
vestigadores como los que integran el equipo del doc-
tor Leloir.
Fue precisa y paradójicamente esa soledad del doc-
tor Leloir, esa desconexión del hombre con su país, la
que le dio tranquilidad para ejercer su tarea sin inter-
ferencias, encerrado en su laboratorio.
Hubo una excepción: ante una oferta de la Universi-
dad de Harvard, en 1957, el ingeniero José Babini in-
teresó al presidente Arambum, quien visitó personal-
mente al científico para instarlo a que se quedara en el
país, facilitándole medios para avanzar en su tarea. El
año siguiente la Universidad de Buenos Aires —que por
primera vez en su historia ejercía su plena autonomía—
lo nombró Profesor Extraordinario de Investigaciones
Bioquímicas, en la Facultad de Ciencias Exactas, para
conectar su aislada tarea con el quehacer científico na-
cional, con el régimen docente y con el presupuesto
universitario.
La violenta intervención de la Universidad en 1966
desmanteló la Facultad de Ciencias Exactas y otra vez
su propio aislamiento protegió al doctor Leloir de las
renuncias y de las persecuciones, quizá para demostrar,
por el camino de la excepción, que una tarea científica
coherente es incompatible con las condiciones que ofre-
ce el país real.
Pero todas las puertas se abren ahora para el científico
que alcanzó fama mundial, para el hombre que dirige
ininterrumpidamente su equipo en la misma tarea dea-
de 1947. Su laboratorio, su gente y sus necesidades
técnicas serán colmadas.
Para todos los demás técnicos que trabajan a alto ni-
vel en decenas de actividades diferentes, queda el escepti-
cismo de conocer que sólo las más altas distinciones
internacionales son capaces de desenmohecer los engra-
najes e instrumentar sus exigencias en el trabajo cien-
tífico y en sus inalienables necesidades espirituales y
materiales. O
Educación nacional:
problemas reales, soluciones teóricas
En el campo de la ciencia de la educación, y en especial
en política educacional, existe una marcada tendencia a
utilizar las estadísticas en forma diferente, según sean
los fines que se busque alcanzar. Es así como en Ar-
gentina el grado de educación de la población es total-
mente distinto; ya sea lo considere el Ministerio de Edu-
cación, los técnicos, los organismos internacionales,
como la Unesco, o los que deben recibir los beneficios
del sistema educativo.
En las estadísticas mundiales sobre analfabetismo
rara vez se menciona a nuestro país y cuando se lo cita,
forma parte del grupo de naciones que poseen un ín-
dice menor del 10 % de analfabetos sobre la población
total. Este criterio se basa en la consideración de «anal-
fabeto» a todo aquel que no haya ingresado nunca al
ciclo primario. En Argentina, en 1960, eran apenas
cerca de 20.000 menores de catorce años (cifras del
Censo Nacional).
Observando el panorama educativo a la luz de estas
estadísticas, es evidente que la tarea que debe realizar
el Ministerio de Educación y sus instituciones depen-
dientes o conexas, se oriente hacia las reformas de tipo
técnico, a la mejor adecuación de contenidos y métodos,
a la modernización de la organización general y par-
ticular del sistema, en fin, a lograr que mediante algu-
nos ajustes se ubique el sistema al nivel de los más
modernos adelantos de la teoría de la educación para
que, sin modificarlo básicamente, funcione mejor.
Por otra parte, los planes de la educación primaria
argentina se diferenciaron muy poco hasta hoy de los
de 1880. Las sucesivas reformas, algunas de ellas en
su momento aparentemente prometedoras, nunca pre-
3
CUADRO N- 1
Porcentaje de deserción
por provincias
Corrientes 86,4 %
Neuquén 85,8
Formosa 84,7
Santiago del Estero 84,7
Chaco 84,2
Misiones 83,4
Jujuy 81,4
Chubut 80
Salta 79,9
Entre Ríos 78,8
La Ríoja 77,7
Río Negro 77,5
Tucumán 77,2
Catamarca • 76,7
San Luis 75,9
San Juan 70,5
Córdoba - 62,6
La Pampa 62
Mendoza 61,6
Santa Cruz 59,8
Tierra del Fuego 58,5
Santa Fe 53,5
Buenos Aires 45,4
Capital Federal 35,5
TODO EL PAIS 64,3
PUENTE: Departamento de Estadís-
tica Educativa del Ministerio de Edu-
cación.
CUADRO N" 2
Población escolar y abandonos entvel960-l966 (en miles)
GRADO 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966
TOTAL . . 2 . 5 8 8 2.921 2.944 3.001 3.087 3.139 3.227
ler. grado . 686 702 712 705 723 712 732
2? grado . 499 501 507 529 534 544 550
3er grado . 444 451 446 460 475 489 497
4'-' erado . . 386 400 400 404 417 430 447
5? grado .. 327 335 342 348 355 369 383
6? grado . . 280 288 288 301 311 .316 331
Ia
- grado . . 233 241 246 253 269 278 284
FUENTE: Departamento de Estadística Educativa (Ministerio de Educación).
CUADRO N" 3
Retención y abandonos durante quince ciclos
escolares ( 1 9 4 6 - 1 9 5 2 basta 1 9 6 0 - 1 9 6 6 )
Ciclo
Escolar
Alumnos Matriculados Retención Deserción
Ciclo
Escolar ler. grado -ra ^ i Cifras
T Grado Relativas
Cifras
Absolutas
Cifras
Relativas
1946-1952 509.536 176.374 34,7 333.162 65,3
1947-1953 527.736 176.769 33,5 350.967 66,5
1948-1954 536.335 187.295 34,9 349.040 65,1
1949-1955 551.905 194.135 35,2 357.770 64,8
1950-1956 578.744 195.924 33,9 382.820 66,1
1951-1957 609.056 207.557 34,1 401.499 65,9
1952-1958 632.901 218.283 34,5 414.618 65,5
1953-1959 653.836 225.487 34,5 428.349 65,5
1954-1960 665.900 233.735 35,1 432.165 64,9
1955-1961 674.604 241.321 35,8 433.283 64,2
1956-1962 643.618 246.513 38,3 397.105 61,7
1957-1963 660.352 253.310 38,4 407.042 61,6
1958-1964 683.975 269.280 39,4 414.695 60,6
1959-1965 683.392 278.009 40,7 405.383 59,3
1960-1966 686.399 284.270 41,4 402.129 58,6
FUENTE: Departamento de Estadística Educativa del Ministerio de Educación.
tendieron variar las características, los fundamentos y
la finalidad del sistema educativo en su conjunto.
Sin embargo, si al panorama recién descrito —que
es al mismo tiempo la imagen externa de la educación
del país— le agregamos otras estadísticas emanadas de
la misma fuente (Departamento de Estadística Educa-
tiva del Ministerio de Educación de la Nación) pero
no tan publicitadas como las anteriores, nuestro objeto
de análisis será diferente. Nos encontramos así con
11.172.740 semianaifabetos, provenientes de los índi-
ces que aparecen en el cuadro 1. La deserción escolar,
por otra parte, se produce entre primer y tercer grado,
como podemos deducir de los cuadros 2 y 3.
Un semianalfabeto es una persona que no ha llegado
a obtener las herramientas cognoscitivas necesarias para
manejar los códigos de comunicación de una sociedad,
para insertarse en el sistema laboral excepto como mano
de obra no especializada, para transmitir a sus hijos
un nivel cultural como el que la misma escuela prima-
ria les exigirá para ingresar. Las cifras de deserción se
siguen distribuyendo, año tras año, entre el mismo
grupo social.
Como vemos, hay dos panoramas de la educación ar-
gentina. Hay también una reforma educativa que aca-
ba de ponerse en marcha. Ante ella, la pregunta de
todo aquel que desde su rol de padre, de educador o
de ciudadano debe hacerse es, evidentemente, desde
cuál de esas dos realidades, la verdadera o la mistifi-
cada, se planearon los cambios.
El material publicado por el Ministerio de Educación
nos da la respuesta por sí mismo: "La Reforma Edu-
cativa se concreta a través de un cambio de actitud que
implica una renovación metodológica, la atención per-
sonalizada y la socialización de los alumnos, las posibi-
lidades de regionalización, etc. . .
Luego sigue una descripción de más de trescientas
hojas con detalles de los nuevos planes y métodos. En
síntesis,^ una buena monografía de cómo debiera ser la
educación primaria según los pedagogos, más o menos
1
De "Bases para el curriculum de las escuelas del nivel ele-
mental", publicación interna del Ministerio de Educación. Este
es el documento más explícito que se ha publicado sobre la
reforma.
4
modernos, que se citan como bibliografía. Se trata de
ajustes de la estructura establecida. Iiay que reconocer
que contempla mejor que ningún plan anterior, los me-
dios de mejorar el sistema .. . para los niños que cum-
plen con los requisitos que el sistema educativo exige
para ingresar a él y adaptarse. El niño de seis años
descrito se ajusta a todas las características enuncia-
das por los psicólogos genetistas de Ginebra y los so-
ciólogos de la educación franceses e ingleses, para esa
edad. Pero no tiene relación con el niño argentino que
emigró de Chaco o Tucumán, que sufrió la prueba de
la trasculturación y la marginación social de su grupo,
ni con el niño jujeño, ni con el niño de la Patagonia
(ver Año Mundial de la Educación, CIENCIA NUE-
VA N° 3). Es decir, no tiene nada que ver con los
grupos de los cuales proviene el grueso de la deserción
escolar. Estos están muy lejos de poder ingresar a la
escuela y cursarla en todos sus ciclos, con simples cam-
bios metodológicos realizados en función de un niño
tipo abstracto. Necesitan en cambio que los conoci-
mientos de la psicología y la ciencia de la educación se
pongan al servicio de una educación que los incluya.
Y ésta sólo puede existir en la medida en que se deje
de considerar a la ciencia de la educación como un
conjunto de métodos y técnicas que todo lo pueden por
sí mismo, incluso lograr el cambio social y se la con-
ciba como lina ciencia social. Como ciencia social, su
objeto deberá entonces ser observado como totalidad y
no fragmentado. Deberá ser estudiado en su punto real
de inserción en el sistema social general. La deserción
escolar, por ejemplo, no será ya un problema solucio-
nable con algunos ajustes técnicos, sino un producto de
la acción desertógena del sistema educativo, en pro-
funda relación con la variable socio-económica del gru-
po de pertenencia de los desertores. La «reforma» en-
tonces tendrá como objeto no sólo una renovación me-
todológica, sino cambios profundos en las relaciones
educativas de toda la sociedad. O
Los caballeros de pelo largo
En Agentré, Francia, un empresario intimó a cuatro
jóvenes operarios de pelo largo: tres de ellos resistie-
ron la orden de cortarse el pelo y fueron echados de
su trabajo. El cuarto, Albert Lefort, se cortó el pelo,
volvió a la fábrica, se roció con combustible y se pren-
dió fuego.
La reacción popular no se hizo esperar y las paredes
del pequeño pueblo de Rennes amanecieron gritando
sus leyendas que recordaban la prohibición de prohibir
o preguntaban a Jesucristo si, de haber trabajado en
Argentré, se hubiese cortado el pelo.
Los empleados de Hautefeuille S. A., una firma pu-
blicitaria de París, sintieron que su obligación era gritar
más fuerte la magnitud del drama. Por eso pocos días
después, la fotografía de Albert Einstein ocupaba una
página entera del tabloid "Le Monde", con este
comentario: " E = me2
. Tenía el pelo largo."
Philippe Hautefeuille, presidente de la empresa, ex-
plicaría más tarde: "Los publicitarios somos como todo
el mundo, seres humanos impactados por el suicidio de
un muchacho de 18 años que tenía el pelo largo e
impactados también porque este doloroso suceso haya
encontrado tan poco eco en la prensa francesa. Tenía-
mos en nuestras manos una manera de paliar esta omi-
sión: comprar una página de «Le Monde». Pedimos la
opinión de las 30 personas que trabajan en la empresa:
28 estuvieron de acuerdo en publicar el aviso. El pri-
mer texto que elegimos decía: «Esta página es una pá-
gina de publicidad libre. Rinde homenaje a un joven
de 18 años que se quemó vivo en el patio de su fá-
brica»".
"El director de «Le Monde» sugirió el cambio. Era
preferible dejar bien en claro que no nos referíamos
aisladamente a este suceso y que no estábamos utilizan-
do un hecho trágico para autopublicitarnos. Entonces
elegimos a Einstein." O
E=mc2
.
IX avait les chsveux lcmgs.
"Ne faites jariais ríen contre votre oonscience, méme si
l ' E t a t vous le demande" Albert Einstein
Anfiones réatísée pour l ' A g e n o e de
rué de Marignan,
Fubliclté Hautefeuille S.A. Í7,
Paris 8e
La ciencia de los materiales:
nuevas tecnologías
para viejas técnicas
En la actualidad se dispone de una vasta gama de materiales "nuevos", gama que se enriquecerá a
corto plazo gracias a un permanente e intenso trabajo que se realiza en los laboratorios especializados.
Dos grandes problemas quedan aún por resolver: cómo producir esos materiales a costos razonables
y cómo habituar al ingeniero a utilizarlos en sus proyectos. CIENCIA NUEVA ha seleccionado
tres trabajos que ilustran otros tantos aspectos del desarrollo alcanzado en el análisis, creación y
utilización de los nuevos materiales.
La importancia
de tener
defectos
Gianfranco Chiarotti
El profesor G. Chiarotti es titular
de la cátedra de Física General de
la Universidad de Roma.
La importancia de los materiales —y
en modo particular, de los meta-
les—1
en la historia de las realiza-
ciones del hombre, es bien conoci-
da. Desde los albores de la civiliza-
ción, el hombre aprendió a utilizar
los más variados materiales para sus
construcciones, sus armas, sus obje-
tos de uso diario o de adorno, des-
arrollando una cantidad de recetas
empíricas que, durante mucho tiem-
po, constituyeron el principal baga-
je tecnológico de la humanidad. En
sus poemas, Homero describe la téc-
nica de la producción del acero usa-
da por los griegos y cuenta que
Aquiles recibió una esfera de hierro
como premio a sus victorias atléticas.
Sin embargo, si bien el empleo de
los materiales es antiquísimo, el in-
terés por el conocimiento científico
de sus propiedades es totalmente re-
ciente. Baste pensar que, aun cuan-
do la producción de acero se remon-
ta a más de tres mil años, hace sólo
dos siglos que se sabe que el acero
difiere del hierro dulce por un mo-
desto contenido de carbono. Y re-
cién después de la Segunda Guerra
Mundial se logró comprender el me-
canismo por el cual pequeñas canti-
dades de impurezas, fijando disloca-
ciones y planos de deslizamiento,
endurecen en forma tan notable los
materiales.
Durante mucho tiempo los mate-
riales fueron considerados como sim-
ples "objetos" de uso tecnológico,
con propiedades prefijadas por la
naturaleza, pero en los últimos vein-
te años se fue delineando lentamente
la posibilidad de obtener materiales
con propiedades programadas, ori-
ginándose así una nueva disciplina,
hoy en rápida expansión: la ciencia
de los materiales, confluencia de la
física del sólido, química, metalur-
gia y cristalografía.
Una de las causas que más han
contribuido al desarrollo reciente de
la ciencia de los materiales ha sido
sin duda la aceptación de que mu-
chas propiedades de los sólidos de-
penden más del tipo y concentra-
ción de los defectos reticulares y de
las impurezas que de la estructura
ideal del cristal perfecto.
Esta característica de los sólidos
ha retrasado, en cierta medida, el
desarrollo de la ciencia de los ma-
teriales, debido a los resabios de
una mentalidad aristotélica, amplia-
mente difundida entre los físicos clá-
sicos, que los llevó durante mucho
tiempo a subestimar el interés que
revisten las causas "accidentales",
6
como los defectos de los cristales.
Por otra parte, la dificultad de ob-
tener resultados experimentales, re-
producibles en muestras cuyas pro-
piedades dependen de pequeñísimas
concentraciones de defectos o impu-
rezas, subordinó el progreso de esta
ciencia a la resolución de comple-
jos problemas tecnológicos y quí-
micos.
Hoy sabemos que un sólido geo-
métricamente perfecto, es decir, un
sólido en el que todos los átomos
estén dispuestos en los vértices del
retículo cristalino, no sería estable
desde el punto de vista termodiná-
mico, o sea que su energía libre ten-
dría un valor mínimo sólo en el
cero absoluto. Cierto grado de des-
orden —átomos que pasan a una
posición intersticial o que emigran a
la superficie dejando lugares reticu-
lares vacíos— al aumentar la en-
tropía de un cuerpo, reduce su ener-
gía libre y por consiguiente aumenta
su estabilidad. Un ejemplo podrá
aclarar mejor la importancia de los
defectos en las propiedades de los
sólidos reales. La deformación plás-
tica de un sólido geométricamente
perfecto podría lograrse haciendo
que una parte del sólido se deslice
sobre la otra a lo largo de un plano
reticular, hasta obtener una disloca-
ción sobre la superficie de una pro-
fundidad igual a una o más distan-
cias reticulares.
Si observamos al microscopio un
monocristal metálico plásticamente
deformado, notamos justamente que
la deformación se produce según
ciertos planos cristalográficos llama-
dos planos de deslizamiento. Un
cálculo elemental demuestra que el
esfuerzo mínimo necesario para ha-
cer deslizar dos planos reticulares,
uno sobre el otro, es igual a G / 2 Jt,
siendo G el módulo de elasticidad.
Puesto que G, para un metal, es del
orden de 1011
a 1012
, se obtendría
un valor del mínimo esfuerzo nece-
sario para inducir una deformación
plástica de aproximadamente 1010
a
1 0 u
dinas/cm2
(o, lo que es equi-
valente, de alrededor de 10.000 a
100.000 fcg peso/cnr) que es por
lo menos 2 6 3 órdenes de magnitud
mayor que el que se observa en los
sólidos reales. Si los metales se com-
frtasen como sólidos ideales, pro-
blemente Aquiles no habría reci-
bido nunca la esfera de hierro como
premio, ni el hombre habría jamás
superado la edad de piedra.
La presencia de defectos lineales
en los cristales, llamados disloca-
Figura 1 Proceso de dislocación,
producido por compresión (bajo
tensión la dirección del deslizamiento
será la opuesta a la indicada).
Figura 2 Un ejemplo de dislocación
en un conjunto de pompas de jabón.
La flecha indica la línea de
dislocación.

cíones, cuyo movimiento consiente
que los planos cristalográficos se
deslicen uno sobre el otro, podría-
mos decir de a poco por vez, hace
que los sólidos reales sean más blan-
dos que los ideales.
Las dislocaciones, que hoy pue-
den observarse tanto con el micros-
copio común como con el electró-
nico, están presentes también en un
modelo de sólido bidirnensional for-
mado por pompas de jabón. Las
pompas de jabón, que se atraen lige-
ramente debido a las fuerzas de ad-
hesión superficial (aun cuando son
"impenetrables" si se las aproxima
delicadamente) simulan muy bien
las fuerzas atractivas y repulsivas
entre los átomos de un sólido. La
figura 2 muestra un sólido de pom-
pas de jabón obtenido por W . L.
Bragg y J. F. Nye, que contiene una
dislocación y por ende medio plano
de más (sería más apropiado decir
media fila) en la dirección que in-
dica la flecha. Para verla mejor, se
invita al lector a mirar la figura con
el ojo rasante sobre la página, en la
dirección de la flecha. Es evidente
que el movimiento de una disloca-
ción de un extremo al otro del cris-
tal produce un "escalón" sobre la
superficie y, en consecuencia, una
deformación permanente.
Como ya hemos dicho, pequeñas
cantidades de impurezas pueden obs-
taculizar el movimiento endurecien-
do el material. Además, las disloca-
ciones se intersecan con dificultad
debiendo generar en la intersección
filas de átomos intersticiales o de
lugares reticulares vacíos. Por lo
tanto, un sólido que contiene mu-
chas dislocaciones es mucho menos
plástico. En realidad se sabe desde
tiempos remotos que el trabajo en
frío (que multiplica las dislocacio-
nes) endurece notablemente los me-
tales. Recientemente se publicaron
en una revista científica norteame-
ricana algunas fotografías de espadas
antiguas obtenidas con un microsco-
pio metalográfico. En una de ellas,
que muestra una parte de una espa-
7
da medieval persa, se nota la exis-
tencia de un retículo de dislocaciones
en planos ortogonales: resulta una
estructura particularmente estable y
de elevadísima resistencia a la de-
formación.
La ciencia de los materiales re-
presenta en la actualidad una valiosa
contribución al desarrollo tecnológi-
co. Se han hecho estudios sobre las
propiedades de los defectos estruc-
turales de los sólidos cristalinos, so-
bre las propiedades eléctricas de
algunos sólidos amorfos como los
vidrios, sobre los compuestos elec-
troluminíscentes, sobre los políme-
ros y también sobre los "whiskers",
interesantes monocristales dendríti-
cos con propiedades mecánicas muy
parecidas a las de los sólidos idea-
les. La investigación sobre materia-
les antiguos y nuevos se intensifica
día a día en un número cada vez
mayor de laboratorios.O
Figura 3 Dislocación tipo espiral
en una estructura cúbica simple.
El desplazamiento corresponde al área
sombreada, y ba sido producido
por la fuerza de tracción t. Hacia
la derecha ha tenido lugar un
movimiento o traslación unitario,
que disminuye tendiendo a cero
en el limite entre las zonas
desplazadas y no desplazadas. Este
límite recibe el nombre de
dislocación tipo espiral porque
los citamos desplazados en las
vecindades del limite (marcados
a, b, c, d y e), se disponen en una
secuencia tipo espiral que continúa
y se extiende a lo largo de la
dislocación siempre que ésta conserve
tal carácter. En la figura, la espiral
esta orientada hacia la derecha.
El vector b es el denominado vector
de Burgers, y es igual a la menor
distancia entre átomos equivalentes
en la dirección del deslizamiento.
La generación
de nuevos
materiales
A. H. Cottrel
A. H. Cottrel, FES,
es asesor científico
del Gobierno británico
8
Durante mucho tiempo los cristales
naturales fueron admirados y valo-
rizados por la belleza y perfección
de sus formas. Sus simetrías, sim-
ples y repetidas, proporcionaron uno
de los primeros indicios sobre la po-
sibilidad de la existencia, en la na-
turaleza, de algo así como un orden
oculto, una base racional que tal
vez fuera posible descubrir median-
te observaciones y experimentos sis-
temáticos. Así, entre los primeros
resultados de tal investigación, sur-
gieron la mineralogía y la cristalo-
grafía. Sin embargo, la ciencia de
los materiales quedó limitada, du-
rante varios siglos, a algunas leyes
empíricas que determinaban las for-
mas más simples de los cristales. Sus
estructuras internas permanecieron
ignoradas por mucho tiempo y to-
dos los materiales que el hombre
utilizaba —madera, piedra, yeso,
hueso, bronce, hierro, oro, plata,
vidrio, seda, lana, etc.— se le pre-
sentaban como un misterio inson-
dable.
El primer paso de la moderna era
de los materiales lo dio Sorby cuan-
do, en 1864, descubrió cómo obser-
var al microscopio las estructuras in-
ternas de los metales —los granu-
los— es decir, cristales de formas
irregulares, estrechamente empaque-
tados en grandes conglomerados. Y
cuando más tarde, en 19.12, se des-
cubrió que los haces de rayos X
pueden ser desviados por los cris-
tales en determinadas direcciones,
Braggs aprovechó inmediatamente el
hallazgo para poner a punto el mé-
todo, sumamente eficaz, de registrar
los modelos regulares según los cua-
les los átomos se ubican en los cris-
tales. Por ejemplo, el análisis con
rayos X demostró que en muchos
metales como el cobre, el aluminio
y el plomo, los átomos se presentan
como esferas ordenadas muy simple-
mente, tal como podríamos empa-
quetar pelotas de tenis en una caja
grande, de la manera más compacta
posible.
Estos nuevos métodos experimen-
tales ampliaron enormemente nues-
tro conocimiento sobre los materia-
les, pero recién al comienzo de la
década del 30 se logró disponer de
una base sólida para la comprensión
de sus respectivas estructuras, base
sin la cual sólo pueden lograrse dé-
biles progresos en cuanto a la re-
lación de la estructura con las dis-
tintas propiedades que dan a los ma-
teriales su valor práctico. En ese
momento, la teoría de los materiales
se enriqueció con dos aportes deci-
sivos: la teoría cuántica de los só-
lidos y la teoría de los defectos en
los cristales.
La aplicación de la mecánica cuán-
tica al estado sólido permitió la ex-
plicación de varias cosas: por ejem-
plo, la naturaleza y la resistencia de
las fuerzas de cohesión que mantie-
nen unidos a los átomos en los só-
lidos y el porqué de las distintas es-
tructuras cristalinas. Pero principal-
mente llevó a la nueva concepción
de ías bandas de energía, las ga-
mas de energía dentro de las cuales
los electrones de un material gozan
de libertad de movimiento. Esto
permitió la comprensión de la dife-
rencia esencial entre metales y no-
metales.
En materiales como el diamante,
el cuarzo, la sal de roca y la para-
fína, todos los estados cuánticos del
movimiento de los electrones están
ocupados; a cada electrón que se
mueve en un sentido a través del
material le corresponde otro que lo
hace en la dirección contraria. Al
no haber un flujo de electrones pre-
dominante en un determinado sen-
tido, no se observa conductividad
eléctrica. En un metal, sin embargo,
los estados cuánticos no están total-
mente ocupados y en este caso ya
no hay compensación; los electrones
pueden ser introducidos por un ex-
tremo y llevados hasta el otro. Los
semiconductores, que se utilizan en
los transistores, representan una cla-
se intermedia; se "dopan" cristales
aislantes como el sílico, por ejemplo,
con algunos átomos de elementos de
valencias distintas, como el arsénico
y el galio, con el fin de perturbar
la exacta ocupación de los estados
cuánticos, resultando así una débil
conductividad eléctrica en respuesta
a estímulos externos.
Desorden y defectos
Puesto que el método que emplea
los rayos X aprovecha las interfe-
rencias de las ondas difractadas pol-
los diversos átomos, naturalmente ha
obtenido sus mayores éxitos con los
cristales, donde los átomos están
ubicados regularmente, y sobre todo
ha puesto en evidencia la perfección
de sus estructuras.
Sin embargo, existen muchas pro-
piedades, como la resistencia y la
ductilidad de los metales, la resis-
tencia eléctrica, la sensibilidad fo-
tográfica, el color de los cristales no
metálicos y la reactividad química,
que no dependen tanto de la distri-
bución regular de las miríadas de
átomos en un cristal sino más bien
de los pocos casos en los que la
regularidad de la estructura presen-
ta un defecto.
La teoría de los defectos en los
cristales se desarrolló rápidamente
al establecerse que en una estructura
cristalina también los defectos debe-
rían estar distribuidos con cierta
regularidad. De ello derivó un nuevo
tipo de física "de las partículas ele-
mentales", en la que los cristales
proporcionan solamente una especie
de "espacio" en el que existen va-
rias familias de "partículas" extrañas
bien definidas. Los defectos elemen-
tales más evidentes son las vacan-
cias, es decir, los lugares en la es-
tructura atómica donde faltan los
átomos; los átomos intersticiales, que
llegan a colocarse en posición irre-
gular en la estructura, y las dislo-
caciones, de las que hablaremos des-
pués. La microscopía electrónica de
alta resolución y la microscopia ió-
nica se utilizan en la actualidad para
estudiar todos estos defectos en la
moderna investigación sobre los ma-
teriales.
Vacancias e intersticios ayudan al
movimiento de los átomos dentro de
los cristales y revisten una impor-
tancia fundamental en algunos pro-
cesos químicos, como la oxidación
de los metales. Juegan también un
papel importante en los efectos da-
ñosos de las radiaciones provocadas
en los sólidos por el bombardeo con
partículas atómicas, motivo por el
cual fueron intensamente estudiados
en los materiales empleados en los
reactores nucleares. A su vez, esta
investigación condujo a una nueva
técnica, lllamada de "bombardeo ió-
nico", utilizada para preparar semi-
conductores bombardeando con áto-
mos extraños los cristales de silicio,
- con el empleo de aceleradores de
baja energía y para buscar en los
cristales eventuales canales cristalo-
gráficos a través de los cuales las
partículas atómicas puedan moverse
con rapidez.
Una vez lograda una buena com-
prensión del comportamiento de las
estructuras cristalinas, la atención se
centralizó sobre el análisis de las es-
tructuras desorganizadas de los vi-
drios y de los polímeros; las estruc-
turas semicristalinas son particular-
mente interesantes. Los silicatos
complejos fundidos se separan con
frecuencia al enfriarse en líquidos
íntimamente mezclados de diferente
composición; un ulterior enfriamien-
to hace que cristalicen parcialmente.
Muchos vidrios comerciales poseen
estructuras de este tipo y algunos
materiales vitrocerámicos se utilizan
ya corrientemente. Una cristalización
parcial es importante también como
medio para aumentar la rigidez y la
temperatura de ablandamiento de al-
gunos polímeros orgánicos como el
polietileno y el nylon. Con frecuen-
cia es necesario producir estructuras
heterogéneas para poner de mani-
fiesto las propiedades más interesan-
tes de los materiales cristalinos y
buena parte de la investigación ac-
tual se ocupa de estas estructuras. La
mayor parte de las aleaciones son
deliberadamente heterogéneas y más
adelante veremos la importancia que
esto reviste en cuanto a su resisten-
cia mecánica; otros ejemplos son Ion
materiales empleados para los ima-
nes permanentes y para los super-
conductores. La mecánica cuántica
aclaró las condiciones en las que áto-
mos individuales magnetizados, ha-
ciendo girar en su interior un mayor
número de electrones en un sentido
que en el otro, alinean paralelamente
sus ejes magnéticos transformando
una parte del material en un domi-
nio magnético. No obstante, más allá
de una cierta dimensión dicho domi-
nio tiende a ser inestable; se forma
así una estructura en la que dos o
más dominios se alinean como barras
magnéticas unidas, el polo norte con-
tra el polo sur.
Si se rompe el material magné-
tico en pequeños trozos, cada uno
de ellos más pequeño que las di-
mensiones críticas del dominio, se
evita la inestabilidad y cada trozo
resulta permanente y completamente
magnetizado. Este principio se em-
plea en los materiales magnéticos de
fabricación más reciente, en los que
minúsculas partículas magnetizadas
son sumergidas en un material no-
magnético. En las aleaciones mag-
néticas del tipo alnico esta estructu-
ra se produce mediante un trata-
miento en caliente que crea partí-
culas magnetizadas, ricas en hierro
y cobalto, junto con materiales no
magnéticos ricos en níquel y alumi-
nio. Otro ejemplo es el Lodex, un
material en el que partículas de hie-
rro-cobalto están difundidas en una
masa de plomo.
Para ser útiles en la ingeniería
eléctrica de corrientes muy intensas,
los materiales superconductores de-
ben conservar su superconductividad
a temperaturas muy superiores a los
4 grados absolutos, en presencia de
fuertes campos magnéticos. Normal-
mente estos campos destruyen el
estado superconductor en el mate-
rial, pero su efecto se reduce en
•gran medida si el superconductor es
•ordenado en forma reticular, en del-
gados filamentos. En los últimos
años se obtuvieron progresos sor-
prendentes con los materiales super-
conductores de alto campo gracias a
que se pudo recurrir a aleaciones
particulares y a técnicas de trabajo
mecánico especiales que permitieron
producir las estructuras heterogéneas
necesarias. También se está por al-
canzar el otro requisito —una tem-
peratura crítica elevada para la su-
perconductividad— pero más lenta-
mente, aun cuando se llegó ya a tem-
peraturas de 20 grados absolutos con
el empleo de aleaciones miobio-alu-
minio-germanio. Existen razones teó-
ricas para creer que esta última re-
presente casi una temperatura lími-
te, pero aún queda mucho por apren-
der sobre este aspecto del problema.
No es del todo claro, por ejemplo,
por qué las temperaturas críticas ele-
vadas están vinculadas generalmente
con una particular estructura crista-
lina compleja, la llamada "beta-
tungsteno".
Los materiales resistentes
Como es natural, la exigencia prio-
ritaria del ingeniero es obtener ma-
teriales de construcción con una no-
table resistencia mecánica, por con-
siguiente buena parte de los esfuer-
zos tienden a la obtención de mate-
riales resistentes. A primera vista
parece extraño que haya necesidad
de proyectarlos, ¿por qué, por ejem-
plo, no emplear simplemente aque-
llos con una gran fuerza de cohesión
interatómica? El hecho de que los
primeros en la lista serían el carbón
y. la piedra demuestra lo equivocado
de este camino. El concepto de re-
sistencia mecánica útil es algo más
complejo y sutil que la simple co-
hesión atómica. Para que un material
sea resistente debe poseer tres pro-
piedades: rigidez elástica, resistencia
a la deformación plástica y resisten-
cia a la fractura. El gran desafío ha-
cia los investigadores de los mate-
riales reside en que, mientras por lo
general resulta fácil obtener dos de
estas propiedades en un mismo ma-
terial, es muy difícil que ocurra lo
mismo con las tres.
Tomemos como ejemplo la goma.
En el proceso de vulcanización el
Figura 1: Monocristales irregulares
orientados al azar.
azufre suelda las moléculas de látex
de modo que no puedan más des-
lizarse una sobre otra; se obtiene así
la resistencia a la deformación plás-
tica. En esta fase, la goma se ha
vuelto frágil porque puede defor-
marse sólo elástica y no plásticamen-
te, pero no obstante ello es extraor-
dinariamente resistente a la fractura
porque es muy flexible desde el pun-
to de vista de la elasticidad. Puede
ser endurecida ulteriormente —ebo-
nita— mediante una vulcanización
continuada, pero en este caso la com-
binación de la rigidez y la fragilidad
hace que se quiebre con facilidad.
Este problema fundamental de los
requisitos incompatibles aparece con-
tinuamente en el campo de los ma-
teriales resistentes.
Es necesario entoñces renunciar,
por lo menos en parte, a una de las
tres propiedades; la solución que el
ingeniero ha dado tradicionalmente
al problema consistió en no dar de-
masiada importancia a la resistencia
a la deformación plástica, recurrien-
do a los metales dúctiles. Se tiene
así una ventaja suplementaria por-
que la ductilidad se revela útil para
dar al material la forma requerida.
El microscopio nos ha mostrado que
en los cristales la deformación plás-
tica se origina por el deslizamiento
de los estratos del cristal, uno sobre
el otro, a lo largo de ciertos planos
de deslizamiento. En un plano de
este tipo los átomos no se mueven
contemporáneamente; por el contra-
rio, el deslizamiento se propaga a lo
largo del plano a partir de un de-
terminado punto. Sir Nevill Mott
proporcionó una buena comparación
para este fenómeno. Es muy difícil
hacer deslizar de una sola vez una
gran alfombra sobre el piso, pero
resulta facilísimo si antes se hace
deslizar un ángulo y después gra-
dualmente se hace avanzar el plie-
gue a lo largo del resto de la alfom-
bra. En el cristal estos plegamientos
son las dislocaciones y la caracterís-
tica fundamental de los metales como
el aluminio, el cobre y el acero dulce
consiste en que sus simples estruc-
turas cristalinas permiten que las lí-
neas de dislocaciones se propaguen a
lo largo de los planos de desliza-
miento a una velocidad más bien alta
bajo la acción de fuerzas relativa-
mente débiles; por este motivo los
metales mencionados son blandos y
no se quiebran con facilidad.
El problema principal de la me-
talurgia deriva de que la mayor par-
te de los metales puros son dema-
siado blandos; estos metales podrían
ser mucho más resistentes a la de-
formación plástica sin volverse frá-
giles. Dos de los métodos más im-
portantes para reforzar dichos me-
tales, el endurecimiento mecánico y
por precipitación, dependen de la he-
terogeneidad de sus efectos. Con el
primer método el metal sufre una
marcada deformación plástica que
produce en su interior una masa in-
trincada de líneas de dislocación que,
tal como sucede con el tránsito in-
tenso en una ciudad, no pueden mo-
verse con libertad porque se obsta-
culizan mutuamente tratando de cir-
cular en direcciones distintas. No
obstante, el metal endurecido se
vuelve resistente a las fracturas por-
que las propiedades atómicas locales,
alrededor de una zona de fractura,
no resultan afectadas por las dislo-
caciones y siempre es más fácil para
los átomos deslizarse que separarse.
En el segundo caso se emplea un
proceso de formación de aleaciones
y un tratamiento en caliente para
crear en el metal pequeños grumos
de átomos extraños sutilmente dis-
persos para bloquear los desliza-
mientos. También en este caso las
propiedades locales alrededor de las
fracturas permanecen prácticamente
invariables.
La mayor parte de las aleaciones
resistentes obtenidas en los últimos
10
tiempos fueron fabricadas con pro-
cesos de este tipo. La elaboración de
estos procesos es generalmente com-
pleja. Las sustancias que se deben
agregar a las aleaciones se eligen se-
gún su solubilidad en el metal base,
según su capacidad de precipitación
en la dispersión requerida durante
el tratamiento en caliente y en base
a la eficacia de los precipitados en
bloquear las dislocaciones y a la es-
tabilidad a temperaturas elevadas.
También deben tenerse en cuenta
otros factores, tales como la resis-
tencia a la corrosión y los problemas
particulares que se presentan con
respecto a los granulos del cristal.
Los elementos que se deben agregar
a las aleaciones, en cantidades deli-
cadamente controladas para poder te-
ner en cuenta todos estos factores,
son por lo general de distinto tipo.
Hay una tendencia irreversible, en
el desarrollo moderno de las alea-
ciones, a realizar estructuras suma-
mente complejas para obtener mayor
número de combinaciones de las pro-
piedades más diversas.
Una verdadera revolución
Existe una solución totalmente dis-
tinta sobre el problema de combinar
las resistencias a la deformación y a
la fractura que en la actualidad está
revolucionando la moderna investi-
gación sobre los materiales resisten-
tes. El principio básico es extrema-
damente simple y el mundo bioló-
gico lo emplea en la naturaleza.
Dicho principio deriva del recono-
cimiento de que algunos cuerpos apa-
rentemente frágiles en realidad no
lo son necesariamente; la caña y el
cuerno son sustancias muy frágiles
pero también muy difíciles de rom-
per. Si a un bastón de bambú se
le practica un tajo con un cuchillo
muy filoso y luego se lo curva, no
se quiebra. Paradojalmente, los dé-
biles vínculos existentes entre las
fibras que obstaculizan una fractura
al propagarse ésta de un extremo al
otro del cuerpo, impiden que el ma-
terial se quiebre. En la zona de
fractura la ductilidad ya no es ne-
cesaria puesto que los débiles víncu-
los conducen al mismo resultado.
Este sería el fundamento revolu-
cionario: el abandono del requisito
de la ductilidad. Ya no hay necesidad
de dislocaciones móviles o de micro-
estructuras escrupulosamente proyec-
tadas para limitar sus movimientos.
Hoy podemos actuar sin tanta res-
tricción y podemos fijar completa-
mente las dislocaciones empleando
materiales como el aluminio, boro,
cuarzo, carburo de silicio, en los cua-
les las estructuras cristalinas y las
fuerzas de cohesión hacen que las dis-
locaciones se vuelvan intrínsecamen-
te inmóviles, salvo a temperaturas
elevadas. Como también podemos
desembarazarnos de las dislocaciones
sirviéndonos de una estructura no
cristalina, como puede ser un simple
vidrio.
Todo esto constituye un paso fun-
damental. Ya no estamos obligados
a recurrir sólo a los metales como
materiales básicos para la ingeniería;
podemos elegir libremente dentro de
una vasta gama de materiales. La
sola fuerza de cohesión puede ahora
servir como criterio de elección; esto
significa que se pueden utilizar ma-
teriales con una rigidez elástica mu-
cho mayor que la de la mayor parte
de los metales. Además, muchas sus-
tancias con fuertes uniones covalen-
tes, como el carbono, el boro, el
aluminio y los silicatos, están com-
puestos por átomos livianos, de mo-
do que se dispone de una nueva
gama de materiales de bajo peso es-
pecífico. Algunos con frecuencia son
químicamente muy estables, como
Figura 2: Impurezas contenidas en
un retículo cristalino: a) y b)
provocadas por sustitución de átomos
del retículo; c) intersticial.
los silicatos y los compuestos de alu-
minio; entre ellos se encuentran al-
gunas de las sustancias más abun-
dantes y económicas que existen en
la naturaleza.
Una vez que el problema del ma-
terial de base se ha transformado
en una cuestión de elección, se ha
dado un paso adelante en la elabo-
ración: la formación de fibras y la
unión de éstas en haces que pueden
mantenerse unidos con algún adhesi-
vo, como la resina epoxídica, de mi-
nera que puede formarse un com-
puesto rígido. El material que puso,
en marcha esta tecnología fue sin
duda alguna la fibra de vidrio, muy1
utilizada en cascos de embarcaciones,!
recipientes a presión y techos de edi-
ficios. El inconveniente principal que
presenta este material es su baja ri-
gidez elástica, característica que pro-
porcionó un incentivo para el de-
sarrollo de sustancias elásticamente
más resistentes, como por ejemplo
el boro, el carbono y el nitruro de
silicio en forma de fibras. La pre-
paración de estos materiales no pre-
senta grandes problemas científicos:
y hoy se dispone de una vasta gama
de sustancias fibrosas que poseen
una resistencia a las tensiones muy
vecinas a los valores ideales dedu-
cidos de las fuerzas de cohesión in-
teratómica. O
11
La nueva
revolución de
los plásticos
Sidney R. Badley
Sidney R. Badley es Director Técnico
del Departamento de Aplicación de
Plásticos de-la BP Chemicals Ltd.,
de Gran Bretaña. El presente artículo
es un resumen de su conferencia
sobre "Los plásticos en los próximos
diez años", pronunciada recientemente
en Australia en las "John W. Derham
Memorial Lectures".
En los últimos diez años los mate-
riales plásticos han experimentado
un notable adelanto, pero su desafío
a los materiales tradicionales recién
comienza. Los-avances en la síntesis
de polímeros con propiedades pre-
determinadas hacen prever una nue-
va revolución de los materiales plás-
ticos para la próxima década.
El mejor fundamento para el op-
timismo con respecto al futuro de
los materiales plásticos en los pró-
ximos años es el extraordinario des-
arrollo que han experimentado, en
los últimos 20 años, tanto los tipos
termirrígidos como los termoplás ti-
cos. Podemos decir que para los
plásticos ha terminado la era de las
aplicaciones indiscriminadas y mu-
chas veces erróneas y que comienza
ahora un período en que el mejor
conocimiento de su composición, es-
tructura y propiedades permitirá un
mejor y más racional aprovecha-
miento de estas últimas. La confian-
za en los plásticos se basa justa-
mente en su aplicabilidad cada vez
mayor en los más diversos campos.
Ahora se reconoce que la industria
de los plásticos, "que no nació como
consecuencia de las presiones del
mercado, sino que se impuso por sí
misma, ha aportado un considera-
ble beneficio" (Gaps in Technology-
Plastics, informe del OECD, 1969).
Los plásticos han encontrado su
mayor aplicación en la sustitución
de materiales tradicionales como me-
tales, derivados celulósicos, produc-
tos vegetales, cuero y vidrio. La
creciente demanda por estas materias
primas puede producir su escasez o
su aumento de precios, por lo que
las perspectivas de los plásticos se
ven muy favorecidas. La generación
actual está ya habituada a considerar
a los plásticos como parte integrante
de su vida diaria, pero además se
están abriendo las posibilidades de
aplicación en nuevos campos como
los viajes espaciales, la vida bajo el
agua y el aumento de la producción
de alimentos para satisfacer las ne-
cesidades de la creciente población
mundial. Otra razón para el opti-
mismo en el futuro de los plásticos
es el simple hecho de que la po-
blación del mundo está llegando a
los 4.000 millones y en este momen-
to el gran consumo de los plásticos
está limitado a un grupo de países
que apenas representan un quinto
de esa cifra. El crecimiento de la
población y el aumento del consumo
de plásticos per cápita, permiten su-
poner que las necesidades crecientes
en alimentación, vivienda, salud pú-
blica, educación, transporte, comuni-
caciones, vestimenta y recreo impli-
carán un consumo cada vez mayor
de artículos fabricados con estos
materiales.
En los últimos años han apareci-
do una serie de nuevos polímeros
con propiedades muy interesantes.
Podemos mencionar los policarbo-
natos, los poliacetilos, las sulfonas,
los nuevos tipos de nylon y los
éteres poliarílénicos, así como ma-
teriales más sofisticados como las
polipiromelitimidas que pueden so-
portar prolongadas exposiciones al
calor elevado, sin experimentar de-
gradación. Muchos de estos políme-
ros se fabrican ya en escala comercial
para producir artículos que deben
soportar condiciones extremas, co-
mo por ejemplo partes componentes
de aviones y vehículos espaciales,
para las cuales la condición funda-
mental para su uso es su resistencia
mecánica y térmica y no su costo.
Hay mucha discusión acerca de
los nuevos polímeros que podrán
utilizarse en el futuro; entre los que
parecen contar con mayores posibi-
lidades podemos mencionar al poli-
acetal, cuya fabricación, si bien im-
plica un costoso proceso de polime-
rización, parte de una materia prima
sumamente barata, el formaldehído.
la química de los monómeros con-
teniendo átomos de silicio también
se está desarrollando notablemente,
así como la investigación en los pro-
cesos de polimerización de las go-
mas sintéticas basadas en sulfuras
de polialquilenos.
Cómo balancear
las propiedades
El desarrollo de los materiales ter-
moplás ticos para obtener un mejora-
miento en sus propiedades presenta
numerosos problemas. Un mejora-
miento en la rigidez es generalmen-
te acompañado por una disminución
de la resistencia mecánica. Un au-
mento de la temperatura máxima de
utilización implica la realización de
los procesos de fabricación a mayores
temperaturas, con sus consiguientes
problemas tecnológicos. Quizás la
característica más sobresaliente de
los materiales termoplásticos, que
12
u
fSíi
fi¿
•as
¿c-ya
• la
uu
:d
ha permitido su rápido progreso y
su capacidad de sustituir a otros
materiales, es la facilidad con que
pueden ser moldeados en las formas
más diversas y complicadas a tem-
peraturas fácilmente alcanzables y
por medio de procedimientos relati-
vamente simples y rápidos: extru-
sión, moldeo por inyección o por
soplado.
En consecuencia, el mejoramiento
de las propiedades de un polímero
sólido a expensas de la combinación
de los procesos de fabricación, pue-
de hacer que los materiales termo-
plásticos dejan de ser competitivos
con otros materiales existentes. Por
este motivo, el aumento de la resis-
tencia térmica, si bien teóricamente
posible, en la práctica llegará a un
límite, determinado por el mayor
costo de los procesos. Sin embargo,
es evidente que si pudiera producir-
se un material que lograra procesar-
se fácilmente como un termoplásti-
co a temperaturas no mayores de
250° C, que tuviera un elevado mó-
dulo de elasticidad a 200° C y que
fuera bien resistente mecánicamente
entre 200° y 500°C, tal material
tendría un inmenso valor. Sería di-
fícil, aunque no necesariamente im-
posible, conseguir algo similar con
las gomas termoplásticas, es decir,
fabricar materiales que puedan pro-
cesarse como termoplásticos a tem-
peraturas elevadas y que se com-
porten elásticamente, manteniendo
un bajo módulo de elasticidad, al en-
friarse. Algo similar podría conse-
guirse con materiales más rígidos.
Las crecientes exigencias llevarán
probablemente en el futuro a un
mayor desarrollo de los materiales
y estructuras compuestas. En este
campo, los materiales termorrígidos
están más desarrollados y se adecúan
más a la combinación con otros ma-
teriales. Probablemente convendría
más aplicar para los materiales com-
puestos los plásticos termorresisten-
tes que ya poseen muchas de las
propiedades requeridas para ello,
que desarrollar nuevos materiales
termoplásticos con propiedades simi-
lares pero a expensas de la compli-
cación de los procesos de fabrica-
ción. Con todo, aún pueden hacerse
apreciables mejoras en lo que res-
pecta a la elevación de la temperatu-
ra límite de los termoplásticos y al
mejoramiento de sus propiedades
mecánicas, en particular la defor-
mación.
Las posibilidades futuras
Toda consideración acerca de nuevos
procesos y nuestros tipos de políme-
ros no debe desviar nuestra atención
del hecho de que en los años por
venir los polímeros ya conocidos se-
guirán siendo el "pan" de la indus-
tria plástica. El PVC, las poliolefi-
nas, las resinas fenólicas y los po-
liésteres seguirán a la cabeza de
los plásticos y es justamente a par-
tir de estas sustancias que se pro-
ducirá la expansión futura que se
prevé. Podemos también estar se-
guros que será la industria petroquí-
mica la que seguirá proveyendo las
materias primas necesarias.
Hay tres campos de aplicación en
los que se prevé un gran desarrollo
de los plásticos, particularmente en
los países más industrializados: em-
balaje y agricultura, construcción,
moblaje y automóviles y transportes
en general. En el campo del emba-
laje, los requerimientos de envases
de plástico crecen cada vez más, es-
pecialmente para fraccionamiento y
venta al por menor, estimulados por
la difusión de los supermercados y
los modernos sistemas de distribu-
ción. Sin embargo, se ha prestado
menor atención al embalaje de los
productos primarios, en particular
los productos agrícolas, donde los
plásticos podrían prestar un gran
servicio para evitar pérdidas de un
Plánteos reforzados con fibras
de vidrio: un "material compuesto''
que ya encuentra numerosas
aplicaciones en la construcción
de naves, aviones, vehículos,
edificios, etc.
buen porcentaje de alimentos por
deterioro debido a condiciones cli-
máticas, acción de insectos, etc. Los
films plásticos, o las bolsas y sacos
fabricados con fibras plásticas, pue-
den solucionar aquí grandes proble-
mas y contribuir a un mejor aprove-
chamiento de los recursos alimen-
ticios.
La relación entre el uso de los*
•plásticos en agricultura y como ma-
terial de embalaje es muy estrecha,
ya que las dos aplicaciones mayores
de los plásticos en el campo agrícola
son el envasamiento de fertilizantes
y plaguicidas y el envasamiento de
productos agrícolas primarios como
frutas, vegetales y leche. Otras áreas
13
de aplicación en agricultura se re-
fieren a técnicas en desarrollo, como
construcción de invernaderos, depó-
sitos de semi-maduración, ensilaje,
instalaciones de fumigación, riego,
eliminación de desechos, etc.
Construcción y moblaje
La necesidad de viviendas, tanto en
los países más desarrollados como
en los países en desarrollo, llevará
necesariamente a la creación de una
nueva industria de la construcción
que, seguramente dentro de una dé-
cada, estará basada en la producción
en serie de unidades de vivienda y
no en construcciones individuales
donde el trabajo manual aún juega
un papel preponderante y, aquí, los
plásticos han de encontrar un vasto
campo de aplicación. Ya en la ac-
tualidad el uso de plásticos en la
construcción de edificios es conside-
rable: en Gran Bretaña y en los
EE.UU. esta aplicación de los plás-
ticos está en segundo lugar, luego
de la industria del embalaje; en Ale-
mania ocupa el primer lugar. La
aceptación de los plásticos por los
ingenieros constructores y los arqui-
tectos ha sido gradual pero crecien-
te y puede preverse un reemplazo
cada vez más pronunciado de mu-
chos materiales tradicionales, siem-
pre que los factores técnicos y eco-
nómicos lo permitan.
Sin embargo, los plásticos tienen
algunas limitaciones, que deberán
ser superadas. Por su naturaleza, los
materiales plásticos son combusti-
bles, lo que implica, en cada caso,
evaluar los riesgos de esta combus-
tibilidad cuando se quiere sustituir
un material tradicional. Otra limi-
tación es la durabilidad, especial-
mente poj? exposición a la intempe-
rie, lo cual tiene mucha importan-
cia no sólo desde el punto de vista
estético sino también de la posible
alteración de las propiedades físicas
y mecánicas.
Hasta el momento los plásticos se
usan casi exclusivamente en la fase
final de la construcción, es decir,
para el terminado y el sector de
servicios. Pero ya se prevén impor-
tantes aplicaciones de los plásticos
como materiales estructurales. La
investigación a este respecto sigue
dos caminos diferentes: por un lado,
se trata de mejorar las propiedades
mecánicas de los polímeros orgáni-
cos mediante un estudio más pro-
fundo de los procesos de cristaliza-
ción, entrecruzamiento de cadenas y
aumento de la rigidez; por el otro,
se busca desarrollar materiales com-
puestos, mediante la combinación de
los plásticos con otros materiales.
Se pueden citar como ejemplos los
materiales para techos (plásticos re-
forzados con fibra de vidrio), los
hormigones de fraguado rápido y
bajo encogimiento, los bloques y pa-
neles de plástico esponjoso para ais-
lación acústica y para construccio-
nes livianas y la sustitución de vigas
de madera por vigas conteniendo
material sintético.
Consideraciones similares pueden
hacerse con respecto al moblaje y a
elementos de decoración, en cuanto
a la sustitución de materiales tradi-
cionales por materiales plásticos.
Automóviles de plástico
El uso de los plásticos en vehículos
a motor es ya considerable. En este
aspecto la industria automotriz es-
tadounidense está a la cabeza, mien-
tras que la europea aún no ha acep-
tado ampliamente esta situación; es
probable que esta última cambie de
mentalidad cuando una parte consi-
derable de la industria automotriz
en Gran Bretaña y en Europa pase
a manos norteamericanas. La aplica-
ción de los plásticos en este campo
significará uno de los factores más
importantes de crecimiento de la
industria plástica, puesto que se pre-
vé que éste será, en la próxima dé-
cada, uno de los mayores mercados
de este tipo de materiales.
El interés de los fabricantes de
automóviles por los plásticos se de-
be a la búsqueda de materiales más
livianos, menos sujetos a corrosión,
menos costosos de modelar, más ais-
lantes del ruido y las vibraciones y
más seguros. Si bien el costo de los
plásticos es en muchos casos más
elevado que el de los metales, el de
estos últimos tiende siempre a au-
mentar, mientras que los plásticos
ofrecen ventajas adicionales, como
ahorro en tiempo de trabajo, amorti-
zación de máquinas herramientas y
espacio. Los próximos diez años ve-
rán también el fin del debate sobre
la aplicabilidad y la adaptabilidad de
los plásticos a la construcción de
automotores y ya en la actualidad
existe una producción, en pequeña
escala, de piezas y paneles de plás-
tico moldeado.
Desde el punto de vista del costo
y de las propiedades de los mate-
riales, los tipos de plástico que en-
contrarán más uso en la industria
automotriz son los poliuretanos, el
polipropileno, el ABS (polímeros
mixtos de acrilonitrilo, butadieno y
estireno) reforzado con fibra de vi-
drio, el polietileno de alto impacto,
el nylon, y ciertas espumas plásti-
cas. La posibilidad de sustitución
está ya bien estudiada y a este res-
pecto se han resuelto muchos pro-
blemas; entre los que aún quedan
por resolver podemos citar los re-
lativos al acabado (pintura y me-
talizado ).
Posibilidades y limitaciones
Todos aquellos que están convenci-
dos de las grandes posibilidades de
los plásticos, no deben olvidar sus
limitaciones y los problemas que
crea su uso creciente. Además de sus
propios problemas de producción, la
industria del plástico debe enfren-
tar tres grandes y fundamentales
problemas: primero, los peligros de
la contaminación de alimentos en
contacto con plásticos por la libera-
ción de sustancias tóxicas de estos
últimos; segundo, la combustibili-
dad de los materiales plásticos y ter-
cero, la eliminación de los desechos
de plástico, incluyendo envases y
todo tipo de objetos. Esto último re-
viste gran importancia, ya que los
plásticos no se degradan natural-
mente, su eliminación por combus-
tión sería muy costosa y difícil y no
pueden, ni es conveniente, recupe-
rarse. Se llegue o no a algún tipo de
consulta internacional para resolver
estos problemas, es evidente que la
industria plástica debe ser bien cons-
ciente de ellos, así como todos los
demás sectores, incluyendo el sector
de consumo y que dichos problemas
deben ser encarados a nivel guber-
namental en conexión con las di-
versas industrias, antes que dejarlos
al arbitrio de cada compañía.
Los logros de la industria de los
materiales plásticos, en su breve
existencia, han sido considerables; si
tiene debidamente en cuenta las po-
sibilidades reales y las limitaciones
de los productos que fabrica, su fu-
turo, estimulado por ese pasado exi-
toso, será realmente brillante. O
14
Técnica
del fresco toscano
Lucía Bonadeo
Lucia Bonadeo, de nacionalidad uruguaya, estudio química
en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional
de Buenos Aires. Se doctoró en la Fisk Umversity. de
Nashville, Tennessee, U.S.A. Actualmente esta radicada
en Florencia, donde se dedica al estudio de la técnica
y restauración de los frescos toscanos.
El muro y el color
Cennino Cennini, conocedor de los secretos de la es-
cuela de Giotto, escribió en su "libro delParte", única
fuente de información sobre la técnica pictórica del
300, que el fresco "é'l piü dolce e'l piü vago lavorare
che sia" (es el más dulce y grato de todos los traba-
jos). Vasari, a mediados del 500, confirma esta opi-
nión escribiendo en "Le vite": "Di tutti gli altri modi
che i pittori faccino il dipignere in muro é piü maes-
trevole e bello".. . (la pintura sobre el muro —refi-
riéndose al fresco— es, de todos los métodos usados
por los pintores, el más hermoso y magistral). El fresco,
especialmente en la Toscana, ejerció una gran fascinación
sobre los artistas del 300, 400 y principios del 500;
las dificultades técnicas de su realización determinaron,
sin embargo, que sólo unos pocos maestros pudieran
afrontarlas con todo éxito.
El método se basa en un principio conocido desde
hace muchos siglos: los colores mezclados con agua se
aplican al revoque del muro todavía húmedo y son
absorbidos por la superficie porosa. Al producirse la
carbonatación (transformación del hidróxido de calcio
en carbonato de calcio por acción del dióxido de car-
bono del aire) los pigmentos quedan atrapados en una
red cristalina.* Una vez completado este proceso la
pintura adquiere una resistencia tal que permanece prác-
ticamente inalterada después de siglos de exposición
a la intemperie. Dada la falta de datos, ya sea porque
no se conocen escritos de ciertas épocas sobre el tema,
o porque los textos que se han conservado son de di-
fícil interpretación, no es posible determinar con exac-
titud la aparición del fresco en la pintura mural. Las
informaciones llegadas hasta nosotros parecen indicar
que los griegos lo conocían y que los romanos ya habían
aplicado esta técnica con gran maestría.
Durante los períodos bizantino y romano el fresco pa-
rece haber caído en desuso, por lo menos parcialmen-
te: en las pinturas murales de la época la mayor parte
de la composición se pintaba sobre la pared terminada
"a secco", con una mezcla de pigmentos y yema de
huevo o goma diluida en agua. Otra técnica empleada
era la del "mezzo affresco", que consiste en mezclar
los pigmentos con agua de cal, aplicando luego esta
suspensión al muro. Ambos procedimientos son muy
inferiores al fresco tanto en lo que se refiere a la pre-
servación de las pinturas como a su efecto estético.
16
La palabra fresco se usa generalmente como sinónimo de
pintura mural; sin embargo debería emplearse para designar
una técnica particular dentro de la pintura mural.
La resurrección ele la técnica del fresco en el 300 se
debe a una serie de circunstancias: el mosaico, orna-
mento típico de exteriores, cayó en desuso debido a
que, además de ser un procedimiento de realización
larga y costosa, resultaba demasiado rígido para Jas ne-
cesidades expresivas de la época. Además, en ese pe-
ríodo se construyeron numerosos palacios e iglesias y
los laicos recibieron autorización para construir capi-
llas en estas últimas, privilegio reservado hasta ese mo-
mento a las autoridades eclesiásticas. La decoración de
estos monumentos, como demostración de la riqueza
y devoción de sus patrocinadores, fue un poderoso in-
centivo para el desarrollo de la pintura al fresco. Ci-
mabue, precursor de este movimiento, habría estado
en contacto con frescos romanos en restauración alre-
dedor del año 1272 en Roma, donde habría estudiado
la técnica que serviría de guía para la ejecución de los
famosos frescos de la Capilla Superior de Asís.
El período de auge del fresco toscano se extendió
entre los años 1300 y 1540 aproximadamente; las pin-
turas de Miguel Angel en la Capilla Sixtina marcaron
el final de la época de oro de la tradición toscana. Du-
rante dos siglos Florencia y Siena, especialmente, fue-
ron centros artísticos de importante influencia; en sus
talleres estudiaron muchos de los principales pintores
de la época. Estos adoptaron con entusiasmo la téc-
nica del fresco y durante sus viajes la expandieron por
toda Europa. Son innumerables las obras que han que-
dado como testimonio de este extraordinaria movimien-
to: la Capilla Scrovegni de Giotto en Padua, "la Maes-
tü" de Simone Martini en el Palacio Público de Siena,
las pinturas de Traini en el Campo Santo de Pisa, la Ca-
pilla Brancacci de Masaccio en la Iglesia del Carmine
en Florencia, el coro pintado en la Catedral de Prato
por Filippo Lippi, las celdas del monasterio de San
Marcos de Fra Angélico en Florencia, la ya citada Ca-
pilla Sixtina, que no sólo tiene el techo pintado por
Miguel Angel, sino las paredes laterales decoradas por
artistas como Botticelli, Ghirlandaio, Perugino y otros.
Tratamiento de la pared
Pasemos ahora a describir el proceso de fabricación del
fresco, destacando algunos detalles que parecen particu-
larmente interesantes o curiosos. Los parágrafos si-
guientes están dedicados a los aspectos salientes de la
preparación del muro, previos a la ejecución de la
pintura.
El "arriccio" o revoque grueso, hecho con una mez-
cla de arena no demasiada fina y cal apagada, era pre-
parado generalmente por el mismo artista. Esta prepa-
ración servía de base al "intonaco" o revoque fino, sobre
el cual se ejecutaba la pintura; la superficie del arriccio
debía ser irregular, de modo de permitir una mayor
adhesión entre ambas capas. La pintura no sólo se rea-
lizaba sobre muros de construcción reciente sino que
también se solía decorar paredes ya hechas que incluso
contenían a veces pinturas antiguas que no correspon-
dían más al gusto de la época. En estos casos se picaba
irregularmente el revoque ya existente, usándolo de
arriccio para la nueva obra, F,n Florencia, en la Iglesia
de Santa Croce, existían dos capillas, la de Tosinght y
la di.' Giungi, integramente pintadas por Giotto, que
fuemn así "renovadas" en la época de Vasari.
Una vez que el arriccio adquiría cierta consistencia,
se dividía el muro en diversos sectores que servían de
Figura 1: Las "gtor ríate". En este fresco se pueden
identificar cuatro jornadas: en tomo a Adán, el ángel,
Eva y la parte arquitectónica. Masaccio, La expulsión
de Adán y Eva del paraíso terrestre. Capilla Brancacci,
en la Iglesia del Carmine, Floreacm. (Foto Allinari,
Florencia.)
17
guía para la distribución de la pintura a realizar, cuyo
número dependía del tamaño de la misma. La marca-
ción de las zonas se obtenía golpeando la pared con una
cuerda levemente bañada en pintura, sostenida por una
de sus extremidades y mantenida perfectamente tensa.
Las figuras y objetos se delineaban con un carbón y
estos trazos, en caso necesario, se borraban con faci-
lidad utilizando un manojo de plumas. Cuando la com-
posición era del agrado del artista las líneas se repro-
ducían con un pincel muy fino mojado en una solución
diluida de ocre. La última operación que se ejecutaba
sobre el arriccio consistía en la aplicación de la sino-
pia, otro tipo de tierra colorada, de composición simi-
lar a los ocres. Con la sinopia se repasaba el esbozo
original y se trazaban todos los particulares. En nues-
tro siglo, el significado de "sinopia" se extendió, pa-
sando a identificar todo el dibujo preparatorio; es con
ese nombre que de ahora en adelante nos referiremos a
este último.
Una vez terminada la sinopia y estando el arriccio
completamente seco, se iba cubriendo éste con el in-
tonaco, hecho de arena muy fina o polvo de mármol
y cal apagada. Se cubría solamente aquella parte del
dibujo que se juzgaba posible pintar en el día. Estas
divisiones o "giornate" (jornadas) son particularmente
visibles en las pinturas de Masaccio de la Capilla Bran-
cacci (figura 1) o en la obra de Miguel Angel en la
Capilla Sixtina. El corte entre una "giornata" y otra
cuando se trataba de figuras, como en los casos citados,
se realizaban en torno a la silueta.
La sinopia, así recubierta por el intonaco, tenía como
única función servir de guía al artista. En la actuali-
dad, gracias a la gran evolución tecnológica, se puede
separar el intonaco del arriccio, cuando las condiciones
del fresco lo exigen, colocando el primero sobre un
nuevo soporte. De esta manera han quedado al descu-
bierto decenas de sinopias y su estudio ha permitido
descubrir nuevos aspectos del arte de la época. El valor
excepcional de estos dibujos proviene, entre otras ra-
zones, de que fueron trazados "a mario libre", direc-
Figura 2: Sinopia de Lorenzo de Bicci: La Madonna
con San Jorge y San Leonardo de la "porta di
San Giorgio" en Florencia. (Foto de la Sopraintendenza
de Florencia.)
tamente sobre el muro en sus dimensiones definitivas.
Hasta la mitad del 400 son muy poco frecuentes los
estudios de frescos realizados sobre papel; los ejemplos
encontrados corresponden ya sea a tratamiento de te-
mas no convencionales o a esbozos del primer encargo
hecho a artistas aún no conocidos en la zona. Se han
encontrado diversos ejemplos de arriccios que confir-
man la hipótesis de la sinopia como primer y único
dibujo preparatorio de la obra. En apoyo de esta teoría
se descubrieron esbozos de un mismo detalle realizado
varias veces sobre el muro; también se encontraron
dibujos de menor valor que reproducían alguna parte
de la sinopia, realizados aparentemente por alumnos
del pintor. En algunos casos es visible la superposición
del trazo del carbón y de la sinopia, debido segura-
mente a una variación del plan del artista.
Sólo el maestro era responsable del trazado de la
sinopia; este es otro de los factores que la hacen tan
valiosa pues no sucedía así con. la pintura del fresco
propiamente dicha, en la que con bastante frecuencia
colaboraban los discípulos. Es así como algunas sinopias
son artísticamente más valiosas que el fresco corres-
pondiente.
La sinopia ha servido además para completar una vi-
sión del arte de la época, ya que no se han conservado
dibujos del 300 y los de principios del 400 son bas-
tante raros. Existe también otra razón que hace de las
sinopias un elemento de juicio importantísimo: dado
que el fresco las ocultaba, el artista se sentía libre, es
decir, no estaba limitado por cánones estéticos de su
tiempo y podía por lo tanto innovar. Aparecían enton-
ces rasgos de su personalidad que luego serían cuida-
18
Figura 3: Fresco de Lorenzo de Hlcu: L: Madonna
con Han jorge y San Leonardo de !a "porta di San Giorgio",
particular del fresco de San juan fíahtist-i y San Francisco,
en Florencia. {Foto de la Soprainti'ni.L'ni'a lie Florencia. )
dosíunente vellidos en el freso Se pueden dtar nume-
rosos ejemplos de variaciones entre sinopia y fresco,
figuras suspendidas, detalles cambiados, etc. Las dife-
rencias entre la magnífica «inopia de Lorenzo De Bicci
o Bicci Di Lorenzo (figura 2) y el fresco (figura 3),
son un ejemplo claro de la intervención de influencias
externas al concepto artístico del pintor. Fste fresco,
que representa a la virgen y el niño rodeados por San
Jorge y San Leonardo, debía adornar l.i "Porta di
San Giorgio", una de las entrada-i de la ciudad. Los le-
trados o doctos eclesiásticos, que generalmente eran los
encargados de guiar al artista en el campo iconográfico,
juzgaron que la figura de San Jorge debía estar en el
lugar de honor, a la derecha fie la Madonna, porque
dicha puerta llevaba su nombre. Se puede notar ade-
más que San Leonardo, en lugar de las cadenas del mar-
tirio, lleva en sus manos un libro y que San Jorge em-
puña un escudo en vez de la espada. Finalmente, la
virgen ha defado de abrazar con sus dos brazos al niño
en un gesto armonioso para alzar una mano y mostrar
ostentosamente una flt>r. Este gesto, juzgado banal y
de escaso efecto artístico por los historiadores de arte,
tenía sin embargo sus ra::ones políticas: c.n esa época
se construía la cúnula de Santa María del Fíore, la
nueva Catedral de Florencia, con cuyo nombre se pre-
tendía vincular a la flor, símbolo de la ciudad, con el
nombre de la virgen; el fresco no hacía más que con-
firmar esta intención.
La aplieHcióti del i-oior
Hasta ahota nos I'.i'mcs referido a la preparación del
muro; con la colocación del intonaco comenzaba la eje-
cución del fresco propiamente dicho. Una vez e x t e n -
dido el intonaco en la zona adecuada, se repetía e l di-
bujo de la sinopia en sus trazos generales. La p i n t a r a
debía realizarse dentro de un intervalo limitado d e
tiempo; todos los artistas que escribieron sobre el t e m a
se refieren a un período óptimo y a la formación p o s -
terior de una costra que dificultaba la terminación d e
la obra. Se mojaba el muro continuamente con e l f i n
de mantenerlo húmedo el mayor tiempo posible; l o s
colores debían aplicarse en varias capas y tenían la
particularidad de cambiar de tono al secarse el m u r o .
Solamente la experiencia podía hacer que el artista i m a -
ginara su obra tal cual sería una vez concluida.
Los pigmentos que se consideraban compatibles c o n
la pintura a fresco eran pocos. Los ocres, el blanco d e
San Giovanni o carbonato de calcio, el negro ( o b t e n i d o
por la carbonización de los sarmientos de vid, p o r
ejemplo) y el verde de Verona eran los que se e m p l e a -
ban con mayor frecuencia. Los azules, azurita y l a p i s -
lázuli o ultramarino, eran colocados "a secco", u s a n d o
yema de "huevo de gallina de ciudad" (dada l a ali-
mentación de ésta la yema tenía un color amarillo p á -
lido, que no daba tonalidades verdes a los azules), o
una goma especial. Todos los pigmentos, comprados e n
general en condiciones no satisfactorias para su e m p l e o ,
eran triturados, purificados y seleccionados según el
tamaño de las partículas por los mismos artistas o m á s
generalmente por sus discípulos. Estos procesos l a r g o s
y engorrosos, podían durar' decenas de Pater Nosfer,
medida habitual de la época.
El blanco y el negro se mezclaban con los o t r o s co-
lores en proporciones variables de modo de o b t e n e r
una completa gama de tonalidades, permitiendo la rea-
lización de luces y sombras. Los artistas eran p a r t i c u -
larmente cuidadosos en las tonalidades de piel: c a d a
sexo, cada edad, tenía un color determinado que s e lo-
graba por la superposición de diversos colores. L o s
retoques finales se realizaban "a secco", cuando e l ar-
tista podía juzgar el conjunto de la obra. Existen n u -
merosas recetas acerca de la mejor manera de p i n t a r a
1 9
Figura 4: El "spolvero". Domenico Veneziano,
particular del fresco de San ]uan Bautista y San Francisco,
en la Iglesia de Santa Croce, en Florencia. (Foto de la
Sopraintendenza de Florencia.)
Figura 5: La "quadrattura". Jacopo de Foniorno,
dibujo con la Madonna Annunziata, Uffizi, Florencia.
(Foto de la Sopraintendenza de Florencia.)
fresco, que van desde el manto de una Madonna hasta
una montaña; no creemos necesario insistir sobre este
aspecto pues son detalles pictóricos que variaron con
cada escuela o pintor y no dependen directamente de
la técnica particular del fresco.
Pocas fueron las variaciones del fresco durante el
300 y principios del 400; en el período sucesivo, en
cambio, las modificaciones se sucedieron rápidamente.
La sinopia fue constantemente utilizada hasta 1430,
después su uso decayó aunque no desapareció por com-
pleto; primero se la reemplazó por el "spolvero" y
más tarde por el cartón.
El gran dibujo preparatorio ya no se hacía sobre el
arriccio sino sobre el papel. Terminada su concepción,
se perforaba el diseño con un objeto punzante, reco-
rriendo todos los trazos que se querían reproducir:
luego se recortaba este esbozo en secciones que co-
rrespondían a las jornadas a realizar. Se adhería al in-
tonaco la "giornata" correspondiente y se pasaba por
encima una pequeña bolsa de trama abierta que con-
tenía polvo de carbón. El polvo se introducía así por
los orificios del cartón, marcando el intonaco fresco
(figura 4). Se cree que el spolvero fue utilizado por
primera vez —según los datos hallados hasta hoy-— en
el fresco de la creación de los animales de Paolo Uce-
11o, en el cual también hay sinopia.
A principios del 500 el "spolvero". fue sustituido
por el cartón. Se preparaba el diseño sobre un papel
del tamaño del fresco —como en el caso anterior— y
también se recortaban las "giornate", pero sin perforar
el cartón. Una vez colocado el papel sobre el intonaco
se reproducían los trazos del dibujo repasándolos con un
estilete de metal; la presión ejercida con este instru-
mento bástaba para marcar el intonaco fresco (tapa).
La invención de la "rete", "reticolo", "gravicola" o
"quadrattura" fue la principal innovación en la prepa-
ración de un fresco. Los artistas podían agrandar la
composición diseñada en un pequeño papel hasta cual-
quier dimensión requerida, de un modo prácticamente
mecánico. La superficie del dibujo original se dividía
en cuadrados de igual tamaño por medio de líneas ver-
ticales y horizontales (figura 5). En un papel muy
grande se realizaba una construcción similar abarcando
con ella el espacio que debía ocupar la obra; las líneas
del dibujo se volvían a trazar en cada cuadrado según
la proporción elegida.
Alberti, en 1435, cita un procedimiento bastante si-
milar al que llama velo y en la Trinidad, de Masaccio,
pintada en la Iglesia de Santa María Novella, se per-
ciben cuadrados marcados en el intonaco que varían de
tamaño en la cara y en el manto; sin embargo, la opi-
nión generalizada es que la "rete" fue un método ins-
pirado en los estudios renacentistas de Brunelleschi.
Los artistas de la vieja tradición no parecen haber acep-
tado con alegría esta innovación, ya que con ella ter-
minaba todo un período de la pintura en el cual se
esperaba del artista no sólo la concepción de una obra
hermosa sino la capacidad de vencer obstáculos técni-
cos de enorme importancia.
Junto con las modificaciones en la realización del
dibujo preparatorio se introdujeron otras novedades:
el gusto del detalle refinado, de las telas finamente
trabajadas, de los paisajes complejos. Dada la rapidez
con que se debía efectuar la pintura, esta moda era
incompatible con el fresco: la pintura "a secco" y
"all'olio" en muro lo suplantaron. O
21
Aprendizaje visceral:
facultad humana desaprovechada,
Norberto Rey
Hace miles de años, en la India,
un hombre ascéticamente vestido
se sentó con las piernas cruzadas
al borde de un arroyo. Respiró
profundamente, sus manos
descansaban sobre las rodillas,
las puntas del dedo índice y pulgar
estaban juntas formando
un círculo que impedía que
se escapara el Prana. Por largo
tiempo meditó. En algún momento
de su estítica actitud, se produjo
una disminución de su frecuencia
de pulso, el corazón casi
se detuvo .. .
Hace algunos meses, en la Escuela
de Medicina de Harvard
un hombre entró en una pequeña
habitación. Cables y tubos partían
de su cuerpo y serían conectados
a diversos instrumentos cuando se
sentara en ese cuarto. Lo hizo.
La puerta se cerró. Se encendió
una luz verde. El hombre, a pesar
de estar relajado, tenía expresión
de estar tratando de conseguir algo.
Al fin, sobre una pantalla colocada
frente a él se proyectó la imagen
de un billete de cien dólares. Se
apagó la luz verde, la proyección
desapareció y el hombre de los
cables tenía aspecto de satisfecho. La
proyección fue un premio, porque
logró que su frecuencia cardíaca
disminuyera . . .
¿Corresponden estas dos
descripciones a fenómenos
similares? Aparentemente sí. En
ambas hay alguien que ejercita
una forma poco usual de conducta:
el control de una función visceral.
Norberto Rey es Doctor en Medicina
de la Universidad de Buenos Aires
(1964). Actualmente' es becario
del Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas
y Técnicas en el Laboratorio
de Neurofisiología del Instituto de
Investigaciones Médicas.
Las funciones viscerales y
el sistema nervioso autónomo
Un ser humano, o más en general
un animal, permanecerá vivo mien-
tras su organismo cumpla una cate-
goría especial de funciones llamadas
vegetativas: respiración, circulación
de la sangre, regulación de la tem-
peratura, absorción de sustancias
nutricias, eliminación de desechos.
Estas funciones deben cumplirse
dentro de un margen bastante estre-
cho para el funcionamiento óptimo
del organismo todo que incluye las
funciones viscerales descriptas y
otras: las funciones de la vida de
relación.
Las funciones viscerales se pro-
ducen adecuadamente y con poca
variación desde el nacimiento hasta
la muerte. En realidad, deberíamos
decir hasta la enfermedad, ya que
en última instancia el desajuste del
funcionamiento visceral constituye la
enfermedad. Por otra parte, estas
funciones se producen en el ser vivo
sin esfuerzo aparente por parte de
él, sin que necesite prestarles aten-
ción y aun, en el caso del hombre,
sin requerir su conocimiento ni con-
sentimiento: las funciones vegetati-
vas no son conscientes ni es necesa-
rio aprenderlas. Estas funciones con-
trastan altamente con las funciones
de la vida de relación del animal u
hombre con el medio físico o los
otros seres vivos (la obtención de
comida, el movimiento, la defensa
o ataque, las funciones superiores
del hombre): son conscientes y en
cierta medida es necesario apren-
derlas o perfeccionarlas.
Este contraste es la base de un
prejuicio corriente entre los fisiólo-
gos, que no existe en otros grupos
de individuos (los yoguis, por ejem-
plo). Un fisiólogo probablemente
afirme que "no se pueden apren-
der respuestas viscerales, en cambio
sí se pueden aprender respuestas
complejas, altamente coordinadas y
voluntarias de los músculos esque-
léticos". Un Gurú yogui afirmaría
que "en el Samadhi1
puede contro-
larse totalmente el funcionamiento
del cuerpo". Un tercer grupo, for-
mado por fisiólogos, encabezados por
el Dr. Neal Miller, de la Rockefeller
University, supone —y lo está de-
mostrando— que el hombre y cier-
tos animales superiores, por lo me-
nos, son capaces de aprender a con-
trolar el funcionamiento visceral.
Así, como podemos aprender a acer-
tar en un tiro al blanco coordinan-
do finamente el movimiento de los
músculos esqueléticos bajo el con-
trol del Sistema Nervioso Central
(o "de la vida de relación"), se
puede aprender a descender la pre-
sión arterial coordinando la función
del corazón y de los vasos sanguí-
neos bajo el control del Sistema Ner-
vioso Autónomo (o "de la vida ve-
getativa")-
Filosofía Yoga y
control visceral
Haciéndoles justicia por haber sus-
tentado una idea que la ciencia mo-
derna rechazó y recién ahora encara
su estudio, veamos primero cuál es
la opinión de los yoguis al respecto.
Como el autor de esta nota sólo po-
dría aproximarse al problema leyen-
do muchos libros difíciles, opta por
transcribir una conversación que
mantuvo sobre el tema con un co-
lega 2
que está muy relacionado con
el Yoga.
1
Samadhi: estado máximo de realización
alcanzado por un yogui. Según el Yoga
se alcanza mediante intensas prácticas de
introspección y meditación y siempre que
ocurra la "iluminación", fuerza que actúa
sobre el individuo, desde fuera de él.
2
Dr. Tomás Koltai, médico.
22
Pregunta: Hay experimentos recien-
tes qué demuestran que se puede
aprender una respuesta visceral de-
terminada. Esto tendría una impor-
tancia bastante grande, sobre todo
por su aplicación posible en el con-
trol de los síntomas en ciertas enfer-
medades funcionales. Además, sería
la base de la génesis psicológica de
desórdenes orgánicos. Pero hay refe-
rencias no científicas que podrían de-
nominarse de "control visceral vo-
luntario", ¿provienen del fakirismo y
del Yoga?
Respuesta: Yo siempre enfoqué el
Yoga más a nivel filosófico que a
nivel físico, pero algo puedo infor-
mar. Al leer Yoga uno se entera de
muchas cosas al margen de su in-
terés principal, por ejemplo del Ha-
tha Yoga, el Yoga "físico".
P.¡ ¿Hay varios Yogas?
R.: Hay quizás unas veinte escuelas
Yoga, o más. Lo que tienen en co-
mún todas es la finalidad: el cono-
cimiento de uno mismo y la identi-
ficación de uno con el Universo
(esto último es ya un poco más com-
plicado de entender). Cada uno pue-
de enfocar el Yoga de distinta ma-
nera. El Rajha Yoga trata de alcanzar
su fin por la meditación sistemática,
el Gnana Yoga con el razonamien-
to, el Karma Yoga a través de la
acción renunciando a los frutos de
ella, el Batki Yoga es el Yoga de la
devoción. Conozco varios más, pero
son secundarios. Todos implican un
cierto grado de ascetismo, una nor-
ma de vida bastante estricta: abs-
tención, moderación.
P.: ¿Y acerca de las técnicas físicas
del Yoga, los asanas, por ejemploP
R.: Pertenecen al Hatha Yoga. Las
restantes escuelas no piden asanas ni
otras actitudes corporales especiales.
Pero el Hatha Yoga también se pro-
pone alcanzar el conocimiento; no es
como lo han vulgarizado, los occi-
dentales especialmente. Bley y otros
autores lo describen como un mero
ejercicio físico: un individuo que se
coloca en posiciones increíbles que
le dejan las piernas destrozadas y los
brazos a la miseria. Esto no es el fin
ni el fundamento. El Hatha Yoga no
está desprovisto de meditación y las
posiciones se adoptan sólo para fa-
cilitar la concentración. Del Hatha
Yoga voy a comentar la parte de
control visceral, que quizás es la que
más interesa aquí.
Una experiencia conocida es la
del individuo que se hizo enterrar.
Esto fue comprobado y certificado
por médicos. Estuvo enterrado en
un estado que los yoguis llaman Sa-
madhi, durante casi un mes. A su
disposición debió existir una canti-
dad de aire que no hubiera alcanzado
ni para dos días en un individuo nor-
mal. Por supuesto, estuvo sin ali-
mentos ni líquidos. Mientras esto
sucedía, se le controló el pulso, que
bajó a una frecuencia de 30 por mi-
nuto, las respiraciones 1 ó 2 por
minuto y la temperatura, que bajó
a 28° C. Creo que perdió muy poco
peso a lo largo de la experiencia.
Cuando ésta se dio por terminada
estuvo un par de días más en estado
de semitrance, hasta que abandonó
el Samadhi. Este era un fakir, más
que un yogui.
P.i ¿Cuál es la diferencia entre un
faldr y un yogui?
R.: El Hatha Yoga tiene como meta
alcanzar el conocimiento. El fakir es
un individuo que empieza en esa lí-
nea, pero ante sus logros se dedica
más a la parte física y se olvida del
fin último. Equivoca el camino y
cree que el control mental sobre el
cuerpo es suficiente para alcanzar la
meta. Todos los Yogas, cualquiera
sea la forma, implican un control de
la mente sobre el cuerpo mucho ma-
yor que el del individuo corriente.
Pero los yoguis no le dan importan-
cia porque la meta no es esa.
P.: ¿Implica un aprendizaje llegar
a controlar la función de las visce-
ras? ¿Se va incrementando o perfec-
cionando el control?
R.: Sí, se va incrementando. Es
habitual encontrar yoguis que con
mucha facilidad dominan el ritmo
cardíaco. Pueden llegar a tener sólo
40 latidos por minuto y al instante
siguiente alcanzar a 120 latidos.
Además lo anuncian: "voy a acele-
rar el pulso" y al tomárselo el cam-
bio resulta evidente.
Otro control que yo observé es la
falta de parpadeo durante horas.
También vi que pueden variar la
transpiración a voluntad. Dicen:
"ahora voy a transpirar", y lo hacen
copiosamente.
P.: ¿Controlan también las funcio-
nes digestivas?
R.: Acerca del control digestivo no
leí ni vi nada. Supongo que es fac-
tible.
P.; ¿Cómo explican su posibilidad
de controlar las funciones viscerales?
R.: Las teorías que explican entre
ellos el control visceral son comple-
tamente descabelladas. Quien sepa
algo de anatomía o fisiología no pue-
de tenerlas en cuenta. Pero, de
cualquier manera, llegan a alcanzar
el control. La teoría es la llamada
teoría de los Chakras,3
pero nunca
me resultó lógica y no le di impor-
tancia. En raí hay dos corrientes, la
orientalista y la occidentalista, así
que no pude estudiar eso con serie-
dad. Una vez le pregunté a ún yogui
si consideraba a esos Chakras como
de existencia real. Me dijo que no,
que son muy metafóricos, que se
3
Chalaras: siete centros "vitales" de ener-
gía con ubicación anatómica precisa. "Exis-
te una escuela de pensamiento que afir-
ma que los Chakras se forman durante
la concentración y meditación. Esto es ab-
surdo. Los Chalaras existen allí en un
estado sutil, siendo la materia física un
producido o derivado de la materia sutil."
Sri Swami Sivananda: "Kundalini Yoga",
Ed. Kier, Buenos Aires, págs. 64-65.
23
usan para lograr que gente de muy
poco nivel cultural pueda tener un
entendimiento más o menos simple
del desarrollo psico-mental. Además
se describieron hace como 4.000
anos, cuando de la fisiología no se
tenía ni idea.
P.t Y de lograrlo, ¿cuándo se hace
efectivo el control visceral?
R.: En el Samadhi especialmente.
Respecto de ese estado, yo traté de
lograrlo, pero no pude. Primero,
porque no se dio el medio adecuado;
segundo, porque ellos dicen que no
basta la concentración y la ejercita-
ción del individuo, la lectura de
libros o las enseñanzas de un Gurú.
Hace falta lo que ellos llaman "ilu-
minación", una cosa un poco mis-
teriosa.4
Todo ese sistema es un
poco incompatible con la vida de
hospital, sobre todo en el Instituto.0
Lo cierto es que no lo logré . . .
P.í La gente que consigue el control
visceral, ¿piensa que ese conocimien-
to se puede transferir?
R.: Sí, se puede enseñar, pero hay
un problema. Yo puedo explicar una
serie de cosas que logré al llegar a
un cierto estado mental, pero nunca
va a poder entender esas cosas quien
no vivió ese estado mental.
P.: ¿La vivencia de ese estado men-
tal tan especial es fundamental para
el aprendizaje de los controles vis-
cerales?
R.: La vivencia es fundamental, sin
esto no se vive no se aprende. No se
puede enseñar a alguien a controlar
el ritmo cardíaco, probablemente,
excepto que simultáneamente obten-
ga la preparación filosófica y psico-
lógica adecuada. Pero claro, no hay
experimentos estadísticos sistemáti-
cos porque el fin perseguido por los
yoguis no es éste. Además la ma-
4
"Kundalini, el Poder Serpentino o Fue-
go Místico es la energía primordial o
Skakti" ..."es la Diosa de la palabra
adorada por todos, la cual al ser desper-
tada otorga al yogui la iluminación" . . .
"cuando el Kundalini atraviesa de Chakra
en Chakra, etapa por etapa, la mente se
expande y el yogui adquiere poderes psí-
quicos, logrando asimismo pleno control"
. . . "Ningún estado de Superconsciencia o
Samadhi es posible sin el despertar de
esta energía primordial". Sri Swami Siva-
nanda, op. cit., págs. 85-88.
B
, El interlocutor es médico residente
del Instituto de Investigaciones Médicas
(Hospital Tornú, Buenos Aires).
24
yoría de los yoguis que alcanzaron
determinados controles, lo hicieron
como una cosa colateral, sin buscarlo
especialmente.
P.: En otro orden de cosas, ¿qué
hay respecto de la percepción?
R.: ¿Extrasensoria?
P„; No, sensoria. Me refiero a ciertas
modalidades sensoriales que habi-
tualmente permanecen inconscientes.
Por ejemplo, la percepción de los
movimientos viscerales.
R.: Bueno, los yoguis tienen per-
cepción de las visceras cuando quie-
ren. Sucede lo mismo que con el
parpadeo: habitualmente se produce
involuntaria e inconscientemente, pe-
ro si se quiere se puede hacer volun-
tario y consciente. Los yoguis pue-
den hacer consciente los latidos
cardíacos, el momento en que se pro-
ducen, anunciar cuándo van a au-
mentar o disminuir . . . Esto lo logra
poca gente, aun entre los yoguis. Yo
pienso que a través de la ejercita-
ción se puede desarrollar el nivel
de sensibilidad.
El Yoga, por lo menos una de sus
escuelas, nos propone la posibilidad
de que el hombre puede llegar a
controlar ciertas funciones viscerales.
Además, admite que con dificultad
más o menos grande, puede llegar a
aprenderse este control. Sin embar-
go, la explicación es totalmente mís-
tica. El "mecanismo" propuesto, los
Chakras recorridos por el serpen-
teante Kundalini, no admiten conva-
lidación científica. Además, el yogui
que posea estas habilidades, al no
interesarle este logro en sí mismo,
no las ofrece a la crítica científica.
Otra cosa ocurre con los fakires, que
suelen prestarse a pruebas contro-
ladas. Lamentablemente, en la ge-
neralidad de estos casos se trata de
más o menos hábiles embaucadores
de feria.
Nuestro razonamiento, higiénica-
mente, se resiste a creer sin analizar.
Pero, para analizar debemos recurrir
al método científico y en su domi-
nio, el sujeto analizado será un ani-
mal o un hombre corriente. Enton-
ces, si científicamente constatamos
algunos hechos, nos veremos obliga-
dos a aceptar algunas afirmaciones
del Hatha Yoga, pero reemplazare-
mos la interpretación mística orien-
tal 0
por otro cuerpo de ideas o
teorías que estamos más dispuestos
a aceptar.7
Fisiología del aprendizaje y
respuestas viscerales
Los teóricos del aprendizaje distin-
guen dos tipos: uno es el condicio-
namiento clásico o pavloviano y el
otro el aprendizaje por prueba y
error.
Condicionamiento clásico, tipo I
o pavloviano: en este tipo de apren-
dizaje (fig. 1), se asocian dos tipos
de estímulos. Uno es el incondicio-
nal que produce la respuesta que nos
interesa obtener (en el ejemplo:
0
"En el Hatha Yoga se trata de realizar
la fusión, la unión entre dos órdenes de
corrientes psíquicas: Prana y Aprana, ab-
sorción y expulsión, cuya dualidad crea la
vida diferenciada." Paul Masson-Oursel:
"'El Yoga", Eudeba, Buenos Aires, pág.
113 (citando a Jean Herbert).
7
El lector que no tema encontrarse con
frases como las que siguen: "Escándalo
viviente para la regla del dharma (deber
de casta) adquiere enorme prestigio por
su dharma extraordinario (abhidharma)
en tanto que extrasocial"; "Hemos visto
que en el Mulhadhara Chakra hay el
Swayarubhu Linga. La cabeza del Linga
es aquel espacio donde el Nadi Sushumna
se halla ligado al Kancla", etc.; puede con-
sultar la siguiente bibliografía elemental:
Sri Swami Sivananda: "Kundalini Yoga",
Kier, Buenos Aires,
"Hatha Yoga", Kier, Buenos Aires.
Yogui Ramacharaka: "Lecciones sobre fi-
losofía Yoga y ocultismo oriental",
Kier, Buenos Aires.
José Alvarez López: "El Hatha Yoga y la
Ciencia Moderna", Kier, Buenos Aires.
Paul Masson-Oursel: "El Yoga", Eudeba,
Buenos Aires.
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  • 3. Técnica del cartón: Miguel Angel; particular de Dios creó el sol y la luna, en la Capilla Sixtina. (Foto Mlinari, Florencia.) Nota en página 16, Gianfranco Ckiarotti A. H. Cottrel Sidney R. Badley Lucía Bonadeo Norberto Rey Isaac Lubchansky José Manuel Olavarría Julio Moreno Walter Rugler Nikolai Basov 3 3 5 6 16 22 28 29 42 43 49 «52 59 61 63 63 64 Revista mensual de ciencia y tecnología Sólo el reconocimiento extranjero Educación nacional: problemas reales, soluciones teóricas Los caballeros de pelo largo La ciencia de los materiales La importancia de tener defectos La generación de nuevos materiales La nueva revolución de los plásticos Técnica del fresco toscano Aprendizaje visceral: ¿Una facultad humana desaprovechada? Respuesta a Metegol N9 2 Psiquiatría en Lanús: un ejemplo de aplicación social S i m u l a c i ó n d e e n z i m a s H u m o r n u e v o La i n v e s t i g a c i ó n agropecuaria L e l o i r : C r o n o l o g í a de un Premio Nobel N o v e d a d e s d e C i e n c i a y Tecnología 1. Cirugía a baja temperatura 2. Novedades en la lucha antiviral 3. Un poquito de estaño hace bien 4. Motores eléctricos, nueva tecnología 5. Cómo las neuronas reparten moléculas por sus terminales 6. La acción antiviral de la rifampicina 7. Cómo nace una galaxia 8. Plásticos inorgánicos 9. Químicos: mucha investigación, poco trabajo 10. Un dogma cuestionado La d i s t a n c i a d e la Tierra a la Luna C o m e n t a r i o s d e l i b r o s L i b r o s n u e v o s M e t e g o l N" 3 C o r r e o del l e c t o r De las opiniones expresadas en los artículos firmados son responsables exclusivos sus autores.
  • 4. ¡t Año I / N9 7 / Enero 1 9 7 1 / Buenos Aires AY. Roque Sáenz Peña 825, 4' piso, Of. 43 Buenos Aires — Tel.: 45-8935 Ricardo A. Ferraro Eduardo A. Mari Héctor Abrales Daniel Goldstein Ricardo Schwarcz Lina Mari Horacio Speratti Isabel Carballo Fernando Díaz Julio Moreno María Susana Abrales Caracas: Pascual Llórente Florencia: Hernán Bonadeo Frankfurt: Jan Kovarik Londres: Eduardo Ortiz Nueva York: Roberto Lugo París: Jorge Schwarzer Praga: Jan Rehacek San Pablo: Ricardo Albizuri Santiago de Chile: J. Pablo Schifini New Scientist; Sciences; Science et Avenir; Science-Progrés-Découverte; Science et Vie; Science Journal; Scientific World; Sapere; Cooperation Technique; Science Service; Associated Press; APN; TASS; CTK; ADN; Agencia DAN; ICA presa. Es una publicación de Editorial Ciencia Nueva. Av. R. Sáenz Peña 825,4? P, of. 43, Buenos Aires. República Argentina, Tel.: 45-8935. Distribuidores: en la República Argentina Ryela S. A. I. C. I. F. y A., Pa- raguay 340, Capital Federal. Tel.: 32-6010 al 29; en Capital Federal, Vaccaro Hnos., S. R. L., Solís 585, Capital Federal. Impreso en Talleres Gráficos DIDOT S. C. A., Luca 2223, Buenos Aires. Precio del ejemplar: ley 18.188 $ 3 (m$n. 300). Suscripciones: Argentina, ley 18.188 $ 40 (m$n, 4.000) por año; exterior, por vi» ordinaria, u$s. 10 anual. Registro de la propiedad intelectual n? 1049414. Hecho el depósito de ley. Circula por el Correo Argentino con Tarifa Reducida, concesión n° 9165, y Franqueo Pagado, concesión n° 3689. Derechos reservados en castellano y cualquier otro idioma para los trabajos origínales, y en castellano para colabora- ciones traducidas. Directores Asesores de dirección Secretarios de Redacción Diseño gráfico Dibujo Humor Secretaria Corresponsales Servicios del exterior
  • 5. Sólo el reconocimiento extranjero La Argentina ganó su tercer Premio Nobel. La reitera- ción en la gran prensa de esta frase o de su contexto, parece expresar la idea del premio a una competencia y de una continuidad nacional en la búsqueda de ese objetivo. Ni lo uno ni lo otro. El Premio Nobel no alienta una competencia deportiva porque los objetivos de un investigador científico son, en la mayoría de los casos, más trascendentes que la fama, el dinero y aun la gra- tificación personal que su distinción impone. Y el or- gullo de que tal distinción haya recaído sobre un argen- tino debe interpretarse más bien como lo que algunos compatriotas pueden hacer a pesar de las condiciones impuestas por la falta de una política científica coheren- te, a pesar de la falta de medios, de la situción de las universidades e institutos de investigación, del continuo drenaje intelectual hacia el exterior. Podríamos enorgu- llecemos con sentido nacional de haber alcanzado dis- tinciones a cuyo nivel llegamos a través de una conti- nuidad en la tarea y de una integración de esa tarea en el quehacer nacional. Pero no es este el caso. El Premio Nobel debe servir aquí para destacar, para tomar conciencia otra vez, en qué medida es desprotegida y solitaria la tarea de in- vestigadores como los que integran el equipo del doc- tor Leloir. Fue precisa y paradójicamente esa soledad del doc- tor Leloir, esa desconexión del hombre con su país, la que le dio tranquilidad para ejercer su tarea sin inter- ferencias, encerrado en su laboratorio. Hubo una excepción: ante una oferta de la Universi- dad de Harvard, en 1957, el ingeniero José Babini in- teresó al presidente Arambum, quien visitó personal- mente al científico para instarlo a que se quedara en el país, facilitándole medios para avanzar en su tarea. El año siguiente la Universidad de Buenos Aires —que por primera vez en su historia ejercía su plena autonomía— lo nombró Profesor Extraordinario de Investigaciones Bioquímicas, en la Facultad de Ciencias Exactas, para conectar su aislada tarea con el quehacer científico na- cional, con el régimen docente y con el presupuesto universitario. La violenta intervención de la Universidad en 1966 desmanteló la Facultad de Ciencias Exactas y otra vez su propio aislamiento protegió al doctor Leloir de las renuncias y de las persecuciones, quizá para demostrar, por el camino de la excepción, que una tarea científica coherente es incompatible con las condiciones que ofre- ce el país real. Pero todas las puertas se abren ahora para el científico que alcanzó fama mundial, para el hombre que dirige ininterrumpidamente su equipo en la misma tarea dea- de 1947. Su laboratorio, su gente y sus necesidades técnicas serán colmadas. Para todos los demás técnicos que trabajan a alto ni- vel en decenas de actividades diferentes, queda el escepti- cismo de conocer que sólo las más altas distinciones internacionales son capaces de desenmohecer los engra- najes e instrumentar sus exigencias en el trabajo cien- tífico y en sus inalienables necesidades espirituales y materiales. O Educación nacional: problemas reales, soluciones teóricas En el campo de la ciencia de la educación, y en especial en política educacional, existe una marcada tendencia a utilizar las estadísticas en forma diferente, según sean los fines que se busque alcanzar. Es así como en Ar- gentina el grado de educación de la población es total- mente distinto; ya sea lo considere el Ministerio de Edu- cación, los técnicos, los organismos internacionales, como la Unesco, o los que deben recibir los beneficios del sistema educativo. En las estadísticas mundiales sobre analfabetismo rara vez se menciona a nuestro país y cuando se lo cita, forma parte del grupo de naciones que poseen un ín- dice menor del 10 % de analfabetos sobre la población total. Este criterio se basa en la consideración de «anal- fabeto» a todo aquel que no haya ingresado nunca al ciclo primario. En Argentina, en 1960, eran apenas cerca de 20.000 menores de catorce años (cifras del Censo Nacional). Observando el panorama educativo a la luz de estas estadísticas, es evidente que la tarea que debe realizar el Ministerio de Educación y sus instituciones depen- dientes o conexas, se oriente hacia las reformas de tipo técnico, a la mejor adecuación de contenidos y métodos, a la modernización de la organización general y par- ticular del sistema, en fin, a lograr que mediante algu- nos ajustes se ubique el sistema al nivel de los más modernos adelantos de la teoría de la educación para que, sin modificarlo básicamente, funcione mejor. Por otra parte, los planes de la educación primaria argentina se diferenciaron muy poco hasta hoy de los de 1880. Las sucesivas reformas, algunas de ellas en su momento aparentemente prometedoras, nunca pre- 3
  • 6. CUADRO N- 1 Porcentaje de deserción por provincias Corrientes 86,4 % Neuquén 85,8 Formosa 84,7 Santiago del Estero 84,7 Chaco 84,2 Misiones 83,4 Jujuy 81,4 Chubut 80 Salta 79,9 Entre Ríos 78,8 La Ríoja 77,7 Río Negro 77,5 Tucumán 77,2 Catamarca • 76,7 San Luis 75,9 San Juan 70,5 Córdoba - 62,6 La Pampa 62 Mendoza 61,6 Santa Cruz 59,8 Tierra del Fuego 58,5 Santa Fe 53,5 Buenos Aires 45,4 Capital Federal 35,5 TODO EL PAIS 64,3 PUENTE: Departamento de Estadís- tica Educativa del Ministerio de Edu- cación. CUADRO N" 2 Población escolar y abandonos entvel960-l966 (en miles) GRADO 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 TOTAL . . 2 . 5 8 8 2.921 2.944 3.001 3.087 3.139 3.227 ler. grado . 686 702 712 705 723 712 732 2? grado . 499 501 507 529 534 544 550 3er grado . 444 451 446 460 475 489 497 4'-' erado . . 386 400 400 404 417 430 447 5? grado .. 327 335 342 348 355 369 383 6? grado . . 280 288 288 301 311 .316 331 Ia - grado . . 233 241 246 253 269 278 284 FUENTE: Departamento de Estadística Educativa (Ministerio de Educación). CUADRO N" 3 Retención y abandonos durante quince ciclos escolares ( 1 9 4 6 - 1 9 5 2 basta 1 9 6 0 - 1 9 6 6 ) Ciclo Escolar Alumnos Matriculados Retención Deserción Ciclo Escolar ler. grado -ra ^ i Cifras T Grado Relativas Cifras Absolutas Cifras Relativas 1946-1952 509.536 176.374 34,7 333.162 65,3 1947-1953 527.736 176.769 33,5 350.967 66,5 1948-1954 536.335 187.295 34,9 349.040 65,1 1949-1955 551.905 194.135 35,2 357.770 64,8 1950-1956 578.744 195.924 33,9 382.820 66,1 1951-1957 609.056 207.557 34,1 401.499 65,9 1952-1958 632.901 218.283 34,5 414.618 65,5 1953-1959 653.836 225.487 34,5 428.349 65,5 1954-1960 665.900 233.735 35,1 432.165 64,9 1955-1961 674.604 241.321 35,8 433.283 64,2 1956-1962 643.618 246.513 38,3 397.105 61,7 1957-1963 660.352 253.310 38,4 407.042 61,6 1958-1964 683.975 269.280 39,4 414.695 60,6 1959-1965 683.392 278.009 40,7 405.383 59,3 1960-1966 686.399 284.270 41,4 402.129 58,6 FUENTE: Departamento de Estadística Educativa del Ministerio de Educación. tendieron variar las características, los fundamentos y la finalidad del sistema educativo en su conjunto. Sin embargo, si al panorama recién descrito —que es al mismo tiempo la imagen externa de la educación del país— le agregamos otras estadísticas emanadas de la misma fuente (Departamento de Estadística Educa- tiva del Ministerio de Educación de la Nación) pero no tan publicitadas como las anteriores, nuestro objeto de análisis será diferente. Nos encontramos así con 11.172.740 semianaifabetos, provenientes de los índi- ces que aparecen en el cuadro 1. La deserción escolar, por otra parte, se produce entre primer y tercer grado, como podemos deducir de los cuadros 2 y 3. Un semianalfabeto es una persona que no ha llegado a obtener las herramientas cognoscitivas necesarias para manejar los códigos de comunicación de una sociedad, para insertarse en el sistema laboral excepto como mano de obra no especializada, para transmitir a sus hijos un nivel cultural como el que la misma escuela prima- ria les exigirá para ingresar. Las cifras de deserción se siguen distribuyendo, año tras año, entre el mismo grupo social. Como vemos, hay dos panoramas de la educación ar- gentina. Hay también una reforma educativa que aca- ba de ponerse en marcha. Ante ella, la pregunta de todo aquel que desde su rol de padre, de educador o de ciudadano debe hacerse es, evidentemente, desde cuál de esas dos realidades, la verdadera o la mistifi- cada, se planearon los cambios. El material publicado por el Ministerio de Educación nos da la respuesta por sí mismo: "La Reforma Edu- cativa se concreta a través de un cambio de actitud que implica una renovación metodológica, la atención per- sonalizada y la socialización de los alumnos, las posibi- lidades de regionalización, etc. . . Luego sigue una descripción de más de trescientas hojas con detalles de los nuevos planes y métodos. En síntesis,^ una buena monografía de cómo debiera ser la educación primaria según los pedagogos, más o menos 1 De "Bases para el curriculum de las escuelas del nivel ele- mental", publicación interna del Ministerio de Educación. Este es el documento más explícito que se ha publicado sobre la reforma. 4
  • 7. modernos, que se citan como bibliografía. Se trata de ajustes de la estructura establecida. Iiay que reconocer que contempla mejor que ningún plan anterior, los me- dios de mejorar el sistema .. . para los niños que cum- plen con los requisitos que el sistema educativo exige para ingresar a él y adaptarse. El niño de seis años descrito se ajusta a todas las características enuncia- das por los psicólogos genetistas de Ginebra y los so- ciólogos de la educación franceses e ingleses, para esa edad. Pero no tiene relación con el niño argentino que emigró de Chaco o Tucumán, que sufrió la prueba de la trasculturación y la marginación social de su grupo, ni con el niño jujeño, ni con el niño de la Patagonia (ver Año Mundial de la Educación, CIENCIA NUE- VA N° 3). Es decir, no tiene nada que ver con los grupos de los cuales proviene el grueso de la deserción escolar. Estos están muy lejos de poder ingresar a la escuela y cursarla en todos sus ciclos, con simples cam- bios metodológicos realizados en función de un niño tipo abstracto. Necesitan en cambio que los conoci- mientos de la psicología y la ciencia de la educación se pongan al servicio de una educación que los incluya. Y ésta sólo puede existir en la medida en que se deje de considerar a la ciencia de la educación como un conjunto de métodos y técnicas que todo lo pueden por sí mismo, incluso lograr el cambio social y se la con- ciba como lina ciencia social. Como ciencia social, su objeto deberá entonces ser observado como totalidad y no fragmentado. Deberá ser estudiado en su punto real de inserción en el sistema social general. La deserción escolar, por ejemplo, no será ya un problema solucio- nable con algunos ajustes técnicos, sino un producto de la acción desertógena del sistema educativo, en pro- funda relación con la variable socio-económica del gru- po de pertenencia de los desertores. La «reforma» en- tonces tendrá como objeto no sólo una renovación me- todológica, sino cambios profundos en las relaciones educativas de toda la sociedad. O Los caballeros de pelo largo En Agentré, Francia, un empresario intimó a cuatro jóvenes operarios de pelo largo: tres de ellos resistie- ron la orden de cortarse el pelo y fueron echados de su trabajo. El cuarto, Albert Lefort, se cortó el pelo, volvió a la fábrica, se roció con combustible y se pren- dió fuego. La reacción popular no se hizo esperar y las paredes del pequeño pueblo de Rennes amanecieron gritando sus leyendas que recordaban la prohibición de prohibir o preguntaban a Jesucristo si, de haber trabajado en Argentré, se hubiese cortado el pelo. Los empleados de Hautefeuille S. A., una firma pu- blicitaria de París, sintieron que su obligación era gritar más fuerte la magnitud del drama. Por eso pocos días después, la fotografía de Albert Einstein ocupaba una página entera del tabloid "Le Monde", con este comentario: " E = me2 . Tenía el pelo largo." Philippe Hautefeuille, presidente de la empresa, ex- plicaría más tarde: "Los publicitarios somos como todo el mundo, seres humanos impactados por el suicidio de un muchacho de 18 años que tenía el pelo largo e impactados también porque este doloroso suceso haya encontrado tan poco eco en la prensa francesa. Tenía- mos en nuestras manos una manera de paliar esta omi- sión: comprar una página de «Le Monde». Pedimos la opinión de las 30 personas que trabajan en la empresa: 28 estuvieron de acuerdo en publicar el aviso. El pri- mer texto que elegimos decía: «Esta página es una pá- gina de publicidad libre. Rinde homenaje a un joven de 18 años que se quemó vivo en el patio de su fá- brica»". "El director de «Le Monde» sugirió el cambio. Era preferible dejar bien en claro que no nos referíamos aisladamente a este suceso y que no estábamos utilizan- do un hecho trágico para autopublicitarnos. Entonces elegimos a Einstein." O E=mc2 . IX avait les chsveux lcmgs. "Ne faites jariais ríen contre votre oonscience, méme si l ' E t a t vous le demande" Albert Einstein Anfiones réatísée pour l ' A g e n o e de rué de Marignan, Fubliclté Hautefeuille S.A. Í7, Paris 8e
  • 8. La ciencia de los materiales: nuevas tecnologías para viejas técnicas En la actualidad se dispone de una vasta gama de materiales "nuevos", gama que se enriquecerá a corto plazo gracias a un permanente e intenso trabajo que se realiza en los laboratorios especializados. Dos grandes problemas quedan aún por resolver: cómo producir esos materiales a costos razonables y cómo habituar al ingeniero a utilizarlos en sus proyectos. CIENCIA NUEVA ha seleccionado tres trabajos que ilustran otros tantos aspectos del desarrollo alcanzado en el análisis, creación y utilización de los nuevos materiales. La importancia de tener defectos Gianfranco Chiarotti El profesor G. Chiarotti es titular de la cátedra de Física General de la Universidad de Roma. La importancia de los materiales —y en modo particular, de los meta- les—1 en la historia de las realiza- ciones del hombre, es bien conoci- da. Desde los albores de la civiliza- ción, el hombre aprendió a utilizar los más variados materiales para sus construcciones, sus armas, sus obje- tos de uso diario o de adorno, des- arrollando una cantidad de recetas empíricas que, durante mucho tiem- po, constituyeron el principal baga- je tecnológico de la humanidad. En sus poemas, Homero describe la téc- nica de la producción del acero usa- da por los griegos y cuenta que Aquiles recibió una esfera de hierro como premio a sus victorias atléticas. Sin embargo, si bien el empleo de los materiales es antiquísimo, el in- terés por el conocimiento científico de sus propiedades es totalmente re- ciente. Baste pensar que, aun cuan- do la producción de acero se remon- ta a más de tres mil años, hace sólo dos siglos que se sabe que el acero difiere del hierro dulce por un mo- desto contenido de carbono. Y re- cién después de la Segunda Guerra Mundial se logró comprender el me- canismo por el cual pequeñas canti- dades de impurezas, fijando disloca- ciones y planos de deslizamiento, endurecen en forma tan notable los materiales. Durante mucho tiempo los mate- riales fueron considerados como sim- ples "objetos" de uso tecnológico, con propiedades prefijadas por la naturaleza, pero en los últimos vein- te años se fue delineando lentamente la posibilidad de obtener materiales con propiedades programadas, ori- ginándose así una nueva disciplina, hoy en rápida expansión: la ciencia de los materiales, confluencia de la física del sólido, química, metalur- gia y cristalografía. Una de las causas que más han contribuido al desarrollo reciente de la ciencia de los materiales ha sido sin duda la aceptación de que mu- chas propiedades de los sólidos de- penden más del tipo y concentra- ción de los defectos reticulares y de las impurezas que de la estructura ideal del cristal perfecto. Esta característica de los sólidos ha retrasado, en cierta medida, el desarrollo de la ciencia de los ma- teriales, debido a los resabios de una mentalidad aristotélica, amplia- mente difundida entre los físicos clá- sicos, que los llevó durante mucho tiempo a subestimar el interés que revisten las causas "accidentales", 6
  • 9. como los defectos de los cristales. Por otra parte, la dificultad de ob- tener resultados experimentales, re- producibles en muestras cuyas pro- piedades dependen de pequeñísimas concentraciones de defectos o impu- rezas, subordinó el progreso de esta ciencia a la resolución de comple- jos problemas tecnológicos y quí- micos. Hoy sabemos que un sólido geo- métricamente perfecto, es decir, un sólido en el que todos los átomos estén dispuestos en los vértices del retículo cristalino, no sería estable desde el punto de vista termodiná- mico, o sea que su energía libre ten- dría un valor mínimo sólo en el cero absoluto. Cierto grado de des- orden —átomos que pasan a una posición intersticial o que emigran a la superficie dejando lugares reticu- lares vacíos— al aumentar la en- tropía de un cuerpo, reduce su ener- gía libre y por consiguiente aumenta su estabilidad. Un ejemplo podrá aclarar mejor la importancia de los defectos en las propiedades de los sólidos reales. La deformación plás- tica de un sólido geométricamente perfecto podría lograrse haciendo que una parte del sólido se deslice sobre la otra a lo largo de un plano reticular, hasta obtener una disloca- ción sobre la superficie de una pro- fundidad igual a una o más distan- cias reticulares. Si observamos al microscopio un monocristal metálico plásticamente deformado, notamos justamente que la deformación se produce según ciertos planos cristalográficos llama- dos planos de deslizamiento. Un cálculo elemental demuestra que el esfuerzo mínimo necesario para ha- cer deslizar dos planos reticulares, uno sobre el otro, es igual a G / 2 Jt, siendo G el módulo de elasticidad. Puesto que G, para un metal, es del orden de 1011 a 1012 , se obtendría un valor del mínimo esfuerzo nece- sario para inducir una deformación plástica de aproximadamente 1010 a 1 0 u dinas/cm2 (o, lo que es equi- valente, de alrededor de 10.000 a 100.000 fcg peso/cnr) que es por lo menos 2 6 3 órdenes de magnitud mayor que el que se observa en los sólidos reales. Si los metales se com- frtasen como sólidos ideales, pro- blemente Aquiles no habría reci- bido nunca la esfera de hierro como premio, ni el hombre habría jamás superado la edad de piedra. La presencia de defectos lineales en los cristales, llamados disloca- Figura 1 Proceso de dislocación, producido por compresión (bajo tensión la dirección del deslizamiento será la opuesta a la indicada). Figura 2 Un ejemplo de dislocación en un conjunto de pompas de jabón. La flecha indica la línea de dislocación. cíones, cuyo movimiento consiente que los planos cristalográficos se deslicen uno sobre el otro, podría- mos decir de a poco por vez, hace que los sólidos reales sean más blan- dos que los ideales. Las dislocaciones, que hoy pue- den observarse tanto con el micros- copio común como con el electró- nico, están presentes también en un modelo de sólido bidirnensional for- mado por pompas de jabón. Las pompas de jabón, que se atraen lige- ramente debido a las fuerzas de ad- hesión superficial (aun cuando son "impenetrables" si se las aproxima delicadamente) simulan muy bien las fuerzas atractivas y repulsivas entre los átomos de un sólido. La figura 2 muestra un sólido de pom- pas de jabón obtenido por W . L. Bragg y J. F. Nye, que contiene una dislocación y por ende medio plano de más (sería más apropiado decir media fila) en la dirección que in- dica la flecha. Para verla mejor, se invita al lector a mirar la figura con el ojo rasante sobre la página, en la dirección de la flecha. Es evidente que el movimiento de una disloca- ción de un extremo al otro del cris- tal produce un "escalón" sobre la superficie y, en consecuencia, una deformación permanente. Como ya hemos dicho, pequeñas cantidades de impurezas pueden obs- taculizar el movimiento endurecien- do el material. Además, las disloca- ciones se intersecan con dificultad debiendo generar en la intersección filas de átomos intersticiales o de lugares reticulares vacíos. Por lo tanto, un sólido que contiene mu- chas dislocaciones es mucho menos plástico. En realidad se sabe desde tiempos remotos que el trabajo en frío (que multiplica las dislocacio- nes) endurece notablemente los me- tales. Recientemente se publicaron en una revista científica norteame- ricana algunas fotografías de espadas antiguas obtenidas con un microsco- pio metalográfico. En una de ellas, que muestra una parte de una espa- 7
  • 10. da medieval persa, se nota la exis- tencia de un retículo de dislocaciones en planos ortogonales: resulta una estructura particularmente estable y de elevadísima resistencia a la de- formación. La ciencia de los materiales re- presenta en la actualidad una valiosa contribución al desarrollo tecnológi- co. Se han hecho estudios sobre las propiedades de los defectos estruc- turales de los sólidos cristalinos, so- bre las propiedades eléctricas de algunos sólidos amorfos como los vidrios, sobre los compuestos elec- troluminíscentes, sobre los políme- ros y también sobre los "whiskers", interesantes monocristales dendríti- cos con propiedades mecánicas muy parecidas a las de los sólidos idea- les. La investigación sobre materia- les antiguos y nuevos se intensifica día a día en un número cada vez mayor de laboratorios.O Figura 3 Dislocación tipo espiral en una estructura cúbica simple. El desplazamiento corresponde al área sombreada, y ba sido producido por la fuerza de tracción t. Hacia la derecha ha tenido lugar un movimiento o traslación unitario, que disminuye tendiendo a cero en el limite entre las zonas desplazadas y no desplazadas. Este límite recibe el nombre de dislocación tipo espiral porque los citamos desplazados en las vecindades del limite (marcados a, b, c, d y e), se disponen en una secuencia tipo espiral que continúa y se extiende a lo largo de la dislocación siempre que ésta conserve tal carácter. En la figura, la espiral esta orientada hacia la derecha. El vector b es el denominado vector de Burgers, y es igual a la menor distancia entre átomos equivalentes en la dirección del deslizamiento. La generación de nuevos materiales A. H. Cottrel A. H. Cottrel, FES, es asesor científico del Gobierno británico 8 Durante mucho tiempo los cristales naturales fueron admirados y valo- rizados por la belleza y perfección de sus formas. Sus simetrías, sim- ples y repetidas, proporcionaron uno de los primeros indicios sobre la po- sibilidad de la existencia, en la na- turaleza, de algo así como un orden oculto, una base racional que tal vez fuera posible descubrir median- te observaciones y experimentos sis- temáticos. Así, entre los primeros resultados de tal investigación, sur- gieron la mineralogía y la cristalo- grafía. Sin embargo, la ciencia de los materiales quedó limitada, du- rante varios siglos, a algunas leyes empíricas que determinaban las for- mas más simples de los cristales. Sus estructuras internas permanecieron ignoradas por mucho tiempo y to- dos los materiales que el hombre utilizaba —madera, piedra, yeso, hueso, bronce, hierro, oro, plata, vidrio, seda, lana, etc.— se le pre- sentaban como un misterio inson- dable. El primer paso de la moderna era de los materiales lo dio Sorby cuan- do, en 1864, descubrió cómo obser- var al microscopio las estructuras in- ternas de los metales —los granu- los— es decir, cristales de formas irregulares, estrechamente empaque- tados en grandes conglomerados. Y cuando más tarde, en 19.12, se des- cubrió que los haces de rayos X pueden ser desviados por los cris- tales en determinadas direcciones, Braggs aprovechó inmediatamente el hallazgo para poner a punto el mé- todo, sumamente eficaz, de registrar los modelos regulares según los cua- les los átomos se ubican en los cris- tales. Por ejemplo, el análisis con rayos X demostró que en muchos metales como el cobre, el aluminio y el plomo, los átomos se presentan como esferas ordenadas muy simple- mente, tal como podríamos empa- quetar pelotas de tenis en una caja grande, de la manera más compacta posible. Estos nuevos métodos experimen- tales ampliaron enormemente nues- tro conocimiento sobre los materia- les, pero recién al comienzo de la década del 30 se logró disponer de una base sólida para la comprensión de sus respectivas estructuras, base sin la cual sólo pueden lograrse dé- biles progresos en cuanto a la re- lación de la estructura con las dis- tintas propiedades que dan a los ma- teriales su valor práctico. En ese momento, la teoría de los materiales
  • 11. se enriqueció con dos aportes deci- sivos: la teoría cuántica de los só- lidos y la teoría de los defectos en los cristales. La aplicación de la mecánica cuán- tica al estado sólido permitió la ex- plicación de varias cosas: por ejem- plo, la naturaleza y la resistencia de las fuerzas de cohesión que mantie- nen unidos a los átomos en los só- lidos y el porqué de las distintas es- tructuras cristalinas. Pero principal- mente llevó a la nueva concepción de ías bandas de energía, las ga- mas de energía dentro de las cuales los electrones de un material gozan de libertad de movimiento. Esto permitió la comprensión de la dife- rencia esencial entre metales y no- metales. En materiales como el diamante, el cuarzo, la sal de roca y la para- fína, todos los estados cuánticos del movimiento de los electrones están ocupados; a cada electrón que se mueve en un sentido a través del material le corresponde otro que lo hace en la dirección contraria. Al no haber un flujo de electrones pre- dominante en un determinado sen- tido, no se observa conductividad eléctrica. En un metal, sin embargo, los estados cuánticos no están total- mente ocupados y en este caso ya no hay compensación; los electrones pueden ser introducidos por un ex- tremo y llevados hasta el otro. Los semiconductores, que se utilizan en los transistores, representan una cla- se intermedia; se "dopan" cristales aislantes como el sílico, por ejemplo, con algunos átomos de elementos de valencias distintas, como el arsénico y el galio, con el fin de perturbar la exacta ocupación de los estados cuánticos, resultando así una débil conductividad eléctrica en respuesta a estímulos externos. Desorden y defectos Puesto que el método que emplea los rayos X aprovecha las interfe- rencias de las ondas difractadas pol- los diversos átomos, naturalmente ha obtenido sus mayores éxitos con los cristales, donde los átomos están ubicados regularmente, y sobre todo ha puesto en evidencia la perfección de sus estructuras. Sin embargo, existen muchas pro- piedades, como la resistencia y la ductilidad de los metales, la resis- tencia eléctrica, la sensibilidad fo- tográfica, el color de los cristales no metálicos y la reactividad química, que no dependen tanto de la distri- bución regular de las miríadas de átomos en un cristal sino más bien de los pocos casos en los que la regularidad de la estructura presen- ta un defecto. La teoría de los defectos en los cristales se desarrolló rápidamente al establecerse que en una estructura cristalina también los defectos debe- rían estar distribuidos con cierta regularidad. De ello derivó un nuevo tipo de física "de las partículas ele- mentales", en la que los cristales proporcionan solamente una especie de "espacio" en el que existen va- rias familias de "partículas" extrañas bien definidas. Los defectos elemen- tales más evidentes son las vacan- cias, es decir, los lugares en la es- tructura atómica donde faltan los átomos; los átomos intersticiales, que llegan a colocarse en posición irre- gular en la estructura, y las dislo- caciones, de las que hablaremos des- pués. La microscopía electrónica de alta resolución y la microscopia ió- nica se utilizan en la actualidad para estudiar todos estos defectos en la moderna investigación sobre los ma- teriales. Vacancias e intersticios ayudan al movimiento de los átomos dentro de los cristales y revisten una impor- tancia fundamental en algunos pro- cesos químicos, como la oxidación de los metales. Juegan también un papel importante en los efectos da- ñosos de las radiaciones provocadas en los sólidos por el bombardeo con partículas atómicas, motivo por el cual fueron intensamente estudiados en los materiales empleados en los reactores nucleares. A su vez, esta investigación condujo a una nueva técnica, lllamada de "bombardeo ió- nico", utilizada para preparar semi- conductores bombardeando con áto- mos extraños los cristales de silicio, - con el empleo de aceleradores de baja energía y para buscar en los cristales eventuales canales cristalo- gráficos a través de los cuales las partículas atómicas puedan moverse con rapidez. Una vez lograda una buena com- prensión del comportamiento de las estructuras cristalinas, la atención se centralizó sobre el análisis de las es- tructuras desorganizadas de los vi- drios y de los polímeros; las estruc- turas semicristalinas son particular- mente interesantes. Los silicatos complejos fundidos se separan con frecuencia al enfriarse en líquidos íntimamente mezclados de diferente composición; un ulterior enfriamien- to hace que cristalicen parcialmente. Muchos vidrios comerciales poseen estructuras de este tipo y algunos materiales vitrocerámicos se utilizan ya corrientemente. Una cristalización parcial es importante también como medio para aumentar la rigidez y la temperatura de ablandamiento de al- gunos polímeros orgánicos como el polietileno y el nylon. Con frecuen- cia es necesario producir estructuras heterogéneas para poner de mani- fiesto las propiedades más interesan- tes de los materiales cristalinos y buena parte de la investigación ac- tual se ocupa de estas estructuras. La mayor parte de las aleaciones son deliberadamente heterogéneas y más adelante veremos la importancia que esto reviste en cuanto a su resisten- cia mecánica; otros ejemplos son Ion materiales empleados para los ima- nes permanentes y para los super- conductores. La mecánica cuántica aclaró las condiciones en las que áto- mos individuales magnetizados, ha- ciendo girar en su interior un mayor número de electrones en un sentido que en el otro, alinean paralelamente sus ejes magnéticos transformando una parte del material en un domi- nio magnético. No obstante, más allá de una cierta dimensión dicho domi- nio tiende a ser inestable; se forma así una estructura en la que dos o más dominios se alinean como barras magnéticas unidas, el polo norte con- tra el polo sur. Si se rompe el material magné- tico en pequeños trozos, cada uno de ellos más pequeño que las di- mensiones críticas del dominio, se evita la inestabilidad y cada trozo resulta permanente y completamente magnetizado. Este principio se em- plea en los materiales magnéticos de fabricación más reciente, en los que minúsculas partículas magnetizadas son sumergidas en un material no- magnético. En las aleaciones mag- néticas del tipo alnico esta estructu- ra se produce mediante un trata- miento en caliente que crea partí- culas magnetizadas, ricas en hierro y cobalto, junto con materiales no magnéticos ricos en níquel y alumi- nio. Otro ejemplo es el Lodex, un material en el que partículas de hie- rro-cobalto están difundidas en una masa de plomo. Para ser útiles en la ingeniería eléctrica de corrientes muy intensas, los materiales superconductores de- ben conservar su superconductividad a temperaturas muy superiores a los
  • 12. 4 grados absolutos, en presencia de fuertes campos magnéticos. Normal- mente estos campos destruyen el estado superconductor en el mate- rial, pero su efecto se reduce en •gran medida si el superconductor es •ordenado en forma reticular, en del- gados filamentos. En los últimos años se obtuvieron progresos sor- prendentes con los materiales super- conductores de alto campo gracias a que se pudo recurrir a aleaciones particulares y a técnicas de trabajo mecánico especiales que permitieron producir las estructuras heterogéneas necesarias. También se está por al- canzar el otro requisito —una tem- peratura crítica elevada para la su- perconductividad— pero más lenta- mente, aun cuando se llegó ya a tem- peraturas de 20 grados absolutos con el empleo de aleaciones miobio-alu- minio-germanio. Existen razones teó- ricas para creer que esta última re- presente casi una temperatura lími- te, pero aún queda mucho por apren- der sobre este aspecto del problema. No es del todo claro, por ejemplo, por qué las temperaturas críticas ele- vadas están vinculadas generalmente con una particular estructura crista- lina compleja, la llamada "beta- tungsteno". Los materiales resistentes Como es natural, la exigencia prio- ritaria del ingeniero es obtener ma- teriales de construcción con una no- table resistencia mecánica, por con- siguiente buena parte de los esfuer- zos tienden a la obtención de mate- riales resistentes. A primera vista parece extraño que haya necesidad de proyectarlos, ¿por qué, por ejem- plo, no emplear simplemente aque- llos con una gran fuerza de cohesión interatómica? El hecho de que los primeros en la lista serían el carbón y. la piedra demuestra lo equivocado de este camino. El concepto de re- sistencia mecánica útil es algo más complejo y sutil que la simple co- hesión atómica. Para que un material sea resistente debe poseer tres pro- piedades: rigidez elástica, resistencia a la deformación plástica y resisten- cia a la fractura. El gran desafío ha- cia los investigadores de los mate- riales reside en que, mientras por lo general resulta fácil obtener dos de estas propiedades en un mismo ma- terial, es muy difícil que ocurra lo mismo con las tres. Tomemos como ejemplo la goma. En el proceso de vulcanización el Figura 1: Monocristales irregulares orientados al azar. azufre suelda las moléculas de látex de modo que no puedan más des- lizarse una sobre otra; se obtiene así la resistencia a la deformación plás- tica. En esta fase, la goma se ha vuelto frágil porque puede defor- marse sólo elástica y no plásticamen- te, pero no obstante ello es extraor- dinariamente resistente a la fractura porque es muy flexible desde el pun- to de vista de la elasticidad. Puede ser endurecida ulteriormente —ebo- nita— mediante una vulcanización continuada, pero en este caso la com- binación de la rigidez y la fragilidad hace que se quiebre con facilidad. Este problema fundamental de los requisitos incompatibles aparece con- tinuamente en el campo de los ma- teriales resistentes. Es necesario entoñces renunciar, por lo menos en parte, a una de las tres propiedades; la solución que el ingeniero ha dado tradicionalmente al problema consistió en no dar de- masiada importancia a la resistencia a la deformación plástica, recurrien- do a los metales dúctiles. Se tiene así una ventaja suplementaria por- que la ductilidad se revela útil para dar al material la forma requerida. El microscopio nos ha mostrado que en los cristales la deformación plás- tica se origina por el deslizamiento de los estratos del cristal, uno sobre el otro, a lo largo de ciertos planos de deslizamiento. En un plano de este tipo los átomos no se mueven contemporáneamente; por el contra- rio, el deslizamiento se propaga a lo largo del plano a partir de un de- terminado punto. Sir Nevill Mott proporcionó una buena comparación para este fenómeno. Es muy difícil hacer deslizar de una sola vez una gran alfombra sobre el piso, pero resulta facilísimo si antes se hace deslizar un ángulo y después gra- dualmente se hace avanzar el plie- gue a lo largo del resto de la alfom- bra. En el cristal estos plegamientos son las dislocaciones y la caracterís- tica fundamental de los metales como el aluminio, el cobre y el acero dulce consiste en que sus simples estruc- turas cristalinas permiten que las lí- neas de dislocaciones se propaguen a lo largo de los planos de desliza- miento a una velocidad más bien alta bajo la acción de fuerzas relativa- mente débiles; por este motivo los metales mencionados son blandos y no se quiebran con facilidad. El problema principal de la me- talurgia deriva de que la mayor par- te de los metales puros son dema- siado blandos; estos metales podrían ser mucho más resistentes a la de- formación plástica sin volverse frá- giles. Dos de los métodos más im- portantes para reforzar dichos me- tales, el endurecimiento mecánico y por precipitación, dependen de la he- terogeneidad de sus efectos. Con el primer método el metal sufre una marcada deformación plástica que produce en su interior una masa in- trincada de líneas de dislocación que, tal como sucede con el tránsito in- tenso en una ciudad, no pueden mo- verse con libertad porque se obsta- culizan mutuamente tratando de cir- cular en direcciones distintas. No obstante, el metal endurecido se vuelve resistente a las fracturas por- que las propiedades atómicas locales, alrededor de una zona de fractura, no resultan afectadas por las dislo- caciones y siempre es más fácil para los átomos deslizarse que separarse. En el segundo caso se emplea un proceso de formación de aleaciones y un tratamiento en caliente para crear en el metal pequeños grumos de átomos extraños sutilmente dis- persos para bloquear los desliza- mientos. También en este caso las propiedades locales alrededor de las fracturas permanecen prácticamente invariables. La mayor parte de las aleaciones resistentes obtenidas en los últimos 10
  • 13. tiempos fueron fabricadas con pro- cesos de este tipo. La elaboración de estos procesos es generalmente com- pleja. Las sustancias que se deben agregar a las aleaciones se eligen se- gún su solubilidad en el metal base, según su capacidad de precipitación en la dispersión requerida durante el tratamiento en caliente y en base a la eficacia de los precipitados en bloquear las dislocaciones y a la es- tabilidad a temperaturas elevadas. También deben tenerse en cuenta otros factores, tales como la resis- tencia a la corrosión y los problemas particulares que se presentan con respecto a los granulos del cristal. Los elementos que se deben agregar a las aleaciones, en cantidades deli- cadamente controladas para poder te- ner en cuenta todos estos factores, son por lo general de distinto tipo. Hay una tendencia irreversible, en el desarrollo moderno de las alea- ciones, a realizar estructuras suma- mente complejas para obtener mayor número de combinaciones de las pro- piedades más diversas. Una verdadera revolución Existe una solución totalmente dis- tinta sobre el problema de combinar las resistencias a la deformación y a la fractura que en la actualidad está revolucionando la moderna investi- gación sobre los materiales resisten- tes. El principio básico es extrema- damente simple y el mundo bioló- gico lo emplea en la naturaleza. Dicho principio deriva del recono- cimiento de que algunos cuerpos apa- rentemente frágiles en realidad no lo son necesariamente; la caña y el cuerno son sustancias muy frágiles pero también muy difíciles de rom- per. Si a un bastón de bambú se le practica un tajo con un cuchillo muy filoso y luego se lo curva, no se quiebra. Paradojalmente, los dé- biles vínculos existentes entre las fibras que obstaculizan una fractura al propagarse ésta de un extremo al otro del cuerpo, impiden que el ma- terial se quiebre. En la zona de fractura la ductilidad ya no es ne- cesaria puesto que los débiles víncu- los conducen al mismo resultado. Este sería el fundamento revolu- cionario: el abandono del requisito de la ductilidad. Ya no hay necesidad de dislocaciones móviles o de micro- estructuras escrupulosamente proyec- tadas para limitar sus movimientos. Hoy podemos actuar sin tanta res- tricción y podemos fijar completa- mente las dislocaciones empleando materiales como el aluminio, boro, cuarzo, carburo de silicio, en los cua- les las estructuras cristalinas y las fuerzas de cohesión hacen que las dis- locaciones se vuelvan intrínsecamen- te inmóviles, salvo a temperaturas elevadas. Como también podemos desembarazarnos de las dislocaciones sirviéndonos de una estructura no cristalina, como puede ser un simple vidrio. Todo esto constituye un paso fun- damental. Ya no estamos obligados a recurrir sólo a los metales como materiales básicos para la ingeniería; podemos elegir libremente dentro de una vasta gama de materiales. La sola fuerza de cohesión puede ahora servir como criterio de elección; esto significa que se pueden utilizar ma- teriales con una rigidez elástica mu- cho mayor que la de la mayor parte de los metales. Además, muchas sus- tancias con fuertes uniones covalen- tes, como el carbono, el boro, el aluminio y los silicatos, están com- puestos por átomos livianos, de mo- do que se dispone de una nueva gama de materiales de bajo peso es- pecífico. Algunos con frecuencia son químicamente muy estables, como Figura 2: Impurezas contenidas en un retículo cristalino: a) y b) provocadas por sustitución de átomos del retículo; c) intersticial. los silicatos y los compuestos de alu- minio; entre ellos se encuentran al- gunas de las sustancias más abun- dantes y económicas que existen en la naturaleza. Una vez que el problema del ma- terial de base se ha transformado en una cuestión de elección, se ha dado un paso adelante en la elabo- ración: la formación de fibras y la unión de éstas en haces que pueden mantenerse unidos con algún adhesi- vo, como la resina epoxídica, de mi- nera que puede formarse un com- puesto rígido. El material que puso, en marcha esta tecnología fue sin duda alguna la fibra de vidrio, muy1 utilizada en cascos de embarcaciones,! recipientes a presión y techos de edi- ficios. El inconveniente principal que presenta este material es su baja ri- gidez elástica, característica que pro- porcionó un incentivo para el de- sarrollo de sustancias elásticamente más resistentes, como por ejemplo el boro, el carbono y el nitruro de silicio en forma de fibras. La pre- paración de estos materiales no pre- senta grandes problemas científicos: y hoy se dispone de una vasta gama de sustancias fibrosas que poseen una resistencia a las tensiones muy vecinas a los valores ideales dedu- cidos de las fuerzas de cohesión in- teratómica. O 11
  • 14. La nueva revolución de los plásticos Sidney R. Badley Sidney R. Badley es Director Técnico del Departamento de Aplicación de Plásticos de-la BP Chemicals Ltd., de Gran Bretaña. El presente artículo es un resumen de su conferencia sobre "Los plásticos en los próximos diez años", pronunciada recientemente en Australia en las "John W. Derham Memorial Lectures". En los últimos diez años los mate- riales plásticos han experimentado un notable adelanto, pero su desafío a los materiales tradicionales recién comienza. Los-avances en la síntesis de polímeros con propiedades pre- determinadas hacen prever una nue- va revolución de los materiales plás- ticos para la próxima década. El mejor fundamento para el op- timismo con respecto al futuro de los materiales plásticos en los pró- ximos años es el extraordinario des- arrollo que han experimentado, en los últimos 20 años, tanto los tipos termirrígidos como los termoplás ti- cos. Podemos decir que para los plásticos ha terminado la era de las aplicaciones indiscriminadas y mu- chas veces erróneas y que comienza ahora un período en que el mejor conocimiento de su composición, es- tructura y propiedades permitirá un mejor y más racional aprovecha- miento de estas últimas. La confian- za en los plásticos se basa justa- mente en su aplicabilidad cada vez mayor en los más diversos campos. Ahora se reconoce que la industria de los plásticos, "que no nació como consecuencia de las presiones del mercado, sino que se impuso por sí misma, ha aportado un considera- ble beneficio" (Gaps in Technology- Plastics, informe del OECD, 1969). Los plásticos han encontrado su mayor aplicación en la sustitución de materiales tradicionales como me- tales, derivados celulósicos, produc- tos vegetales, cuero y vidrio. La creciente demanda por estas materias primas puede producir su escasez o su aumento de precios, por lo que las perspectivas de los plásticos se ven muy favorecidas. La generación actual está ya habituada a considerar a los plásticos como parte integrante de su vida diaria, pero además se están abriendo las posibilidades de aplicación en nuevos campos como los viajes espaciales, la vida bajo el agua y el aumento de la producción de alimentos para satisfacer las ne- cesidades de la creciente población mundial. Otra razón para el opti- mismo en el futuro de los plásticos es el simple hecho de que la po- blación del mundo está llegando a los 4.000 millones y en este momen- to el gran consumo de los plásticos está limitado a un grupo de países que apenas representan un quinto de esa cifra. El crecimiento de la población y el aumento del consumo de plásticos per cápita, permiten su- poner que las necesidades crecientes en alimentación, vivienda, salud pú- blica, educación, transporte, comuni- caciones, vestimenta y recreo impli- carán un consumo cada vez mayor de artículos fabricados con estos materiales. En los últimos años han apareci- do una serie de nuevos polímeros con propiedades muy interesantes. Podemos mencionar los policarbo- natos, los poliacetilos, las sulfonas, los nuevos tipos de nylon y los éteres poliarílénicos, así como ma- teriales más sofisticados como las polipiromelitimidas que pueden so- portar prolongadas exposiciones al calor elevado, sin experimentar de- gradación. Muchos de estos políme- ros se fabrican ya en escala comercial para producir artículos que deben soportar condiciones extremas, co- mo por ejemplo partes componentes de aviones y vehículos espaciales, para las cuales la condición funda- mental para su uso es su resistencia mecánica y térmica y no su costo. Hay mucha discusión acerca de los nuevos polímeros que podrán utilizarse en el futuro; entre los que parecen contar con mayores posibi- lidades podemos mencionar al poli- acetal, cuya fabricación, si bien im- plica un costoso proceso de polime- rización, parte de una materia prima sumamente barata, el formaldehído. la química de los monómeros con- teniendo átomos de silicio también se está desarrollando notablemente, así como la investigación en los pro- cesos de polimerización de las go- mas sintéticas basadas en sulfuras de polialquilenos. Cómo balancear las propiedades El desarrollo de los materiales ter- moplás ticos para obtener un mejora- miento en sus propiedades presenta numerosos problemas. Un mejora- miento en la rigidez es generalmen- te acompañado por una disminución de la resistencia mecánica. Un au- mento de la temperatura máxima de utilización implica la realización de los procesos de fabricación a mayores temperaturas, con sus consiguientes problemas tecnológicos. Quizás la característica más sobresaliente de los materiales termoplásticos, que 12
  • 15. u fSíi fi¿ •as ¿c-ya • la uu :d ha permitido su rápido progreso y su capacidad de sustituir a otros materiales, es la facilidad con que pueden ser moldeados en las formas más diversas y complicadas a tem- peraturas fácilmente alcanzables y por medio de procedimientos relati- vamente simples y rápidos: extru- sión, moldeo por inyección o por soplado. En consecuencia, el mejoramiento de las propiedades de un polímero sólido a expensas de la combinación de los procesos de fabricación, pue- de hacer que los materiales termo- plásticos dejan de ser competitivos con otros materiales existentes. Por este motivo, el aumento de la resis- tencia térmica, si bien teóricamente posible, en la práctica llegará a un límite, determinado por el mayor costo de los procesos. Sin embargo, es evidente que si pudiera producir- se un material que lograra procesar- se fácilmente como un termoplásti- co a temperaturas no mayores de 250° C, que tuviera un elevado mó- dulo de elasticidad a 200° C y que fuera bien resistente mecánicamente entre 200° y 500°C, tal material tendría un inmenso valor. Sería di- fícil, aunque no necesariamente im- posible, conseguir algo similar con las gomas termoplásticas, es decir, fabricar materiales que puedan pro- cesarse como termoplásticos a tem- peraturas elevadas y que se com- porten elásticamente, manteniendo un bajo módulo de elasticidad, al en- friarse. Algo similar podría conse- guirse con materiales más rígidos. Las crecientes exigencias llevarán probablemente en el futuro a un mayor desarrollo de los materiales y estructuras compuestas. En este campo, los materiales termorrígidos están más desarrollados y se adecúan más a la combinación con otros ma- teriales. Probablemente convendría más aplicar para los materiales com- puestos los plásticos termorresisten- tes que ya poseen muchas de las propiedades requeridas para ello, que desarrollar nuevos materiales termoplásticos con propiedades simi- lares pero a expensas de la compli- cación de los procesos de fabrica- ción. Con todo, aún pueden hacerse apreciables mejoras en lo que res- pecta a la elevación de la temperatu- ra límite de los termoplásticos y al mejoramiento de sus propiedades mecánicas, en particular la defor- mación. Las posibilidades futuras Toda consideración acerca de nuevos procesos y nuestros tipos de políme- ros no debe desviar nuestra atención del hecho de que en los años por venir los polímeros ya conocidos se- guirán siendo el "pan" de la indus- tria plástica. El PVC, las poliolefi- nas, las resinas fenólicas y los po- liésteres seguirán a la cabeza de los plásticos y es justamente a par- tir de estas sustancias que se pro- ducirá la expansión futura que se prevé. Podemos también estar se- guros que será la industria petroquí- mica la que seguirá proveyendo las materias primas necesarias. Hay tres campos de aplicación en los que se prevé un gran desarrollo de los plásticos, particularmente en los países más industrializados: em- balaje y agricultura, construcción, moblaje y automóviles y transportes en general. En el campo del emba- laje, los requerimientos de envases de plástico crecen cada vez más, es- pecialmente para fraccionamiento y venta al por menor, estimulados por la difusión de los supermercados y los modernos sistemas de distribu- ción. Sin embargo, se ha prestado menor atención al embalaje de los productos primarios, en particular los productos agrícolas, donde los plásticos podrían prestar un gran servicio para evitar pérdidas de un Plánteos reforzados con fibras de vidrio: un "material compuesto'' que ya encuentra numerosas aplicaciones en la construcción de naves, aviones, vehículos, edificios, etc. buen porcentaje de alimentos por deterioro debido a condiciones cli- máticas, acción de insectos, etc. Los films plásticos, o las bolsas y sacos fabricados con fibras plásticas, pue- den solucionar aquí grandes proble- mas y contribuir a un mejor aprove- chamiento de los recursos alimen- ticios. La relación entre el uso de los* •plásticos en agricultura y como ma- terial de embalaje es muy estrecha, ya que las dos aplicaciones mayores de los plásticos en el campo agrícola son el envasamiento de fertilizantes y plaguicidas y el envasamiento de productos agrícolas primarios como frutas, vegetales y leche. Otras áreas 13
  • 16. de aplicación en agricultura se re- fieren a técnicas en desarrollo, como construcción de invernaderos, depó- sitos de semi-maduración, ensilaje, instalaciones de fumigación, riego, eliminación de desechos, etc. Construcción y moblaje La necesidad de viviendas, tanto en los países más desarrollados como en los países en desarrollo, llevará necesariamente a la creación de una nueva industria de la construcción que, seguramente dentro de una dé- cada, estará basada en la producción en serie de unidades de vivienda y no en construcciones individuales donde el trabajo manual aún juega un papel preponderante y, aquí, los plásticos han de encontrar un vasto campo de aplicación. Ya en la ac- tualidad el uso de plásticos en la construcción de edificios es conside- rable: en Gran Bretaña y en los EE.UU. esta aplicación de los plás- ticos está en segundo lugar, luego de la industria del embalaje; en Ale- mania ocupa el primer lugar. La aceptación de los plásticos por los ingenieros constructores y los arqui- tectos ha sido gradual pero crecien- te y puede preverse un reemplazo cada vez más pronunciado de mu- chos materiales tradicionales, siem- pre que los factores técnicos y eco- nómicos lo permitan. Sin embargo, los plásticos tienen algunas limitaciones, que deberán ser superadas. Por su naturaleza, los materiales plásticos son combusti- bles, lo que implica, en cada caso, evaluar los riesgos de esta combus- tibilidad cuando se quiere sustituir un material tradicional. Otra limi- tación es la durabilidad, especial- mente poj? exposición a la intempe- rie, lo cual tiene mucha importan- cia no sólo desde el punto de vista estético sino también de la posible alteración de las propiedades físicas y mecánicas. Hasta el momento los plásticos se usan casi exclusivamente en la fase final de la construcción, es decir, para el terminado y el sector de servicios. Pero ya se prevén impor- tantes aplicaciones de los plásticos como materiales estructurales. La investigación a este respecto sigue dos caminos diferentes: por un lado, se trata de mejorar las propiedades mecánicas de los polímeros orgáni- cos mediante un estudio más pro- fundo de los procesos de cristaliza- ción, entrecruzamiento de cadenas y aumento de la rigidez; por el otro, se busca desarrollar materiales com- puestos, mediante la combinación de los plásticos con otros materiales. Se pueden citar como ejemplos los materiales para techos (plásticos re- forzados con fibra de vidrio), los hormigones de fraguado rápido y bajo encogimiento, los bloques y pa- neles de plástico esponjoso para ais- lación acústica y para construccio- nes livianas y la sustitución de vigas de madera por vigas conteniendo material sintético. Consideraciones similares pueden hacerse con respecto al moblaje y a elementos de decoración, en cuanto a la sustitución de materiales tradi- cionales por materiales plásticos. Automóviles de plástico El uso de los plásticos en vehículos a motor es ya considerable. En este aspecto la industria automotriz es- tadounidense está a la cabeza, mien- tras que la europea aún no ha acep- tado ampliamente esta situación; es probable que esta última cambie de mentalidad cuando una parte consi- derable de la industria automotriz en Gran Bretaña y en Europa pase a manos norteamericanas. La aplica- ción de los plásticos en este campo significará uno de los factores más importantes de crecimiento de la industria plástica, puesto que se pre- vé que éste será, en la próxima dé- cada, uno de los mayores mercados de este tipo de materiales. El interés de los fabricantes de automóviles por los plásticos se de- be a la búsqueda de materiales más livianos, menos sujetos a corrosión, menos costosos de modelar, más ais- lantes del ruido y las vibraciones y más seguros. Si bien el costo de los plásticos es en muchos casos más elevado que el de los metales, el de estos últimos tiende siempre a au- mentar, mientras que los plásticos ofrecen ventajas adicionales, como ahorro en tiempo de trabajo, amorti- zación de máquinas herramientas y espacio. Los próximos diez años ve- rán también el fin del debate sobre la aplicabilidad y la adaptabilidad de los plásticos a la construcción de automotores y ya en la actualidad existe una producción, en pequeña escala, de piezas y paneles de plás- tico moldeado. Desde el punto de vista del costo y de las propiedades de los mate- riales, los tipos de plástico que en- contrarán más uso en la industria automotriz son los poliuretanos, el polipropileno, el ABS (polímeros mixtos de acrilonitrilo, butadieno y estireno) reforzado con fibra de vi- drio, el polietileno de alto impacto, el nylon, y ciertas espumas plásti- cas. La posibilidad de sustitución está ya bien estudiada y a este res- pecto se han resuelto muchos pro- blemas; entre los que aún quedan por resolver podemos citar los re- lativos al acabado (pintura y me- talizado ). Posibilidades y limitaciones Todos aquellos que están convenci- dos de las grandes posibilidades de los plásticos, no deben olvidar sus limitaciones y los problemas que crea su uso creciente. Además de sus propios problemas de producción, la industria del plástico debe enfren- tar tres grandes y fundamentales problemas: primero, los peligros de la contaminación de alimentos en contacto con plásticos por la libera- ción de sustancias tóxicas de estos últimos; segundo, la combustibili- dad de los materiales plásticos y ter- cero, la eliminación de los desechos de plástico, incluyendo envases y todo tipo de objetos. Esto último re- viste gran importancia, ya que los plásticos no se degradan natural- mente, su eliminación por combus- tión sería muy costosa y difícil y no pueden, ni es conveniente, recupe- rarse. Se llegue o no a algún tipo de consulta internacional para resolver estos problemas, es evidente que la industria plástica debe ser bien cons- ciente de ellos, así como todos los demás sectores, incluyendo el sector de consumo y que dichos problemas deben ser encarados a nivel guber- namental en conexión con las di- versas industrias, antes que dejarlos al arbitrio de cada compañía. Los logros de la industria de los materiales plásticos, en su breve existencia, han sido considerables; si tiene debidamente en cuenta las po- sibilidades reales y las limitaciones de los productos que fabrica, su fu- turo, estimulado por ese pasado exi- toso, será realmente brillante. O 14
  • 17.
  • 18. Técnica del fresco toscano Lucía Bonadeo Lucia Bonadeo, de nacionalidad uruguaya, estudio química en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Se doctoró en la Fisk Umversity. de Nashville, Tennessee, U.S.A. Actualmente esta radicada en Florencia, donde se dedica al estudio de la técnica y restauración de los frescos toscanos. El muro y el color Cennino Cennini, conocedor de los secretos de la es- cuela de Giotto, escribió en su "libro delParte", única fuente de información sobre la técnica pictórica del 300, que el fresco "é'l piü dolce e'l piü vago lavorare che sia" (es el más dulce y grato de todos los traba- jos). Vasari, a mediados del 500, confirma esta opi- nión escribiendo en "Le vite": "Di tutti gli altri modi che i pittori faccino il dipignere in muro é piü maes- trevole e bello".. . (la pintura sobre el muro —refi- riéndose al fresco— es, de todos los métodos usados por los pintores, el más hermoso y magistral). El fresco, especialmente en la Toscana, ejerció una gran fascinación sobre los artistas del 300, 400 y principios del 500; las dificultades técnicas de su realización determinaron, sin embargo, que sólo unos pocos maestros pudieran afrontarlas con todo éxito. El método se basa en un principio conocido desde hace muchos siglos: los colores mezclados con agua se aplican al revoque del muro todavía húmedo y son absorbidos por la superficie porosa. Al producirse la carbonatación (transformación del hidróxido de calcio en carbonato de calcio por acción del dióxido de car- bono del aire) los pigmentos quedan atrapados en una red cristalina.* Una vez completado este proceso la pintura adquiere una resistencia tal que permanece prác- ticamente inalterada después de siglos de exposición a la intemperie. Dada la falta de datos, ya sea porque no se conocen escritos de ciertas épocas sobre el tema, o porque los textos que se han conservado son de di- fícil interpretación, no es posible determinar con exac- titud la aparición del fresco en la pintura mural. Las informaciones llegadas hasta nosotros parecen indicar que los griegos lo conocían y que los romanos ya habían aplicado esta técnica con gran maestría. Durante los períodos bizantino y romano el fresco pa- rece haber caído en desuso, por lo menos parcialmen- te: en las pinturas murales de la época la mayor parte de la composición se pintaba sobre la pared terminada "a secco", con una mezcla de pigmentos y yema de huevo o goma diluida en agua. Otra técnica empleada era la del "mezzo affresco", que consiste en mezclar los pigmentos con agua de cal, aplicando luego esta suspensión al muro. Ambos procedimientos son muy inferiores al fresco tanto en lo que se refiere a la pre- servación de las pinturas como a su efecto estético. 16 La palabra fresco se usa generalmente como sinónimo de pintura mural; sin embargo debería emplearse para designar una técnica particular dentro de la pintura mural.
  • 19. La resurrección ele la técnica del fresco en el 300 se debe a una serie de circunstancias: el mosaico, orna- mento típico de exteriores, cayó en desuso debido a que, además de ser un procedimiento de realización larga y costosa, resultaba demasiado rígido para Jas ne- cesidades expresivas de la época. Además, en ese pe- ríodo se construyeron numerosos palacios e iglesias y los laicos recibieron autorización para construir capi- llas en estas últimas, privilegio reservado hasta ese mo- mento a las autoridades eclesiásticas. La decoración de estos monumentos, como demostración de la riqueza y devoción de sus patrocinadores, fue un poderoso in- centivo para el desarrollo de la pintura al fresco. Ci- mabue, precursor de este movimiento, habría estado en contacto con frescos romanos en restauración alre- dedor del año 1272 en Roma, donde habría estudiado la técnica que serviría de guía para la ejecución de los famosos frescos de la Capilla Superior de Asís. El período de auge del fresco toscano se extendió entre los años 1300 y 1540 aproximadamente; las pin- turas de Miguel Angel en la Capilla Sixtina marcaron el final de la época de oro de la tradición toscana. Du- rante dos siglos Florencia y Siena, especialmente, fue- ron centros artísticos de importante influencia; en sus talleres estudiaron muchos de los principales pintores de la época. Estos adoptaron con entusiasmo la téc- nica del fresco y durante sus viajes la expandieron por toda Europa. Son innumerables las obras que han que- dado como testimonio de este extraordinaria movimien- to: la Capilla Scrovegni de Giotto en Padua, "la Maes- tü" de Simone Martini en el Palacio Público de Siena, las pinturas de Traini en el Campo Santo de Pisa, la Ca- pilla Brancacci de Masaccio en la Iglesia del Carmine en Florencia, el coro pintado en la Catedral de Prato por Filippo Lippi, las celdas del monasterio de San Marcos de Fra Angélico en Florencia, la ya citada Ca- pilla Sixtina, que no sólo tiene el techo pintado por Miguel Angel, sino las paredes laterales decoradas por artistas como Botticelli, Ghirlandaio, Perugino y otros. Tratamiento de la pared Pasemos ahora a describir el proceso de fabricación del fresco, destacando algunos detalles que parecen particu- larmente interesantes o curiosos. Los parágrafos si- guientes están dedicados a los aspectos salientes de la preparación del muro, previos a la ejecución de la pintura. El "arriccio" o revoque grueso, hecho con una mez- cla de arena no demasiada fina y cal apagada, era pre- parado generalmente por el mismo artista. Esta prepa- ración servía de base al "intonaco" o revoque fino, sobre el cual se ejecutaba la pintura; la superficie del arriccio debía ser irregular, de modo de permitir una mayor adhesión entre ambas capas. La pintura no sólo se rea- lizaba sobre muros de construcción reciente sino que también se solía decorar paredes ya hechas que incluso contenían a veces pinturas antiguas que no correspon- dían más al gusto de la época. En estos casos se picaba irregularmente el revoque ya existente, usándolo de arriccio para la nueva obra, F,n Florencia, en la Iglesia de Santa Croce, existían dos capillas, la de Tosinght y la di.' Giungi, integramente pintadas por Giotto, que fuemn así "renovadas" en la época de Vasari. Una vez que el arriccio adquiría cierta consistencia, se dividía el muro en diversos sectores que servían de Figura 1: Las "gtor ríate". En este fresco se pueden identificar cuatro jornadas: en tomo a Adán, el ángel, Eva y la parte arquitectónica. Masaccio, La expulsión de Adán y Eva del paraíso terrestre. Capilla Brancacci, en la Iglesia del Carmine, Floreacm. (Foto Allinari, Florencia.) 17
  • 20. guía para la distribución de la pintura a realizar, cuyo número dependía del tamaño de la misma. La marca- ción de las zonas se obtenía golpeando la pared con una cuerda levemente bañada en pintura, sostenida por una de sus extremidades y mantenida perfectamente tensa. Las figuras y objetos se delineaban con un carbón y estos trazos, en caso necesario, se borraban con faci- lidad utilizando un manojo de plumas. Cuando la com- posición era del agrado del artista las líneas se repro- ducían con un pincel muy fino mojado en una solución diluida de ocre. La última operación que se ejecutaba sobre el arriccio consistía en la aplicación de la sino- pia, otro tipo de tierra colorada, de composición simi- lar a los ocres. Con la sinopia se repasaba el esbozo original y se trazaban todos los particulares. En nues- tro siglo, el significado de "sinopia" se extendió, pa- sando a identificar todo el dibujo preparatorio; es con ese nombre que de ahora en adelante nos referiremos a este último. Una vez terminada la sinopia y estando el arriccio completamente seco, se iba cubriendo éste con el in- tonaco, hecho de arena muy fina o polvo de mármol y cal apagada. Se cubría solamente aquella parte del dibujo que se juzgaba posible pintar en el día. Estas divisiones o "giornate" (jornadas) son particularmente visibles en las pinturas de Masaccio de la Capilla Bran- cacci (figura 1) o en la obra de Miguel Angel en la Capilla Sixtina. El corte entre una "giornata" y otra cuando se trataba de figuras, como en los casos citados, se realizaban en torno a la silueta. La sinopia, así recubierta por el intonaco, tenía como única función servir de guía al artista. En la actuali- dad, gracias a la gran evolución tecnológica, se puede separar el intonaco del arriccio, cuando las condiciones del fresco lo exigen, colocando el primero sobre un nuevo soporte. De esta manera han quedado al descu- bierto decenas de sinopias y su estudio ha permitido descubrir nuevos aspectos del arte de la época. El valor excepcional de estos dibujos proviene, entre otras ra- zones, de que fueron trazados "a mario libre", direc- Figura 2: Sinopia de Lorenzo de Bicci: La Madonna con San Jorge y San Leonardo de la "porta di San Giorgio" en Florencia. (Foto de la Sopraintendenza de Florencia.) tamente sobre el muro en sus dimensiones definitivas. Hasta la mitad del 400 son muy poco frecuentes los estudios de frescos realizados sobre papel; los ejemplos encontrados corresponden ya sea a tratamiento de te- mas no convencionales o a esbozos del primer encargo hecho a artistas aún no conocidos en la zona. Se han encontrado diversos ejemplos de arriccios que confir- man la hipótesis de la sinopia como primer y único dibujo preparatorio de la obra. En apoyo de esta teoría se descubrieron esbozos de un mismo detalle realizado varias veces sobre el muro; también se encontraron dibujos de menor valor que reproducían alguna parte de la sinopia, realizados aparentemente por alumnos del pintor. En algunos casos es visible la superposición del trazo del carbón y de la sinopia, debido segura- mente a una variación del plan del artista. Sólo el maestro era responsable del trazado de la sinopia; este es otro de los factores que la hacen tan valiosa pues no sucedía así con. la pintura del fresco propiamente dicha, en la que con bastante frecuencia colaboraban los discípulos. Es así como algunas sinopias son artísticamente más valiosas que el fresco corres- pondiente. La sinopia ha servido además para completar una vi- sión del arte de la época, ya que no se han conservado dibujos del 300 y los de principios del 400 son bas- tante raros. Existe también otra razón que hace de las sinopias un elemento de juicio importantísimo: dado que el fresco las ocultaba, el artista se sentía libre, es decir, no estaba limitado por cánones estéticos de su tiempo y podía por lo tanto innovar. Aparecían enton- ces rasgos de su personalidad que luego serían cuida- 18
  • 21. Figura 3: Fresco de Lorenzo de Hlcu: L: Madonna con Han jorge y San Leonardo de !a "porta di San Giorgio", particular del fresco de San juan fíahtist-i y San Francisco, en Florencia. {Foto de la Soprainti'ni.L'ni'a lie Florencia. ) dosíunente vellidos en el freso Se pueden dtar nume- rosos ejemplos de variaciones entre sinopia y fresco, figuras suspendidas, detalles cambiados, etc. Las dife- rencias entre la magnífica «inopia de Lorenzo De Bicci o Bicci Di Lorenzo (figura 2) y el fresco (figura 3), son un ejemplo claro de la intervención de influencias externas al concepto artístico del pintor. Fste fresco, que representa a la virgen y el niño rodeados por San Jorge y San Leonardo, debía adornar l.i "Porta di San Giorgio", una de las entrada-i de la ciudad. Los le- trados o doctos eclesiásticos, que generalmente eran los encargados de guiar al artista en el campo iconográfico, juzgaron que la figura de San Jorge debía estar en el lugar de honor, a la derecha fie la Madonna, porque dicha puerta llevaba su nombre. Se puede notar ade- más que San Leonardo, en lugar de las cadenas del mar- tirio, lleva en sus manos un libro y que San Jorge em- puña un escudo en vez de la espada. Finalmente, la virgen ha defado de abrazar con sus dos brazos al niño en un gesto armonioso para alzar una mano y mostrar ostentosamente una flt>r. Este gesto, juzgado banal y de escaso efecto artístico por los historiadores de arte, tenía sin embargo sus ra::ones políticas: c.n esa época se construía la cúnula de Santa María del Fíore, la nueva Catedral de Florencia, con cuyo nombre se pre- tendía vincular a la flor, símbolo de la ciudad, con el nombre de la virgen; el fresco no hacía más que con- firmar esta intención. La aplieHcióti del i-oior Hasta ahota nos I'.i'mcs referido a la preparación del muro; con la colocación del intonaco comenzaba la eje- cución del fresco propiamente dicho. Una vez e x t e n - dido el intonaco en la zona adecuada, se repetía e l di- bujo de la sinopia en sus trazos generales. La p i n t a r a debía realizarse dentro de un intervalo limitado d e tiempo; todos los artistas que escribieron sobre el t e m a se refieren a un período óptimo y a la formación p o s - terior de una costra que dificultaba la terminación d e la obra. Se mojaba el muro continuamente con e l f i n de mantenerlo húmedo el mayor tiempo posible; l o s colores debían aplicarse en varias capas y tenían la particularidad de cambiar de tono al secarse el m u r o . Solamente la experiencia podía hacer que el artista i m a - ginara su obra tal cual sería una vez concluida. Los pigmentos que se consideraban compatibles c o n la pintura a fresco eran pocos. Los ocres, el blanco d e San Giovanni o carbonato de calcio, el negro ( o b t e n i d o por la carbonización de los sarmientos de vid, p o r ejemplo) y el verde de Verona eran los que se e m p l e a - ban con mayor frecuencia. Los azules, azurita y l a p i s - lázuli o ultramarino, eran colocados "a secco", u s a n d o yema de "huevo de gallina de ciudad" (dada l a ali- mentación de ésta la yema tenía un color amarillo p á - lido, que no daba tonalidades verdes a los azules), o una goma especial. Todos los pigmentos, comprados e n general en condiciones no satisfactorias para su e m p l e o , eran triturados, purificados y seleccionados según el tamaño de las partículas por los mismos artistas o m á s generalmente por sus discípulos. Estos procesos l a r g o s y engorrosos, podían durar' decenas de Pater Nosfer, medida habitual de la época. El blanco y el negro se mezclaban con los o t r o s co- lores en proporciones variables de modo de o b t e n e r una completa gama de tonalidades, permitiendo la rea- lización de luces y sombras. Los artistas eran p a r t i c u - larmente cuidadosos en las tonalidades de piel: c a d a sexo, cada edad, tenía un color determinado que s e lo- graba por la superposición de diversos colores. L o s retoques finales se realizaban "a secco", cuando e l ar- tista podía juzgar el conjunto de la obra. Existen n u - merosas recetas acerca de la mejor manera de p i n t a r a 1 9
  • 22.
  • 23. Figura 4: El "spolvero". Domenico Veneziano, particular del fresco de San ]uan Bautista y San Francisco, en la Iglesia de Santa Croce, en Florencia. (Foto de la Sopraintendenza de Florencia.) Figura 5: La "quadrattura". Jacopo de Foniorno, dibujo con la Madonna Annunziata, Uffizi, Florencia. (Foto de la Sopraintendenza de Florencia.) fresco, que van desde el manto de una Madonna hasta una montaña; no creemos necesario insistir sobre este aspecto pues son detalles pictóricos que variaron con cada escuela o pintor y no dependen directamente de la técnica particular del fresco. Pocas fueron las variaciones del fresco durante el 300 y principios del 400; en el período sucesivo, en cambio, las modificaciones se sucedieron rápidamente. La sinopia fue constantemente utilizada hasta 1430, después su uso decayó aunque no desapareció por com- pleto; primero se la reemplazó por el "spolvero" y más tarde por el cartón. El gran dibujo preparatorio ya no se hacía sobre el arriccio sino sobre el papel. Terminada su concepción, se perforaba el diseño con un objeto punzante, reco- rriendo todos los trazos que se querían reproducir: luego se recortaba este esbozo en secciones que co- rrespondían a las jornadas a realizar. Se adhería al in- tonaco la "giornata" correspondiente y se pasaba por encima una pequeña bolsa de trama abierta que con- tenía polvo de carbón. El polvo se introducía así por los orificios del cartón, marcando el intonaco fresco (figura 4). Se cree que el spolvero fue utilizado por primera vez —según los datos hallados hasta hoy-— en el fresco de la creación de los animales de Paolo Uce- 11o, en el cual también hay sinopia. A principios del 500 el "spolvero". fue sustituido por el cartón. Se preparaba el diseño sobre un papel del tamaño del fresco —como en el caso anterior— y también se recortaban las "giornate", pero sin perforar el cartón. Una vez colocado el papel sobre el intonaco se reproducían los trazos del dibujo repasándolos con un estilete de metal; la presión ejercida con este instru- mento bástaba para marcar el intonaco fresco (tapa). La invención de la "rete", "reticolo", "gravicola" o "quadrattura" fue la principal innovación en la prepa- ración de un fresco. Los artistas podían agrandar la composición diseñada en un pequeño papel hasta cual- quier dimensión requerida, de un modo prácticamente mecánico. La superficie del dibujo original se dividía en cuadrados de igual tamaño por medio de líneas ver- ticales y horizontales (figura 5). En un papel muy grande se realizaba una construcción similar abarcando con ella el espacio que debía ocupar la obra; las líneas del dibujo se volvían a trazar en cada cuadrado según la proporción elegida. Alberti, en 1435, cita un procedimiento bastante si- milar al que llama velo y en la Trinidad, de Masaccio, pintada en la Iglesia de Santa María Novella, se per- ciben cuadrados marcados en el intonaco que varían de tamaño en la cara y en el manto; sin embargo, la opi- nión generalizada es que la "rete" fue un método ins- pirado en los estudios renacentistas de Brunelleschi. Los artistas de la vieja tradición no parecen haber acep- tado con alegría esta innovación, ya que con ella ter- minaba todo un período de la pintura en el cual se esperaba del artista no sólo la concepción de una obra hermosa sino la capacidad de vencer obstáculos técni- cos de enorme importancia. Junto con las modificaciones en la realización del dibujo preparatorio se introdujeron otras novedades: el gusto del detalle refinado, de las telas finamente trabajadas, de los paisajes complejos. Dada la rapidez con que se debía efectuar la pintura, esta moda era incompatible con el fresco: la pintura "a secco" y "all'olio" en muro lo suplantaron. O 21
  • 24. Aprendizaje visceral: facultad humana desaprovechada, Norberto Rey Hace miles de años, en la India, un hombre ascéticamente vestido se sentó con las piernas cruzadas al borde de un arroyo. Respiró profundamente, sus manos descansaban sobre las rodillas, las puntas del dedo índice y pulgar estaban juntas formando un círculo que impedía que se escapara el Prana. Por largo tiempo meditó. En algún momento de su estítica actitud, se produjo una disminución de su frecuencia de pulso, el corazón casi se detuvo .. . Hace algunos meses, en la Escuela de Medicina de Harvard un hombre entró en una pequeña habitación. Cables y tubos partían de su cuerpo y serían conectados a diversos instrumentos cuando se sentara en ese cuarto. Lo hizo. La puerta se cerró. Se encendió una luz verde. El hombre, a pesar de estar relajado, tenía expresión de estar tratando de conseguir algo. Al fin, sobre una pantalla colocada frente a él se proyectó la imagen de un billete de cien dólares. Se apagó la luz verde, la proyección desapareció y el hombre de los cables tenía aspecto de satisfecho. La proyección fue un premio, porque logró que su frecuencia cardíaca disminuyera . . . ¿Corresponden estas dos descripciones a fenómenos similares? Aparentemente sí. En ambas hay alguien que ejercita una forma poco usual de conducta: el control de una función visceral. Norberto Rey es Doctor en Medicina de la Universidad de Buenos Aires (1964). Actualmente' es becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas en el Laboratorio de Neurofisiología del Instituto de Investigaciones Médicas. Las funciones viscerales y el sistema nervioso autónomo Un ser humano, o más en general un animal, permanecerá vivo mien- tras su organismo cumpla una cate- goría especial de funciones llamadas vegetativas: respiración, circulación de la sangre, regulación de la tem- peratura, absorción de sustancias nutricias, eliminación de desechos. Estas funciones deben cumplirse dentro de un margen bastante estre- cho para el funcionamiento óptimo del organismo todo que incluye las funciones viscerales descriptas y otras: las funciones de la vida de relación. Las funciones viscerales se pro- ducen adecuadamente y con poca variación desde el nacimiento hasta la muerte. En realidad, deberíamos decir hasta la enfermedad, ya que en última instancia el desajuste del funcionamiento visceral constituye la enfermedad. Por otra parte, estas funciones se producen en el ser vivo sin esfuerzo aparente por parte de él, sin que necesite prestarles aten- ción y aun, en el caso del hombre, sin requerir su conocimiento ni con- sentimiento: las funciones vegetati- vas no son conscientes ni es necesa- rio aprenderlas. Estas funciones con- trastan altamente con las funciones de la vida de relación del animal u hombre con el medio físico o los otros seres vivos (la obtención de comida, el movimiento, la defensa o ataque, las funciones superiores del hombre): son conscientes y en cierta medida es necesario apren- derlas o perfeccionarlas. Este contraste es la base de un prejuicio corriente entre los fisiólo- gos, que no existe en otros grupos de individuos (los yoguis, por ejem- plo). Un fisiólogo probablemente afirme que "no se pueden apren- der respuestas viscerales, en cambio sí se pueden aprender respuestas complejas, altamente coordinadas y voluntarias de los músculos esque- léticos". Un Gurú yogui afirmaría que "en el Samadhi1 puede contro- larse totalmente el funcionamiento del cuerpo". Un tercer grupo, for- mado por fisiólogos, encabezados por el Dr. Neal Miller, de la Rockefeller University, supone —y lo está de- mostrando— que el hombre y cier- tos animales superiores, por lo me- nos, son capaces de aprender a con- trolar el funcionamiento visceral. Así, como podemos aprender a acer- tar en un tiro al blanco coordinan- do finamente el movimiento de los músculos esqueléticos bajo el con- trol del Sistema Nervioso Central (o "de la vida de relación"), se puede aprender a descender la pre- sión arterial coordinando la función del corazón y de los vasos sanguí- neos bajo el control del Sistema Ner- vioso Autónomo (o "de la vida ve- getativa")- Filosofía Yoga y control visceral Haciéndoles justicia por haber sus- tentado una idea que la ciencia mo- derna rechazó y recién ahora encara su estudio, veamos primero cuál es la opinión de los yoguis al respecto. Como el autor de esta nota sólo po- dría aproximarse al problema leyen- do muchos libros difíciles, opta por transcribir una conversación que mantuvo sobre el tema con un co- lega 2 que está muy relacionado con el Yoga. 1 Samadhi: estado máximo de realización alcanzado por un yogui. Según el Yoga se alcanza mediante intensas prácticas de introspección y meditación y siempre que ocurra la "iluminación", fuerza que actúa sobre el individuo, desde fuera de él. 2 Dr. Tomás Koltai, médico. 22
  • 25. Pregunta: Hay experimentos recien- tes qué demuestran que se puede aprender una respuesta visceral de- terminada. Esto tendría una impor- tancia bastante grande, sobre todo por su aplicación posible en el con- trol de los síntomas en ciertas enfer- medades funcionales. Además, sería la base de la génesis psicológica de desórdenes orgánicos. Pero hay refe- rencias no científicas que podrían de- nominarse de "control visceral vo- luntario", ¿provienen del fakirismo y del Yoga? Respuesta: Yo siempre enfoqué el Yoga más a nivel filosófico que a nivel físico, pero algo puedo infor- mar. Al leer Yoga uno se entera de muchas cosas al margen de su in- terés principal, por ejemplo del Ha- tha Yoga, el Yoga "físico". P.¡ ¿Hay varios Yogas? R.: Hay quizás unas veinte escuelas Yoga, o más. Lo que tienen en co- mún todas es la finalidad: el cono- cimiento de uno mismo y la identi- ficación de uno con el Universo (esto último es ya un poco más com- plicado de entender). Cada uno pue- de enfocar el Yoga de distinta ma- nera. El Rajha Yoga trata de alcanzar su fin por la meditación sistemática, el Gnana Yoga con el razonamien- to, el Karma Yoga a través de la acción renunciando a los frutos de ella, el Batki Yoga es el Yoga de la devoción. Conozco varios más, pero son secundarios. Todos implican un cierto grado de ascetismo, una nor- ma de vida bastante estricta: abs- tención, moderación. P.: ¿Y acerca de las técnicas físicas del Yoga, los asanas, por ejemploP R.: Pertenecen al Hatha Yoga. Las restantes escuelas no piden asanas ni otras actitudes corporales especiales. Pero el Hatha Yoga también se pro- pone alcanzar el conocimiento; no es como lo han vulgarizado, los occi- dentales especialmente. Bley y otros autores lo describen como un mero ejercicio físico: un individuo que se coloca en posiciones increíbles que le dejan las piernas destrozadas y los brazos a la miseria. Esto no es el fin ni el fundamento. El Hatha Yoga no está desprovisto de meditación y las posiciones se adoptan sólo para fa- cilitar la concentración. Del Hatha Yoga voy a comentar la parte de control visceral, que quizás es la que más interesa aquí. Una experiencia conocida es la del individuo que se hizo enterrar. Esto fue comprobado y certificado por médicos. Estuvo enterrado en un estado que los yoguis llaman Sa- madhi, durante casi un mes. A su disposición debió existir una canti- dad de aire que no hubiera alcanzado ni para dos días en un individuo nor- mal. Por supuesto, estuvo sin ali- mentos ni líquidos. Mientras esto sucedía, se le controló el pulso, que bajó a una frecuencia de 30 por mi- nuto, las respiraciones 1 ó 2 por minuto y la temperatura, que bajó a 28° C. Creo que perdió muy poco peso a lo largo de la experiencia. Cuando ésta se dio por terminada estuvo un par de días más en estado de semitrance, hasta que abandonó el Samadhi. Este era un fakir, más que un yogui. P.i ¿Cuál es la diferencia entre un faldr y un yogui? R.: El Hatha Yoga tiene como meta alcanzar el conocimiento. El fakir es un individuo que empieza en esa lí- nea, pero ante sus logros se dedica más a la parte física y se olvida del fin último. Equivoca el camino y cree que el control mental sobre el cuerpo es suficiente para alcanzar la meta. Todos los Yogas, cualquiera sea la forma, implican un control de la mente sobre el cuerpo mucho ma- yor que el del individuo corriente. Pero los yoguis no le dan importan- cia porque la meta no es esa. P.: ¿Implica un aprendizaje llegar a controlar la función de las visce- ras? ¿Se va incrementando o perfec- cionando el control? R.: Sí, se va incrementando. Es habitual encontrar yoguis que con mucha facilidad dominan el ritmo cardíaco. Pueden llegar a tener sólo 40 latidos por minuto y al instante siguiente alcanzar a 120 latidos. Además lo anuncian: "voy a acele- rar el pulso" y al tomárselo el cam- bio resulta evidente. Otro control que yo observé es la falta de parpadeo durante horas. También vi que pueden variar la transpiración a voluntad. Dicen: "ahora voy a transpirar", y lo hacen copiosamente. P.: ¿Controlan también las funcio- nes digestivas? R.: Acerca del control digestivo no leí ni vi nada. Supongo que es fac- tible. P.; ¿Cómo explican su posibilidad de controlar las funciones viscerales? R.: Las teorías que explican entre ellos el control visceral son comple- tamente descabelladas. Quien sepa algo de anatomía o fisiología no pue- de tenerlas en cuenta. Pero, de cualquier manera, llegan a alcanzar el control. La teoría es la llamada teoría de los Chakras,3 pero nunca me resultó lógica y no le di impor- tancia. En raí hay dos corrientes, la orientalista y la occidentalista, así que no pude estudiar eso con serie- dad. Una vez le pregunté a ún yogui si consideraba a esos Chakras como de existencia real. Me dijo que no, que son muy metafóricos, que se 3 Chalaras: siete centros "vitales" de ener- gía con ubicación anatómica precisa. "Exis- te una escuela de pensamiento que afir- ma que los Chakras se forman durante la concentración y meditación. Esto es ab- surdo. Los Chalaras existen allí en un estado sutil, siendo la materia física un producido o derivado de la materia sutil." Sri Swami Sivananda: "Kundalini Yoga", Ed. Kier, Buenos Aires, págs. 64-65. 23
  • 26. usan para lograr que gente de muy poco nivel cultural pueda tener un entendimiento más o menos simple del desarrollo psico-mental. Además se describieron hace como 4.000 anos, cuando de la fisiología no se tenía ni idea. P.t Y de lograrlo, ¿cuándo se hace efectivo el control visceral? R.: En el Samadhi especialmente. Respecto de ese estado, yo traté de lograrlo, pero no pude. Primero, porque no se dio el medio adecuado; segundo, porque ellos dicen que no basta la concentración y la ejercita- ción del individuo, la lectura de libros o las enseñanzas de un Gurú. Hace falta lo que ellos llaman "ilu- minación", una cosa un poco mis- teriosa.4 Todo ese sistema es un poco incompatible con la vida de hospital, sobre todo en el Instituto.0 Lo cierto es que no lo logré . . . P.í La gente que consigue el control visceral, ¿piensa que ese conocimien- to se puede transferir? R.: Sí, se puede enseñar, pero hay un problema. Yo puedo explicar una serie de cosas que logré al llegar a un cierto estado mental, pero nunca va a poder entender esas cosas quien no vivió ese estado mental. P.: ¿La vivencia de ese estado men- tal tan especial es fundamental para el aprendizaje de los controles vis- cerales? R.: La vivencia es fundamental, sin esto no se vive no se aprende. No se puede enseñar a alguien a controlar el ritmo cardíaco, probablemente, excepto que simultáneamente obten- ga la preparación filosófica y psico- lógica adecuada. Pero claro, no hay experimentos estadísticos sistemáti- cos porque el fin perseguido por los yoguis no es éste. Además la ma- 4 "Kundalini, el Poder Serpentino o Fue- go Místico es la energía primordial o Skakti" ..."es la Diosa de la palabra adorada por todos, la cual al ser desper- tada otorga al yogui la iluminación" . . . "cuando el Kundalini atraviesa de Chakra en Chakra, etapa por etapa, la mente se expande y el yogui adquiere poderes psí- quicos, logrando asimismo pleno control" . . . "Ningún estado de Superconsciencia o Samadhi es posible sin el despertar de esta energía primordial". Sri Swami Siva- nanda, op. cit., págs. 85-88. B , El interlocutor es médico residente del Instituto de Investigaciones Médicas (Hospital Tornú, Buenos Aires). 24 yoría de los yoguis que alcanzaron determinados controles, lo hicieron como una cosa colateral, sin buscarlo especialmente. P.: En otro orden de cosas, ¿qué hay respecto de la percepción? R.: ¿Extrasensoria? P„; No, sensoria. Me refiero a ciertas modalidades sensoriales que habi- tualmente permanecen inconscientes. Por ejemplo, la percepción de los movimientos viscerales. R.: Bueno, los yoguis tienen per- cepción de las visceras cuando quie- ren. Sucede lo mismo que con el parpadeo: habitualmente se produce involuntaria e inconscientemente, pe- ro si se quiere se puede hacer volun- tario y consciente. Los yoguis pue- den hacer consciente los latidos cardíacos, el momento en que se pro- ducen, anunciar cuándo van a au- mentar o disminuir . . . Esto lo logra poca gente, aun entre los yoguis. Yo pienso que a través de la ejercita- ción se puede desarrollar el nivel de sensibilidad. El Yoga, por lo menos una de sus escuelas, nos propone la posibilidad de que el hombre puede llegar a controlar ciertas funciones viscerales. Además, admite que con dificultad más o menos grande, puede llegar a aprenderse este control. Sin embar- go, la explicación es totalmente mís- tica. El "mecanismo" propuesto, los Chakras recorridos por el serpen- teante Kundalini, no admiten conva- lidación científica. Además, el yogui que posea estas habilidades, al no interesarle este logro en sí mismo, no las ofrece a la crítica científica. Otra cosa ocurre con los fakires, que suelen prestarse a pruebas contro- ladas. Lamentablemente, en la ge- neralidad de estos casos se trata de más o menos hábiles embaucadores de feria. Nuestro razonamiento, higiénica- mente, se resiste a creer sin analizar. Pero, para analizar debemos recurrir al método científico y en su domi- nio, el sujeto analizado será un ani- mal o un hombre corriente. Enton- ces, si científicamente constatamos algunos hechos, nos veremos obliga- dos a aceptar algunas afirmaciones del Hatha Yoga, pero reemplazare- mos la interpretación mística orien- tal 0 por otro cuerpo de ideas o teorías que estamos más dispuestos a aceptar.7 Fisiología del aprendizaje y respuestas viscerales Los teóricos del aprendizaje distin- guen dos tipos: uno es el condicio- namiento clásico o pavloviano y el otro el aprendizaje por prueba y error. Condicionamiento clásico, tipo I o pavloviano: en este tipo de apren- dizaje (fig. 1), se asocian dos tipos de estímulos. Uno es el incondicio- nal que produce la respuesta que nos interesa obtener (en el ejemplo: 0 "En el Hatha Yoga se trata de realizar la fusión, la unión entre dos órdenes de corrientes psíquicas: Prana y Aprana, ab- sorción y expulsión, cuya dualidad crea la vida diferenciada." Paul Masson-Oursel: "'El Yoga", Eudeba, Buenos Aires, pág. 113 (citando a Jean Herbert). 7 El lector que no tema encontrarse con frases como las que siguen: "Escándalo viviente para la regla del dharma (deber de casta) adquiere enorme prestigio por su dharma extraordinario (abhidharma) en tanto que extrasocial"; "Hemos visto que en el Mulhadhara Chakra hay el Swayarubhu Linga. La cabeza del Linga es aquel espacio donde el Nadi Sushumna se halla ligado al Kancla", etc.; puede con- sultar la siguiente bibliografía elemental: Sri Swami Sivananda: "Kundalini Yoga", Kier, Buenos Aires, "Hatha Yoga", Kier, Buenos Aires. Yogui Ramacharaka: "Lecciones sobre fi- losofía Yoga y ocultismo oriental", Kier, Buenos Aires. José Alvarez López: "El Hatha Yoga y la Ciencia Moderna", Kier, Buenos Aires. Paul Masson-Oursel: "El Yoga", Eudeba, Buenos Aires.