Fecundación: es la fusión del espermatozoide con un óvulo. Cuando el gameto masculino alcanza al femenino, este último sufre una serie de reacciones eléctricas y químicas que impiden la entrada de otra célula masculina, asegurando así que el gameto será diploide. Además, este proceso inicia la secuencia del desarrollo embrionario. Cuando se habla de fecundación cabe destacar que hay dos tipos de fecundación; la fecundación interna y la fecundación externa. Se habla de fecundación interna, cuando tiene lugar la cópula, en este caso se expulsan millones de espermatozoides, que penetran en la vagina. Cuando la fecundación es externa los espermatozoides nadan en el agua para fecundar los óvulos liberados por la hembra. Segmentación: Una vez que el pronúcleo del óvulo se fusiona con el pronúcleo del espermatozoide, el huevo comienza a sufrir una serie de divisiones celulares mitósicas. Cada una origina células más pequeñas, por lo que durante esta etapa del embrión no crece, sólo aumenta el número de sus células, cada una de las cuales se denomina blastómera. La masa de células resultante se denomina mórula. El vitelo no sufre divisiones celulares, por lo que de acuerdo en la cantidad de vitelo presente en el huevo, la segmentación será: Total (holoblástica): es propia de huevos con poco vitelo. Si la segmentación es total pero desigual, las células se llaman macrómeras y, las más pequeñas, micrómeras. Parcial (meroblástica): es propia de huevos polilecitos. Si los huevos son además telolecitos, como en el caso de los peces, las células que se van a dividir forman un pequeño casquete en la parte superior del huevo, en el polo animal, el polo contrario es el vegetativo. Si el huevo es polilecito centrolecito, como el de los insectos, las células comienzan a dividirse en el centro del huevo, y emigran poco a poco hacia la periferia para completar un blastodermo que envuelve al vitelo que se encuentra en el centro.