2. No se conoce mucho acerca de los
pueblos prehistóricos que vivieron en
Italia. Sabemos que los indoeuropeos
llegaron a esta región en la segunda
mitad del segundo milenio a.C. En la
primera parte de este periodo, ya se
habían asentado pobladores en Italia,
siendo los griegos y los etruscos de los
más notables.
Antes de estudiarlos, debemos tomar en
cuenta la influencia de la geografía en
el desarrollo histórico de los pueblos
en la península itálica.
3. Roma comenzó su historia como una pequeña aldea situada a
orillas del río Tíber en el centro de la actual Italia. Al cabo de siete
siglos de continua expansión, se transformó en el Imperio de
mayores dimensiones del mundo antiguo.
4. En sus inicios, Roma fue
una aldea gobernada
por sabinos y latinos.
Los cuatro primeros
reyes, Rómulo, Numa
Pompilio, Tulio Hostilio y
Anco Marcio, fueron de
ese origen.
monarquía
5. Pero a partir de 600 a. C., los
romanos adoptaron la
cultura, los hábitos y las
instituciones etruscas, lo que
marca la influencia de este
pueblo sobre la ciudad. Así lo
demuestra la procedencia
etrusca de los tres últimos
reyes: Tarquino “el Antiguo”,
Servio Tulio y Tarquino “el
Soberbio”.
6. Los reyes etruscos mandaron
construir los muros de la ciudad y
los principales edificios públicos,
además de residencias privadas,
puentes y caminos, imitando el
estilo griego. En Roma, el rey era
el jefe supremo del ejército,
primer juez y sacerdote. Era
elegido por una asamblea de
ciudadanos o Comicios curiados,
que en sus inicios estaba
integrada por todos los varones
libres mayores de edad. El
Senado era un consejo integrado
por la aristocracia romana que
asesoraba y controlaba al
monarca.
8. Durante los primeros siglos de
su historia, la sociedad rumana
estuvo integrada por dos
sectores bien diferenciados: los
patricios y los plebeyos. Las
familias romanas patricias
estaban encabezadas por un
jefe o páter familias, de quien
dependían su mujer, hijos,
clientes y hasta los esclavos.
El resto de la población de
Roma estaba formado por la
plebe (del latín “plebs”, multitud).
Eran personas libres pero con
derechos políticos limitados, que
podían participar en los comicios
pero no en el Senado,
integraban el ejército y pagaban
sus impuestos.
9. Ahora debatimos
¿Cuáles fueron las instituciones más
importantes en la República romana,
y qué políticas y organizaciones
explican el éxito de los romanos en
la conquista del territorio italiano?
10. De monarquía a república
Durante el reinado de los
monarcas etruscos se
produjeron tensiones entre
los reyes y el Senado.
Servio Tulio decidió
fortalecer su posición,
ampliando los derechos
políticos de los sectores
más humildes. Para ello,
eliminó el sistema de tribus,
que favorecía a los patricios,
e incorporó a los sectores
más pobres a la Asamblea.
Durante el reinado de
Tarquino “el soberbio",
los miembros más
poderosos de la
sociedad, disgustados,
iniciaron una rebelión
para derrocarlo.
Finalmente, en 509 a. C.
proclamaron una
República, es decir, no
solo cambiaron un
gobierno sino el sistema
de gobierno.
11. La República
El resto del antiguo poder real
fue distribuido entre varias magistraturas:
censores, pretores y
cuestores.
Separaron las atribuciones militares del rey
otorgándoselas a
dos cónsules, electivos y anuales.
A partir de la revolución del año 509 a.C., que arrojó a los etruscos
de Roma, los romanos organizaron un nuevo sistema de gobierno,
con el que procuraron evitar la posibilidad de un retorno de la tiranía.
La estructura política se completaba con el
Senado y los
Comicios o Asambleas.
12. Lucha de clases
Desaparecido el poder etrusco, casi inmediatamente, la joven
República se vio envuelta en un conflicto: la lucha de clases entre
patricios y plebeyos.
13. Las aspiraciones a la igualdad
político-religiosa sustentadas por
la plebe chocaban con la
resistencia de la clase patricia,
aferrada a sus antiguos privilegios.
Los enfrentamientos llegaron al
punto que los plebeyos amenazaron
con retirarse masivamente de Roma
y fundar otra ciudad.
14. La aristocracia, alarmada por la amenaza de
secesión, concedió a través del Senado:
1) Facilidades para el pago de las deudas.
2) Prohibición de esclavizar al deudor.
3) Libertad para los deudores insolventes y
condonación de sus obligaciones.
4) Creación de una magistratura –los
tribunos de la plebe– con amplias
facultades para defender al pueblo (493 a.C.).
15. Gracias a la paciente labor de sus tribunos, los plebeyos
consiguieron que se consagraran las denominadas cuatro
igualdades, detalladas a continuación:
N° igualdades contenido
1 La igualdad civil
Fue promulgada la Ley de las Doce Tablas,
un código que despojaba al patriciado del monopolio
de la justicia.
2 La igualdad social
Se sancionó la legalidad de los matrimonios entre
patricios y plebeyos (443 a.C.). A partir de entonces, la
sociedad romana ya no quedó dividida por razones
de linaje, ahora la distinción era entre ricos y pobres.
3 La igualdad política
Tras un larguísimo proceso durante el cual los patricios
apelaron a diversos recursos legales para evitar el
acceso de los plebeyos al poder político, estos lograron,
en el siglo IV a.C., el libre acceso a todos los cargos
públicos.
4 La igualdad religiosa
Los plebeyos tuvieron acceso al culto público,
logrando que personas de su clase pudieran
alcanzar los cargos sacerdotales (302 a.C.).
16. Las conquistas
Desde el mismo momento
de su liberación, Roma tuvo
que combatir
contra las otras ciudades
latinas y, pocos años
después, contra las
invasiones de los pueblos
umbro-sabélicos, que
descendían de los Apeninos
en procura de botín y tierras
fértiles.
Los investigadores
modernos coinciden en
señalar que, a lo largo de
los siglos V y IV a.C.,
Roma luchó
desesperadamente por
sobrevivir, padeció
innumerables derrotas y
las victorias que alcanzó
se debieron tanto a las
armas como a la
diplomacia.
17. Las Guerras Púnicas
En el transcurso de diez años (282-272 a.C.), Pirro
impuso la superioridad de la táctica macedónica y la
potencia de sus elefantes; obtuvo victoria tras victoria
sobre los romanos y sus circunstanciales aliados
cartagineses (contra quienes después se
enfrentarían). Pero, con cada triunfo, el rey de Epiro
veía reducirse sus fuerzas, y los romanos siempre
volvían a combatir. Finalmente, agotado por aquel
enemigo inquebrantable, abandonó Italia. La Magna
Grecia pasó a estar bajo el dominio de Roma y se
convertía en una amenaza para el imperio comercial
cartaginés, por lo que el conflicto entre ambos
Estados resultó inevitable. Luego de estallar, solo
habría de detenerse con el aniquilamiento de una de
las dos potencias.
18. El enfrentamiento sería conocido con el
nombre de Guerras Púnicas (del latín
phoeni,“fenicio”), y abarcó un período
comprendido entre los años 264 y 146
a.C., cuando Cartago fue destruida.
Durante la segunda guerra, las victorias
del caudillo cartaginés Aníbal Barca
colocaron a Roma muy próxima al
desastre. Pero, como tantas veces, la
tenacidad de los romanos terminó por
triunfar.
En el año 202 a.C., el general Publio
Cornelio Escipión derrotó a Aníbal en la
batalla de Zama, y Cartago pidió la paz.
Solo faltaba el tercer acto (o sea, la
tercera guerra) de aquel drama, cuando
Roma, implacable y vengativa, borró
para siempre a Cartago del concierto de
las naciones antiguas.