El documento habla sobre dos científicos argentinos, Norberto Rey y Carlos Mosquera, que están presos bajo cargos vagos e inconsistentes relacionados con actividades subversivas. Numerosas instituciones profesionales han expresado su preocupación por la gravedad de estos casos y la falta de fundamentación de las acusaciones en su contra.
Procedimiento e interpretación de los coprocultivos.pdf
Ciencianueva18
1. 3 L
"
co .5 " ta
tí ° °o 5.~ C i— CJi
CU — c
CC O 2 D
2. f
Calculadora
electrónica
con impresión
CIFRA 311: Lógica de 3? generación, memoria de 4? generación.
CIFRA 311: Mayor potencialidad, diseño expeditivo, costo menor.
CIFRA 311: Creada en el país, es la solución más actualizada
a las vertiginosas exigencias de precisión y caudal de cálculo
de las empresas modernas.
Un producto FATE S.A.I.C.I. División Electrónica
Comercialización y Ventas: Garay 1, Tel. 34-6034/5/6/7/8.
17
«¡
48
52
36
58
M
3. El virus de ia
hepatitis
Organización del
espacio territorial
MELCHOR ROMERO:
la rebelión de los cuerdos
J
Revista
de ciencia y tecnología
Año III / N" 18 / agosto 1972 / Buenos Aires
Av. Roque Sáenz Peña 825. 9» piso, Of. 93 - Buenos Airei
Tel.: 45-7175
3 Editoriales: Rey y Mosquera,
presos políticos. Las falsas
opciones en torno a la salud
pública.
17 Humor nuevo
46 Novedades de ciencia
y tecnología
48 Cursos y reuniones científicas
52 Juegos matemáticos
56 Libros nuevos
58 Correo del lector
64 Problemas de Go
Metegol
5 MELCHOR ROMERO: EL PODER
DE LOS CUERDOS
9 Jorge Merlo Flores
11 Un proyecto latinoamericano de modelo mundial
Amtlcar O. Herrera
16 El Club de Roma
Oscar Varsavsky
18 Antígeno Australiano: ¿el virus de la hepatitis?
Daniel Goldstein
26 El Consejo Tecnológico del Movimiento Nacional
Justicialista
29 La organización del espacio nacional
Alberto Luis Cignoli
41 La élite de la destrucción
43 El juego de Go (III)Hilario Fernández Long
4 6 Recientes desarrollos en marcapasos
Más noticias sobre la Universidad Abierta
Exportación no tradicional: cadáveres
Empleo de nuevas especies animales
49 IPR: Becas externas para argentinos
50 DINEA: Simulación en computadoras
De las opiniones expresadas en los artículos firmados
son responsables exclusivos sus autores.
4. Nuestra tapa
y los
pintores
Como lo hicieron Hermenegildo Sabat y Lorenzo
Amengua! en los dos números inmediatamente
anteriores de CIENCIA NUEVA, toca ahora a la
generosidad de Ernesto Deira ilustrar nuestra
tapa.
Ernesto Deira nació en Buenos Aires en 1928. Es
abogado y ejerce cotidianamente su profesión
pese a la alta consideración que ha alcanzado su
obra plástica.
Fue discípulo de los pintores Leopoldo Torres
Agüero y Leopoldo Presas y desde 1957
interviene regularmente en exposiciones, dentro
y fuera del país. Obtuvo el Premio Losada 1958,
el segundo premio en la Illa. Bienal de
Córdoba y el Premio Palanza 1967 del Fondo
Nacional de las Artes.
En 1971 expuso en Buenos Aires sus
Identificaciones, cuyo contexto general implicaba
una denuncia contra la represión, las torturas,
la guerra y demás agresiones contra la esencia
del ser humano. Uno de sus trabajos se inspiró
en la fotografía de un herido en Vietnam
publicada en CN (N* 13, página 48). Las
Identificaciones de Deira serán expuestas este
año en Santiago de Chile y en La Habana.
En próximos números ocuparán nuestra tapa
trabajos de Rómulo Macció, Luis Felipe Noé y
Oscar Smoje.
Nuevo teléfono
45-7175
Es una publicación de Editorial Ciencia Nueva S.R.L.. Av. R
báenz Peña 825, 9? P„ of. 93, Buenos Aires, República Argen-
Pn a
.' c a t o t1
^5 , D
istri
r^Mores: en la República Argentina
^ S.A I.CI.F. y A Paraguay 340, Capital Federal, Tel.:
32
;6010 al 29; en Capital Federal, Vaccaro Hnos., S.R.L.,
f?A4> c £ A
Ca
PT
ltal
Federal. Impreso en Talleres Gráficos DI-
i i b i£, J
K 2 2 2 3
> B u e n o s A i r e s
' P r e c i o d e l
ejemplar:
* ™ / # (m$n. 500). Suscripciones: Argentina, ley 18.188
5 5U (m|n. 5.000) por doce números; Uruguay, $3000 exte-
rior, por vía ordinaria, u$s. 15 anual. Registro de la propiedad
intelectual n? 1.049.414. Hecho el depósito de ley. Derechos
reservados en castellano y cualquier otro idioma para los tra-
bajos originales, y en castellano para colaboraciones traducidas.
Director
Ricardo A. Ferraro
Director Adjunto
Hebe Mitlag
Asesores
Héctor Abrales
Hernán Bonadeo
Daniel Goldstein
Roberto Lugo
Ricardo Schwarcz
Secretario de redacción
Horacio Speratti
Redacción
Lucía Bonadeo
Katia Fischer
Ana Tedeschi
Diseño gráfico
Isabel Carballo
Dibujo
Fernando Díaz
María Angélica Peña
Humor
Julio Moreno
Secretaría
María Susana Abrales
Rodolfo D'Amario
Corresponsales
Boston: Carlos Abeledo
Jerusalén: Eduardo Fischbein
Londres: Eduardo Ortiz
Los Angeles: Julio Moreno
México: Jaime Kravsov
Montevideo: Juan Arturo Grompone
Ñapóles: Esteban Levialdi
París: Alain Jaubert - Beatriz Ottonello
San Pablo: Ricardo Albizuri
Santiago de Chile: Juan Pablo Schifini
5. Las opciones falsas
en torno a la salud pública
El derecho al trabajo, el derecho a la salud y el dere-
cho a la educación constituyen derechos fundamenta-
les de todo ser humano. La realidad argentina muestra
que, a pesar de enorgullecemos por un premio Nobel,
las vacas campeonas, la profusión de automóviles y al-
gún boxeador laureado, nuestra sociedad dista mucho
de ser un modelo de civilización. Sólo en Buenos
Aires los desocupados se cuentan por centenares de
millares; las cifras nacionales de analfabetismo y de-
serción escolar (que ofrecen las estadísticas oficiales)
son escandalosas y la salud pública está en sistemático
estancamiento y aún retroceso —medibles fácilmente
por las tasas de mortalidad infantil y por causas sub-
sanables.
Un común denominador unifica estos variados de-
sastres: aquellos que tienen poder económico pueden
trabajar, educar a sus hijos y optar por una atención
médica adecuada. El resto del país está marginado de
los derechos elementales: no siempre puede trabajar,
no puede estudiar, no puede recibir buena atención
médica. Este panorama desalentador hace juego con
el espectáculo de una Universidad desprestigiada, con
la degradación del CONICET y con la absurda existen-
cia misma del CONACYT, con la represión política y
con la ausencia total de participación de los habitantes
de la Nación en la conducción de sus destinos. Lejos
de mejorar, este panorama empeora día a día. Mien-
tras las autoridades declaman sobre el desarrollo, dan
pasos seguros para apartar al país aún más de la senda
del progreso. Y, como es habitual, para hacerlo plan-
tean falsas alternativas, opciones equivocadas.
Tal es el caso del reciente conflicto médico, en el
que los profesionales de salud pública —médicos, odon-
tólogos y bioquímicos— se enfrentaron con el Minis-
terio de Bienestar Social a raíz de la sanción de las
leyes 19.710 y 19.337, de prestaciones médicas y des-
centralización hospitalaria.
Tal como lo afirmara la Asociación de Profesionales
del Instituto de Investigaciones Médicas (APIIM) en
su oportunidad, estas leyes no constituyen aportes po-
sitivos a la salud pública del país ya que sólo están
destinadas a otorgar a las Obras Sociales la más amplia
libertad de contratación y explotación médica (ley
19.710) ya introducir el factor rentabilidad y comer-
cio en los hospitales públicos (ley 19.337). Además:
"Las leyes fueron creadas fuera del marco de un
Plan 'Nacional de Salud, y antes de la creación de un
Seguro Nacional de Salud. Su aceptación implicaría
considerar que la solución de los graves problemas mé-
dicos del país sólo se puede dar a través de la medicina
comercial, con un progresivo retraimiento del Estado
en el mantenimiento financiero de la Salud Pública.
"En la ley 19.710 se crea una curiosa 'paritaria' en
la cual están sentados del mismo lado de la mesa los
representantes de 45 mil médicos, odontólogos y bio-
químicos en su condición de dependientes o asalariados,
y los delegados de un sistema privado de medicina
basado en el lucro y la explotación de pacientes y mé-
dicos.
"En la ley 19.337 de descentralización hospitalaria
se permite a los directores de hospitales, con plenos
poderes, hacer convenios con las Obras Sociales. Si bien
de esto puede resultar una mayor afluencia de dinero
hacia ciertos hospitales y servicios, estos convenios
—junto con el arancelamiento de las prestaciones—
desplazarán directa o indirectamente de la atención mé-
dica a los sectores no protegidos y de menores recursos.
"Las autoridades no han indicado cuál es el porcen-
taje de la población que no se encuentra protegida por
las Obras Sociales, quiénes están protegidos, y quiénes
deberán recibir un denigrante certificado de pobreza.
No se conocen las conclusiones de la Encuesta Nacional
de Salud y otros datos que permitirían conocer las
posibilidades de la capacidad instalada.
Como alternativa a las leyes 19.710 y 19.337, los
investigadores del IIM proponen, "a) creación de un
sistema nacional de salud del que se deben excluir las
inversiones privadas rentables y con fines de lucro;
b) concreción de un Seguro Nacional de Salud y c)
formación de una Comisión Nacional que reglamente
su funcionamiento, en la que participen los realmente
interesados en la salud del pueblo, sus representantes
3
6. y los médicos, odontólogos y bioquímicos, con exclu-
sión de aquellos que ven en la medicina un bien ren-
table del que hay que sacar beneficios económicos."
El gobierno plantea la disyuntiva de "estar con la
CGT" o "estar contra la CGT" para, aprovechando la
adhesión popular a la clase trabajadora, crear una cor-
tina de humo sobre los verdaderos problemas. La salud
pública del país no es un problema cuya solución
compita a los sindicatos sino al gobierno nacional.
Ningún sindicato, ni ninguna otra asociación profesio-
nal, puede sustituir al gobierno nacional como admi-
nistrador, planificador y responsable económico de la
salud de la población.
Mientras los países capitalistas avanzados socializan
la medicina en forma sistemática y acelerada y los paí-
ses socialistas realizan profundas revoluciones sanita-
rias (los casos de Rusia, China y Cuba constituyen
hitos históricos en la materia), en nuestro país se to-
man anacrónicas medidas para privatizar^la medicina.
No será con actitudes igualmente anacrónicas y reac-
cionarias, como las adoptadas por las grandes corpora-
ciones de profesionales de la salud, que se esclarecerá
la cuestión que nos atañe a todos. Todos tenemos el
deber de reclamar una medicina gratuita, adecuada,
universal, ejercida por profesionales de la salud idó-
neos, que no lucren con la salud del pueblo. O
Rey y Mosquera,
presos políticos
Dos jóvenes científicos argentinos, Norberto Rey y
Carlos Mosquera, se encuentran presos en la Cárcel
de Resistencia y procesados por la Cámara Federal en
lo Penal, fuero antisubversivo. En ambos casos los car-
gos son vagos y su fundamentación aparece dudosa,
como lo han señalado diversas entidades profesionales
a las que Rey y Mosquera pertenecen.
Así, los cargos contra el licenciado Mosquera, quien
denunció haber sido bárbaramente torturado luego de
su detención, son considerados inconsistentes por la
Asociación de Docentes e Investigaciones de la Facul-
tad de Ciencias Exactas (ADIFCE) de La Plata, don-
de el físico detenido realizaba sus tareas de investiga-
ción. Los miembros de ADIFCE señalan como prue-
bas de la inconsistencia de los cargos, la variada gama
de hechos que se le imputaron a Mosquera durante el
desarrollo de la causa. En un principio se lo acusó de
infrigir la ley anticomunista 17.401 luego se lo invo-
lucró en el secuestro de Oberdan Sallustro; más tarde
se lo acusó de asociación ilícita. Pero luego todos esos
cargos fueron retirados y sustituidos por el de vio-
lación del artículo 223 del Código Penal que se refiere
a los delitos que comprometen la paz y la dignidad de
la Nación. Esta acusación se basó en un informe de
la Fuerza Aérea que definió como secretos a ciertos do-
cumentos que habrían sido encontrados en el domicilio
de Mosquera y que se refieren a las bases aéreas de
Villa Reynolds y El Plumerillo. Según la ADIFCE,
esos documentos contienen informaciones ampliamente
publicitadas, con una terminología similar a la que
contienen los escritos en los que se basa la acusación,
en la revista PANORAMA número 235, en un artícu-
lo titulado "Fuerza Aérea: una catedral de nubes en
el imperio de la utopía".
En el caso del doctor Rey también hubo vejámenes
y acusaciones varias que culminaron, después que las
autoridades cambiaron varias veces de idea, en un car-
go por asociación ilícita. Numerosas personalidades e
instituciones profesionales, tanto nacionales como ex-
tranjeras, se han pronunciado acerca de la gravedad de
estos dos casos. En particular, en la reunión anual de
Asociación Física Argentina de este año (ver CIEN-
CIA NUEVA, número 17, página 61) se nombró al
licenciado Mosquera presidente honorario de la Asam-
blea Ordinaria como gesto de solidaridad y protesta.
Norberto Rey es médico, Carlos Mosquera es físico,
ambos son investigadores y docentes de promisoria la-
bor científica. Pero lo importante es que, como el resto
de los ciudadanos de la República Argentina, están
sometidos a la voluntad todopoderosa de un sistema
represivo brutal y que como muchos de nuestros com-
patriotas, están sufriendo en carne propia la ausencia
de garantías constitucionales y el imperio de la perse-
cución ideológica. O
4
7. MELCHOR
el poder de
ROMERO:
los cuerdos
"Sufrimos hambre; cuando protestamos nos castigan
o nos dan un montón de pastillas para doparnos, an-
damos mal vestidos o desnudos, la gente nos rechaza,
nuestra familia no nos quiere o nos tiene miedo. Aquí
adentro andamos como animales. ¿A usted le parece
que podemos sonreír? Los únicos que en este lugar
pueden ser felices y vivir sin rebelarse son los que
están totalmente locos,"
Este testimonio de un internado del Hospital Neu-
ropsiquiátrico de Melchor Romero, ubicado a diez ki-
lómetros de la ciudad de La Plata, fue publicado en
el diario El Día, matutino de esa ciudad, el 23 de
abril pasado. Fue el primer paso de una intensa cam-
paña periodística compuesta por ocho notas, publica-
das en el mismio diario —y otras tantas en el vesper-
tinoGaceta— denunciando la situación crítica del Hos-
pital. Días más tarde, las denuncias trascendieron el
medio local y se publicaron en diarios y revistas de la
Capital.
Para los que durante años de esforzado trabajo con-
siguieron montar un Hospital Neuropsiquiátrico donde
en forma aparentemente legal e impune se estableciera
un régimen inhumano y represivo, la campaña fue un
duro golpe.
Por algún lado se filtraba la información que alimen-
taba la denuncia periodística con fotos y testimonios
de los internadas. Hasta hoy ha sido imposible para
las autoridades del Hospital identificar a el o los res-
ponsables, aunque se señaló, difamó y condenó a
cualquier médico o psicólogo sospechoso de rebeldía.
A raíz de los primeros artículos se inició un insólito
y complicado trámite legal. Una abogada platense, Ma-
tilde Kirilovski de Kreimer, presentó un recurso de
amparo en favor de los internados en el Hospital. El
juez interviniente en la causa, doctor Omar Roberto
Ozafrain, realizó una inspección ocular en el lugar,
comprobó la veracidad de las denuncias y dio lugar al
recurso de amparo dictando sentencia, en la que exigía
la solución inmediata de la situación de los internados,
con plazo fijo para su cumplimiento.
Sin embargo, cuando los ánimos parecían haberse
calmado y el incidente prometía llegar a buen fin, el
Fiscal de Estado apeló la sentencia y la Cámara de
Apelaciones se expidió revocando el fallo del Juez.
A pesar de haber desatendido las necesidades más
primarias de los pacientes durante años y a raíz de la
presión pública, el Ministerio de Bienestar Social de la
provincia otorgó —tres días después de revocado el
fallo— 500 millones de pesos "para mejorar Melchor
Romero".
La injusticia reinante en el desenlace del proceso
legal pretendió soslayarse a través de algunas conce-
siones y ciertos cambios (muchos de ellos de índole
burocrática) como una renovación de autoridades y la
apertura de licitaciones para lo construcción de nuevas
obras.
Las medidas sirvieron de paliativo, aunque no de
solución para los problemas de fondo de los alienados
que continúan bajo el control total de un sistema mé-
dico-administrativo que no respeta ni siquiera las mí-
nimas condiciones de subsistencia, porque participa, a
su vez, de una alienación que es social.
Angustias estomacales
"Estuvimos treinta y cinco días seguidos comiendo
agua con arroz. Ahora empezó la racha de los fideos;
la leche que nos dan es amarga, no hay azúcar; alguien
se la debe robar. Durante un mes tampoco tuvimos sal.
Mi sala, la Solanet, es una de las peores. Hay 40 jarros
para 97 enfermos. No alcanzan los platos y no hay
cubiertos. Tenemos que comer con las manos, como
animales." La elocuencia del testimonio induce a la
meditación acerca de dónde está la locura y dónde la
salud.
"Los internos acechan en la cocina, esperando para
poder apoderarse de algún resto de comida que se
caiga al suelo —afirma un psicólogo que trabaja en el
Hospital—. Operaciones como el cambio de la comida
de una olla a la otra son aprovechadas por los enfer-
mos para disputarse los restos que pudieran quedar
en los recipientes."
Ciertas realidades que abundan fuera de los muros
del Hospital se repiten también dentro del mismo:
"Una vez —expone un paciente dado de alta— pla-
neamos con un pequeño grupo una operación comando.
Queríamos volcar el carrito que llevaba la comida para
después recogerla del suelo. Teníamos hambre".
Pese a la coherencia de estos testimonios que de-
nuncian la subalimentación que padecen los enfermos,
y a pesar de que la legitimidad de los reclamos fue
comprobada por el Juez, los médicos de Melchor Ro-
mero agrupados en la Asociación de Profesionales de
8. dicho Hospital, arriesgaron una extensa contestación a
las denuncias que, bajo la firma de su presidente, el
Dr. J. R. Mir Villanueva, se publicó en el diario
El Día. Refiriéndose al episodio de la cocina interpre-
taron: "Los enfermos toman la comida del suelo por-
que esa conducta es propia de determinados cuadros
de patología mental que se traduce en el Hospital por
la naturaleza propia de la enfermedad que algunos in-
ternados padecen". Más adelante se justificaron: "La
cocina sólo dispone de ollas a presión y eso determina
que la comida no resulte apetecible para ciertos inter-
nados, en especial considerando que existe un decreto
nacional que obliga a incluir un 30 por ciento de aves
o cordero entre las carnes a consumir y el cordero no
se presta en absoluto a este tipo de cocción. En cuanto
a la falta de azúcar se hizo una licitación a la cual se
presentó un solo oferente cuyo precio fue considerado
excesivo. Ante esta situación se optó por encargarla
directamente al CONASA y hasta el momento no se
ha conseguido resolución favorable al pedido."
La escasez de personal, problema común a casi todo
servicio hospitalario del país, se refleja también en la
cocina del Melchor Romero. Una encuesta hecha a
principios de año por el Departamento de Alimentación
y Dietética del Ministerio de Bienestar Social deter-
minó que el personal de cocina debía estar integrado
por 57 personas, sin contar al de distribución. Otra
es la realidad: en la cocina trabajan seis personas
remuneradas; el resto son internados que "prestan"
sus servicios, lo que consiste en no menos de nueve
agotadoras ihoras diarias, sin remuneración alguna,
salvo un paquete de yerba o cigarrillos de vez en cuan-
do. De esta forma se convierten en testigos de las
causas de sus penurias: "Yo trabajé en la cocina mucho
tiempo. A las cinco de la mañana, todos los días,
llega la carne. Pero nadie sabe adonde va, porque a
nosotros nunca nos toca. Rara vez aparece algún pe-
dacito con el arroz o los fideos. Preparar el desayuno
es más fácil: Se mezclan cien litros de leche, ciento
cincuenta de agua, un poco de mate cocido y se re-
vuelve".
En cuanto al problema de superpoblación y escasez
de personal, podríamos decir que "en Melchor Romero
110 están todos los que son ni son todos los que están".
Cuenta con 2.640 camas para 2.820 internados. De
160 médicos requeridos hay solo 100. De 700 enfer-
meros que se necesitan trabajan 274.
El 4 de mayo reacciona el Ministerio de Obras Pú-
blicas de la Provincia y su Dirección de Arquitectura
anuncia en los diarios la apertura de la licitación para
la construcción de una cocina. Su costo es ambicioso-
464 millones de pesos.
Pero el problema de la comida es sólo un aspecto.
Se suman a éste el problema de las moscas que invaden
todo el hospital, la superpoblación, el pésimo estado
ediiicio con pabellones de más de sesenta años, paredes
agrietadas, falta de puertas, hojas de las ventanas y
vidrios en casi todos ellos, baños sin ventilación con
olores nauseabundos, inexistencia de agua caliente en
Jas duchas pese al frío invernal y la no provisión de
ropas para vestir por lo cual muchos enfermos andan
semidesnudos.
_ Se aclara entonces lo que quiere significar un pa-
ciente cuando dice: "Aquí hay gente que viene más o
menos y termina desviada del todo" o los accesos de
ira de muchos de ellos cuando se les pregunta sobre
sus condiciones de vida en el Hospital. En muchos
casos lo único que parece enloquecerlos es vivir en
Melchor Romero. Marginados de la sociedad que sue-
le ignorar su situación y en la mayoría de los casos
alejados de sus familias, ya que el Hospital debe cubrir
todas las necesidades de la provincia cíe Buenos Aires,
los enfermos son hombres enterrados que no tienen
derecho a molestar. Cuando así lo hacen, los enfer-
meros, según cuenta uno de ellos, optan por "empas-
tillarlos" (doparlos con fuertes dosis de sedantes) si
es que directamente no aplican castigos corporales,
sumergirles la cabeza en tachos con agua o usar los
electroshocks a modo de picana eléctrica. La pastilla
sedante es el único tratamiento efectivo que en algunos
casos es parte de la dieta diaria durante años. Los
médicos ven a los internos rara vez. Otro enfermero
continúa: "En algunos casos sólo cuando ingresan se
hacen diagnósticos colectivos y en esa oportunidad les
recetan remedios que nunca varían y que el interno
puede estar consumiendo durante 10 ó 15 años se-
guidos. Las revisiones periódicas no existen y los en-
terraos están todos mezclados: alcoholistas, esquizo-
frénicos, crónicos, todos juntos".
¡El control que se ejerce sobre los pacientes para
evitar la posibilidad de una crítica generalizada, abarca
también las escasas manifestaciones intelectuales de
los enfermos en un medio que no pretende ser apto
para desarrollar la capacidad de expresión, sino todo
lo contrario, para reprimirla al máximo. Por esta razón
9. Nuestros enfermos: esa pesada carga
Hospital Neuropsiquiátrico de Melchor Romero: to-
do seguía igual que antes, siempre igual, en un es-
tado lamentable. La estructura vertical se mantenía
intacta controlando la situación, amordazando a los
que se quejaban, guardando notas e informes para
siempre, en esos cajones, donde descansaban para
evitar molestias; cuidando con esmero la máquina
burocrática capaz de frenar el cambio mejor inten-
cionado.
Y día tras día, todo seguía terriblemente igual
para los hombres que habían sido internados por
cargar con eso que llamamos "locura".
Silencio, en el silencio desidia, pasividad, confor-
mismo, amargura, irresponsabilidad, acostumbramien-
to, pero en el mismo silencio también había trabajo
constructivo, organizado y hecho a fuerza de pulmón;
lástima que quienes hacían esto eran pocos, muy
pocos. Sólo así se explican las innumerables deficien-
cias e irregularidades, que eran dueñas y señoras de
este nosocomio y que por otro lado eran la des-
gracia de cientos de hombres olvidados por nosotros.
A lo sumo, de vez en cuando, se sentían chirriar los
tirones competitivos de quienes querían mejorar su
puesto o querían imponer sus ideas personales.
La mayoría de los que allí trabajaban veían todo
como natural; su sensibilidad estaba endurecida, sus
ojos impasibles ya no veían los horrores, todo era y
había sido así. ¿Quién lo cambiaría?, ¿cómo podría
hacerse algo?, ¿habría alguna solución posible?, La
respuesta era no. Simplemente no. Sólo se podía es-
perar que de a poco, gota a gota, cayeran algunas
mejoras desde arriba. Mientras tanto: incredulidad,
resignación, impotencia aceptada, lucha estéril y pro-
gresos que causaban risa, si se los comparaba con el
esfuerzo sobrehumano que costaban. Mientras tanto,
reinaban la carencia, el barro, la injusticia, un calor
de mil infiernos en verano y un frío despiadado en
invierno, el hambre, la falta de atención, la violencia
de vivir con la boca tapada y aislado del mundo de
los "sanos".
Hospital Neuropsiquiátrico de Melchor Romero:
abajo, el silencio, la aplastante tranquilidad del cam-
po. . . arriba, el movimiento artero y rebuscado que
esgrime la viveza de la gran ciudad. Entretanto,
muchos esperaban una dada de alta que nunca llega-
ría; otros ingresaban en el camposanto, otros mar-
chitaban sin pena ni gloria sus años jóvenes, maduros
o viejos; todos se consumían y eran digeridos por el
inmenso asilo. Muchos de los que allí trabajaban lo
sabían, otros lo negaban, y otros —por suerte los
menos— creían que esto era necesario.
Silencio, miedo, desesperación, violencia brutal y
sutil, muerte física o mental, pastillas, esperanzas
que fácilmente se desvanecían, soledad, incomunica-
ción, olvido, gritos no escuchados, pena y desespe-
ración inimaginables y ¡vaya ironía!. .. esto era un
hospital. . ., aquí se suponía que se devolvía la salud
a los que estaban enfermos. ¡Qué paradoja, qué men-
tira! ¡Qué desgracia para 2600 o 2700 personas! Y
qué suerte, para los pocos que montaban puestos
cómodos, logrando un buen prestigio que diera más
lustre a su chapa. Como dije, también había pocos
que trabajaban sin descanso, como hormigas, hacien-
do "algo", que era muchísimo para quienes los veían
moverse entre los límites puestos por los sordos y
los ciegos. Varios quedaron sin fuerzas, entregados.
Varios se fueron para no quedar ahogados. La pre-
sión se mantenía firme y segura, apoyada en quienes
tenían las palancas del poder. Cuántas situaciones
deplorables se mantienen aduciendo escasez de pre-
supuesto. Cuántas inhumanidades se cometen en
nombre de la ciencia, la técnica y la economía. ¿No
se sabía que las personas no pierden su calidad de
tales, por el sólo hecho de sufrir una enfermedad
AuroHÍPAPEs
. M F d j c o s
PSfaiMATlUS
ps'lCOLtítfoS
EN&flMEfioS
_ I n t e r n a d o s
Oei-afufas, ' S t a t u s y La Líuvia J e violencia
Ilustración realizada por un paciente
mental? ¿Entonces, por qué se las trataba como ob-
jetos de estudio, como cuerpos que tienen su sistema
nervioso descompuesto? Parece mentira, parece in-
creíble, pero esto no se veía, no quería verse. Y,
quizás, tampoco ahora quiere verse.
Una vez escuché decir: "es preferible un pequeño
amor por quienes nos rodean, que un gran amor por
la humanidad".
Hospital Neuropsiquiátrico de Melchor Romero.
Allí estaban los terapeutas "realistas" (que están
destinados al fracaso por su propia concepción de la
salud y la enfermedad mental), los terapeutas "alie-
nados" (objetivos y distantes), los "investigadores"
de cosas, animales o abstracciones, los "sanos" que
temen contaminarse con la locura del enfermo. Allí
estaban como un horizonte cerrado, como un futuro
que no ofrecía nada a los internados. Sólo les daban
un poco de transitoria mejoría, con una infinidad de
pequeñas pastillas, para alegría de la gran industria
farmacéutica internacional.
Un psicólogo
10. en Melchor Romero existe la censura que posee una
breve historia. Un grupo de enfermos alentados por
algunos profesionales, formaron junto con ex pacientes,
dados de alta, única comunicación de los internos con
el exterior, un club dentro del establecimiento que
bautizaron Alborada. A poco de andar ya tenían una
Secretaría de Prensa y un periódico llamado Propó-
sito. El primer número, un cuaderno mimeografiado,
se editó en diciembre de 1971. No hubo problemas
con él porque justificaba el título que ostentaba su
portada -.Organo cultural y recreativo. El segundo nú-
mero era menos recreativo y más crítico. En un edi-
torial titulado "Nuestro Hospital" el Secretario de
Prensa del Club criticaba no con demasiada dureza
algunas fallas del Hospital. Las autoridades lo censu-
raron y "hasta trataron —dice uno de los colabora-
dores— por la vía de la negociación de acaparar todos
los ejemplares para que no circulara". El número tres
contenía críticas tan duras que fue prohibido.
El proceso legal comienza el 3 de mayo cuando la Dra.
Kreimer presenta un recurso de amparo, en el Juzgado
del Juez en lo penal Ozafraín (Secretaría Silva), en el
cual destaca la violación de derechos humanos funda-
mentales de los pacientes y lo dirige contra el ministro
de Bienestar Social de la Provincia, Dr. Juan Defen-
derte Aguirre, del que depende el Hospital o contra
quien resulte responsable de las irregularidades de-
nunciadas. La demora del Juez interviniente en realizar
la inspección ocular de estilo permitió que el cuerpo
directivo de Melchor Romero realizara algunas rá-
pidas "mejoras" como la destrucción de una jaula,
cuyas fotos se habían publicado en los diarios, donde
se encerraba todo el día a los pacientes "díscolos". La
jaula llevaba muchos años funcionando a pleno. Sus
huéspedes estaban normalmente desnudos. Un gran
despliegue de hombres terminó con la jaula del pabe-
llón Solartet ocultándola por vía de la liquidación a la
vista del Juez. Sin embargo, éste pudo comprobar la
mayor parte de las deficiencias detalladas, muchas de
ellas vinculadas directamente a la asistencia médica de
los enfermos. El médico de Tribunales que acompañó
al Juez, Dr. Manuel B. Capurro, dio un informe termi-
nante: .. Muchos de los pabellones son inhabita-
bles. Hay deficiencias de infraestructura y carencias de
todo tipo."
Al mismo tiempo de la publicación del informe mé-
dico, se conoce la solicitud de rechazo del recurso de
amparo. Quienes así lo exigen son los acusados, el
Ministro de Bienestar Social patrocinado por el titular
de la Fiscalía de Estado, y refiriéndose al "aspecto
esencialmente jurídico de la cuestión planteada". Esta
solicitud de rechazo se fundamenta en la afirmación
del Dr. Aguirre, Ministro de Bienestar Social de que
"la peticionante carece de personería para representar
como pretende a los incapaces internados, ya que éstos,
cuentan con sus representantes legales y necesarios, es
decir, sus curadores y conjuntamente el ministerio pú-
blico. Tampoco procede la acción de amparo porque
existen otros procedimientos administrativos o judi-
ciales que permiten obtener el mismo efecto. En todas
las acciones civiles promovidas contra el Estado pro-
vincial se impone la necesidad de la reclamación ad-
ministrativa previa, requisito que no se ha cumpli-
do . . . " Más adelante se refiere extensamente a la in-
dependencia de los tres poderes entre sí, por lo cual
sostiene que ". . .los poderes Legislativo y Ejecutivo
8
no pueden ser revisados por los órganos judiciales".
Sin embargo, el juez hace lugar al recurso de amparo
y dicta sentencia, sosteniendo que " . . . los tribunales
están llamados a intervenir cuando los otros poderes
usan de sus facultades para actuar en forma arbitraria
u opresiva .. ." Fija un plazo de un mes para dotar
al Hospital del personal requerido, suministrar una
alimentación adecuada y en un año sustituir los pabe-
llones inhabitables por locales adecuados. Fija los
honorarios de la Dra. Kreimer en 2.000 pesos ley, a
pagar por el gobernador de la Provincia, brigadier
Miguel Moragues y el Ministro de Bienestar Social.
Hasta aquí pudo el poder de la justcia. Lo que sigue
es la historia de otro poder.
El 15 de mayo, el Fiscal de Estado, Dr. Juan Carlos
Visca, presenta ante el juzgado Penal n? 8, "la apelación
a la sentencia citada, su revocación en todas sus partes
y la condenación en costas a la actora, la Dra. Kreimer.
Expone en uno de sus párrafos que ". ..no es admisible
el gobierno de los jueces, por lo menos en nuestro sis-
tema y pese a la bondad que aquél pueda tener. . ." El
23 de mayo la Cámara Tercera de Apelación revoca
finalmente el fallo del Juez de primera instancia, re-
conociendo las deficiencias del nosocomio, los dere-
chos lesionados de los enfermos internados, pero no
así la procedencia de la vía elegida para su solución
y "atendiendo a la justa finalidad de la denunciante
en su presentación se la exime del pago de costas".
Firman la revocatoria los doctores Belisario Hueyo y
Jorge I. Pereyra, de la sala Segunda de la Cámara ele
Apelaciones.
El 27 de mayo Bienestar Social pretende pagar sus
culpas otorgando 500 millones de pesos para mejorar
Melchor Romero. Inmediatamente se producen las re-
nuncias del Director y Subdirector de la Zona Sani-
taria Capital, Juan C. Vidal Perotti y Alfonso Ardía-
nos Barrios y del asesor de Salud Pública, Elíseo
Cutes.
El nuevo administrador de Melchor Romero, el Sr.
Antonio Carregal, con una larga carrera hospitalaria
hecha en numerosos nosocomios del país, parece cam-
biar el panorama: prohibe los castigos corporales, con-
trola los robos de comida en pequeña y gran escala y
ha tratado hasta ahora de conseguir una remuneración
para los pacientes que trabajan. Pero el problema es de
fondo. Melchor Romero no es un caso aislado. Eí mis-
mo ^cuadro se repite en todos los hospitales neuropsi-
quiátricos del país, con más o menos difusión, y no
o remedia más que en forma transitoria y aparente
la mayor o menor humanidad de un directivo.
Conclusión
La crítica situación de los hospitales es sólo un as-
pecto de la crisis que afecta a la política sanitaria ar-
gentina Mientras que la proporción del presupuesto
nacional que se destine a la salud sea mínimo como
ahora, mientras los hospitales para enfermos men-
tales sigan siendo "depósito y fábrica de locos", don-
de no se cura sino que se reprimen los síntomas",
mientras que Melchor Romero y tantos otros hospitales
sigan siendo "el gallinero de la sociedad", haciéndose
cierta frase de Moffat que dice: "En los hospicios
son mas los pobres que los locos", no habrá solución
real alguna para los internados. O
P. W.
11. les".
Pato
ules
letes
tana
lotat
una
)abe-
los
adiet
Mal,
sigue
¡arlos
ación
¡artes
iaer,
isiblc
o sis-
,"H1
evoca
a, te-
dere-
ro no
ución
:ianse
evo y
ira de
ir sus
ejorar
as re-
Sara-
Vrella-
Elíseo
elSr,
talaría
: cam-
b r a -
cala y
ración
.es de
!l mis-
iropsi-
v no
atente
m as-
•¡a ar-
mesto
como
men-
ta-
tas",
ítales
idase
3¡CÍO!
ación
Para quienes hemos sido sus colegas y amigos la desa-
parición de Jorge Merlo Flores el lunes 3 de julio,
significó una dolorosa sorpresa muy difícil de aceptar.
Siendo aún un joven estudiante de la Universidad
de Buenos Aires ingresó al Departamento de Física de
la CNEA en 1957; se desempeñó como asistente
de investigación junto a diversos profesionales con-
tinuando simultáneamente sus estudios de Física y
sus tareas de Ayudante de Trabajos Prácticos y, más
tarde (1958), Jefe de Trabajos Prácticos de la Fa-
cultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNBA.
Por aquel entonces la CNEA ponía en marcha su
sincrociclotrón de 28 MeV y comenzaba a nuclearse
un grupo de investigaciones en torno a esa máquina.
A este grupo se sumó Merlo Flores, realizando sus
primeras tareas de investigación en Física Nuclear y
colaborando con su esfuerzo al crecimiento del La-
boratorio.
Luego de algunos años de trabajo, partió a Francia
para perfeccionarse. En el Comisariato de Energía
Atómica de Saclay su interés pasa de la detección de
neutrones a los detectores de radiación. Así es como
en Saclay se inicia como físico de sólido y desde
1962 a 1965 realizó algunas interesantes contribu-
ciones al estudio del daño por irradiación en sí y a la
puesta a punto de la técnica planar y de doble difu-
sión para la fabricación de detectores de estado
sólido.
De regreso al país Jorge Merlo Flores desarrolló
una importante tarea. Fue Asesor del Departamento
de Semiconductores de la Facultad de Ingeniería de
la UNBA, dirigió varios trabajos de seminario, orga-
nizó y dictó cursos especializados sobre semiconduc-
tores, en relación con CNEA y la Facultad de Cien-
cias Exactas y Naturales de la UNBA. En los últimos
años se preocupó por la impostergable necesidad de
organizar grupos en el país con la capacidad de de-
sarrollar la tecnología moderna de los dispositivos
semiconductores. Sus principales esfuerzos de estos
años se canalizaron en esta dirección y en este campo
desarrolló una labor de pionero, tropezando repeti-
damente con la incomprensión, las trabas burocráticas
y la falta de estructuras adecuadas para llevar a cabo
sus proyectos.
En 1965 inició la formación de un grupo de inves-
tigación y desarrollo de dispositivos detectores de
radiaciones nucleares en el Laboratorio de Sistemas
de Detección —del que era responsable—, depen-
diente del Departamento de Instrumentación de la
CNEA. El grupo fue creciendo lenta y dificultosa-
mente, con la adquisición de material y personal,
egresados de la UNBA que se formaron en el Labo-
ratorio, más algunos investigadores que regresaban al
país luego de algunos años de trabajo en el extran-
jero y que encontraban en el laboratorio un marco
propicio para desarrollar sus actividades. En la ac-
tualidad el Laboratorio se encuentra en condiciones
de encarar proyectos más ambiciosos en el campo de
los dispositivos electrónicos semiconductores.
Su deceso se produjo a los 36 años de edad, en
plena madurez intelectual, desplegando una fecunda
actividad profesional tanto como investigador, como
conductor e inspirador del Laboratorio de Sistemas
de Detección. Deja una tarea a medio hacer, que sus
amigos y colaboradores tendrán la responsabilidad de
completar. O
9
12. 1IIP
Hewlett-Packard presenta ventajosos
avances tecnológicos en calculadoras
Lenguaje algebraico de
programación. Presentación alfanu-
jnérica visual o impresa.
Nuestras nuevas calculadoras elec-
trónicas establecen una comunicación
natural entre el operador y la máquina,
l o s algoritmos se entran en la misma
forma que se escriben. Las instrucciones
se dan enidioma claro en lugar de
código y los resultados se obtienen en
la misma forma, sin necesidad de
anotaciones.
Nuestro modelo 20, por ejemplo,
en su forma básica tiene suficiente
capacidad para 17 ecuaciones simul-
táneas, pero puede resolver hasta 36 con
la incorporación de módulos enchu-
fables optativos. La capacidad y
adaptabilidad de la calculadora puede
aumentarse aun más agregándole equi-
pos periféricos de la amplia línea que
ofrece Hewlett-Packard, tales como
una graficadora rápida de gran exactitud
(con capacidad de escritura), unidad
de cinta magnética de cassette, máquina
de escribir, lectora y perforadora de
cinta de papel y muchos otros aparatos.
El teclado de la calculadora puede
adaptarse a funciones especiales me-
diante pequeños módulos enchufables
que contienen memoria de lectura
solamente. Estos dispositivos posibilitan
el desarrollo de cálculos complicados
por comando de una sola tecla.
Con otros módulos enchufables se
puede controlar el funcionamiento
de equipos periféricos, tales como la
máquina de escribir, la graficadora
o unidades de entrada y salida. También
se puede disponer la intercomunica-
ción de unidades periféricas con
comando por teclado.
Entre otras ventajas del modelo 20
se destaca la facilidad de efectuar
correcciones o cambios. Con una sola,
tecla se localiza cualquier paso del
programa para hacer correcciones,
eliminaciones o inserciones a voluntad.
Con el modelo 20 no se necesita
un operador especializado y puede
evitarse una gran inversión de capital
en computación.
Para información detallada, comu-
niqúese hoy mismo con: Hewlett-
Packard Argentina, S. A. C. e. I.,
Lavelle 11.71-3, Buenos Aires.
Tel.: 35-0436, 35-0341, 35-0627.
18212G
HEWLETT [hp] PACKARD
| ! Ti m
¿ c u
¡i-
10
II»
13. Simultáneamente y sin haberlo solicitado, lWam™ „ , , . . ,
bre un mismo tema: un trabajo de Amíl ar O Z * Z T ^ ^ T ^ n
savsky. El prestigio de los firmantes r c X , el u T V "" C O m e U t l e 0 s c a r Var
"
tan desde su p o s i c i ó n ideológica y c f u ' b l " T i f • T C X p
°S C Í
°n e S
<IUe
de ellos sustenta desde sus respectivas á r < ^ ^ ^ J S í T ^ ^ ^ ^
Un proyecto latinoamericano
de modelo mundial
Amílcar O. Herrera
EL MODELO WORLD III
Bajo el título general de The Vredicament of Mankind
el Club de Roma —una asociación internacional in-
formal, cuyos miembros latinoamericanos son Ernesto
Sábato, Víctor Urquidi, Helio Jaguaribe y Jorge Sá-
bato— está llevando a cabo un programa de investi-
gación para definir, por lo menos en términos gene-
rales, las perspectivas de la humanidad a largo plazo
y en base a ella evaluar políticas alternativas en el
contexto de su impacto sobre la sociedad global en los
próximos 50 a 100 años.
Para el primer objetivo —definir las perspectivas de
la humanidad a largo plazo— el Club de Roma decidió
construir un modelo mundial basado en las técnicas
desarrolladas por el profesor J. Forrester en el Insti-
tuto Tecnológico de Massachussetts (System Dyna-
mics ) para el estudio de sistemas industriales comple-
jos. La construcción del modelo fue encargada a un
grupo de trabajo del MIT, dirigido por el Dr. Dennis
Meadows.
Amílcar Oscar Herrera es especialista en geología
económica. Fue vicepresidente del Instituto Nacional de
Geología y Minería (1964-66), consultor de CEPAL,
Profesor de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA
basta 1966 y luego de la de Ciencias Fisicomatemáticar
de Chile hasta 1969.
A partir de 1966 ha trabajado en problemas de política
científica. Actualmente es Profesor Titular del
Departamento de Recursos Naturales y Energía de la
Fundación Bariloche.
Después de dos ensayos preliminares, se construyó
un modelo global (World III) e n el que se incluyeron
69 variables. Las principales (variables de estado)
que son las que determinan el comportamiento del
modelo, son las siguientes: población, alimentación,
recursos naturales no renovables, capital y contami-
nación.
El comportamiento del modelo, que fue corrido so-
bre varias hipótesis alternativas, es siempre el mismo:
suponiendo las actuales tasas de crecimiento demográ-
fico consumo, contaminación, etc., la población del
mundo alcanzará un máximo a mediados del próximo
siglo, para caer luego catastróficamente. Las causas de
eSt
jf mortalidad masiva serán el efecto aislado o combi-
nado de la escasez de alimentos, el agotamiento de los
recursos naturales y el aumento de la contaminación.
La posición del equipo del MIT con respecto al cur-
so de acción a seguir para evitar esa especie de apo-
calipsis tecnológico que prevé el modelo de simulación
construido, es que es necesario detener voluntariamen-
te, y lo más pronto posible, el crecimiento demográfico
y económico, hasta alcanzar un estado de equilibrio.
Este equilibrio se define como un estado en el cual
la población y el capital (agrícola, industrial y de
servicios) son esencialmente estables, con las fuerzas
tendientes a aumentarlas o disminuirlas en un equili-
brio cuidadosamente controlado".
Este estado de equilibrio, por supuesto, debe esta-
blecerse a un nivel que sea compatible con el ecosis-
tema es decir, que evite la catástrofe ecológica que el
modelo prevé en caso de continuar el crecimiento
actual El g r u po Meadows, después de analizar varias
posibilidades (entre ellas una que considera ideal,
pero poco realista, ya que supone alcanzar una tasa de
crecimiento demográfica cero en 1975) concluye que
Ja única viable es la que cumpla las condiciones si-
guientes:
11
14. a) La población tiene acceso a un control de la
natalidad cien por ciento efectivo.
b) La familia promedio deseada tiene sólo dos hi-
jos.
c) El sistema económico trata de mantener la pro-
ducción industrial promedio per cápita al nivel de
1975.
Con este esquema y algunas otras medidas comple-
mentarias —reducción del consumo de materia prima
por unidad de producción industrial, disminución de
la contaminación, aumento de la producción de alimen-
tos, etc.— la población se estabilizaría en unos 6.000
millones alrededor del año 2040 y podría mantenerse
más o menos indefinidamente en ese nivel, siempre
que bajara el consumo de recursos naturales y la pro-
ducción industrial per cápita no superara el nivel de
1975.
Las consecuencias de este modelo de "congelación"
del crecimiento son muy claras. Los países desarrolla-
dos, que con el 25 por ciento de la población mundial
consumen entre el 80 y el 90 por ciento de los recur-
sos totales, podrán seguir gozando de sus niveles de
bienestar actuales, mientras que el 75 por ciento res-
tante, suponiendo que consiga reducir drásticamente
su tasa de natalidad, deberá continuar en la abyecta
miseria en que ahora se encuentra, para evitar que
los males que siempre ha padecido •—contaminación,
hacinamiento, hambre, etc.— alcancen también a la
minoría privilegiada. Como el capital, siempre que
permanezca constante, puede adjudicarse de cualquier
•manera, los países subdesarrollados podrían eventual-
mente alcanzar el nivel mínimo de alimentación nece-
sario, siempre que sacrificaran alguna otra de Jas "co-
modidades" que gozan en la actualidad.
El proyecto latinoamericano
El modelo que acabamos de describir fue presentado
en una reunión auspiciada por el Club de Roma en
Río de Janeiro, a la cual se invitó a un grupo de inte-
lectuales latinoamericanos. Como consecuencia de la
discusión, los concurrentes a la reunión decidieron en-
comendar a la Fundación Bariloche la preparación de
un proyecto de construcción de un modelo alternativo
que tomara en cuenta los puntos de vista expuestos en
el debate. Este proyecto preliminar, que debía contem-
plar la participación eventual de especialistas de toda la
región, fue presentado a la reunión anual de CLACSO
(Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) rea-
lizada en Buenos Aires en octubre de 1971.
Los científicos sociales presentes cuando se discutió
el documento, manifestaron su acuerdo con la conti-
nuación del proyecto en las líneas generales definidas
en el mismo. Posteriormente se organizó un Comité
Ejecutivo con amplia representación latinoamericana,
encabezado por un Director del Proyecto. Este Comité
está integrado por Carlos Alberto Mallmann (Argen-
tina), Enrique Oteiza (Argentina), Jorge Sábato (Ar-
gentina), Víctor Urquidi (México), Helio Taguaribe
(Brasil), Osvaldo Sunkel (Chile), J. A. Silva Miche-
lena (Venezuela) y el autor de esta nota que actúa,
ademas, como Director del Proyecto,
El Comité mencionado elaboró, en diciembre de
1971, un plan de trabajo que se encuentra actual-
12
mente en ejecución. Los puntos principales son los
siguientes:
a) Análisis crítico del modelo M.I.T.
b) Construcción de un modelo alternativo.
A continuación se explica el significado de cada una
de esas fases del trabajo y su estado actual de eje-
cución.
Análisis crítico del modelo M.Í.T.
La crítica al modelo realizado por el equipo dirigido
por Meadows es importante debido a que, por la gran
repercusión mundial que ha tenido, es necesario mos-
trar la debilidad de la supuesta base científica que lo
sustenta. Esta crítica está siendo efectuada por los
grupos encargados del estudio de los valores e interre-
laciones de las distintas variables que entrarán en el
modelo en preparación y como parte de esta tarea.
Los resultados se consignarán en un documento técnico
que se distribuirá próximamente.
Si bien no es posible en esta nota exponer adecua-
damente los resultados de ese análisis, resumiremos a
continuación, muy brevemente, los principales. De
ellos se pueden deducir también algunos de los con-
ceptos que informan el modelo en preparación.
Desagregación del modelo: como primera etapa
se desagregará el modelo en países desarrollados y
subdesarrollados. Se correrá cada uno de los bloques
por separado —suponiendo que se desarrollan en base
a sus propios recursos— para mostrar que, aún si se
aceptan las hipótesis del M.I.T., la catástrofe ecoló-
gica se produciría por el exceso de consumo de los
países desarrollados y no por el aumento de población
de los subdesarrollados.
Alimentación: En el modelo del M.I.T. el co-
lapso, con la muerte masiva de la humanidad por
hambre, se produce cuando la población del planeta
alcanza los 8 ó 10 mil millones de habitantes. Sin
embargo, la capacidad potencial actual de producción
de alimentos de la tierra (incluyendo solo las tecno-
logías ya en uso o en proceso de aplicación) es sufi-
ciente para alimentar, como mínimo, a unos 30 mil
millones de habitantes. Suponiendo el uso de las tec-
nologías cuya aplicación es previsible en los próximos
decenios (síntesis, ingeniería genética, etc.) la estima-
ción se eleva a centenares de miles de millones.
La explicación —que sería largo detallar— del ex-
traño comportamiento del modelo M.I.T., es que su-
pone que los factores económicos y sociopolíticos que
actualmente obstaculizan la producción de alimentos
en el mundo, se mantendrán constantes en el período
considerado por el modelo (¡hasta el año 2.100!). Las
hambrunas se producen, en consecuencia, por el carác-
ter de la organización social de la producción y no por
limitaciones ecológicas.
Recursos naturales no renovables: Esta varia-
ble que es la que desencadena normalmente la catás-
trofe (el agotamiento progresivo de las reservas hace
aumentar la cuota de capital necesaria para extraer re-
cursos; esto disminuye la producción industrial, que a
su vez incide sobre la agricultura, etc.) es la más débil
del modelo M.I.T. Supone, aunque parezca increíble,
(Continia en página 14)
16. una reserva tipo, basada en las reservas promedio co-
merciales conocidas en la actualidad. Ignora el hecho
esencial que las reservas comerciales son una junción
de la producción, dado el costo que implica revelarlas.
En las condiciones tecnológicas actuales, o previsibles
a corto plazo, no existen problemas de reservas mine-
rales^ aún a plazos de miles de años. En esta opinión
coinciden todos los especialistas que han estudiado
seriamente el tema.
Población: Este problema está siendo estudiado
por un grupo de demógrafos dirigidos por Paul Singer.
Aunque todavía no se dispone de resultados definiti-
vos, resulta claro que el comportamiento de la pobla-
ción en el modelo M.I.T., se basa en relaciones muy
simplistas sin suficiente base empírica.
Capital: Fuera de otros aspectos criticables, que
sería largo enumerar, del uso de esta variable en
el modelo M.I.T., queremos señalar aquí solo el si-
guiente: la producción depende solamente de la exis-
tencia de capital, sobre el supuesto que "el desempleo
no se considera una variable crítica para el desarrollo
global. Existe un gran exceso de mano de obra y el
desarrollo económico no ha sido nunca limitado signi-
ficativamente por una escasez 'global' de mano de
obra". En consecuencia, la producción de bienes de
servicio y de capital (que incluye manufacturas, cons-
trucción de viviendas, de obras de infraestructura
como caminos, obras de irrigación, etc.) depende solo
del capital disponible. No existe en este modelo (y
esta es la característica de la función de producción
usada y que corresponde además a una economía desa-
rrollada típica) ninguna posibilidad de sustitución entre
la mano de obra y el capital. Mil obreros no pueden
reemplazar a una excavadora mecánica. Para los países
subdesarrollados, esto significa que los enormes recur-
sos humanos no utilizados con que cuentan, seguirán
siendo un peso muerto en sus sistemas de producción.
Tecnología: En el modelo M.I.T. la tecnología
—que es la que hace posible el crecimiento exponen-
cial del consumo y de la población, elementos desenca-
denantes de la catástrofe— detiene prácticamente su
capacidad de resolver los problemas derivados de esos
crecimientos en el año 1970.
Se supone, en efecto, que la teconología será incapaz
de aumentar significativamente la producción de ali-
mentos, el aprovechamiento de nuevos recursos natu-
rales y el control de la contaminación. Este supuesto,
por sí solo, es suficiente para invalidar las conclusiones
del modelo.
Contaminación: El modelo M.I.T. supone que la
contaminación es, por sí sola, suficiente para provocar
la catástrofe ecológica. Por esa razón, la incluye como
una de las variables de estado.
Los datos disponibles no justifican ese papel pata-
gónico de la contaminación. Prácticamente todas las
formas de contaminación son controlables. Es solo un
problema de costos y lo que ya se conoce sobre el
tema indica que éstos no son de ninguna manera pro-
hibitivos. La visión de una humanidad envenenándose
masivamente, por no recargar en un 2 a 5 por ciento
sus inversiones de capital para controlar la contami-
nación resulta, por lo menos, poco realista.
14
Supuestos 80ciopolíticos: En la reunión de Río
de Janeiro los autores del modelo M.I.T. argumenta-
ron que en un modelo de este tipo no se pueden
introducir supuestos sociopolíticos. Esta posición es
obviamente insostenible. El modelo incluye implícita-
mente toda una concepción socíopolítica, al postular la
completa estabilidad del sistema mundial en un pe-
ríodo de cerca de un siglo. Supone que, a pesar de
que para el año 2000 aproximadamente, un 20 a 25
por ciento de la humanidad consumirá cerca del 90
por ciento de los recursos disponibles, mientras la ma-
yor parte del resto vivirá en condiciones casi infra-
humanas, esto no generará tensiones sociales e inter-
nacionales lo suficientemente explosivas como para
provocar el colapso del sistema mundial mucho antes
que llegue la crisis ecológica. En el modelo alternativo
en construcción, esta posibilidad de conflicto es pre-
cisamente uno de los supuestos básicos.
El modelo alternativo
El breve análisis que antecede muestra que el presunto
agotamiento del ecosistema no es más que una resu-
rrección anacrónica de los viejos argumentos fatalistas
—que históricamente van desde la aceptación mística
de un "destino humano" inexorable, hasta las profe-
cías naturistas de Malthus— para demostrar que el
hambre, el atraso y la miseria, dependen de factores
extrahumanos inmodificables.
El modelo en preparación parte del principio que
los factores que impiden a gran parte de la humanidad
el acceso a los bienes de nuestra civilización son de
índole sociopolítico y que, removidos estos, no existen
barreras naturales —por lo menos en el futuro pre-
visible— al progreso humano. Supone además que de
continuar aumentando la diferencia entre los países
ricos^y los países pobres y la desigualdad de la distri-
bución de la riqueza en estos últimos, las tensiones
internacionales y sociales generadas provocarán el
colapso del sistema internacional. La situación actual
del mundo deja pocas dudas al respecto.
El objetivo central del modelo no es por lo tanto
mostrar lo que podría suceder de continuar las tenden-
cias actuales —como sucede en prácticamente todos los
modelos predictivos en boga, matemáticos o no: mo-
delo M.I.T., futorología tecnológica tipo Kahn, D. Ga-
bor, etc.— sino de proponer un camino posible para
alcanzar, en un plazo razonable, la meta de una hu-
manidad liberada de las restricciones que traban en la
actualidad su desarrollo en el sentido más amplio. Se
trata de mostrar además, que esta meta es compatible
con los recursos totales a disposición de la humanidad,
siempre que se aprovechen racionalmente, para lo cual
es necesario modificar profundamente las estructuras
socioeconomicas vigentes. En cuanto a las limitaciones
ultimas impuestas por el ecosistema, si bien es cierto
que en algún momento del futuro deberá llegarse a un
equilibrio que permita un uso racional de los recursos
del planeta, la naturaleza de este equilibrio estará de-
terminada por la concepción de la sociedad que haya
alcanzado e hombre y no por el temor de un inmi-
nente apocalipsis tecnológico.
Las características exactas del modelo no pueden
darse todavía, por encontrarse el mismo en la etapa de
construcción. Se pueden adelantar, sin embargo, sus
rasgos fundamentales:
17. Supuestos socioeconómicos: a) El objetivo es
una sociedad mundial igualitaria, tanto social como
internacionalmente. Esta igualdad significa además de
igualdad de oportunidad de acceso a los bienes produ-
cidos, igualdad de participación en todas las decisiones
sociales.
b) La producción estará regida exclusivamente por
las necesidades humanas y no por la ganancia.
c) Para el sistema productivo se utilizará una fun-
ción de producción agregada que supone la utilización
total de la mano de obra disponible, o en otras pala-
bras, una amplia capacidad de sustitución de capital
por mano de obra. Lo que se conoce de algunas expe-
riencias mundiales recientes muestra que este objetivo
es perfectamente factible.
d) Se aspira a la construcción de una sociedad no
consumista, vale decir, de una sociedad en la cual el
consumo no sea un valor per se.
Este punto es uno de los esenciales del modelo por-
que de él depende, en gran medida, la factibilidad de
las metas propuestas. El concepto central es que las
sociedades subdesarrolladas no pueden salir de su esta-
do de atraso, como ya es evidente, siguiendo las pau-
tas de desarrollo de los países actualmente industriali-
zados. Por otra parte, aunque fuera posible no es
deseable, ya que sería repetir el camino que ha llevado
a estos últimos a la actual situación de consumo dis-
pendioso e irracional, de acelerado deterioro social
y, en última instancia, de creciente alienación.
Se tratará entonces de determinar cuál es la cantidad
mínima de bienes —tanto materiales como culturales
o espirituales— que cada persona necesita para desa-
rrollarse plenamente como ser humano, sin malgastar
recursos. Esto se traducirá en un índice o función que
deberá expresarse finalmente en términos económicos:
necesidades de capital, alimentos, recursos naturales
per capita, etc.
Para captar claramente el significado de esta función
—que por ahora llamamos de necesidades básicas, a
falta de un nombre mejor— es necesario tener en
cuenta que el modelo se centra en las necesidades de
los dos tercios sumergidos de la humanidad, para los
cuales las necesidades esenciales, en el plazo previsto
por el modelo, son relativamente fáciles de estimar.
Una vez cubiertas esas necesidades —alimentación, vi-
vienda, salud, educación, información, etc.— recien
aparece realmente la posibilidad de elección. El modelo
no pretende prever el carácter de esta elección: solo
supone que será la elección efectuada por una sociedad
libre.
Finalmente, la construcción de esta función de nece-
sidades exige revisar profundamente los conceptos vi-
gentes sobre el tema, en su mayoría condicionados por
los usos y modalidades de los países desarrollados.
Variables utilizadas: las variables principales (110
las únicas) del modelo, serán población, alimentación,
recursos naturales, capital y tecnología. Las hipótesis
que las interrelacionan estarán determinadas por los
supuestos socioeconómicos ya expuestos, por la fun-
ción o índice de necesidades y por sus relaciones técni-
cas de interdependencia.
Una diferencia técnica fundamental de este modelo
con respecto a los otros que se han construido o se
están construyendo en el mundo, es que en el campo
de los recursos naturales —tanto renovables como no
renovables— considera que la variable independiente
es realmente energía, sobre el principio de que cual-
quier materia prima puede ser sustituida, si se cuenta
con energía suficiente. Teniendo en cuenta que la dis-
ponibilidad de energía es prácticamente ilimitada, este
principio puede ser esencial a largo plazo, aunque no
en el período cubierto por el modelo, durante el cual
no se prevé ningún problema de abastecimiento de
materias primas.
Una vez construido el modelo, se ensayarían diver-
sas hipótesis alternativas, para tratar de determinar en
qué plazos y en qué condiciones se pueden alcanzar
las metas mencionadas antes. Para ello se dividirán los
países en grupos, de acuerdo con sus actuales condicio-
nes económicas, sociales, etc.
El objetivo último será determinar en qué condicio-
nes puede llegarse a una humanidad que tienda a igua-
larse en la satisfacción de sus necesidades básicas y en
su capacidad de acceso a nuevas opciones.
Variables sociopolíticas: El demostrar que es
materialmente posible una humanidad liberada de la
secular maldición del atraso y la miseria no es, obvia-
mente, suficiente. Después de alrededor de un siglo de
haberse demostrado que la posición malthusiana es
científicamente incorrecta, más de la mitad de la huma-
nidad sigue sufriendo hambre.
En el proyecto eme estamos describiendo, el mo-
delo propiamente dicho —en el sentido de la forma-
lización matemática de un conjunto de hipótesis— es
solo una forma cómoda de mostrar que alcanzar la
meta de una humanidad liberada en su sentido más
amplio, es compatible con las posibilidades tecnológi-
cas de la humanidad y con los recursos del planeta. La
posibilidad de alcanzar esas metas depende de factores
sociopolíticos que serán analizados en la fundamenta-
ción conceptual del modelo. O
15
18. El Club de Roma
Oscar Varsavsky
Ni la explosión demográfica ni la
contaminación son temas de interés
directo para Argentina —estamos
pocos poblados, y la tuberculosis de
nuestros niños no se debe al "smog"
sino_ a la miseria—, pero por des-
gracia la campaña de terrorismo
mundial sobre estos temas, liderada
por Estados Unidos, nos obliga a
participar en su discusión. Si tiene
éxito, los "subdesarrollados" termi-
naremos una vez más financiando la
buena vida de las potencias domi-
nantes, esta vez quizás sirviendo de
basural para sus desperdicios (Brasil
ya admite que se muden allí indus-
trias muy contaminantes).
Uno de los centros mundiales de
esta campaña para asustarnos con el
fin fdel mundo, es el "Club de Ro-
ma", donde las cosas se hacen con
un poco más de elegancia: da la
cara Fiat —y más específicamente
nuestro conocido Peccei— y ha te-
nido cuidado de integrar a represen-
tantes del Tercer Mundo, aunaue
por supuesto desarrollistas, ideoló-
gicamente "limpios". Colabora con
él en nuestro país la Fundación Bari
loche.
El "Club de Roma" tiene como
misión plantear una "seria" discu-
sión sobre los peligros inminentes
de la contaminación, y las medidas
"realistas" e inmediatas a adoptar.
La trampa está en que esos razona-
bles calificativos implican una pre-
16
misa vital: dejarse de "utopías" por-
que el marco de referencia está da-
do; la sociedad "desarrollada" se-
guirá con su organización y su estilo
de vida actual; el Tercer Mundo
será desarrollista: seguidista del mo-
delo norteamericano o europeo.
Una segunda trampa es meter al
desprestigiado control de natalidad
como furgón de cola del problema
general de contaminación: los seres
humanos contaminan al mundo (so-
bre todo si son del Tercero). En
estas serias discusiones se nos pre-
sentará, como ya es costumbre tác-
tica, una falsa opción entre una po-
sición reaccionaria extrema (ya ex-
presada por un equipo de científicos
norteamericanos) y otras que por
comparación parecerán muy progre-
sistas, pero que respetan la premisa
fundamental.
Tenemos aquí un ejemplo con-
creto y tremendo de ciencia mal
ideologizada, como los que se de-
nunciaron en varias polémicas del
año pasado. Se intenta disfrazar con
terminología científica una posición
ideológica clara: no discutir más que
aquellas alternativas que, sin poner
en peligro el predominio de las
grandes potencias y las clases privi-
legiadas, las ayudan a librarse del
peso de sus propios desperdicios, y
de la población creciente del Tercer
Mundo. Se admiten incluso alterna-
tivas que propongan grandes refor-
mas sociales —expresadas siempre
en los viejos términos liberales de
igualdad y satisfacción—, con tal
que no sean demasiado explícitas y
concretas.
Están en su derecho, como de-
fensores o colonos culturales de
la civilización norteamericana; pero
también tenemos el derecho y el de-
ber, los que estamos en otra postu-
ra ideológica, de plantear el proble-
ma en nuestros propios términos.
Propongo para eso la formación
de un "Contra-Club-de-Roma", cuyo
objetivo sea estudiar cómo se resuel-
ven los problemas de contaminación
y población en una sociedad socia-
lista definida claramente a partir de
sus características generales —nacio-
nal, participante, solidaria, creati-
va—, de modo que puedan seguirse
los efectos de una revolución com-
pleta en los hábitos actuales de pro-
ducción y consumo opulentos, de
una tecnología social y biológica,
mas que física, de una ciencia des-
mitificada, y de la educación necesa-
ria para todo ello.
Participarían en este Contra-Club
todos los que tienen ya suficiente
confianza en esta contra-hipótesis de
partida: "Los grandes problemas de
la humanidad actual sólo podrán re-
solverse transformando la sociedad
a través del socialismo". O
19. H u n i o r . ^ J u I i o M o « n o
"Í-JÍ ¡ti
imíí".:
X w f l
«5iMf|f:|
. •
17
20. AntígenoO
Australiano:
¿el virus de la
hepatitis?
Daniel Goldstein
El hallazgo accidental de un antígeno nuevo en el plasma de un aborigen australiano ori-
gino una de las mas fértiles investigaciones de la medicina contemporánea. Ese antígeno
resulto ser el virus o una parte del virus que causa la hepatitis viral humana y por su
peculiar estructura no sólo tiene las propiedades que comúnmente se asocian a un orga-
nismo infeccioso sino que se comporta genéticamente como si se tratara de un polimor-
fismo de las proteínas plasmáticas. Si hien parece ser un virus y se comporta como tal
tiene una cantidad muy reducida de ácido nucleico. El estudio de la biología del antígeno
australiano permitirá quizás aclarar uno de los problemas claves de la ecología de los ver-
tebrados: la interacción entre el genoma del huésped y un agente infeccioso. Desde el punto
de vis ta clinico-asistencial, el descubrimiento del antígeno australiano permitirá en el fu-
t e
T T ' r ¡ i"* ^ f ^ , VÍrdeS sérÍCOS P
°r(
lue será un
Procedimiento de
rutina la busqueda de Au(l) en todo plasma destinado a transfusión.
Los inmunólogos tienen una costum-
bre característica: juntan sueros, an-
tisueros, antiantisueros. Las helade-
ras de sus laboratorios están atibo-
rradas de tubos que contienen todas
estas rarezas. Si esta avidez-por-sue-
ros-raros coincide con un gran ta-
lento para la aplicación del método
hipotético deductivo, se pueden reali-
zar descubrimientos sensacionales.
Tal es el caso de Baruch S. Blum-
berg, del Cáncer Research Institute
de Philadelphia, el descubridor del
antígeno australiano. Su brillante
estudio del enigma de la hepatitis
viral trasciende el común de la in-
vestigación médica y lo está acercan-
do probablemente al premio Nobel.
Y todo comenzó porque Blumberg
18
tenía en la heladera el suero de un
aborigen australiano.
Los politransfimdidog
En ciertas enfermedades los pacien-
tes deben ser transfundidos con san-
gre durante toda su vida, ya sea por-
que carecen de ciertos factores in-
dispensables para el normal funcio-
namiento de los mecanismos de coa-
gulación (los hemofílicos) o porque
no sintetizan normalmente la hemo-
globina (los talasémicos). Antes de
efectuar una transfusión sanguínea
se prueba la compatibilidad de los
glóbulos rojos del dador con el plas-
ma del receptor, ya que la incompa-
tibilidad globular —la destrucción
masiva de los glóbulos rojos del da-
dor con los anticuerpos circulantes
del receptor— provoca desastres clí-
nicos de magnitud. Como los plas-
mas no se compatibilizan, los pa-
cientes politransfundidos desarrollan
anticuerpos contra aquellos compo-
nentes plasmáticos que no son idén-
ticos a los propios. En 1962, Blum-
berg comenzó un estudio sistemático
de los^ anticuerpos anti-proteínas
plasmáticas presentes en los poli-
transfundidos con el objeto de ca-
racterizar químicamente (fenotípica-
mente) las diversas variedades ge-
néticas de las proteínas plasmáticas
humanas. El método consistía en
probar los sueros de los pacientes
21. MITO
llígW
pona
uwp
alm
rnlri
fiíígeno
!í> W
IfA
i el M
arlo 4
su&
süt
ruto
lit'ü-
«¿í
ai»
2,5b
siá
nnf»
« i
i¿»
ifcf
&
¿ a
« a
politransfundidos contra una bate-
ría de 24 plasmas de personas no
transfundidas y detectar una reac-
ción inmunológica conocida como
precipitación. Uno de los pacientes
estudiados tenía anticuerpos contra
un componente del plasma de un
aborigen australiano que integraba
la batería de sueros normales. Este
antígeno se bautizó antígeno austra-
liano, Au(l).
Las hipótesis originales
El antígeno australiano resultó ser
relativamente raro en la población
norteamericana sana: menos del uno
por mil de los plasmas de individuos
no hospitalizados lo poseen. Al ex-
tender la búsqueda a pacientes hos-
pitalizados, Blumberg encontró en
una primera serie que entre 659 en-
fermos, sólo diez poseían antígeno
australiano, ocho de los cuales eran
leucémicos y los otros dos talasémi-
cos. Los diez enfermos habían reci-
bido transfusiones de sangre.
Súbitamente, el antígeno dejó de
ser una curiosidad para convertirse
en un problema fundamental: ¿qué
era y por qué estaba presente en el
plasma de los leucémicos?
Blumberg formuló entonces tres
hipótesis:
1) el antígeno australiano es el
virus de la leucemia;
2) los portadores del antígeno
australiano tienen una mayor suscep-
tibilidad a enfermarse de leucemia;
3) el antígeno australiano no tie-
ne nada que ver directamente con
la leucemia, y se trata de una ma-
nifestación secundaria de la enfer-
medad.
Obviamente, las dos primeras hi-
pótesis alternativas —que como ve-
remos no son necesariamente exclu-
yentes— son las más interesantes ya
que la tercera si bien resulta posible,
puesto que se han descripto cambios
en la especificidad de los grupos san-
guíneos ABO en las leucemias, no
es fértil en predicciones y no suge-
ría experimentos que ayudaran a
comprender el fenómeno.
_ En cambio, las otras dos hipóte-
sis constituían un desafío apasionan-
te: sí se trataba efectivamente del
virus de la leucemia, debía ser pu-
rificable, infeccioso y capaz de re-
producir la enfermedad en animales
de experimentación. Si se trataba de
un problema de susceptibilidad a la
leucemia, debía tener una base ge-
nética clara y los estudios familiares
debían demostrar una segregación
inendeliana.
Lo notable del antígeno austra-
liano es que resultó ser ambas cosas
a la vez: un agente infeccioso y un
polimorfismo genético.
Leucemia y mongolismo
Comenzaremos analizando la hipóte-
sis de la susceptibilidad. Si las per-
sonas que tienen antígeno australia-
no fueran más susceptibles a en-
fermarse de leucemia, el antígeno
australiano debería estar en el suero
de aquellas personas que serán leu-
cémicas antes del comienzo de la
enfermedad. Es decir, en aquellas
personas más susceptibles a la leu-
cemia la frecuencia con que se de-
bería encontrar el antígeno austra-
liano debería ser mayor que la que
se registra en la población en gene-
ral. Esta predicción es verificable
experimentalmente, ya que se cono-
cen ciertas enfermedades que están
asociadas al desarrollo de leucemias
y algunos factores ambientales y/o
genéticos que determinan una mayor
predisposición a las leucemias: tal es
el caso de aquellos que padecen del
síndrome de Down (el mongolismo,
la trisomia del cromosoma 21), de la
policitemia vera (una enfermedad
caracterizada por la producción exa-
gerada de glóbulos rojos, indepen-
diente de todo estímulo fisiológico),
los hermanos gemelos de leucémicos
y los individuos expuestos a radia-
ciones. Para que la hipótesis de la
susceptibilidad pudiera subsistir, los
sujetos comprendidos en estas cua-
tro categorías deberían tener antíge-
no australiano en plasma antes de
convertirse en leucémicos.
Blumberg comenzó estudiando los
mongólicos internados. En un pri-
mer asilo analizó 75 mongólicos y
75 retardados mentales por otras
causas y encontró que el 30 por cien-
to de los mongólicos tenían en plas-
ma el antígeno australiano mientras
que sólo 4 de los controles daban
resultados positivos, siendo 3 de es-
tos enfermos portadores de estigmas
mongoloides acentuados a pesar de
tener un número normal de cromo-
somas. Estadísticamente esta dife-
rencia resulta muy significativa.
Estos primeros resultados se con-
firmaron ampliamente en todas aque-
llas instituciones con un gran núme-
ro de internados, pero curiosamente
no se detectó el antígeno australiano
en los mongólicos internados en pe-
queños establecimientos o en aque-
llos que vivían con sus familias. Es-
to demostró claramente que:
• los mongólicos son efectivamen-
te más susceptibles que el resto de
la población para adquirir el antíge-
no australiano;
• que el antígeno australiano se
disemina en una población de suscep-
tibles en forma infecciosa.
El antígeno australiano se com-
portaba pues como un agente infec-
cioso pero evidentemente sólo podía
infectar a personas susceptibles.
A u ( l ) en familias
Si el antígeno australiano fuera la
expresión fenotípica (observable) de
una estructura genética determinada,
debería propagarse de acuerdo a las
leyes de Mendeí. En 1965 Blumberg
estudió una pequeña colectividad al-
tamente endogámica de samaritanos
que vive en Betsheva Bonné, una
localidad cercana a Tel Aviv. De 125
personas estudiadas —que compren-
dían la casi totalidad del grupo—
dos hijos de un matrimonio cosan-
guineo (los padres eran primos por
parte de madre y padre) fueron los
únicos con antígeno australiano en
plasma. Si bien una sola familia re-
sulta harto insuficiente para realizar
un diagnóstico genético definitivo, el
caso era consistente con la herencia
mendeliana simple de un gene auto-
sómico recesivo. Los individuos ho-
mocigotas para el alelo A u ( l ) [ge-
notipo A u ( l ) / A u ( l ) ] tendrían an-
tígeno detectable en plasma, mien-
tras que en los homocigotas para el
alelo alternativo [genotipo Au(0)/
Au(0)] y en los heterocigotas [ge-
notipo A u ( l ) / A u ( 0 ) ] no habría
antígeno detectable en plasma, es
decir, serían fenotípicamente Au(0).
Al extender el estudio poblacional
se comprobó que mientras el por-
centaje de fenotipos A u ( l ) es infe-
rior al 1 por mil en los Estados Uni-
dos de Norteamérica y en el norte
de Europa, en la cuenca del Medi-
terráneo y en Japón la frecuencia
de Au(l) es diez veces mayor (el
uno por ciento) mientras que en
África meridional y en los trópicos
es aun mayor, ya que oscila entre el
4 y el 20 por ciento. Ciertas comu-
nidades altamente endogámicas del
Perú tienen la máxima incidencia
observada hasta ahora —más del 20
por ciento de fenotipos A u ( l ) .
19
22. En las islas Cebú, de las Filipinas,
las inferencias del estudio de Betshe-
va Bonné se ratificaron ampliamente
ya que se observó en numerosas ins-
tancias que varios hijos de una mis-
ma pareja tenían fenotipo Au(l)
mientras que sus padres eran feno-
típicamente Au(0).
El análisis genético indicaba que
el antígeno australiano, además de
ser infeccioso, se comportaba como
el producto de un alelo que en doble
dosis —es decir, en los homocigotas
de genotipo [ Au( 1 )/Au( 1) ] — con-
feriría una gran susceptibilidad a la
leucemia.
La hepatitis viral
Un año más tarde, en 1966, Blum-
berg encontró la otra asociación no-
table: los pacientes con hepatitis vi-
ral tienen Au(l) al comienzo de la
infección y éste desaparece cuando el
paciente se cura, salvo en aquellos
enfermos que evolucionan a la he-
patitis viral crónica, en los que el
antígeno australiano persiste. El 60
por ciento de los pacientes con hepa-
titis viral sérica (transmitida por
transfusiones sanguíneas o por in-
yecciones) tiene el antígeno austra-
liano en el plasma. Lo mismo sucede
con el 30 por ciento de los pacientes
con hepatitis viral "infecciosa", sin
antecedentes de transfusiones ni de
inyecciones.
El descubrimiento fue de por sí
notable y dado el carácter infeccioso
del antígeno australiano (tal como
lo indicaba su diseminación en las
poblaciones de mongólicos interna-
dos en grandes establecimientos) su-
gería que por fin se había dado con
el virus responsable de la hepatitis
viral. Si se trataba efectivamente del
virus de la hepatitis debía cumplir
los siguientes requisitos:
* las personas que reciben sangre
con antígeno australiano deberían
contraer una hepatitis viral aguda;
* aquellas personas asintomáticas
cuyos plasmas contienen antígeno
australiano deberían tener lesiones
hepáticas comparables con las des-
critas en las hepatitis virales cró-
nicas;
* se debería poder reproducir la
enfermedad en animales de experi-
mentación y de sus tejidos se debe-
rían poder extraer virus idénticos a
los utilizados para infectarlos.
Estas predicciones se cumplieron
20
acabadamente. No sólo se comprobó
que los pacientes politransfundidos
con sangre portadora de Au( 1) des-
arrollaban hepatitis virales agudas
indistinguibles de las convencionales,
sino que los pacientes mongólicos
con Au(l) en plasma tenían lesio-
nes hepáticas, detectables mediante
los métodos bioquímicos de rutina
(pruebas de floculación positivas y
concentración sérica aumentada de
la enzima transaminasa glutámico-
pirúvica) o mediante punción biop-
sia de hígado. Es decir, se comprobó
que los mongólicos a menudo (30
por ciento de los casos instituciona-
lizados en grandes establecimientos)
son portadores de hepatitis crónicas
anictéricas (no están amarillos a pe-
sar de su hepatitis). Además, se
comprobó que la transfusión de san-
gre con Au(l) constituye un gran
riesgo ya que muy a menudo se pro-
ducen infecciones de hepatitis viral
aguda. El caracter infeccioso del an-
tígeno australiano y su conexión con
la hepatitis viral fue corroborado por
otro hecho: a menos que se adopten
severísimos recaudos, los investiga-
dores y técnicos que trabajan con
Au(l) contraen hepatitis virales
agudas.
Entre otras cosas, esta relación
entre antígeno australiano, mongolis-
mo y hepatitis viral permitió comen-
zar a comprender algunos datos epi-
demiológicos muy sugestivos, como
ser el aumento del número de recién
nacidos mongólicos nueve meses des-
pués de algunas epidemias de hepa-
titis. Un dato indirecto aporta nueva
luz a esta conexión: los sueros de
pacientes con hepatitis virales agu-
das producen aberraciones cromosó-
micas en cultivos de tejido.
¿Por qué los leucémicos?
Los resultados obtenidos al analizar
los sueros de pacientes mongólicos
no aclararon la relación existente en-
tre el antígeno australiano y la leu-
cemia. Luego de descubrir la asocia-
ción entre Au(l) y la hepatitis vi-
ral, Blumberg formuló dos hipótesis
alternativas:
^ a) el Au( 1) es un virus o un an-
tígeno del virus que causa la leuce-
mia y la hepatitis;
b) los leucémicos son más suscep-
tibles a contraer una infección con
Au( 1).
Estudiando una serie de 688 pa-
cientes leucémicos, Blumberg halló
que el 7 por ciento tenía Au(l) en
plasma, mientras que de 80 pacientes
con enfermedad de Hodgkin el 6,3
por ciento era portador del antígeno.
Entre los pacientes leucémicos aque-
líos con leucemias linfocíticas tenían
la mayor cantidad de portadores (19
por ciento). Como en el caso de los
mongólicos, los leucémicos conservan
durante mucho tiempo el antígeno
australiano en plasma, contrariamen-
te a lo que ocurre en los pacientes
no leucémicos que contraen hepati-
tis virales, en los que la presencia de
Au(l) en plasma es momentánea y
breve. Al relacionar el tipo de tera-
péutica y el número de transfusiones
de sangre recibidos por el grupo de
leucémicos estudiados, se encontró
que sólo tenían Au( 1) los politrans-
fundidos, independientemente del ti-
po de plan terapéutico a que estu-
vieran sometidos. La incidencia de
Au(l) en los controles, pacientes
politransfundidos no leucémicos, fue
cercana al 4 por ciento, mientras que
en los pacientes transfundidos con
leucemias linfocíticas (agudas y cró-
nicas) superaba el 19 por ciento.
Estos resultados descartaron la pri-
mera hipótesis y corroboraron la se-
gunda: los pacientes leucémicos pa-
recen tener una mayor susceptibili-
dad para la infección crónica con el
virus de la hepatitis. El hecho que
las leucemias linfáticas otorguen la
mayor susceptibilidad sugiere que los
mecanismos de inmunidad celular,
mediados por los linfocitos, juegan
un papel fundamental en el control
de la infección con Au( 1). Otro ha-
llazgo confirma esta inferencia: en-
tre los pacientes leprosos, la mayor
incidencia de Au(l) se detecta en-
tre los afectados por la forma lepro-
matosa, caracterizada por una pro-
funda alteración de la inmunidad ce-
lular.
23. ¿Es un virus? las hepáticas y en la sangre de los
pacientes con hepatitis.
Todo el equipo de Blumberg se lan- d) el antígeno australiano se re-
zó en pos del virus de la hepatitis plica en cultivos de células hepáticas
«c- utilizando caminos convergentes: una humanas.
'i- parte se dedicó a purificarlo y otro Como comentó Blumberg irónica-
a diseñar métodos ultrasensibles pa- mente desde el descubrimiento de
•-'•'••• ra su detección en plasma y en te- la asociación del A u ( l ) con la hepa-
-Í-~~ jidos. titis viral su laboratorio se dedicó a
La purificación del virus —utili- corroborar la hipótesis viral siguien-
zando toda la tecnología acumulada do la "lógica del pato": si algo se
durante 20 años de biología mole- parece a un pato, camina como un
cular— resultó un éxito, pero como pato, vuela como un pato, nada co-
todo lo relacionado con el antígeno mo un pato, come como un pato,
">' australiano, un éxito con complica- tiene más probabilidades de ser un
dones fenomenales. pato que cualquier otra cosa.
El antígeno australiano es una A la partícula de Au( 1) altamen-
partícula de 200 amstrong, ocasio- te purificada no se le detecta ningu-
.! nalmente contaminada con otras ma- na contaminación con proteínas plas-
yores (400 amstrong), compuesta máticas en su estado "natural"; pero
por proteínas y lipoproteínas, pero basta con tratarla con un detergente
que contiene muy poco ácido nu- (Tween 80) para que se disocie en
ra r- cléico. Sólo el 5 por ciento de su componentes solubles que son por lo
t i peso corresponde a ácido ribonucléi- menos en parte, proteínas plasmáti-
,- co, ARN, y esto equivale a 150.000 cas: aparecen y-globulinas —tanto
dalton —la partícula de 200 ams- cadenas livianas como pesadas—
trong tiene un peso de 3 millones complemento, una P-Iipoproteína,
s.-:':* Si se tratara de un ARN de un solo transferrina y albúmina. Queda un
•¿zy. filamento, tendría aproximadamente residuo proteico insoluble cuya na-
450 neucleótidos de largo y dado turaleza es por ahora desconocida
::rx que el código genético es un código (¿el verdadero virus?). El ARN
a tripletes, si se supone que toda la (como sucede con los virus cuando
•:.:¿; secuencia del ARN codifica amino- se los trata con un detergente) tam-
U.' ácidos (es decir, que no hay señales bién se solubiliza.
para la absorción de ribosomas, co- No queda pues más remedio que
mienzo de lectura, fin de lectura) plantear dos hipótesis alternativas y
='::-: alcanzaría para codificar una cadena excluyentes: el material solubilizado
>?'::: polipeptídica de 150 aminoácidos, o por el detergente forma parte espe-
'•ü dos de 75 aminoácidos. De tratarse cínicamente de la partícula viral, es
rjf de un ARN de doble cadena, codi- decir, es material proveniente del
f icaria una sola cadena de 75 amino- suero humano pero no necesariamen-
ácidos, es decir, justo en el límite te de la persona de donde se purificó
-i-, de lo aceptable. el A u ( l ) , o bien se trata simple-
El antígeno australiano parece, mente de contaminaciones inespecí-
¿ : r pues, ser un virus pero contiene una ficas, en cuyo caso las proteínas sé-
¡; - cantidad ridiculamente escasa de áci- ricas liberadas por el Tween 80 de-
• - r do nucleico. berían ser idénticas a las presentes
i j - Lo más fácil sería negar que se en el plasma de donde se extrajo el
trata de un virus, pero todas las antígeno australiano.
_._V[ pruebas biológicas dieron resultados La pregunta clave queda en píe:
que corroboran la hipótesis viral: si el antígeno australiano es efecti-
a) hay transmisión de hombre a vamente un virus, ¿cómo puede ex-
.-.,--. hombre (por transfusiones sanguí- plicarse su reducidísima cantidad de
neas, por vía oral o parenteral: entre ácido nucleico y su segregación fa-
V- los drogadictos la incidencia de miliar?
..1 •.. Au (1) es muchísimo más alta que
en la población general).
.1" b) se puede transmitir al mono Los polimorfismos
....l. vercle africano, en el cual produce
una hepatitis viral típica y de cuyo En una especie que se reproduce
suero se puede obtener un alto título sexualmente no existen dos indivi-
- ¡ r de A u ( l ) , muy superior al inóculo dúos iguales ya que si se toman en
con el cual se lo infectó. cuenta las mutaciones somáticas, ni
c) mediante técnicas inmunoquí- aún los gemelos homocigotas son
micas se puede detectar el antígeno genéticamente idénticos. Estas dife-
australiano en el núcleo de las célu- rencias genéticas se traducen en di-
ferencias fenotípicas, ya sean mor-
fológicas o funcionales, y pueden ser
continuas (la altura de una especie)
o discontinuas (los grupos sanguí-
neos humanos). Cuando las varia-
ciones dentro de una especie son dis-
continuas se las define como poli-
morfismos y tienen la característica
de evidenciar la influencia de ^ un
gene individual sobre el fenotipo.
Los polimorfismos son variaciones
fenotípicas discontinuas dentro de
una misma población: son un fenó-
meno intrapoblacional. Las diferen-
cias interpoblacionales se califican
como razas. Por eso los hamsters
negros, las mujeres morenas de una
población europea nórdica o los ^in-
dividuos Rh negativos no constitu-
yen razas dentro de sus respectivas
especies, sino polimorfismos. Cuando
los polimorfismos se reconocen mor-
fológicamente las confusiones suelen
ser mayúsculas. Se creía, por ejem-
plo, que las diferentes clases de hal-
cones australianos eran especies dis-
tintas porque unos eran grises y
otros blancos se comprobó que se
trataban de polimorfismos cuando
se encontraron nidos que contenían
pichones blancos y grises. No hay
que recurrir a ejemplos muy esoté-
ricos sobre polimorfismos químicos
si se recuerda que los grupos san-
guíneos del hombre, ABO y Rh, re-
flejan diferencias en la estructura
molecular de la membrana del gló-
bulo rojo. Pero lo notable de los
polimorfismos es su persistencia: es-
tas variaciones discontinuas y here-
ditarias de alguna característica de
la especie se mantienen en la pobla-
ción en forma tal que aun la fre-
cuencia de la variedad mas rara no
puede ser explicada en términos de
mutaciones recurrentes. La pregunta
es obvia: ¿qué significado adaptati-
vo tienen estos polimorfismos? La
permanencia de los genes en un re-
servorio genético dado depende de
su contribución a la adecuación de
la especie a su medio y muchas ve-
ces los fenotipos no sugieren en qué
forma lo hacen. Es decir, el difun-
dido hallazgo de polimorfismos no
explica el misterio de su conserva-
ción. ¿Por qué permanecen en la
especie? En 1918 Müller y luego
Fischer demostraron que dos alelos
(copias alternativas de un mismo
gene) pueden ser mantenidos en una
población si la adaptación de los
homocigotas al medio es mejor que
la de cualquiera de los dos tipos de
homocigotas. Aun si los homocigotas
de un alelo a (genotipo a/a) tienen
21
24. características que resultan letales a
sus portadores, el gen a es manteni-
do en la población si el heterocigota
de genotipo A/a tiene una mayor
probabilidad de supervivencia que
el homocigota "normal" de genotipo
A/A. El reservorio de genes a en
este caso se mantendría constante
por segregación de heterocigotas de
genotipo A/a.
Una forma de explicar la perma-
nencia de los polimorfismos es acep-
tar con los heterocigotas tienen una
ventaja selectiva notable. Esta hipó-
tesis lamentablemente no es fácil de
corroborar experimentalmente y son
escasos los polimorfismos para los
cuales se conocen ventajas selectivas
notables. Vale la pena analizar sus-
cintamente un par de ejemplos de
polimorfismos que efectivamente sig-
nifican para el individuo una ventaja
selectiva importante, antes de anali-
zar el caso del antígeno australiano
como un polimorfismo de proteínas
séricas.
La anemia drepanocítica
La molécula de hemoglobina está
compuesta por dos tipos de cadenas
polipeptidicas, conocidas como a y
P- Existe una variedad de hemoglo-
bina humana conocida como hemo-
globina S que difiere de la hemoglo-
bina común, conocida como hemo-
globina A, por tener un aminoácido
cambiado por otro en la cadena (3.
Esta minúscula variación estructural
de la hemoglobina se traduce en un
verdadero desastre biológico cuando
toda la hemoglobina de una persona
es del tipo S (donde todas las ca-
denas f$ son del tipo Ps
). Estos ho-
mocigotas para el gene que codifica
la cadena Ps
(genotipo Ps
/Ps
) ra-
ramente viven mas de cinco años.
El gene |3S
, en doble dosis, es una
variante letal para su portador. Se
debería esperar pues, que a lo lar-
go de la evolución humana este gene
letal hubiera sido eliminado rápida-
mente de la especie y que su exis-
tencia eventual fuera extremadamen-
te rara, producto de mutaciones y
como tal su frecuencia en la pobla-
ción no debería pasar el 1 por mi-
llón o el 0,1 por millón. Sin em-
bargo, esto no es así, ya que el
"anillo malárico" d- Africa del Nor-
te entre el 20 y el 40 por ciento de
los nativos son heterocigotas de ge-
notipo P3
/PA
. En estos heterocigo-
tas, como demostró Linus Pauling
en un experimento pivotal de la quí-
22
mica genética, cada uno de los gló-
bulos rojos tiene la mitad de su
hemoglobina de tipo A y la otra
mitad de tipo S. Los alelos A y S
del gene que codifica la cadena P de
la hemoglobina son co-dominantes,
es decir, cada alelo es transcripto y
su ARN mensajero es traducido sin
interferencias mutuas. Lo notable
es que el heterocigota de genotipo
[3S
/PA
clínicamente es aboslutamente
normal pero además sus glóbulos
rojos resisten con particular eficien-
cia la infección con el Plasmoclium
falciparum, agente causal del paludis-
mo. Y es precisamente en una zona
donde el paludismo es endémico que
existe esta enorme cantidad de hete-
rocigotas A/S. Los homocigotas de
genotipo PA
/PA
, por el contrario,
son extremadamente sensibles a la
infección con el P. falciparum, mien-
tras los homocigotas Ps
/Ps
excepcio-
nalmente llegan a la pubertad. Los
heterozigotas A/S, por el contrario,
son clínicamente normales y además
son resistentes a la infección por el
protozoario. El P. falciparum actúa
asi como agente selectivo, favore-
ciendo la persistencia del gene que
codifica la variante S de la cadena
P, al otorgar un extraordinario va-
lor de supervivencia a la combina-
ción de hemoglobinas A y S en el
glóbulo rojo de un habitante de una
zona donde el paludismo es endé-
mico.
Este ejemplo permite apreciar tam-
bién que una población que carece
de diversidad polimórfica está mu-
cho más estrechamente adaptada, de-
masiado especializada para sobrevi-
vir en ciertas condiciones y es por
lo tanto más vulnerable a cambios
del medio ambiente.
Las transferí-mas
La transferrina es una proteína, pre-
sente en el plasma de los vertebra-
dos y en los huevos de las aves, que
transporta y fija hierro. En muchas
especies es polimórfica y está con-
trolada por alelos codominantes de
un gene autosómico. Es decir, por un
gene que no está localizado en los
cromosomas sexuales (de ahí lo de
autosómico) y que como en el caso
de las hemoglobinas, en los indivi-
duos heterocigotas coexisten las dos
variedades de la proteína, ya sea en
el plasma como en el huevo. Si bien
este polimorfismo es extraordinaria-
mente común y las frecuencias de los
alelos se mantiene constante en las
diferentes especies, nadie se podía
explicar el porqué de tal situación
La paloma común de los Estados
Unidos de Norteamérica tiene dos
alelos que codifican dos posibles
transferrinas y la frecuencia de los
dos genes es del 0,5 por ciento para
cada uno. Resulta notable que en un
territorio tan vasto estas frecuencias
se mantengan constantes y todo hace
suponer que existe un poderoso me-
canismo de selección que opera con-
tinuamente para mantener el poli-
morfismo.
Pese a que actualmente se consi-
dera que la función principal de la
transferrina es la de transportar hie-
rro desde los sitios donde se des-
truyen los glóbulos rojos hasta los
centros donde se los produce, cuan-
do se la caracterizó por primera vez
se la describió como una proteína
bacteriostática y micostática. Ahora
se puede entender esta acción, ya
que su avidez por el hierro hace que
todos aquellos microorganismos que
requieren este elemento para repro-
ducirse dejan de hacerlo en presen-
cia de la ferritina, ya que ésta lo
secuestra.
En las aves, el pichón no sintetiza
inicialmente su propia ferritina; en
el huevo existe ferritina y luego,
durante un período variable según la
especie, (que coincide con la falta
de competencia inmunológica del pi-
chón) depende de la transferrina de
la madre. Curiosamente, la causa de
muerte embrionaria y neonatal más
importante en las aves se debe a
infecciones bacterianas. Entre las ga-
llinas, por ejemplo, la destrucción
del embrión se debe casi siempre a
la contaminación microbiana del hue-
vo. La bacteria Salmonella atra-
viesa con facilidad la cáscara del
huevo e infecta al embrión causán-
dole la muerte, mientras que la in-
fección del adulto no produce sin-
tomatología clínica. Recientemente
J. A. Frelinger demostró mediante
un muy sencillo y elegante experi-
mento que los diversos genotipos de
la transferrina de la paloma tienen
notables diferencias en lo que res-
pecta a las propiedades bacteriostá-
ticas y micostáticas de sus huevos.
Trabajando con claras de huevo y
ferritinas purificadas encontró que
mientras los huevos y las transfe-
rrinas de fenotipo A (genotipo T P /
T P ) y de fenotipo B (genotipo
T P / T P ) no inhiben apreciable-
mente el crecimiento de un cultivo
de levaduras, los huevos de fenotipo
AB (genotipo T P / T P ) impiden la