Este documento describe los centros de distribución y su función en la cadena de suministro. Explica que los centros de distribución sirven para regular la oferta y la demanda al almacenar productos, y también para agregar valor a través de operaciones como etiquetado y empaquetado. Para diseñar un centro de distribución efectivo, se debe definir su función principal, dimensionarlo de acuerdo con los volúmenes actuales y futuros, y optimizar los procesos, recursos y uso de tecnología para mejorar la rentabilidad.
1. CENTROS DE DISTRIBUCIÓN
El concepto de logística no es ampliamente conocido por muchos en el medio
latinoamericano, pues su evolución ha sido quizás muy acelerada en los últimos años;
apenas se comienzas a ver programas de capacitación en las universidades de la región
con el nombre de Logística o de Cadena de Abastecimiento. Esta nueva área funcional se
ha desarrollado velozmente, debido al gran auge del intercambio de productos e
información que se ha generado por la globalización y la competencia.
Para muchos, el concepto de logística es sencillamente administrar el área de transportes,
o el área del almacén, o ambas, o bien el área de importaciones o exportaciones de una
compañía. La logística va más allá de un solo proceso; es la interacción de varios
procesos. Para aclarar este concepto, en Logistics Resources Internacional hemos definido
logística como: “el flujo de materiales, información y dinero entre los proveedores y
consumidores”.
Para lograr que este flujo sea continuo intervienen varios procesos, que son:
1. Servicio al cliente
2. Gerencia o administración de inventarios
3. Suministro o compras o manufactura
4. Transportes
5. Alamacenamiento
Nos enfocaremos en almacenamiento, considerando que los otros procesos lo afectan.
Para realizar el diseño del almacén es necesario plantearse estas preguntas básicas:
¿Para qué? ¿Para cuánto? ¿Cómo? Y, por fin, ¿Cuánto me va a costar y qué voy a ganar?.
¿Para qué quiero implantar o modificar un centro de distribución? O en otras palabras,
¿cuál es la función de ese centro en el conjunto de la cadena logística?. Esta pregunta es
básica ya que de su respuesta depende el tipo de instalación que se va a definir. Existen
dos modelos extremos: el almacén cuya función principal es la de servir de regulador
entre la oferta y la demanda (tanto por su estacionalidad como por el tamaño de pedido)
y el centro de distribución donde su función es la de incorporar valor al producto a través
de operaciones finales como etiquetado, personalización del producto, división o
agregación. Entendamos que ambos modelos no se suelen reproducir en estado puro y
que la mayoría suelen ser una combinación o puntos intermedios entre ambos extremos;
lo realmente importante es que se tenga claro cuál es su misión principal y que ésta sea
coherente con la globalidad de la estrategia de la compañía.
La tipología del almacén va a influir decisivamente en el diseño, sobre todo en lo referente
a las necesidades de manipulación del material. En un almacén el énfasis va a estar en
la optimización del espacio y en dotar de medios de manipulación de cargas normalmente
a gran altura y con volúmenes de trabajo medios. En un centro de distribución, el énfasis
debe estar en un rápido flujo de materiales y en la optimización de la mano de obra,
sobre todo en las labores de Picking. Una vez que hemos definido la función principal, se
debe proceder a su dimensionamiento, esto es: ¿Para cuánto debo definir mi centro?
¿Cuáles son los volúmenes actuales y previstos en cuanto a referencias, ubicaciones
necesarias, tipología de embalajes, tipología de artículos por sus condiciones de
almacenamiento (peso, volumen, temperatura requerida, lotes y trazabilidad, etc)… y
fundamentalmente cuál es la rotación dentro de estas tipologías?. En este punto es muy
importante un análisis exhaustivo de los datos actuales y futuros considerando valores
de actividad medios y picos de actividad. Este tipo de análisis se basa
fundamentalmente en aplicación de técnicas estadísticas y un profundo análisis ABC de
los artículos.
2. Todo proceso de almacenamiento, ya ser optimizado en función de la productividad y su
rentabilización.
Para ello se presentan 4 conceptos claros de rentabilidad.
1. BAJO NIVEL DE INVENTARIOS
La misión que tiene el centro de distribución en este elemento es determinante, si bien la
política respecto al nivel de inventarios es dirigida por las áreas logísticas de la empresa,
podría pensarse que no se tiene injerencia en este asunto, pero la realidad muestra que
un centro de distribución puede aportar con una información confiable y tomando un
papel protagónico en la depuración de obsoletos y excesos de inventario.
Si no se tiene una información confiable, es decir, si las cifras de inventario no son reales,
en todas las áreas de la empresa verán información errada y por consiguiente se
tomarán malas decisiones. Es frecuente ver empresas con excesos de inventario de
referencias que el sistema ordenó comprar, pero que luego descubrieron existencias en el
almacén.
En cuanto a la depuración de obsoletos, el papel del centro de distribución no puede ser
pasivo a la espera que las áreas de logística y mercadeo encuentren destino a los
productos inactivos. Por el contrario, se debe estar actualizando permanentemente este
inventario, participar en la generación de ideas que permitan una evacuación efectiva,
muchas veces en el ambiente de centros de distribución se maneja información que puede
ayudar a salir de los obsoletos pero por falta de comunicación y a veces de liderazgo, se
pierden estas oportunidades.
2. OPTIMIZACION DE RECURSOS
Más que un aporte a la rentabilidad de la empresa, optimizar los recursos de mano de
obra, instalaciones y equipos es una obligación de los centros de distribución. No es
pequeño el presupuesto que se dedica anualmente para estas funciones, y la
administración efectiva es una condición para la rentabilidad.
El término optimización no solo se refiere a dar el mejor uso a lo que se tiene, sino en
tener exactamente lo que se necesita. Me refiero a tener las instalaciones adecuadas para
que el flujo del proceso sea eficiente, a adquirir los equipos indispensables para cada
labor, algunas veces las empresas se resisten a invertir en elementos para manipulación
de materiales e información sin darse cuenta que los están pagando sin tenerlos.
3. REDISEÑO DE PROCESOS
Siguiendo la misma dirección del elemento anterior de optimización, se debe revisar
permanentemente el estado de los procesos del centro de distribución. Sólo se requieren
tener los tres macroprocesos bajo control para asegurar el éxito en este sentido. Se trata
de los procesos de recepción de mercancía, almacenamiento y despacho de productos
bien sea a las plantas de producción o a otros almacenes. Para ser benchmarking se
deben tener procesos cortos, transparentes y sin muchos controles, estos desvían la
atención y dejan ver una forma envejecida de afrontar los problemas, se debe entonces
hablar de certificación que reemplaza toda la serie de controles que no agregan valor.
Todo proceso debe tener un producto claro y definido, se debe preparar al personal a
pensar en términos de producto y no de proceso, para todos debe ser claro que el centro
de distribución existe para cumplir el compromiso de la empresa de dónde, cuándo y
cómo entregarle el producto al cliente.
3. 4. DISMINUCION DE TRÁMITES Y PAPELERIA
No se puede hablar de rentabilidad, de eficiencia y de velocidad, sin tener presente la
tecnología. Una forma evidente de participar en la rentabilidad de la compañía es tener
un centro de distribución sin formatos que llenar, sin esperas que seguir y oportuno en el
servicio.
En el contexto del rediseño de procesos, se debe incorporar el componente tecnológico
adecuado para acortar el ciclo. Se requiere mucho cuidado en este punto porque la
tecnología por si sola no es una solución, en muchos casos, mal aplicada empeora el
servicio y se pierde la inversión.
La experiencia esta mostrando que la palabra clave en este tema es "comunicación",
invertir en tecnología de comunicación, EDI (Intercambio Electrónico de Documentos),
código de barras, Radiofrecuencia, WMS (Manejo inteligente de Almacenes), Internet, son
algunos ejemplos que tienen hoy empresas exitosas y que han logrado constituir centros
de distribución que realmente aportan al negocio.
Es importante entender el nuevo papel de los centros de distribución, ya no se trata de
las antiguas bodegas donde reposaba la mercancía, se trata de centros de flujo dinámico
de productos, donde se realizan funciones complejas con el fin de darle velocidad al
inventario.
Es en los centros de distribución donde además de las plantas de producción, se tiene
mayor responsabilidad sobre la calidad del producto y donde se genera la mayor
cantidad de información para la empresa, para los proveedores y para el cliente.
CONCLUSIONES
Finalmente, rentabilizar e incrementar la productividad, va de la mano con la facilidad de
crear o diseñar procesos simulados que permitan establecer el tiempo, costo y recurso
más apto para el sistema definido. Hay que establecer parámetros y medir
continuamente antes de definir la operación con la que trabajaremos.