Este documento presenta el caso de una mujer de 42 años que trabaja como comercial de perfumería y ha desarrollado eccema alérgico de contacto por fragancias y perfumes debido a su exposición laboral. Las pruebas epicutáneas y de parche confirmaron la alergia. A pesar del tratamiento, sus brotes dermatológicos empeoraron mientras permaneció en su puesto de trabajo. Tras cuatro semanas de baja laboral y cambios en sus productos de higiene, su condición mejoró aunque persistieron las lesion