El documento resume cuatro puntos clave sobre la creación según la doctrina cristiana: 1) Dios es el creador de todo lo visible e invisible, y la razón humana puede conocer esto; 2) Dios creó el universo libremente por su voluntad y amor, no por necesidad; 3) Dios creó el universo de la nada, sin necesidad de nada preexistente; 4) La creación implica que el universo tuvo un principio y no existe desde la eternidad, aunque esto no contradice necesariamente a la razón.
1. EN EL PRINCIPIO, 1
Gn 1, 1: “En el principio creó Dios el cie-
lo y la tierra”.
Verdad de fe cristiana, creída también por
los judíos y los musulmanes.
El Concilio Vaticano I define 1) que Dios es creador: “Si alguno
negare al solo Dios verdadero creador y señor de las cosas visibles
e invisibles, sea anatema” (Dei Filius, De Dios creador, can. 1); y 2)
que la razón humana natural puede llegar a saberlo: “Si alguno di-
jere que Dios vivo y verdadero, creador y señor nuestro, no puede
ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana por
medio de las cosas que han sido hechas, sea anatema” (Dei Filius,
De la revelación, can. 1).
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2. EN EL PRINCIPIO, 2
Sin la voluntad divina que la quiere en la existencia, toda la
realidad creada (material y espiritual) no podría haber sido.
Dios quiere que las cosas sean, porque quiere darles el ser,
por un designio amoroso.
Las cosas creadas no derivan de Dios de modo
necesario. Nada hay fuera de Dios ni dentro de
Él que le obligue a crear. La libertad del acto
creativo es una consecuencia directa de la
trascendencia divina y de la distinción radical
entre Dios y el mundo.
Vaticano I afirma que Dios llevó a cabo la creación “con libérrimo
designio” (Dei Filius, cap. 1).
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3. EN EL PRINCIPIO, 3
CCE 296: “Dios crea ‘de la nada’. Creemos que Dios no necesita
nada preexistente ni ninguna ayuda para crear. La Creación tam-
poco es una emanación necesaria de la substancia divina. Dios
crea libremente ‘de la nada’”.
La creación a partir de la nada es un mis-
terio de la fe, y presenta notables dificul-
tades para la imaginación. La nada de la
cual hablan los físicos en el marco de la
teoría del Big Bang no es la nada de la
doctrina cristiana, sino el “vacío” de algo
preexistente.
La noción de creación es teológica: se halla más allá de la ciencia
empírica.
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4. EN EL PRINCIPIO, 4
Para los cristianos la creación del mundo implica que ha tenido un
principio y no existe desde la eternidad. Se trata de una verdad de
fe, definida en los Concilios IV de Letrán y Vaticano I.
La existencia del mundo desde la eternidad no repugna a la razón
humana, en un nivel puramente especulativo. En contra de sus
predecesores, Aristóteles defiende la tesis de que el mundo no tiene
principio y no tendrá fin.
CCE 299: “Porque Dios crea con sabiduría, la
creación está ordenada (...). Salida de la bondad
divina, la creación participa en esa bondad (...).
La Iglesia ha debido, en repetidas ocasiones, defen-
der la bondad de la creación, comprendida la del
mundo material”.
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