La primera perspectiva considera la cultura como un patrimonio elitista limitado a la academia y la educación. Sin embargo, la antropología ha demostrado que la cultura es una construcción social resultado de la interacción entre personas, no relacionada con la educación o el gusto. La segunda perspectiva ve la cultura como una herencia social compartida que regula la existencia en sociedad a través de un lenguaje simbólico.