1. ¿Debes cambiar tu forma de buscar empleo?
Si llevas demasiado tiempo buscando empleo de una manera concreta (la única que
conoces) y sigues sin encontrarlo, quizá es este el momento de replantearte tu
forma de buscarlo. Puede que el error se encuentre, no en lo que haces, sino en
cómo lo haces. Es posible que debas recurrir a todo el ingenio que posees para
buscar nuevas formas de encontrar trabajo.
Si crees que ya has repetido el mismo proceso de la misma manera durante dema-
siado tiempo, debes leer atentamente este artículo, porque va dirigido a ti.
En lo referente a este artículo, existen dos formas básicas de pensamiento:
Una es el pensamiento reproductivo. Se basa en la repetición de actos mentales
ya aprendidos y ejercitados, mediante los cuales se reproduce el conocimiento. Se
emplean conocimientos ya adquiridos y se vuelven a obtener combinaciones y con-
clusiones ya aprendidas.
Un claro ejemplo de este tipo de pensamiento lo constituye la aritmética. Una vez
que hemos aprendido a sumar correctamente y con la práctica adecuada, podemos
sumar cualquier combinación de números sin necesidad de aprender un procedi-
miento nuevo para cada operación. Simplemente repetimos un proceso aprendido,
aplicándolo a diferentes datos en cada ocasión.
Repetir, repetir y repetir.
2. Pero, si queremos producir cambios en nuestra forma de hacer las cosas, bien por-
que deseamos ese cambio, bien porque es necesario porque no obtenemos resulta-
dos, debemos aprender a pensar de otras maneras.
Y aquí es donde entra en escena el otro tipo de pensamiento: el pensamiento
productivo. Este es capaz de obtener conclusiones nuevas utilizando razonamien-
tos reproductivos, pero ampliándolos sobre la marcha con asociaciones mentales e
ideas capaces de producir nuevos caminos y al mismo tiempo emplear nuevos pro-
cesos mentales.
Como ejemplo para que se entienda mejor lo que significa, citaré al célebre ma-
temático J. C. Gauss: fue un matemático, astrónomo y físico alemán que contribuyó
significativamente en muchos campos, incluida la teoría de números, el análisis
matemático, la geometría diferencial, la estadística, el álgebra, el magnetismo y
la óptica. Considerado «el príncipe de las matemáticas» y «el matemático más
grande desde la antigüedad».
Pero Gauss, fue también un niño prodigio, de quien existen muchas anécdotas
acerca de su asombrosa precocidad. A los ocho años, su profesor encargó a sus
alumnos que realizaran la suma de todos los números entre 1 y 20. Cuando Gauss
le entregó la respuesta correcta en mucho menos tiempo del esperado, su profesor
le pidió una explicación. Y Gauss le demostró sus conclusiones exponiéndole el pro-
cedimiento que acababa de crear, y que desde entonces se conoce como “sumato-
rio de Gauss”: ∑ = (n + 1). n/2
Independientemente de la cuestión meramente matemática, aquí nos interesa so-
lamente la singularidad del razonamiento del pequeño Gauss, que constituye un
claro exponente del pensamiento productivo.
Todos sus compañeros tenían ante ellos el mismo problema matemático y la misma
formación, por lo que sus percepciones sobre el mismo debían ser idénticas. Sin
embargo Gauss, a partir de las mismas percepciones que sus compañeros de clase,
se había desentendido de las metodologías ya conocidas hasta entonces, probando
nuevas combinaciones. Una vez halladas, las examinó con espíritu crítico, las com-
probó varias veces y una vez deducido el caso particular, lo había elevado a la ca-
tegoría de principio general.
Otra aplicación del pensamiento productivo aún más interesante consiste en la utili-
zación de nuevos procesos para conseguir la resolución de problemas hasta ese
3. momento insolubles, prescindiendo de ideas preconcebidas y abriendo nuevos ca-
minos al pensamiento para rebasar los límites establecidos y avanzar en la mejora
continua de las formas de realización de tareas. Es este pensamiento productivo el
que nos permite hacer las cosas de manera diferente, o de enfrentarnos a proble-
mas que en un principio parecen no tener solución y conseguir nuevos métodos o
procedimientos.
Las personas capaces de emplear asiduamente el pensamiento productivo son las
que marcan la diferencia, las que consiguen los mejores resultados, a pesar de
eventuales fracasos; las que entregan su esfuerzo para el avance de la sociedad, de
las empresas y como no, de sus propios objetivos individuales.
Yo no puedo decirte qué debes hacer para cambiar tu forma de buscar empleo (ese
tema sería objeto de un proceso personal, que obviamente, es imposible en un artí-
culo de índole general). Además, ese no es el objetivo que pretendo conseguir. Lo
que quiero es que identifiques nuevas maneras de buscar trabajo, que se salgan del
continuo repetir, repetir y repetir lo mismo de siempre. Que te atrevas a usar tu
cerebro para investigar, modificar tus hábitos y modos de actuación y hagas algo
diferente. Algo que sorprenda a los reclutadores, que les haga ver que tú eres dife-
rente al resto. ¿Qué debes hacer? Apostar claramente por el pensamiento producti-
vo y hacer las cosas de manera diferente.
Si eliges este camino, te deseo toda la suerte del mundo, y parafraseando al maes-
tro Yoda de Star Wars, “que la fuerza te acompañe”.
Sergio Aparicio Pérez
Transformador Personal y Social
Expert-Coach Personal, Ejecutivo y Empresarial y de Organizaciones
Facilitador, Formador y conferenciante
Experto en Desarrollo Personal y Terapeuta Holístico